Capítulo 8



En situaciones como aquellas, existían distintas formas para pasar inadvertidos, pero no estaba funcionando. Quizás habría sido mejor ir a un motel, pero con el uniforme escolar no los habrían dejado ni asomarse por las puertas.

Así que allí estaba Seokjin, sujetando su corbata con los labios, mientras veía la cabeza de Taehyung subir y bajar entre sus piernas. Con una mano le acariciaba el cabello rubio, y con la otra el rostro suave, sintiendo las mejillas huecas de su novio mientras le hacía una exquisita mamada. Los gemidos graves de Taehyung atravesaban todo su cuerpo, causándole escalofríos y un constante cosquilleo en el bajo vientre. Sus venas estaban hinchadas allí, y Taehyung gustaba de acariciarlas con los dedos, muy lentamente, en contraste con el trabajo rápido de su boca.

Cada cierto instante, Taehyung buscaba la mirada de su chico, sin parar de chupar, y Seokjin se sentía morir por un segundo al encontrar sus ojos. Era demasiado, no podría más, y fue aún más desesperante cuando sintió entrar un dedo bañado en lubricante. Un quejido ruidoso escapó de entre sus dientes, y sus piernas se juntaron automáticamente, apretando un poco la cabeza de Taehyung en el proceso. El rubio rió, le causaba ternura la reacción de Jin, parecía tan sensible a todo tipo de tacto, tan vulnerable.

Taehyung acarició el interior de los muslos de Jin con la mano desocupada, intentando relajarlo un poco, mientras besaba sus mejillas y labios, y susurraba palabras dulces. Seokjin volvió a respirar, lento y profundo, sintiendo ahora dos dedos intrusos jugando en el interior de su cuerpo. No se sentía capaz de acostumbrarse a algo como eso, pese a haberlo experimentado antes. Era como si Taehyung borrara su pasado con su arrolladora presencia, como volver a ser inocente, y hacerlo por primera vez. Estaba nervioso, expectante y muy, muy excitado.

Taehyung clavaba sus ojos oscuros en los de Jin, observando sus gestos de placer, grabándolos en su mente para reproducirlos una y otra vez en la soledad de su cuarto. Tomó delicadamente la corbata de entre la boca de Seokjin y lo besó, mientras metía un tercer dedo pausadamente. El mayor gimió dentro de su boca, y apretó sus hombros, enterrando las uñas, aferrándose a su piel con firmeza, como si fuera a caer. Y sí, estaba cayendo en un abismo del que no volvería a salir.

El rubio bajó nuevamente para seguir chupando, y Seokjin sabía que no faltaba mucho para comenzar con lo serio, todo lo anterior había sido simplemente un pre-calentamiento. Taehyung volvió arriba, hasta su rostro, y con la honda textura de su voz, musitó un te necesito en el oído de Jin. Mientras lo besaba, se puso el preservativo y un poco más de lubricante en su ya mojada extensión, y lentamente alineó su pene con el pequeño agujero. Entró apenas con la punta y Seokjin recogió las piernas, doblando las rodillas e intentando abrazarlas. Agarró la corbata y la mordió con fuerza, mientras Taehyung se internaba centímetro a centímetro en su interior.

Dios, se sentía tan apretado y caliente, Taehyung estaba conteniéndose para no comenzar a moverse con fuerza y evitar lastimar a Jin, pero deseaba intensamente darle con todo su ímpetu. Se compadecía al ver como las mejillas de Jin lucían rosadas y sus ojos estaban brillantes, parecía que iba a llorar, pero le sonreía con un gesto que gritaba amor. Taehyung volvió a besarlo unas cuantas veces más, mientras empujaba sus caderas y Jin comenzaba a recibirlas meciéndose suave.

Cuando estuvo completamente enterrado, se mantuvo unos segundos totalmente quieto, sintiendo la tibieza envolviéndolo, la respiración tensa de su novio en su boca, la electricidad que viajaba desde el interior de Jin hasta la punta de sus pies. Te sientes tan rico, repetía Taehyung, sin creer que finalmente estaba pasando. Seokjin, impaciente, lo tomó por las caderas para que empezara a moverse, y ahí fue cuando Taehyung poco a poco fue perdiendo delicadeza. Partió lento, postergando su placer, pero aumentando el ritmo con cada choque. Una a una las penetraciones se hicieron más potentes, más intensas, hasta el punto en que Jin gemía fuerte y claro. La corbata en su boca no había hecho más que ayudarle a contener el dolor inicial, pero no había servido de nada frente a lo exquisito de sentir a su novio alcanzando lo más profundo de su interior.

El rubio tomó las piernas de Seokjin y las presionó contra el pecho del pelinegro, dejándolo doblado a la mitad, mientras continuaba entrando más y más si era posible. Luego se puso las piernas de Jin en los hombros y entró de lleno, sentía a Jin apretarse más y gimotear aún más fuerte, retorciendo las sábanas entre sus dedos y luego aferrándose a su novio con desespero. Justo ahí, decía, no pares Tae.

Cuando sabía que le faltaba poco para correrse, abandonó el calor del cuerpo de Jin, y el mayor sintió la ausencia en su interior, suplicante y necesitada. Gimió y Taehyung lo besó una vez más, para luego pedirle con nada más que gestos que se acostara boca abajo y levantara el culo. Lo acarició, deslizando la mano por la pálida curvatura, y luego le dio una nalgada antes de meter su pene por completo. Creía que desmayaría con lo intenso de la sensación en la piel, así que se tomó una pausa para acostumbrarse al calor de Jin otra vez.

Diablos, amaba a Seokjin, era la cosa más erótica, verlo culo arriba, sus acentuadas curvas, y su carita rosada intentando esconderse en la almohada, pero a ratos mirando atrás, encontrando a Taehyung y sonriéndole con inocencia. No era posible que esos ojitos y esos labios tan puros se dejaran corromper así.

Por su parte, el mayor podía abrigar los latidos de Taehyung y sentir cada pequeño movimiento, como una caricia interior. Ya no quedaba ningún rastro de dolor, sólo la necesidad de venirse, inminente a cada segundo. El rubio comenzó a moverse nuevamente, y esta vez tomó el pene de Jin en su mano para comenzar a bombearlo y regalarle esa doble sensación deliciosa. Sólo un par de vaivenes y Seokjin comenzó a encorvar la espalda, sin poder controlar ni sus movimientos ni sus quejidos, y se vino, copioso, entre los dedos de su novio y la sábana. No pasó mucho tiempo más cuando Taehyung también se corrió, dentro del condón, pero soñando con ensuciar a Seokjin con su esencia hasta la última gota.

Cayó como un tronco a la cama, respirando duro y cerrando los ojos. Seokjin parecía tener energía para varios rounds más, y lo miraba con ternura, subiéndosele encima y acariciándole el pecho, el rostro y acurrucándose haciendo ruiditos como ronroneos. Taehyung rió, suave y grave, bajando de la nube y recuperando el aliento.

- ¿Eres real, Seokjin?

- Claro que sí, estoy aquí

Taehyung lo miró a la cara. Seokjin seguía pintado de rosa, sus labios hinchados y su respiración corta. Era real, no era un sueño ni un delirio viendo porno, definitivamente el porno no era tan bonito, ni olía tan bien como Jin.

- Eres soñado, Seokjin

- Ay, yah, no digas esas cosas

- En serio. Creo que te amo

- Dices eso por estar en un estado post coito. Es como estar drogado-

- No, Seokjin, es en serio

- Ooh... ¿no estás bromeando?

- No, de verdad te amo. Eres lo que estaba buscando. Lo de hoy fue... wow... te tenía tantas ganas, hyung, en serio me moría por follarte

- Sólo tenías que decirlo... hasta podíamos haber ido a clases. Mira, te diré un secreto

- ¿Qué es?

- Tengo llaves de todo el colegio. Podríamos hacerlo en cualquier parte

- Diablos, Jin, ¿te das cuenta lo que consigues con eso? No te dejaré tranquilo hasta cogerte sobre el escritorio de algún profe

- Si así lo quieres...

La pareja comenzó a abrazarse y besarse, cubriéndose con las sábanas y jugueteando entre cosquillas y suaves pellizcos. Taehyung no se convencía de estar viviendo algo tan de ensueño como eso y necesitaba rozar, oler, tocar, besar, y sentir en su carne que Seokjin estaba allí con él.

- Te amo, Taehyung

Seokjin se lo dijo, mirándolo a los ojos, mientras la luz de la mañana iluminaba su rostro níveo. El más joven observaba sus gestos y en ellos encontraba sinceridad, era cierto que lo amaba. Taehyung sentía lo mismo y más.

- Y yo te amo a ti, hyung

Las palabras se quedaban pequeñas. Envolvió a Seokjin en un abrazo apretado y puso la alarma para dormir una siesta hasta el segundo desayuno.



~



- Ayer no viniste, Seokjin

La voz de Namjoon sonaba tan reprobatoria como siempre, pero no con el carácter autoritario de su padre. Más bien, con la indignación obvia de esperar una explicación de por qué no apareció cuando debían juntarse a hacer un trabajo en parejas. Seokjin jamás lo había dejado plantado para algo así, solía ser extremadamente correcto en lo académico, al punto de parecer exagerado.

- Ah sí, estaba enfermo

Namjoon lo conocía bastante. Habían sido compañeros desde primaria y novios durante un buen tiempo en secundaria. Seokjin solía ser muy mentiroso, y Namjoon creía saber por qué, tras encontrarse leyendo un artículo para la clase de biología. Decía algo así como que los hijos de padres castigadores y estrictos son más mentirosos, y sus mentiras son más creíbles. Y sí, Seokjin podía dar vuelta la verdad a su antojo con mucha gente, más precisamente con sus padres, pero no, no con él.

- No te creo

Seokjin lo miró con aires de divo, y no respondió nada. Era fácil quebrar su fachada siendo directo, con Seokjin no funcionaba adularlo ni irse por las ramas. El muchacho suspiró y reconoció la verdad. – No vine por ir con Taehyung a su casa ¿Contento?

- Sí, me gusta la verdad ante todo. Pero te esperé, ¿sabías?

- Lo siento Nam. Realmente quería ir con Tae y me olvidé del mundo, no te voy a mentir

Namjoon lo entendía. En varias ocasiones también se olvidaron del mundo estando juntos. Sonrió recordando algunas veces en que se suponía que se reunirían a hacer trabajos y terminaban revolcándose en la cama mientras la madre de Seokjin preparaba algo de comer. Contaban hasta la mitad de los pasos de la señora Kim en la escalera para soltarse y hacer como que estaban concentrados en la tarea escolar.

Y esa primera vez... en que supuestamente irían a la biblioteca a buscar información y terminaron en casa de Namjoon abrazados por el sudor y sábanas. Pese a todas las cosas ocurridas entre los dos, Namjoon no tenía esa sensación incómoda al estar cerca de Seokjin tras haber terminado, y recordaba todos episodios sin rencores ni tristeza, más bien, con cariño y una sonrisa en el rostro. No había malas miradas ni indirectas, y cada uno había seguido con su vida.

Pero a Namjoon sí le preocupaba que Seokjin se volviera irresponsable.

Era cierto que a veces dejaban la escuela en segundo plano por pasarlo bien, pero, ¿faltar a clases? No era típico de Seokjin.

- ¿No crees que Taehyung-?

- No te atrevas a decir nada de Taehyung

- Hey, espera, sólo iba a comentarte algo inofensivo. ¿Me dejarías hablar?

- Habla. Yo decidiré si es inofensivo no

- No quisiera que este año te fuera mal Seokjin. Es un año decisivo, para los dos. – Vio a Seokjin blanquear los ojos con un gesto aburrido – No puedes desperdiciar tus calificaciones, tu intelecto. Entiendo que quieras hacer otra cosa, pero por favor, no te pierdas, Jin. Tae y tú pueden empezar algo, un negocio, lo que sea, pero no te quedes haciendo nada

Jin se quedo pensando un momento. Podía ser terco como una mula, pero Namjoon tenía razón. Ser un vago no era opción. Pero si pensaba en las cosas que realmente le gustaban, ninguna era digna para su padre. Le apasionaba cocinar, le gustaba el campo, también cultivar la belleza en la piel, las manos, el cabello, los rostros. El cuerpo era un lienzo y deseaba demostrarlo con sus propias manos.

- ¿Qué harás tú?

- Estoy postulando a una beca para ir a América

Seokjin sonrió. Namjoon siempre lo tuvo todo tan claro, fue siempre tan maduro. – Lo vas a lograr, Joonie

Namjoon sonrió y le dio un abrazo a Seokjin. – Lo que sea que quieras, también lo vas a lograr, Jin. Elige lo que te haga feliz, pero no te dejes encantar por la pereza

- No lo haré. Voy a hacer algo, aún si tengo que desafiar a mi familia

- Me gusta escucharlo. Ahora hagamos esta mierda, que estamos atrasados.

Seokjin se puso el lápiz en la boca, intentando concentrarse en la tarea, pero sus pensamientos volvían a Taehyung, su piel tostada, los ojos dormidos, los lunares pintados en sitios estratégicos... los labios hambrientos.

Odiaba reconocer que la gente a su alrededor tenía razón, y que Tae lo distraía.



~



La final del campeonato de fútbol se vivía con una emoción desbordada en el estadio municipal de la ciudad. La lluvia caía copiosa, pero eso no era problema para Jimin, quien corría con un impermeable amarillo desde el colegio al lugar del encuentro, con un montón de bolsas bajo el plástico para que no se mojaran.

Guardaba con recelo sus pancartas de apoyo a Jungkook y los regalos. Había decidido que, ganaran o perdieran, ese día le diría lo que sentía. Se había puesto maquillaje de su mamá, del a prueba de agua, para resaltar sus atributos y que la cara sobreviviera la lluvia.

Seokjin y Hoseok llegaron minutos después de que Jimin guardara asientos, y poco después llegaron Taehyung y Yoongi. El pelirrojo y su ex se saludaban en forma cortés, pero no compartían más que preguntas casuales y respuestas monosilábicas. Era un poco incómodo, pero el único momento en que estaban cerca era los partidos, por lo que rápidamente se centraban en el juego y no había más interacción.

Sonó el silbato y las pisadas de los jugadores levantaban pasto y barro. La lluvia no detendría un evento tan importante, los chicos jugaban con truenos y relámpagos, podían contra todo. Jimin animaba al equipo con gritos y cantos ensordecedores, contagiando a la barra con su entusiasmo, y al poco rato todo el público recitaba los cánticos, bajo los cántaros de agua que caían del cielo.

El partido fue emocionante por el triunfo de la escuela de los muchachos, pero no así por el score, que marcó solamente 1 a 0. "Lo importante es haber ganado", justificaba Jimin, quien de todas maneras esperaba más goles, más pelea. Luego se regañaba a sí mismo, el equipo ya había sufrido bastante con la lluvia, el lodo, y la amenaza de un inminente empate.

Suspiró. Suponía que el momento había llegado. Esperó un poco junto a sus amigos a que la mayoría de la gente abandonara las graderías, y a esas alturas la lluvia ya había amainado. Se quitó la capucha del impermeable y dedicó una última sonrisa antes de despedirse de sus amigos.

- ¿No prefieres que te esperemos? – preguntó Seokjin antes de irse con Tae. Hoseok asomó su carita sobre el hombro del mayor, ofreciéndose a quedarse también. Yoongi escuchaba a unos pasos de distancia.

- ¡No, no se preocupen! No se molesten con eso, estaré bien, además el metro está aquí mismo

- Cualquier cosa, nos llamas – avisó Hobi

- Jin hyung y yo estaremos en la pastelería – anunció Taehyung, tomando la mano de su novio

- Gracias por preocuparse. Adiós, chicos. Bye, Yoongi

El muchacho hizo un gesto con la mano, despidiéndose de Jimin. Inevitablemente se habían distanciado un poco pero le deseaba lo mejor.

Taehyung y Seokjin tomaron el metro, mientras que Hoseok fue al paradero del bus. Yoongi caminó detrás de él.

- Fui un novio de mierda

Expresó, de la nada.

- Pero no dejaré que te vayas solo a tu casa - agregó

- Agradezco si lo haces por amabilidad. Lo repudio si es para vigilarme, así que o vas, o te quedas

- Voy

El autobús llegó a los pocos minutos de silencio entre los dos y Hoseok se sentó junto a la ventana, poniendo la mochila en el asiento contiguo. Yoongi entendió la distancia, y se sentó atrás. No volvió a decirle nada más, sólo lo acompañó durante el viaje y lo dejó en su casa. Bajó del autobús, se aseguró de verlo entrar a casa, y escuchó un "gracias" débil de su ex novio. Cruzó la calle, a tomar el bus de vuelta a casa, con una sensación extraña de estar haciendo algo realmente estúpido y que seguramente haría reír a Hoseok al contarle a su madre.

No importaba. Estaba oscuro, las calles no eran seguras, Hobi era un ser precioso, y podía pasarle algo.

Por su cabeza los pensamientos hacían cortocircuito. Pensaba en qué debió hacer distinto, en lo que debió cambiar. Hoseok se lo dijo tantas veces. Luego, la terquedad se apoderaba de su ser, y pensaba en que no tenía nada que cambiar y que llegaría alguien que lo aceptara así tal cual.

Dibujaba en el vidrio empañado mientras volvía a darle vueltas a lo que había pasado. Hobi sí lo había amado tal como era. Pero Yoongi se aprovechó de su bondad y aceptación para comportarse como un hijo de puta.

Borró los dibujos del vapor condensado y se echó a dormir. Le quedaba un largo camino a casa.



~



Jimin no sabía que tendría que esperar tanto para poder hablar con Kookie. Terminó golpeando la puerta de los camernos, y tras varios minutos de espera, un grupo de jugadores salió.

- Mira a quién tenemos aquí – dijo uno, mirando a Jimin con un dejo de burla – pero si es nuestro secretario...

- Uhm... quería saber si estaba Jungkook

- Allí viene. Capitán, te buscan

- ¡Voy! – Jimin se emocionó al escuchar la voz de Jungkook tras la puerta. Las manos le sudaban, y el corazón corría a mil por hora.

- Nosotros nos vamos, Kook, suerte con tu novia

Jimin sintió el piso temblar. Normalmente, un comentario así lo habría respondido con las groserías más vulgares posibles, y si las cosas lo ameritaban, golpes. Pero se consumió adentro de un pozo, no podían descolocarlo así justo antes de declararse.

El mundo se le cayó cuando vio a Jungkook salir inicialmente contento y cambiar radicalmente de expresión al verlo.

Era como si le hubieran lanzado un balde con pescado podrido, desagrado evidente que a Jimin hizo retroceder. Sacó fuerzas para hablar de toda la espera que había soportado, y deseó llegar a buen puerto.

- Qué bueno encontrarte, Kookie, estoy tan feliz de que ganaran el campeonato. Te traje algo – habló rápido, casi como leyendo un libreto.

Jimin rebuscó entre sus cosas hasta que logró dar con los bombones que había comprado para su crush. Jungkook lo miraba con un gesto indescifrable y antes de recibirlos, negó efusivamente con las manos.

- Jimin... gracias, pero no puedo aceptarlos

- Oh... ya veo, ¿están con dieta restrictiva?

- No realmente... escucha, sería mejor si... si paras con esto, es decir, me incomoda mucho, que vengas aquí... que estés en el público con todas esas cosas

- Oh... lo lamento tanto, por favor disculpa

Jimin no paraba de hacer reverencias.

Básicamente para que el muchacho no viera sus ojos ardiendo y las mejillas rojas.

- No volveré a molestarte

- Gracias...

Jimin salió corriendo y al primer basurero que encontró, arrojó todo lo que llevaba. No sabía exactamente qué hacer, pero estaba seguro de que no quería llegar a casa. Sin pensarlo dos veces, corrió hasta la pastelería que hacía de hogar para Taehyung, ignorando las ganas de llorar, y dejando que el viento secara sus lágrimas.

Entró apresurado, haciendo sonar la campanilla de la puerta, y a esa hora, había algunos clientes comprando para llevar, mientras que la pareja estaba sentada en una de las mesas picoteando un trozo de torta. Seokjin lo vio primero y parecía entusiasmado por saber cómo le fue, pero al ver su expresión, se acercó a invitarlo a la mesa sin hacer muchas preguntas. Parecía que iba a llorar en cualquier momento. Por lo que Jin sólo le acariciaba la espalda y Taehyung lo interrogaba.

- Tae, deberíamos subir, Jimin no está bien y aquí hay mucha gente

- Tienes razón. Mami, iremos arriba

- Ok TaeTae – respondió la trabajadora del local

Arriba en el cuarto de Taehyung, Jimin se sentó en la cama y empezó a llorar

- Creí que le gustaba, hyung, en algún momento pensé que quizás podría corresponderme

- Oh, Jiminnie, ven acá – Jin lo abrazó, mientras Taehyung los miraba sin saber mucho qué hacer.

- Llora si lo necesitas, Jiminnie, luego nos cuentas.

Así estuvieron un buen rato. Jimin se quedó dormido en brazos de Seokjin, entre angustia y agotamiento emocional. El mayor llamó a la madre de Jimin avisando que se quedarían en su casa para organizar unos temas del consejo estudiantil, y a regañadientes llamó a su padre para que fuera a buscarlo en el auto.

El hombre podía ser estricto y demandante, pero protegía bastante a Seokjin, no lo dejaría tirado si le pedía un favor como ese. Fue hasta la dirección y recogió a Seokjin con su amigo a cuestas como un saco de papas. Taehyung se despidió de Jin con un beso corto en los labios y el viejo hizo un gesto de rechazo.

El muchachito se quedó mirándolos hasta que vio el auto desaparecer en la esquina.

- ¿Jimin está borracho? ¿O acaso se intoxicó con pasteles?

- Está enfermo, se quedará en casa hoy

- No sé por qué no me pediste llevar a tu noviecito a su casa, ¿te da vergüenza Seokjinnie?

El muchacho suspiró. Su padre era irritante. - Él vive ahí

- ¿En la pastelería? ¿Es pariente de Bang?

- ¿Bang? ¿Quién es ese? No conozco a esos vejestorios, pa

- Bang Sihyuk, es el dueño de la pastelería, amigo mío de hace muchos años

- Ah, no sé. No me habla mucho de él

- Qué poca confianza te tiene, Jinnie

- Papá, no estoy de ánimo, ¿sí?

- Bang no tiene hijos varones – seguía calculando el viejo - ¿será su sobrino? ¿y por qué lo tiene viviendo en la pastelería?

- Pregúntele usted si está tan interesado

Mirando por la ventana, Seokjin cayó en cuenta de que eso sería una pésima idea, su padre definitivamente no aprobaría a Taehyung si sabía que tenía antecedentes delictuales. Pero ya no tenía energías para batallar contra eso. Se preocupó de sostener bien la cabeza de su amigo y mentalizarse en lo difícil que sería ayudarle a bajar del auto y subirlo a caballito por la escalera.

Los ojitos hinchados y las mejillas resecas por las lágrimas le causaban un hondo pesar, Alguien tan encantador como Jimin no merecía un rechazo así de cruel.

- Bueno, no volveré a ver tus partidos, no me interesa

Musitó, dormido. Seokjin supuso que en sus sueños, dejó salir lo que quiso decirle en persona. Ojalá Jimin pudiera decírselo a la cara algún día, y ese día irían a celebrar comiendo un balde de pollo frito cada uno.

Adiós inseguridades, adiós obligarse a agradar a Jungkook a costa de postergar su propio disfrute.



He vuelto a Chile y a Wattpad! He estado escribiendo de a poco en estos días!

Más emocionada e inspirada que nunca! Les cuento: vi a BTS en vivo! En LA, California :3 Aún no lo creo! Fue lo más maravilloso de mi vida, una emoción indescriptible! Fueron unos días hermosos, y esa alegría aún perdura en mi corazón ♥ Y no habría sido igual sin wonderfulpudu, te adoro con la vida ♥ 

Y bueno, deseo que cada uno/a de mis lectores pueda asistir a uno de sus conciertos alguna vez en la vida! Les pego el espíritu de los conciertos hahaha~

Gracias por los votos, lecturas y comentarios, y también por los mensajitos y cariño mientras no estuve! Besos!

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