LA QUARANTAMAULA
La Quarantamaula, Corantameula, Cucamaula o Quicamaula es una criatura misteriosa, de origen demoníaco, un ser fantástico y mutante propio del imaginario valenciano (una región de la costa mediterránea de España) que los adultos usaban para dar miedo a los niños maleducados.
Es la criatura más espeluznante de todas. En general, se dice que tiene tres formas: caracol, gato y criatura mitad gallina y mitad gato con afiladas garras. Se dedica a secuestrar niños tras haber llamado a su ventana con piedras.
Más concretamente, en Tibi dicen que es un monstruo medio humano y medio gallina, con la mitad del cuerpo cubierto de plumas, las patas largas y el cuello como un buitre y que tiene su madriguera entre los cañaverales del pantano. En la Vall d'Albaida se cree que es una bruja que se asemeja a un gato y hace lo que más les gusta a los gatos, subir a los tejados y así ir de casa en casa, hacer sonidos y atemorizar a los niños. Hay quien cree que con solo mirarte te puede fulminar.
En otras zonas incluso adopta la forma inofensiva de caracol o gato. En cualquier caso, siempre se repite la idea de ser una criatura que va por los tejados y hace ruido con piedras contra las ventanas. Esta criatura que tiene tantas formas, nos recuerda que las formas del mal son infinitas y caprichosas.
Otros afirman que es un caracol y que parece inofensivo, pero solo lo parece. Se dice de la Quarantamaula que se lleva a los niños y niñas, sobre todo a aquellos que no se portan bien y son desobedientes. Para llevar a cabo sus malvados propósitos, lanza una piedra contra las casas en las que viven los pequeños para que los adultos, al oír el ruido, salgan a ver qué pasa. En ese momento, aprovecha para entrar y llevarse a los pequeños que se han portado mal. Si alguien la oye, debe avisar gritando: «¡La Quarantamaula!», así la población puede encerrarse en sus casas. Cuando eso ocurre, cesa toda actividad. Los comercios cierran las puertas y la gente suspende sus labores cotidianas.
Además del ruido que hace, se sabe que está cerca a causa del pútrido olor de su aliento. Es tan tóxico, que las fachadas de las casas se deterioran, los objetos de hierro se oxidan y la mala hierba invade calles y plazas.
No está comprobado, pero hay quien asegura que en su guarida esconde un fabuloso tesoro fruto del saqueo y el chantaje al que la monstruosa criatura somete a sus víctimas y familiares.
Escrito por LauraDadaCuentista
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