Capítulo 24
La campana, que anteriormente dió inicio al combate ahora marcaba el final de este mismo. Entonces, el árbitro se acercó a la ganadora para poner en alto su puño dando por terminada la pelea. Yadira "La Loba Afgana" consiguió llevarse la victoria a los 2 minutos con 14 segundos del sexto round. Su respiración pesada demostraba que la batalla fue dura y ahora se encontraba asimilando cómo fue que ganó en aquel intercambio de golpes mientras volvían a colocarle el cinturón alrededor de la cintura.
—Yadira, tienes algunas palabras que decir tras una defensa exitosa de tú cinturón? —No tardaron en aparecer los reporteros para dar cobertura a tan impresionante victoria. —Fue una gran pelea, me sentí presionada varias veces, pero dejé algo bien claro: El campeonato mundial de peso gallo solo tiene y tendrá una dueña y esa dueña soy yo. —La victoria de Yadira acompañada de esa brutal declaración ocasionó una gran euforia en todo el estadio que vitoreaba el nombre de la campeona. Dentro del ring, la campeona veía como su rival se marchaba de la arena siendo apoyada por un hombre que la cargaba con suma delicadeza y preocupación. —"Aunque yo haya ganado la pelea, lo cierto es que tú también merecías la victoria. Durante ese último intercambio de golpes pude sentir que peleabas por algo más que un cinturón, buscas estar en la cima." —Pensaba la loba quien posaba para las fotos para inmortalizar su defensa del campeonato.
Ya en los vestidos, Jessica sollozaba tratando de no hacer ruido golpeando repetidamente las paredes repitiéndose cómo fue que colapsó estando a segundos de ganar. —Mierda, sí solo hubiera seguido un poco más... Tal vez sí entrenaba más duro, lo habría logrado. ¿Que voy a hacer? —Se decía a si misma con la mirada destrozada al igual que su orgullo, pero pese al dolor físico y emocional podía ser atendido por más fuerte que sea sí tenía a alguien con quién compartir dicho sufrimiento.
—Vamos a seguir adelante, cielo. Siempre voy a estar contigo. Ahora ven, tengo que curar tus heridas. —Anthony le dió un beso a su esposa ayudándole a caminar hasta el consultorio del estadio donde el propio doctor ayudó a tratar a su mujer.
Una semana pasó después de la pelea por el cinturón mundial y tal como era de esperarse, Rachel Williams intensificó su entrenamiento para volver a afinar su antiguo estilo salvaje de pelear, a partir de ese día apuntaba a conseguir el ahora vacante Cinturón Nacional de Peso Gallo. Claro que para soñar con llegar a él, aún tenía una pelea contra la segunda mejor boxeadora de su división. Bella Quintero, una pujilista de enorme trayectoria que alguna vez fue campeona al igual que Rachel y que figuró como una de las mujeres más fuertes de su época, una dama con mucha experiencia en el ring.
—Escucha bien, tu oponente es una veterana del boxeo y dominó por mucho tiempo la división de Peso Ligero. Usa combinaciones que muchos podrían llamar anticuadas pero sabe cómo romper guaridas iniciando el round. Si no tienes cuidado, Bella podría ganarte. —Simón alentaba a su boxeadora a entrenar cada vez más duro obligándola a subir su resistencia para aguantar combates más largos. —Tú estilo hostil no servirá de nada contra tu rival. Ella tiene experiencia de sobra y sabrá cómo neutralizar tus golpes, así que la mejor estrategia será combatir usando técnica y velocidad para ir con todo desde el principio. —El entrenamiento especial hizo a Rachel sentirse como en sus primeros días en que visitaba el gimnasio del viejo. Simón veía a su alumna de buen humor luego de que fue a ver la pelea de la campeona, no quería preguntarle que fue lo que le cambió su actitud porque lo sabía. —"De seguro se retorció de alegría viendo como Jessica Martinez fue derrotada en la escala mundial."
Toda la vida de la boxeadora estaba girando nuevamente en torno al boxeo. Alejandra veía con sorpresa como su amiga se levantaba muy temprano para salir a correr, volvía a casa a tomar una ducha y volvía a salir al gimnasio en las tardes y reservando todas las noches volviendo risueña. En una de las tantas salidas nocturnas de su amiga, Ale detuvo a Rachel queriendo preguntar algo que le carcomía la cabeza. —Espera Ray, podemos hablar? Es que siento que han pasado muchas cosas y ya no hemos salido a ningún lado a charlar. —Las palabras de su amiga fueron un freno a la acelerada vida que Rachel estaba llevando. La mujer canceló a último minuto su salida para poder ir a cenar con su mejor amiga.
—Entonces, de qué querías hablar? —Preguntó Rachel. —Quiero saber cómo llevas todo este tema del boxeo, digo no quiero decir que no me alegra que hagas lo que te gusta pero, no quiero que conviertas al boxeo en una obsesión. —Tal comentario se sintió como una explicación nuclear, Ale ya esperaba ver a una Rachel a la defensiva o incluso contempló que su amiga se molestaría con ella. En cambio, Rachel le sonrió entendiendo sus preocupaciones. —Estoy bien, de hecho conocí a alguien y él me está haciendo ver la vida de una forma que nunca antes me había planeado. —Alejandra se quedó sorprendida por la noticia, creía que su amiga Rachel había vuelvo a abrir su corazón y estaba lista para enamorarse otra vez. —¿Y cómo es él? ¿Dónde lo conociste? ¿Ya te lo "comiste"? ¿Es guapo? ¿Tiene hermanos? —Las dos amigas se reían por todas las preguntas que Ale hizo, en cierto modo les recordaba como era tener una vida más tranquila y simple. —Que puedo decir, es un hombre que sabe lo que quiere y hace lo que sea para poner a prueba su forma de ver la vida. Lo conocí el día en que no fuí a dormír al departamento y sí que me lo "comí".
Todas esas descripciones podrían ser del hombre de ensueño. Sin embargo, la realidad era que el enamorado de Rachel era el jefe criminal más grande del Distrito 13 y un asesino desquiciado. Dilan Mark.
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