Better half of me. Capítulo único

Notas de la autora

▶ Y después de otro hiatus... (creo que mas corto que el anterior, ¿quién sabe?) he vuelto con otra historia corta para aportar al fandom de Octopath Traveler.

▶ Una vez mas es sobre la pareja tan desconocida de Cyrus y Prim, todo mediante el punto de vista de Primrose, por lo que algunas partes podrían resultarles confusas.

▶ Esta idea surgió a partir de las interacciones que tienen los personajes en cada uno de sus capítulos; éste, en especial, contendrá spoilers del capítulo 4 de la historia de Cyrus, así que lean bajo este riesgo.

▶ Respecto al punto anterior, la manera en que describo la escena del diálogo entre Lucía y Cyrus es muy austera, porque he de suponer que ya habrán jugado y/o visto algún gameplay de Octopath Traveler,  por lo que omití ese aspecto y me dediqué mas a las emociones de Primrose... claro, dejando a la imaginación de ustedes, lectores, hacer el resto del trabajo.

▶ Los personajes de Octopath Traveler no me pertenecen, sino a Square Enix Holdings Co., Ltd.

▶ Quien sepa acerca del artista que se ha usado en la imagen de la portada, les estaría agradecida que me lo dijeran para darle sus respectivos créditos.

▶ ¿Segundo? oneshot que escribo sin supervisión de mi beta-reader, así que si hay algún error en la redacción, lo estaré corrigiendo en estos días... y si me acuerdo (¿?); aún así, me siento orgullosa de lo que escribí, me gustó bastante. 

Y sin mayor dilación, espero que disfruten de la lectura.

Vagar entre los lúgubres pasillos de las Ruinas de Eld era como ir sin norte a través de un laberinto demasiado confuso y, siendo una farola su única guía, Primrose podía decir que lo único evidente en este sitio son las largas hileras de estanterías llenas de libros mohosos que solo acumulaban polvo y telarañas.

Es verdad que sentía curiosidad por saber qué secretos ocultan aquellos gruesos volúmenes que tenía a su alcance, pero lo poco que sabía acerca de este sitio era nulo, ya que incluso para el profesor esta biblioteca perdida también resultó ser toda una sorpresa; así que arriesgarse a leer sobre magia prohibida o rituales desconocidos no estaba en sus planes, no quería terminar como el antiguo director de la Academia Real.

Mientras continuaba avanzando con cautela, la bailarina no dejaba de maldecir en voz baja el haber perdido de vista a Cyrus... ¿En qué momento se separaron sin que ella se diera cuenta? ¿Es que acaso detestaba tenerla cerca en estas circunstancias y he ahí la razón del silencio por parte del académico? ¿Quería protegerla al alejarla del peligro inminente? O quizá... simplemente se despistaron el uno del otro. Tal vez la última opción era la más factible.

Cualquiera que fuese la respuesta a dichas cuestiones, lo único que quedó en claro desde el primer instante en que colocó un pie en el umbral de este sitio es el motivo que la impulsó de continuar al lado del profesor, siendo distinto al de sus otros compañeros de viaje:

No solo se trató de soportar las clases sobre historia de arte luego de haberse topado con aquellas inquietantes pinturas rupestres, tampoco resultó ser el hecho de agradecerle con cierta torpeza su preocupación y ayuda cuando estuvo al borde de la muerte en Nobiliaria... No, ahora era su turno para estar al lado de la única persona que sería capaz de sanar su corazón roto una vez que todo este maldito asunto terminase.

"Cyrus..." una sutil sonrisa se dibujó en sus labios.

Por muy fuerte que sea el anhelo de confesarle tales sentimientos, aún le dolía tener que reconocerlos, en especial cuando las cicatrices de un corazón roto continuaban latentes en lo más profundo de su alma, pero tenía que admitir el hecho de que comenzaba a amar al académico más que al propio Simeón. Solo esperaba ser certera con sus emociones en esta ocasión, no quería tropezar con la misma piedra dos veces. 

Quién iba a pensar que alguna vez Primrose consideró que las palabras dichas por el profesor carecían de sentimientos; aquellas "dulces" palabras que adornaban ahora una burda realidad que ya no existía... 

Cómo han cambiado las cosas desde que se dio cuenta que él también tiene corazón.

No obstante, esa sensación de regocijo fue breve comparada con la inquietud que poco a poco volvió a apoderarse de la bailarina una vez que fue consciente del riesgo que corría su querido profesor en el caso de que se topase con la misma persona que lo llevó a una trampa en Petrófico, por lo que retomó su camino con la esperanza de ir en la dirección correcta.

"Por favor, Cyrus..." agitada, se detuvo ante una intersección.

¿Izquierda o derecha?

"...Asegúrate de seguir con vida hasta que llegue"

Izquierda en definitiva.

Manteniendo fija su mirada en la distancia, Primrose logró continuar con su recorrido hasta llegar a un punto en el que se dejó guiar por una voz bastante conocida, permitiéndose finalmente suspirar con tranquilidad por haber dado con el paradero del académico.

Sin embargo, el ambiente turbio seguía sin disiparse y conforme más se acercaba al epicentro de aquella conversación, las palabras continuaban siendo confusas debido al eco provocado por las propias Ruinas, lo que le impedía sacar algo coherente de ellas, aumentando aún más su preocupación y curiosidad. Por ello, la bailarina consideró fundirse con las penumbras al apagar el fuego de la farola y, aminorando sus pasos hasta que éstos fuesen casi imperceptibles, fue como pudo acercarse a su objetivo, llegando a colocarse detrás de la estantería más cercana a los escalones que llevaban a lo que parecía ser el centro de la biblioteca... Si espiar estaba mal, entonces que los dioses la castiguen por ello, sólo quería asegurarse que Cyrus estuviese a salvo.

—Profesor Albright— su corazón se sobresaltó al darse cuenta que aquel desconocido se trataba de una mujer —Es usted tan brillante como afirmaba el viejo Yvón— ¿Quién era como para tratar de ese modo a Cyrus? Los suaves rasgos de su rostro se endurecieron ante la molestia de escuchar la voz de la desconocida.

—No he venido a que me halaguen— no pudo evitar sonreír con cierto alivio ante la indiferencia de Cyrus, por lo que se permitió asomarse lo suficiente para saber lo que ocurre.

—Pero estoy siendo completamente sincera— si las miradas pudiesen matar, ya lo habría hecho al ver cómo aquella figura femenina rodeaba al académico cual animal salvaje que está a la espera de saltar sobre su presa —Una que pena que su significado se le escape—

—Y pensar que usted manejaba los hilos desde el principio... El director no era más que un mero títere, ¿verdad?—

—Muy astuto— una risa profunda resonó por todo el recinto, causándole a Primrose un escalofrío —Sí, fui yo quien se encargó de colocarlo en su puesto, para mi desesperación resultó tener una vena obstinada de lo más inconveniente—

"¿Inconveniente?", poco sabía acerca del director Yvón gracias a Cyrus, pero sospechaba que toda la verdad sobre el dichoso libro maldito le fue revelada al académico en aquella vieja mansión en Petrófico y, si bien el profesor se ha negado a declarar lo que ahí ocurrió (incluso cuando fue a buscarle con la ayuda de Therion), no cabe duda que las piezas de este rompecabezas comenzaban a encajar a la perfección.

"Algún día vas a tener que decirme qué fue lo que ocurrió ahí, profesor"

—Se podría decir que la culpa es de quien lo eligió para el puesto—

—Se podría decir, sí— la desconocida se detuvo frente a Cyrus —Ahora pasemos a lo que nos ocupa, su búsqueda de la copia original de De los lejanos confines del infierno le ha traído milagrosamente hasta mí; al encontrarme, ha demostrado tener cierto nivel de perspicacia y sabiduría— "¿¡Cómo se atreve a insultarlo de ese modo!?" —Sobre todo, ha demostrado tener una pasión constante en su búsqueda de la verdad. Y esa es una cualidad que admiro en sobremanera—

—...—

—¿Qué me dice, Cyrus?— desde su posición, la bailarina pudo observar con asco cómo esa mujer se atrevió a acariciar el rostro de Cyrus en un vil intento de seducirlo —¿Se unirá a mí en mi investigación?—

"¿Realmente crees que eso funcionará?" la dama Azelhart sonrió con un deje de arrogancia en las facciones de su rostro "No lo conoces tanto como yo".

—No sea ridícula. Si es una broma, es de muy mal gusto—

—¿Una broma?— de nuevo esa risa que le causó escalofríos —Qué reacción tan curiosa viniendo de un erudito como usted, ¿acaso los murales que pueblan este lugar no han llamado su atención?— "No me los recuerden..." —¿No se ha emocionado al contemplar los innumerables tomos perdidos de mi estudio?—

—...No puedo mentir que me he sentido intrigado—

"¡ !" por supuesto, ¿por qué no lo pensó antes? La mayor aspiración del académico es el conocimiento: saber cómo funciona este mundo y descubrir todos sus secretos sin importar lo que pueda perder en el camino, esa es la peor cara de la moneda que tienen los eruditos según muchas personas.

"Cyrus..." Sin importarle demasiado si la conversación continuaba, Primrose volvió a ocultarse detrás de la estantería.

De pronto se sentía mareada por todo lo que acababa de presenciar, necesitaba salir de inmediato de este sitio... pero lo más importante: la cicatriz que Simeón le dejó ardía como el infierno mismo, solo que en esta ocasión no tenía clavada una daga cerca de su corazón que la llevase al borde de la muerte.

No... esta vez se trataba de algo distinto...

"No la escuches...", Primrose se negó a llorar... solo se negó. Maldita sea, podía jurar que estaba a punto de perder al profesor si no hacía algo al respecto. En cambio, sólo se llevó ambas manos hasta su pecho en un intento de mitigar ese terrible dolor que ha comenzado a agobiarla.

"No la escuches...", se repetía constantemente como un mantra, dirigido más a ella misma "No la escuches... No la escuches..."

Aunque, si lo pensaba mejor...

"Si eso es lo que realmente quiere..."

Si Cyrus decidía quedarse en esta biblioteca para saciar su sed de conocimiento ¿sería capaz de detenerlo? Después de todo, ¿qué es lo que ella puede ofrecerle en comparación? No eran más que polos opuestos. O al menos eso creía, pues las apariencias suelen engañar a cualquiera, especialmente a los débiles de corazón. Todas las personas en algún momento de sus vidas tienden a caer en la tentación, ¿no?

—Eso es lo que nos diferencia— escuchar la firme voz de Cyrus ante aquella mujer le devolvió la esperanza que creyó perdida, cuando sólo olvidó lo bien que conocía a su querido profesor como para creer que era igual a los demás hombres con los que se topó en su camino a lo largo de su viaje.

—Yo no me he dado por vencido con la mediocridad—

Si solo por un día lo que soñé se volviera realidad,

Mi deseo sería estar junto a él...

—Los eruditos aprendemos del pasado para comprender mejor el presente y pasar nuestro conocimiento al futuro. ¿Qué hará con todo el conocimiento que acumule y los secretos que descubra? ¿Llevárselos a la tumba, satisfecha de que sean inescrutables para aquellos que no poseen su genialidad?—

No importa dónde, si es contigo,

Si eres mi última visión...

—Patanes... paletos... cortos de entendederas... ¡Yo digo que es usted quien carece de la habilidad para enseñar e inspirar!—

No me arrepentiré.

"¡Cyrus!" el corazón de la bailarina ardía con la misma pasión que demostraba al bailar, solo que en esta ocasión se debía al maravilloso discurso que acababa de escuchar. ¿Cómo pudo dudar de él?

Volvió a asomarse de detrás de la estantería, sin importarle si su presencia era descubierta; tan solo quería estar ahí, ya sea para ayudar al profesor o para dejarle en claro sus sentimientos... aun cuando sea un completo despistado.

Alcanzando a vislumbrar que la mujer frente a Cyrus estaba perdiendo la paciencia, Primrose sacó la daga que le fue heredada por su padre, dispuesta a defender a la única persona que ha logrado penetrar las murallas que construyó alrededor de su corazón.

—Un auténtico erudito no mira a los demás con desprecio en base a sus conocimientos. Los sabios imparten el conocimiento a quienes no lo tienen: si algo está mal, los sabios que conocen la respuesta lo corrigen. El proceso se repite y así nos acercamos más y más a la iluminación—

En sueños te pierdes por las historias que lees,

Hoy descubrí tu belleza, aquella que negué ver,

Y aunque estando frente a ti, la cobardía me impida hablar...

—Enseño a mis estudiantes con la esperanza de que algún día me superen. ¡Sueño con el día en el que yo tenga la oportunidad de aprender de ellos!—

—¡Ya basta! Le he dado suficientes oportunidades para dar un paso, ¡el que quiera! Pero está claro que va para largo. Si prefiere morir sin descubrir la verdad, ¡que así sea! Ya he sintetizado un cristal de sangre perfecto, tal y como describe el tomo original. Con él liberaré a la humanidad de sus cadenas. El aprendizaje de los humanos está limitado por sus cortas vidas. Conseguiré el tiempo y el poder para comprenderlo todo. Aunque seas un necio, no te tengo manía. ¡Puedes participar en un análisis empírico de mi nuevo poder!—

—Si creer en el futuro me convierte en un necio, entonces estaré orgulloso de serlo. Pero sepa esto: cuando salga victorioso... desvelaré los secretos de ese tomo y llegaré a mis propias conclusiones. Que esto le sirva de lección. El futuro de la humanidad será brillante—

No importa si estoy a tu lado,

Te quiero volver a ver otra vez.

—¡Cyrus!— en ese momento, Primrose gritó el nombre que llevaba tanto tiempo queriendo decir ya no con las ataduras de los fantasmas de su atormentado pasado, tampoco con la venganza que ha carcomido su alma hasta casi ser una cáscara sin vida... Realmente le amaba tanto que dolía, pero esta vez estaba dispuesta a soportarlo hasta descubrir qué es lo que el profesor siente por ella.

Si sólo por un día, lo que soñé se volviera realidad...

Mi deseo sería estar junto a él.

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