vii. good boy
vii
( good boy )
CUANDO LUKE RECIBIÓ su carta de hogwarts no necesitó una charla con su madre para comprender que sería bastante difícil para ellos el simplemente asistir a la escuela por el apellido y el pasado que cargaban con ellos. Luke siempre se consideró lo bastante inteligente para comprender cosas con facilidad, siempre tuvo ese don, era una persona que, hasta donde creía, se ceñía por la lógica, que pensaba antes de actuar, que siempre tenía su mente activa y siempre pensaba con la cabeza fría.
Y así había sido desde que tenía memoria. Tenía una lengua afilada y solía hablar con seguridad, porque jamás diría nada sin estar seguro y haber confirmado en más de una fuente la información que estaba soltando. Ese era Luke. No había una razón aparente por la que parecía ser un cerebrito, por la que parecía salir del margen de personalidades que se destacaban en su familia —y por eso se refería a las únicas dos personas aparte de él que hacían parte de su familia; su madre y su prima, Skye— y tampoco quería encontrarla. Lo menos que Luke quería saber era que toda su personalidad estaba basada en la respuesta a algún tipo de trauma que no recordaba.
Y esa facilidad para entender su entorno con rapidez fue lo que le llevó a darse cuenta que su familia no era aceptada en el mundo mágico y, por consiguiente, sus años en hogwarts no serían nada fáciles. Entonces, Luke, tan pronto recibió su carta, supo que les haría a todos tragar sus palabras. Se había propuesto ser el mejor estudiante que jamás había pisado la escuela de magia y hechicería británica, no solo académicamente, sino disciplinariamente también. Pero en el transcurso de un par de un par de meses, las cosas habían dado un giro casi increíble.
Empezando por el hecho de que había terminado clasificado en la casa que menos esperaba. Gryffindor, la casa de los valientes y muchas otras cualidad que simplemente se sentían impropias del rubio. ¿Osado? ¿Impulsivo? ¿Protector? ¿Idiota? Jamás, jamás en su sano juicio se hubiese descrito a si mismo con aquellas palabras. En realidad, si hubiese sido por el, se hubiese puesto as sí mismo en Ravenclaw, tal vez, incluso en Slytherin, antes de haberse clasificado en la casa de los leones. Sin embargo, después de ver como las últimas semanas se habían desarrollado, empezó a ver por qué el sombrero lo había puesto en aquella casa.
Luke era un idiota impulsivo con humor terrible cubierto por la fachada de ser un cerebrito sarcástico con un humor terrible —al menos seguía manteniendo la misma cualidad de ser malhumorado y bastante malhablado—, lo cual había sido una gran sorpresa. No en el buen sentido, ¿imagínate descubrir que eres un idiota y no alguien inteligente como creías? Aunque, bueno, Luke seguía teniendo notas impecables, así que no todo estaba perdido.
Pero, ¿inteligencia emocional? ¿Inteligencia social? ¿Inteligencia inter e intrapersonal? No, claro que no, a él háblale de fechas y datos. Y, por esa razón, luego de haber tenido lo más parecido a un derrumbe donde había llorando más veces de lo que lo había hecho en toda su vida, Luke decidió reflexionar y cuestionarse qué había hecho mal para llegar a aquel punto. Y, bueno, había hecho mal muchas cosas, empezando por el hecho de que más de la mitad de las personas con las que compartía habitación lo odiaban lo suficiente como para importarles un bledo que Luke hubiese desaparecido después de la última clase y hubiese llegado con los ojos hinchados y pálido del frío.
Pero, como ya había dicho, Luke reflexionó bastante esa noche y había decidido que empezaría a hacer las cosas bien. Trataría de vivir lo mejor que podía, si él estaba tranquilo porque hacía las cosas bien, entonces, las cosas que vendrían no podían ser tan malas, ¿verdad? Y, en su lista de redención de tres puntos, el primero era Neville —en realidad, era Skye, pero tenía tanto miedo de tocar ese tema, que la había movido uno punto abajo—. Le pediría perdón a Neville por... bueno, todo y le diría que, si quería, no tenía que ser su amigo. Luke jamás le haría daño porque le quería bastante, entonces, podía alejarse sin el temor de que la furia Carstairs cayera sobre él.
El niño arrastraba los pies saliendo de la habitación, cuando Potter y Weasley entraron como un torbellino, llevando un paquete en la mano. Solo tuvo que darle un vistazo para darse cuenta de que era una escoba. Aunque sintió que su corazón se hundía en su pecho ante la idea no estar en el equipo de quidditch, recordó la promesa que se acababa de hacer, así que le sonrió al azabache.
—Oye, Potter —le llamó. Pudo ver como el pelirrojo rodó los ojos al escuchar la voz del pequeño rubio. Por su parte, Potter apretó los labios con fuerza y le miró, como esperando que soltase un comentario malintencionado—. Felicidades por el puesto en el equipo. Y por tu escoba —con un dedo apuntó el paquete y le regaló una sonrisa ladeada—. Y suerte en el primer partido... ¿será pronto?
Tanto Potter como Weasley se miraron con sorpresa al escuchar el tono amigable en el ojiazul. Había algo diferente, su semblante ya no se veía hundido en el enojo y sus ojos ya no brillaban con ira. En cambio, un aire nostálgico, como si estuviese en medio de un duelo con una tristeza profunda, lo rodeaba por completo. Luke Carstairs se veía especialmente diferente ese día. El pelirrojo se encogió de hombros y habló.
—Su-supongo que sí.
Luke asintió lentamente con la cabeza, entonces sonrió abiertamente. Los dos contrarios parecieron realmente sorprendidos de verle sonreír, como si nunca lo hubiesen visto hacerlo. Su sonrisa era tan radiante que parecía brillar y tan grande que incluso sus hoyuelos se le habían marcado en las mejillas. Se veía tan inofensivo, como si le hubieran dado un te calmante.
—Nos vemos chicos. Por cierto, feliz halloween.
Luke salió de la habitación con el estómago pegado y el corazón pateándole con fuerza en el pecho. Tenía la garganta seca y creía que podría desmayarse en cualquier segundo. Estaba asustado pero a la vez, eufórico. ¡Lo había logrado! ¡Había mantenido la calma! Luke se sentía como s caminara sobre las nubes y añoraba esa sensación de plenitud parcial. Entendió, entonces, que realmente le gustaba pensar y no dejarse llevar por sus emociones y actuar de forma impulsiva. El chico salió a la sala común completamente renovado. La sonrisa que tenía en los labios era pequeña pero era genuina y sus ojos parecían haber recuperado su chispa juguetona de siempre.
Estando ahí, el chico inhaló aire y se acercó al castaño que trataba de acomodarse la mochila encima, tocando el hombro de Neville, quién saltó asustado, lanzando la mochila lejos, pero al ver el rostro de Luke se calmó.
—Lo siento —se apresuró a decir el ojiazul—, no quise asustarte —Luke se agachó, tomando a mochila entre sus manos y tendiéndosela, mientras mantenía una mueca incómoda.
—Está bien —Neville ladeó la cabeza, y tomó la mochila, acomodándosela, mientras retomaba su caminata hacia el gran comedor con el fin de tomar el desayuno—. Tu uniforme aún no te queda —señaló, mientras lo miraba preocupado.
El rubio se encogió de hombros.
—Hice mal el hechizo agrandador —respondió suavemente, con la mirada en sus zapatos.
—¿Hechizo agrandador? —cuestionó Neville.
—Me lo enseñó la profesora Thorne —él suspiró y luego miró al castaño de reojo—. Me tomó como su aprendiz.
Neville arqueó las cejas con sorpresa, mientras le miraba, claramente procesando la información.
—No debería sorprenderme, eres el chico más inteligente en nuestro curso.
—No diría que el más inteligente, pero... gracias —el rubio le regaló una sonrisa incómoda e incluso Neville pareció sorprendido por ese acto. A pesar de su altura, Luke se sintió minúsculo ante la mirada del castaño y se preguntó seriamente si Neville si quiera sabía lo importante que su amistad era para él. Eso lo hizo sentir peor, había sido un amigo horrible—. Este... ¿podemos hablar?
Neville se detuvo y lo miró, ceñudo. —Según yo, ya lo hacíamos.
—Esto es una conversación trivial, me refería a algo más... ¿profundo? Merlín, eso suena tan ridículo —Luke soltó aire, mientras se revolvía el cabello, importándole muy poco su gran copete—. Quería disculparme contigo por ser un terrible amigo, estos últimos meses he estado fuera de mí mismo y he actuado como un patán y también entiendo que ya no quieras que te hable porque...
—Luke —interrumpió el castaño, mientras reprimía una risa—. ¿Estás bien?
—¿Eh?
—¿De qué te disculpas? —Neville volvió a fruncir el ceño—. Es cierto que eres algo temperamental pero, todo ha tenido su motivo. Mira, Seamus ama molestarte y después no se lo aguanta, además no es como que los demás estudiantes en hogwarts sean amables en lo más mínimo. Que hayas actuando con enojo, es solo una consecuencia —Luke quiso reprochar el argumento del castaño, pero este se apresuró a seguir hablando—. Y sobre nuestra amistad: me ayudas con las tareas, me explicas las asignaturas que no entiendo, me enseñas a usar bien la varita y, me ayudaste a aprender a montar una escoba, salió fatal, pero lo intentaste.
—Sí, pero...
—Pero nada. Seguimos siendo amigos —Neville se acercó y le dio un empujón—. ¿Qué sucede contigo que andas tan sentimental?
Luke solo se encogió de hombros y tiró de la corbata, intentando que no le apretara tanto. Neville le miró con preocupación.
—Quizás deberías escribirle a tu mamá, ya sabes, para contarle todo —con la mano señaló el uniforme de Luke— esto.
—Nah, solo la preocuparía —Luke se encogió de hombros—. Andando, muero de hambre.
Ambos soltaron una risita baja y salieron de la sala común, ambos hablaron todo el camino, hablando de cosas triviales, en las cuales Neville le contó lo que sucedió con el perro de 3 cabezas. Al llegar al Gran Comedor, varias personas les lanzaron miradas extrañas, como si no comprendieran porqué rayos Luke Carstairs se veía tan enorme o por qué su uniforme estaba tan pequeño. Neville miró a Luke con preocupación, como esperando que reaccionara con enojo, pero él siguió caminando con tranquilidad, como si no le molestara. Sin embargo, la presión de todos aquellos ojos en él causó que se le aguaran los ojos y se sintió tan ridículo de estar a punto de ponerse a llorar, que se sentó con rapidez y trató fingir que todo estaba bien.
Luke era un buen chico, todo estaba bien.
Durante el día, la mente de Luke estuvo constantemente funcionando, pero no para lo que él necesitaba. No había prestado mucha atención en clase, por lo que había estado distraído y no había mostrado ningún avance en transformaciones, respondió mal una pregunta de Snape, recibiendo 5 puntos menos para su casa y no logró hacer el hechizo a la primera en encantamientos. Él estaba tratando de mejorar su rendimiento emocional, así que supuso que estaría bien que no se esforzara académicamente un día.
Cuando salió de clase de encantamientos, él y Neville iban discutiendo el hechizo agrandador que la profesora Thorne le había enseñado. Adelante de ellos, iban sus compañeros de habitación junto al chico Thomas —Luke no recordaba su nombre y ni siquiera le resultaba lo suficientemente importante como para tenerlo en mente—. Sin siquiera evitarlo, ambos escucharon.
—Es leviooosa, no leviosaaa —habló Weasley, mientras rodaba los ojos—. Es una pesada, no me extraña que no tenga amigos.
Pudo ver como Hermione Granger se detuvo un milisegundo a su lado y le lanzó una mirada a Luke, directo a los ojos. Los marrones de Granger estaban llenos de lágrimas, pero había algo más, había entendimiento, aquella chispa brillaba en ellos. Luke supo que Hermione creía en las palabras de él y sintió, de nuevo, como el alma le caía a los pies. Quiso detenerla, decirle que se había enojado con ella y no había pensado mucho en lo que había dicho, pero la castaña se alejó antes de que pudiera acercarse. La escuchó como intentaba sollozar en silencio y, en su distracción, chocó con Weasley. Luke se vio a sí mismo en Hermione, de nuevo, pero se detuvo, con una mueca plasmada en el rostro.
No creía que fuese correcto acercarse en ese momento. Ella necesitaba espacio... no, necesitaba a alguien que la consolase y ese definitivamente no era Luke. Él no sabía consolar y verla llorar lo ponía nervioso, lo menos que quería era hacer un daño peor, así que se mantuvo en su lugar, resoplando por lo bajo. Hermione estaba en su lista de redención, era el segundo punto —en realidad, era el último, pero seguía teniendo tanto miedo de arruinarlo de nuevo, que la movió hasta el final.
—Pobre chica —murmuró Neville—. ¿Crees que esté bien?
Pero Luke sacudió la cabeza.
—No... hoy, en el banquete, invitémosla a sentarse con nosotros, ¿sí?
Neville pareció complacido.
Un par de horas después, Luke se encontró de camino al Gran Comedor, para la fiesta de Halloween, junto a Neville, mientras seguían hablando de cosas. Neville lo estaba poniendo al día con las cosas que Luke se había perdido por haber estado muy centrado en su deprimente vida, cosa que aún no había acabado porque ese día, cuando se metió al baño a ducharse para alistarse para el banquete, había salido a buscar su uniforme, solo para hallar la sorpresa de que habían desaparecido. El rubio había estado tentado en gritar y maldecir a todo el mundo, pero se contuvo. En vez de quedarse atrapado, perderse la cena y morir de hambre, Luke se puso su pijama más nueva y más bonita y bajó al banquete con la túnica puesta
Se sentía completamente avergonzado de haber bajado en pijama y creía que en cualquier momento le regañarían por hacer aquello. Sentía que podría romper a llorar en cualquier momento, pero para su sorpresa, pudo decir que se encontró asombrado cuando vio el Gran Comedor, donde las decoraciones de Halloween le hizo olvidar el desastre con su uniforme y el hecho de que llevaba pijama. Mil murciélagos aleteaban desde las paredes y el techo, mientras que otro millar más pasaba entre las mesas, como nubes negras, haciendo temblar las velas de las calabazas.
El festín apareció de pronto en los platos dorados, como había ocurrido en el banquete de principio de año. Luke tomó un plato balanceado, ensalada, carne, pollo y patatas fritas. No había mucho de algo ni muy poco.
—Linda pijama, Castairs —la voz de Seamus Finnigan rompió el bullicio.
Luke terminó de ayudarle a Neville a servirse comida porque no alcanzaba los platos y le miró con una sonrisa. Luke sentía la ira latir en su pecho, quería tomarlo del cuello y estrellar su fea cara contra la mesa una y otra vez, pero se contuvo.
—Gracias, Seamus —murmuró Luke, antes de ensanchar su sonrisa. Los demás Gryffindor a su alrededor, se miraron extrañados ante la actitud del rubio—. Aunque no fue una elección a propósito, alguien escondió mis uniformes.
Seamus se puso pálido gradualmente, luego frunció el ceño y pareció enojado. —¡¿Me estás acusando?! ¡¿Es eso?! —el chico parecía verdaderamente enojado.
—Eso no fue lo que dije —Luke se encogió de hombros—. Si ves mis uniformes por ahí, avísame. No me gustaría seguir andando en pijamas.
Neville y Luke rieron levemente al ver la cara desconfigurada del muchacho frente a ellos, entonces el castaño con rostro regordete, habló.
—Oigan, ¿han visto a Hermione? Luke quería invitarla a comer con nosotros pero no ha llegado...
—¿Querías invitarla a comer? —soltó Ron, como si fuese la cosa más extraña del mundo—. ¿Tu?
Luke evitó rodar los ojos.
—Bueno, sí. Digo, no es por pesar, pero... puedo decir que... eh, en ciertas medidas, valoro su inteligencia y, a pesar de todo, no me molesta su ingenio.
—Le cae bien —resumió Neville.
Cuando Luke fue a protestar, la puerta del Gran Comedor se abrió de golpe, logrando que todos en la mesa giraran la cabeza para observar al ofuscado profesor Quirrell correr hacia el centro de la estancia.
—¡Trol en las mazmorras! —gritó mientras corría—. ¡Trol en las mazmorras! —volvió a gritar, el pánico inundando su voz—. Pensé que deberían saberlo —Y luego se desplomó.
Como si de una coincidencia se tratase, un trueno resonó por todo el lugar, causando que la mayoría de primer año soltasen gritos agudos, seguidos por un horrible revuelo que se causó en todo el Gran Comedor. Luke no gritó porque no se había asustado por el rayo, su mirada voló a la mesa de Hufflepuff para asegurarse de que Skye estuviera bien y se tranquilizó al verle rodeada de sus amigas. Entonces, él y Neville se miraron, el castaño estaba asustado y Luke le tomó del hombro para tranquilizarse.
—¡Silencio! —Dumbledore soltó un grito grave, tan poderoso que todos aquellos que se pararon de sus mesas con histeria y gritos, giraron sus cabezas para observar al profesor—. No debe cundir el pánico. Ahora, los prefectos los guiarán a sus dormitorios en sus casas. Los profesores me seguirán a las mazmorras.
Percy Weasley, el prefecto de Gryffindor se apresuró a juntar a todos los estudiantes de su casa, gritándole a los de primer año que se juntaran en filas y que no le temieran al trol. Luke hizo caso, se posicionó detrás de Neville, con Harry y Ron tras su espalda. Mientras caminaban hacia su sala común, fue como si su cerebro se hubiese iluminado, el rubio giró en su lugar y miró a Harry y a Ron con el ceño fruncido.
—Weasley —dijo con voz baja—, ve a buscar a Hermione. No sabe nada del trol, podría estar en peligro.
Ron lo miró como si estuviera loco.
—¿Por qué yo? Yo también le temo al trol —se negó—. Quién la manda a querer hacerse la dramática y llorar en el baño de niñas.
Luke le dio un zape en la cabeza.
—¡Hey! —se quejó Harry.
—Tu, cierra el pico —el rubio le señaló—. ¿Es que acaso debo recordarte qué comentarios la hicieron ir a llorar al baño? —Ron se enfurruñó—. ¡Los tuyos, gran idiota!
—¿Y por qué no vas tu a salvarla? —se quejó el pelirrojo.
—Porque yo no soy idiota. Si yo voy, la mitad de esta escuela creerá que yo metí al trol y la otra mitad creerá que fui a asegurarme de que el trol haya matado a Hermione, no quiero que me lancen más odio del que ya cargo, gracias. En cambio, tu irás con el santito de Potter. Nadie lo pintaría capaz de hacer algo malo. ¡Es San Potter!
Harry pareció especialmente ofendido por el comentario de Luke, pero su expresión se volvió comprensiva. El de gafas miró a Ron, como exigiéndole que fuera.
—Oh, ahora si me la gané —murmuró al cielo, enfadado, al ver que tanto Luke como Harry, lo miraban esperando a que cediera—. Que Percy no nos vea.
Luke observó como ambos se escabullían fuera de la fila de Gryffindors y el rubio se aseguró de cubrirlos lo más que pudo. Cuando se perdieron en la oscuridad, se posicionó junto a Neville y rogó que ninguno de los 3 resultase verdaderamente herido o no podría vivir con la culpa de haber enviado a esos dos a su tumba. Para cuando llegaron a la sala común, Luke fue incapaz de subir a su habitación, él caminaba de un lado a otro, esperando a que alguno de los tres regresase luego de que los hubiese enviado.
Había sido una pésima idea, una muy mala idea. O mejor, debió haber ido él mismo para asegurarse de que nada malo pasara. Cuando estuvo a punto de salir de la sala común, escabulléndose para que no lo pillaran saliendo cuando debían estar festejando Halloween en la sala común, la puerta se abrió y Hermione entró cubierta de polvo. De inmediato, él corrió hacia ella.
—¡¿Estás bien?! —le preguntó, tomándola de los hombros y girándola en su eje para asegurarse de que no tuviera ninguna herida en el cuerpo.
Hermione sacudió las manos de Luke con un manotazo.
—¿Tu estás bien?
—¡Estaba preocupado! —dejándose llevar, la rodeó por los hombros, llevándosela al pecho—. Eres estúpida, ¿cómo te vas a dejar atrapar de un trol, Granger?
Hermione se congeló en su lugar, mientras escuchaba el rápido latido del corazón de Luke. Entonces, como si la realidad le hubiera caído encima, el rubio se separó de ella con un salto hacia atrás. La castaña casi pudo reír al verlo tan sonrojado.
—Me mañana que estés alegra, Granger. Nos vemos bien.
Y el chico huyó por las escaleras, camino a su habitación, con el corazón latiéndole en el pecho como un caballo. ¿Qué rayos le estaba pasando?
*aparece como 50mil años después* hay alguien aquí todavía?
oigan, me había olvidado de mi universo de harry potter perdón, es que cree uno de stray kids y me dejé consumir. pero volver a escribir a luke fue lindo, lo extrañaba, de verdad es mi personaje fav. el capítulo de hoy fue muy raro porque lo lleve raro. en mi defensa, estoy enfermísima y quería terminarlo para ustedes.
creo que quedó bien, en fin, viva el lumione. los amo mucho y espero que disfruten de este regalito ldskjdskj , nos vemos en el próximo.
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