Capítulo 6
Taehung y Seokjin estaban estudiando esa tarde, tras posponer la sesión por haber ido al partido. Lo habían estado haciendo durante varios lunes, asistiendo a todos los partidos y dejando el estudio para los martes. Ambos estaban de cara larga, Seokjin por haber sido regañado en casa, y Taehyung por el director. El rubio acariciaba el muslo de Seokjin diciéndole que estuviera tranquilo, que no tenía culpa, que no había hecho nada malo, que el trato de sus padres era injustificado, y Seokjin solamente se dejaba querer. No podía decir lo mismo de Taehyung, quien había roto un vidrio por tirarle un estuche de lápices a un compañero, sin acertar.
Seokjin apoyó su cabeza en el hombro de Taehyung, y el rubio lo abrazó y consintió acariciando la nuca y el cabello.
- Estoy harto de mi casa – dijo, haciendo un mohín.
- Jin hyung... - Taehyung más y más lo acariciaba al ver su carita. No soportaba ver a Seokjin desanimado, ya se había acostumbrado a que el mayor fuese siempre una fuente de risa y alegría.
- En serio, quiero irme
- Aguanta un poco más, ya cumplirás la mayoría de edad y harás lo que quieras
- No mientras viva bajo su techo
- Pero mira, da un buen examen, y te vas a vivir a un dormitorio
- No quiero estudiar – respondió, mimado
- ¿Entonces qué quieres hacer, hyung? – le preguntó Taehyung, con la pizca de responsabilidad que le quedaba. Podía estar perdido en la vida, pero no soportaría que Seokjin desperdiciara sus capacidades - Tienes que estudiar...
- Quiero ser granjero
Taehyung se rió, y Seokjin se separó de él abruptamente. - ¿Piensas que mi sueño es absurdo, verdad?
- ¡No! ¡No, para nada! Sólo me da risa que yo también quiero ser granjero – le dijo, sonriendo y envolviéndolo en otro abrazo
- ¿En serio? Vámonos juntos al campo, Taehyungie – se acurrucó en el pecho del muchacho
- Me encantaría, Jin hyung, me iría hoy mismo contigo – le dijo el rubio, buscando su oído y besando la oreja y cuello, suavemente. Seokjin cerró los ojos, y simplemente suspiró ante la exquisita sensación del aliento caliente y los labios de su dongsaeng.
Ya habían sellado un compromiso para estar juntos de manera exclusiva. Se buscaban en los recreos, pasaban la mayor cantidad de tiempo posible juntos, entre ellos había caricias, abrazos y besos, pero más importante, había dedicación y un sentimiento creciente de afecto sincero. Lo que partió en Taehyung como una atracción sexual irrefrenable, se había transformado en comprensión, cariño, y el deseo de acompañar a Seokjin por un largo tiempo. Cada vez que miraba el rostro del pelinegro se sentía atrapado por sus ojos luminosos. Podía estar horas y horas mirándolo y no se aburriría, anhelaba navegar en su risa hasta el fin de sus días.
Seokjin, por su parte, encontraba en Taehyung lo que deseaba poder hacer consigo mismo. Si bien no admiraba su mal comportamiento, sí valoraba su carácter valiente, su independencia, y su capacidad de salir adelante estando solo en otra ciudad. Taehyung era una persona fuerte, en esencia, no en apariencia, y eso sumado a su sensibilidad, había atrapado a Seokjin.
El mayor se acurrucó en el hombro de su novio y suspiró. Lo único que lo mantenía estudiando era poder ayudar a Taehyung a subir sus notas.
~
La semifinal del campeonato se vivía con toda emoción. Sería un partido decisivo, particularmente para Jimin, quién ya tenía pensado qué hacer en caso de que el equipo pasara a la final.
Estaba cosiendo una corona hecha con hojas de laureles, y la decoró con distintas flores que encontró en la terraza de la escuela y por el camino de la casa a las clases. Se preocupó de escoger las más bonitas y vistosas, y con los colores de las camisetas del equipo, rojo y amarillo. Se la probó en su cabeza frente al espejo del baño, y al comprobar que quedó bien cosida y firme, la guardó en una delicada bolsa.
Llegó la hora del partido de semifinal y Jimin corrió a buscar a Hoseok. Luego, entre los dos, salieron a juntarse con Taehyung y Seokjin y partieron a reservar asientos. Guardaron uno para Yoongi que llegaría en un rato, pues estaba ganándose unos cuantos wones rapeando en los autobuses. Lo hacía excelente improvisando y las personas solían darle dinero y felicitarlo. Era una de las cosas que enorgullecía a Hoseok, pues veía que su novio ponía verdadera pasión en hacerlo bien y lo conseguía en un trabajo honrado.
El partido comenzó y Seokjin con Hoseok se mordían las uñas, mientras Jimin agitaba plumeros de colores y Taehyung saltaba sobre el asiento de la gradería golpeando un bombo. Si alguien de sus antiguos compañeros en Daegu lo viera así de motivado con el fútbol, se sorprendería. A decir verdad, a él mismo le sorprendía su entusiasmo, pero es que no había pensado en la alegría y la euforia de alentar a un equipo antes de vivirlo en carne propia. Además, le servía como mecanismo de defensa para no estar tan nervioso como Seokjin y Hobi.
Jimin también estaba muy nervioso, pero lo sacaba todo afuera gritando, como en una montaña rusa. No sufría tanto al subir a una de ellas porque gritaba a todo pulmón, y lo mismo ocurría en ese momento en la gradería. Cantaba canciones de barra, soplaba una corneta, y así se mantenía ocupado para no pensar en el resultado. Si perdía, sería muy, muy triste para todos, pero si ganaban, Jimin tendría que acercarse a Jungkook a hablarle, lo cual, era otra fuente de ansiedad.
El equipo del colegio ganó nuevamente, en un partido peleado hasta el final. Jimin sintió que el alma volvía a su cuerpo cuando sonó el último silbato, pero apenas un segundo después, volvió a ponerse nervioso. Taehyung golpeaba el bombo como un demente y Seokjin aplaudía con sus manos rojas de tanto hacerlo. Hoseok simplemente sonreía desde su puesto, en solitario. Yoongi nuevamente no llegó. Jimin sintió un trago de amargura con la saliva que pasó, y sintió la necesidad de sentarse en donde se suponía que Suga estaría.
- Uhm...
- Jimin, ve con Jungkook, no pierdas tiempo – le dijo el pelirrojo, con una sonrisa de corazón, palmeándole el muslo con cariño.
- Suga no volvió...
- No te preocupes, sólo ve con Kook
- Pero... estarás solo
- ¡Yo nunca estoy solo! Me ofendes. Ya, ve con Kookie o perderás tu oportunidad.
Jimin finalmente le hizo caso, no sin antes darle un abrazo apretado. Tenía esa sensación de que Hoseok se reía por todo y de todo, para ocultar una gran pena. Suga solía dejarlo solo, no llegaba cuando acordaban juntarse, olvidaba fechas importantes, y así, un sinfín de cosas. No se lo diría a Hobi aún, pero deseaba que encontrara a alguien que le diera todo el amor que merecía, y que Yoongi aprendiera a seguir solo.
Después del abrazo, Jimin caminó hasta los vestidores del equipo mientras toda la gente desalojaba el estadio. Esperó un rato, en un sector silencioso, y luego se asomó varias veces a mirar por si Jungkook salía. El lugar quedó prácticamente vacío, mientras él esperaba con su mochila y bolsas.
Su corazón se aceleró cuando vio su perfil pasar por el pasillo.
- ¡Jungkook! – exclamó, con todo el coraje que pudo reunir
El muchacho detuvo su caminar, y observó a quien lo llamaba, con curiosidad y duda. - Uhm... ¿hola?
- Disculpa, Jungkook. Soy Jimin. Quería... quería felicitarte por el partido de hoy
- Oh, gracias...
- Te traje algo
El muchachito revolvió las bolsas que tenía y encontró lo que buscaba, una caja de chocolates, y una corona de flores.
- Quería decirte que te admiro mucho, y traje esto para ti. Sé que ustedes no comen mucha azúcar para estar en forma y todo eso, pero-
- ¡Gracias! ¡Amo el chocolate!
- ¡Qué bien! Qué bien, sí... y bueno... también traje esto...
Tomó la corona de flores en sus manos y luego no supo qué hacer con ella. Jungkook lo miraba dudoso y Jimin sintió que todo ese esfuerzo había sido una ridiculez. ¿Quién hace una corona de flores para otro chico? Era estúpido. Quiso romperla y salir corriendo de ahí.
- Uhm... ¿es para mí?
- Sí...
- ¿La hiciste tú?
- Eeh... yo... sí, la hice yo. Lo siento...
- ¿Por qué pides disculpas? Es muy bonita, ven
Jungkook se agachó nada más unos centímetros, y presentó su cabeza y cabellera para que Jimin lo coronara. El bajito se empinó un poco, de puntillas, y con la sonrisa más efusiva que había mostrado en su vida, le puso la corona. Jungkook intentaba mirarse a sí mismo levantando la vista, y alcanzaba a ver los colores vivos de las flores sobre su flequillo. La tocaba, suavemente, para no dañar las flores, y se sorprendió con la textura.
- Wow, son flores reales, se ven tan lindas, creí que eran artificiales
- Sí... sólo durarán unos días, eso sí – advirtió Jimin, con melancolía
- Pero tienen vida... no me gustan las flores artificiales, porque están muertas
- Entonces escogí bien – volvió a sonreír el muchachito
- ¡Sí! Gracias, de verdad. Tú eres el secretario, ¿no es así? Y estás en el club de danza
Jimin no anticipaba que Jungkook supiera tanto sobre él. Tragó saliva y le confirmó que era cierto. – Sí... así es
- Te he visto bailar, sunbae, lo haces genial. Disculpa por no llevarte una corona de flores también
- Yah, no digas eso, no es necesario – el pobre chico estaba rojísimo, como una dulce manzana ante la atenta mirada de un conejito curioso. – Bueno... me alegra que esto te haya gustado
- ¡Me encantó! De verdad significa mucho para mí, Jimin – le respondió, con las manos en el pecho, como sosteniendo su propio corazón. El más bajo sonrió, agradecido y no sabía de qué, ¿de su aceptación? ¿de que no lo ridiculizara? Porque, a decir verdad, Jimin se esperaba lo peor. Parecía ser que Jungkook era un chico amable bajo ese manto de carácter fuerte de capitán. Por dentro, el rubio deseaba decirle tantas cosas, que llevaba mirándolo tanto tiempo, que era la cosa más hermosa de la escuela, que cada día que lo veía entrenar y jugar, su pecho se llenaba de alegría y orgullo. Tristemente, todo eso debía quedarse en el fondo de sus pensamientos, para quizás, salir a la luz más adelante.
Jungkook se despidió al encontrarse con sus compañeros de equipo, y Jimin se fue a casa, con la emoción a flor de piel.
~
No vas a venir, verdad?
Te guardé un puesto :c
Pasó casi media hora cuando Yoongi le respondió que no llegaría por haberse encontrado con un amigo. Ninguna disculpa ni emojis de corazones para suavizar la noticia. Se suponía que verían el partido y luego irían a casa de Hobi a lo de siempre.
Ya ni siquiera tenía el lindo nombre de ir a follar.
Jimin se acercó a abrazarlo con lástima. Dios, odiaba ese sentimiento, pero Jimin no tenía ninguna mala intención con ello, sólo quería hacerlo sentir bien, así Hobi que aceptó su abrazo y se dejó querer. Cuando Jimin se fue, el pelirrojo arregló su mochila, y vio como Seokjin se quedó viéndolo en silencio. Seokjin era menos afectuoso físicamente que Jimin, pero de alguna forma era abrasador como el fuego en momentos de frío.
- Hobi, ven con nosotros, iremos a la casa de Tae – le dijo, poniendo su mano en el hombro del pelirrojo. La otra estaba firmemente entrelazada a la de Taehyung.
- ¿A la pastelería?
- Sí, estaremos un rato allí, ¿quieres ir?
- Oh, no se preocupen chicos...
Hoseok tenía la sensación de que estaba interrumpiendo algo. Probablemente, Taehyung y Seokjin habían planeado juntarse en la casa de Tae para estar solos, pues el menor tenía casa para hacer lo que quisiera.
- Anda, Hobi, ¿cómo vas a negarte a unos pasteles?
- Por favor, me obligas a comer pasteles en todas las reuniones de consejo...
- ¡Pero estos son pro! ¿No los has visto? ¡Son la cosa más linda! Y son deliciosos
- Ya no te hagas de rogar, Hobi hyung y ven con nosotros – Taehyung prácticamente lo arrastró, tomándole la mano, tal como en ese primer día de clases Hoseok lo recibió con tanto cariño, haciéndolo sentir como en casa. Envió un último mensaje antes de salir de la escuela, y no le quedó más que aceptar, y fueron a tomar el metro.
Estaré con Seokjin y Tae en la pastelería u.u
Hoseok se quedó de boca abierta cuando vio a Taehyung y Seokjin pegarse como con goma y cruzar el torniquete del metro. Seokjin no era alguien que evadía el pago del transporte, y allí estaba, muerto de risa con Taehyung detrás. Eso obviamente se los había enseñado Yoongi, y no era nada de qué enorgullecerse. Pagó su pasaje y cruzó.
Llegaron prontamente a la pastelería y aún quedaban un par de clientes en una mesa. Taehyung entró con compañía y las campanitas de la puerta sonaron. Las mujeres que atendían la pastelería le tenían mucha estima, cada día le daban comida rica y lo trataban como un príncipe. Era una de las cosas que Taehyung valoraba de vivir allí, las trabajadoras, que eran como tener muchas mamás cariñosas.
Taehyung saludó y presentó a su compañía, a Hoseok como el amigo que le dio la bienvenida al colegio, y a Seokjin orgullosamente como su novio. El pelinegro se sonrojó un poco e hizo una reverencia de noventa grados mientras que les mujeres del lugar salieron curiosas a conocerlo. "¡Qué guapo novio, TaeTae!", decía una, mirando a Seokjin con adoración, "y tu amigo es una dulzura" agregó otra dama, acariciando el cabello de un asustado Hoseok.
Estuvieron un rato en una de las mesas comiendo pastelitos y bebiendo café por cortesía de la casa. Seokjin estaba feliz, no había tenido oportunidad de ir con Tae, sí había ido hacía unos meses pero la experiencia había sido diferente. Ahora estaba comiendo gratis y con personas a quienes quería mucho. Hoseok, por su parte, pensaba en lo geniales que eran sus amigos por adoptarlo y llenarlo de amor.
Los tres chicos subieron al alojamiento de Taehyung una vez que las señoras dejaron de agasajarlos. Seokjin quedó fascinado con el orden del cuarto y la decoración, pues Taehyung había buscado elementos icónicos del arte y los exhibía en sus paredes. Réplicas de pinturas famosas adornaban el lugar, y en la repisa ponía figuritas que resemblaban esculturas. Hoseok estaba maravillado también con lo bien que Taehyung se las arreglaba viviendo solo, es decir, su cuarto no se veía nunca tan ordenado.
Hoseok estuvo sólo por un rato con ellos cuando Yoongi llegó a la pastelería a buscarlo. Entró, se quedó abajo y texteó al pelirrojo.
- Chicos, vino Yoongi a buscarme
- Claro, ahora aparece... - comentó Seokjin, con una expresión molesta
- Jin hyung, por favor – Hoseok hizo un gesto para que guardara silencio. Los tres bajaron, y allí estaba Yoongi en una esquina. Le habían regalado un café pequeño por ser amigo de Taehyung y los chicos. Lo primero que hizo tras saludar a Hoseok, no fue preguntarle como estaba, ni disculparse, sino que hizo sonar el banano que llevaba lleno de monedas, presumiendo lo que había conseguido en el día. Se despidió apenas de Jin y Tae, y se llevó a Hoseok con él.
Cuando los vio atravesar la puerta, Seokjin se quedó con un gusto desagradable en la boca. Taehyung desde arriba lo llamó, así que subió a acompañarlo. Se sentó junto a él en la cama y se detuvo a pensar y suspirar
- No me gusta esto de Yoongi y Hobi
- Hmmm... Yoongi llegó tarde
- Esto lleva pasando por meses y meses, Tae... siempre es lo mismo, Hobi lo espera y espera, y él llega a cualquier hora, a tener sexo, a veces no llega, o está ebrio... sé que se han hecho amigos, pero Yoongi de verdad no es buen novio. A veces es muy cariñoso y adora a Hobi, y en otras apenas lo considera
- Entiendo... quizás sería mejor si terminaran
- No lo sé, por otra parte se necesitan... es muy tóxico. He hablado con Hobi tantas veces. Nunca lleguemos a algo como eso, Tae...
- No, ¿cómo se te ocurre hyung? No me lo perdonaría
Taehyung se acercó a su novio para darle un tierno beso en los labios. Seokjin lo recibió con afecto, abrazándolo por el cuello, mientras Taehyung descansaba sus manos en la delgada cintura del mayor. Con los dedos masajeaba sus costados, y rompía el beso únicamente para iniciar otro. Los labios de Seokjin se sentían tan suaves y esponjosos contra los suyos, su boca cálida y mojada. Dios, le volvía loco que Jin gimiera cuando besaba, ¿cómo sería al hacerlo? Era un pequeño ruidoso, y eso lo encendía de sobremanera.
Con las manos grandes que tenía, acariciaba las caderas y muslos del mayor en movimientos sensuales y lentos. Jin masajeaba su pecho y hombros, jugando a detenerlo, y luego dándole paso a avanzar más, hasta que Taehyung fue recostando a Seokjin sobre la cama, posándose sobre su cuerpo. Seokjin se abrió por completo, recibiéndolo entre sus piernas, con un calor desesperante.
Taehyung escaló hasta su altura, y de a poco fue trasladándose de la boca al cuello, del cuello al pecho, abriendo la camisa con experticia, moviendo la pelvis en curvas, como si estuviera metiéndosela, y Seokjin temblaba bajo su tacto. Los besos de Taehyung sonaban como un mordisco a un durazno jugoso, por lo que Seokjin se sentía devorado, como tierna fruta.
Seokjin ondeaba las caderas mientras Taehyung lo embestía con pasión, pero a la vez delicado, sin arrebato. Gemía grave en el oído del pelinegro, pasando la lengua por la oreja y luego le hincaba los dientes en el cuello, con exquisitez. Seokjin pedía más, tomando a Taehyung del culo y apegándolo, si se podía, aún más a su cuerpo. Lo encadenó con las piernas, para no dejarlo ir hasta sentirse satisfecho.
- Dios... Jin... lo quieres todo...
- Por favor, Tae...
- ¿Quieres que te la meta?
- Sí, sí... métemela toda
- Esa boca tuya...quién diría que de esa boquita salen esas palabras...
- Puedes follarme la boca si quie-
A há ~ Listen boy!
My first love story
My angel
And my girls
My sunshine
Ah, Ah Let's go!
- ¡Mierda, es mi teléfono! ¿Por qué ahora Tae, por qué? – rezongó. La música seguía sonando estridente en el cuarto del rubio.
- "Papá" – dijo Taehyung, leyendo la pantalla del celular de Seokjin – Creo que deberías contestarle... - se lo dijo en un tono suave, aun sin desmontarse de encima, y se recostó sobre el pecho de Jin a descansar. El mayor estiró su brazo y agarró el aparato sonoro, contestando de mala gana. Su padre estaba exigiendo explicaciones por lo de siempre, "no estar en casa estudiando", "andar de vago", "estar con un novio" y lo que le recordaba a cada minuto, como si Seokjin no estuviera harto de escucharlo, "Te quedan 5 meses y sales de la escuela Seokjin".
A todo le respondió que sí y que ya y que ya volvía, que estaba con Hobi. Una vez que colgó, suspiró cansado y abrazó a Taehyung. Deseaba no tener que ser controlado nunca más.
Definitivamente la llamada les había cortado la inspiración, pero Taehyung continuó recostado entre sus piernas. Seokjin masajeaba su cuero cabelludo en circulitos, cerrando los ojos, luchando por no quedarse dormido.
- Tae, creo que debo irme ya
- Iré contigo
- ¿No es una molestia?
- No, ¿cómo vas a molestarme? Está oscuro ya, no te dejaré ir solo
- Gracias, Tae... pero tú volverás solo...
- Quien quiera hacerme algo, le saco la mierda a golpes
Seokjin sonrió. Taehyung no podía hacer algo como eso, o terminaría en la correccional juvenil. Su corazón se estrujó, no quería ni pensarlo. Se había apegado tanto a ese chico, que se sentía morir de sólo imaginar que los forzaran a separarse. Sostuvo la mano de Taehyung con fuerza, y el rubio lo miró con una sonrisa enmarcada en un gesto de confusión.
- ¿Pasa algo Jinnie?
- No vayas a pegarle a nadie, Taehyungie
- Era una broma, ángel. Ya, vamos
- Y... lo siento, por lo de mi papá
- No pidas disculpas, baby, ya habrá otra ocasión
La pareja bajó a la puerta de salida y caminaron hasta la casa de Seokjin, tomados de la mano. No quedaba tan lejos, pero de todas maneras Taehyung consideraba necesario encaminar a su novio hasta la puerta de su hogar. La ciudad seguía siendo bastante activa, aún de noche, la gente transitaba apresurada por las veredas, y la calle lucía bastante tráfico. No parecía peligroso, pero Taehyung era precavido.
Después de salvar a esa chica de lo que ese viejo asqueroso pensaba hacerle, había quedado con una especie de miedo, no a encontrarse con algo así nuevamente, sino de que le ocurriera a alguna de sus personas queridas. No se perdonaría que algo así le ocurriera a Jin y no estar ahí para ayudarlo. Le apretó la mano con fuerza, mientras pensaba en que si era necesario, mataría por proteger a Seokjin.
Lo dejó a una distancia prudente del portón, y plantó varios besos suaves en los labios del mayor, mientras sostenía su pequeña carita rosada entre sus manos grandes y morenas.
- Quisiera que te quedaras, pero mi papá es un ogro
- Mi casa siempre estará disponible, Jinnie. Allí si podemos hacer lo que queramos – le dijo el rubio, uniendo sus caderas en un acto posesivo sobre su cuerpo. Seokjin amaba esa sensación. Se sonrojó, y sonrió con timidez. – Lo sé, pero quisiera que fueras bienvenido acá en mi casa
- No te entristezcas por eso... quizás, algún día...
Se dieron un último largo beso, uno que no parecía querer terminar por ninguno de los dos, y Seokjin cerró los ojos cuando Taehyung le susurró un aterciopelado 'nos vemos' contra sus labios. No quiso verlo partir, y cuando ya sintió que el muchacho estaba más lejos, abrió los ojos y buscó sus llaves para entrar a la casa.
Cuando entró, no vio a nadie en la sala de estar y avanzó en las puntitas de los pies a la escalera. Cuando todo estaba saliendo perfecto, la inconfundible voz de la autoridad retumbó en sus oídos.
- ¿Así que ahora tienes escolta?
Tendría mucho que explicar.
Hola mis lectores/as ♥ Buen día~ Paso a dejar una actualización :3 Lo siento por cortarles la inspiración al TaeJin XD
Para quienes no lo han leído aún, comencé a subir la traducción de Answer Me, de celesteavonne, un TaeJin muy bonito. Ya está entre mis historias, así que pasen a echarle un ojo ♥
Muchas gracias por leerme y les dejo muchos besos!
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