Muy buenos días, tardes o noches, queridos lectores fantásticos, espero se encuentren muy bien y estén listos para conocer una nueva bestia de ensueño.

En esta entrada vamos a llevarlos a través del tiempo y del espacio hasta el antes territorio de las culturas mesoamericanas, ahora zona que abarca México, parte de Guatemala y Belice, para hablar de una de sus leyendas más populares: los nahuales.

¿Qué son?

La palabra nahual tiene origen en la lengua náhuatl con nauhallí, que según varias traducciones puede significar lo oculto, doble, disfrazado o proyectado.

Son diversos los rumores de nahuales, dependiendo de la región en la que se cuenten, pero en la mayoría se habla sobre brujos o hechiceros, hombres o mujeres que vendieron su alma al demonio obteniendo así la capacidad de transformarse en algún animal, ya sea un perro negro, una serpiente con capacidad de hablar, burros sin cola ni orejas, gavilanes, comadrejas, lobos y tecolotes.

No es poco común escuchar en zonas rurales el lado oscuro de esta leyenda, donde viven quienes aseguran que estos seres espectrales tienen como único propósito llevar el mal y la enfermedad al hogar de las personas, causándoles la muerte, alimentándose de sus almas o llevándose a sus niños.

Entre los relatos más frecuentes está el haberse encontrado, durante la noche, con animales que al acercarse, su rostro se transforma en el de un ser humano, divisar mujeres hermosas con el rostro de caballo, a la distancia ver bolas de fuego o la anécdota en la que al cazar a un animal, el cadáver se convierte en el de una persona.

Sin embargo, esta leyenda que se ha ido transmitiendo de generación en generación, no siempre fue tan siniestra, pues los nahuales llevan siendo parte del imaginario colectivo desde la época prehispánica, más o menos desde hace tres mil años.

En códices como el Borbónico, se cuenta que los nahuales no eran vistos como buenos o malos, sino que eran sacerdotes que tenían la habilidad de adoptar la forma de su toná  o tonallí.

Según la cosmovisión mexica, cada persona viene al mundo con un toná, es decir, "el calor de la vida", algo así como lo que entendemos como alma, un compañero o guardián que funge como guía y que posee la forma de un animal representativo para la persona o, en algunos casos, un fenómeno de la naturaleza como el viento, el granizo, la lluvia o los rayos. Se trata de un vínculo con el entorno natural que se rompe solo con la muerte.

Detrás del mito.

En los escritos de los frailes que aún exploraban la Nueva España, se describe lo común que era contar con diversos tipos de magos, hechiceros o brujos con un rol distinto dentro de la sociedad.

Entre estos estaban los nahualli, quienes podían ser benéficos o maleficios, eran personas que representaban a una deidad, a quienes les eran otorgados sus dones.

De esta forma, los toná  oscuros hacían tomar malas decisiones a sus acompañantes humanos que estaban designados a propagar la discordia, la enfermedad y la muerte entre la población. Mientras que a sus contrarios se les veía como sacerdotes, sabios encargados de proteger tanto los espacios sagrados como el conocimiento y a su comunidad.

Estos hechiceros gozaban con los dones de manejar la lluvia y el granizo de modo que favoreciera las cosechas, tenían poderes de adivinación, de curación y también servían de consejeros a través de sueños.

Se transformaban en cualquier animal, aunque con mayor facilidad en el de su tonalí, o se dormían abandonando su cuerpo en la forma del animal dando siete vueltas alrededor de sí mismos para protegerse y poder trasladarse.

Nahuales famosos.

Por otro lado, dentro del panteón mexica, se pueden encontrar varios ejemplos de nahuales como lo son el dios Huitzilopochtli, que tomaba la forma de un colibrí, Xólotl, que se convertía en perro, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, o Tezcatlipoca que, dependiendo, podía ser un jaguar, un guajolote o un coyote.

Otros nahuales famosos fueron un líder May Quiché, de nombre Tecún Umán que en tiempos de guerra se convertía en águila, así como la nuahual Quilaztli y el rey de Texcoco que preveía el futuro.

Otros brujos semejantes.

•Otro tipo de magos de la época eran los tlatlacatecolo, los hombres búho, que podían convertirse en lobos, coyotes o lechuzas y tenían el propósito de causar perjuicio hacía los demás.

•También estaban los dominadores de meteoros, quienes controlaban las fuerzas de la naturaleza en grupos de 10 a 12 y tenían la habilidad de ahuyentar el granizo y las nubes.

•Otros eran los tlaciuhque, cuyos poderes abarcaban la adivinación al observar señales y fenómenos astronómicos como los eclipses, viajaban al mundo sobrenatural, practicaban sortilegios y leían el destino de los hombres y los sueños. Eran bastante respetados y queridos.

•Los tepatianí eran médicos que podían devolver el tonallí   perdido a las personas y extraían tonallís nocivos de los niños.

• Los ilusionistas hacían arder las casas, se cortaban algunos miembros para después restituírselos y transformaban cosas.

¿Cómo se protegían de los nahuales?

•Con amuletos.

•Se ponía un recipiente con agua en el que se colocaba una navaja o un pedernal, que se colocaba en la puerta o en el patio.

•Con la luz del día.

•Se le cortaba el cabello al hechicero.

¿Cómo obtenían sus poderes?

Tenían varias formas de obtenerlos, lo hacían a través de herencia paterna, practicando arduamente, leyendo libros sagrados o incluso, bañándose en cenizas.

Viaje al Inframundo.

En la cultura de los tzotziles de Zinacantán el alma humana recibía el nombre chulel, mientras que el toná, era conocido como chanul.

Ellos creían que cuando alguien moría también lo hacía su chanul, así que este regresaba al Inframundo y se quedaba a la espera de un nuevo dueño.

Otras culturas y referencias en la cultura pop.

Desafortunadamente, con la llegada de la conquista española, la imposición de la religión y las sangrientas y desalmadas persecuciones por parte de la Santa Inquisición, que se encargaron de erradicar las creencias originarias de los pueblos nativos, se desvirtuó la imagen de los nahuales y la leyenda se deformó hasta lo que hoy hemos podido saber, vinculando a estos seres con pactos demoníacos, como solía hacer la iglesia católica con todo lo que le parecía incomprensible.

No obstante, resulta curioso que, en otras culturas, como en la de los chamanes de Siberia, alejadas en tiempo y lugar, también fueran creyentes de un espíritu guía con forma de un animal determinado, y aunque, claro, es comprensible, pues en la antigüedad las metáforas que entremezclaban la cotidianidad con la naturaleza servían para explicar los distintos fenómenos que ahora podemos desmenuzar a través de la ciencia, sigue siendo un dato que no deja de llamar mucho la atención.

Es así como podemos observar el referente a esta "teoría espiritual" en algunas obras literarias y proyectos de Hollywood, tales como la película animada Tierra de Osos (Hermano Oso) donde cada persona tiene un tótem que resulta ser su alma con la forma de un animal que representa sus afinidades y donde vemos al protagonista transformarse en el suyo, un bello oso pardo.

También se hace referencia a esto en la heptología de Harry Potter, donde hacen alusión a los patronus, conjuro que los magos utilizan para invocar seres de energía positiva a través de sus recuerdos más intensos y que toman la forma de un animal en específico con características que los identifican.

Otro ejemplo importante, es el que se hace en la trilogía de Philip Pullman, La Materia Oscura, dónde parte importante de la trama gira en torno a los daimonions, seres estrechamente ligados al alma de los humanos que cambian de forma hasta que su dueño llega a la pubertad, su personalidad se termina de definir y finalmente estos toman la forma del animal que más se asemeja a los personajes.

Entonces, bueno, esto ha sido todo sobre nahuales por hoy, espero hayan disfrutado de la entrada.

¿Qué opinan?

¿Habían escuchado hablar de ellos?

 ¿Tienen alguna anécdota cercana o no tan cercana que sepan al respecto? Y, de ser un nahual, ¿en qué animal creen que se podrían transformar? 

Esta es una pregunta que yo me he hecho por mucho tiempo y he llegado a la conclusión de que sería un bonito oso panda come bambú que pasaría sus días durmiendo y rodando por la hierba.

Gracias por leer, ¡saludos mágicos y hasta la próxima!

Escrito por Anheleis_HP.