Esta es una esas historias distópicas difíciles de contar. Cuando la sociedad humana quedó estancada en los años ochenta después de una dura pero breve guerra. Los años avanzaron pero era como si el tiempo se hubiese detenido. Vampiros contra humanos; eso era algo que había estado a la orden del día durante siglos.

Lioncourt, Lestat, Zotz y Mara eran las cuatro únicas ciudades del mundo que habían quedado en pie después de terminar la guerra tras la sangrienta e innegable victoria de los vampiros. Rodeadas por kilométricos muros que encerraban a una población humana destinada a la servidumbre y la casi esclavitud. Destinados a ser simple ganado entre barrotes.

Cuatro ciudades gobernadas por los vampiros más poderosos de todos los tiempos, convertidos directamente por Salem, el más sangriento, ancestral y misterioso de todos, cuyo nombre era considerado casi una divinidad para ellos. Aquel que inició la guerra y que llevó a su raza a la victoria.

Eran apodados como los cuatro hijos de Salem.

Y uno de ellos estaba a punto de romper las normas. Uno de ellos estaba a punto de iniciar una nueva guerra por dejarse guiar por algo en su interior que los vampiros no deberían tener. El corazón.

Lestat, la ciudad donde sucederán todos los hechos, ese lugar que acoge a millones de personas cuyas historias son tan trágicas. Y la historia de un humano y un vampiro que se conocen del modo más bizarro posible.

Habrá que encontrar una respuesta a la pregunta más importante; ¿Quiénes son las verdaderas bestias aquí?