006
Narra So Jung:
¡Realmente es un idiota!
—Ashh -seque mis lágrimas.
Hoy era viernes por lo menos no lo veria hasta el martes.
Toc toc, unos golpecitos me volvieron a la realidad.
—Hija ¿puedo pasar?
—N-no.. ommanie es-estoy..
La puerta se abrió.
—Llorando, estas llorando -aquel timbre de voz, aquella mirada.
No quería preocuparla, limpié mis ojos rápidamente para sonreír.
—Estoy bien omma.. -sobe mi nariz- ¿no ibas hacer las compras?
Se acercó para sentarse en mi cama.
—No cambies el tema -acaricio mi cabello- ¿qué ocurre pequeña?
—Omma.. -mi voz se cortaba.
—¡Ommani! ¡Sojungnie! -esa voz era bien conocida para ambas.
—¡Unnie! -corri hasta sus brazos- ¿qué haces aquí? ¿cuándo llegaste? ¿cómo? ¿por qué?
Mi hermana mayor rió ante mi reacción.
—Vine a visitarlos, em recién, en bus -sonrió- ¿cómo que por qué? ¿¡No estás feliz de verme!?
—¡Mucho! -volvi a abrazarla, mamá se unió a nuestro abrazó.
—¿Te dejaron salir del campus? -preguntó mamá, ella negó.
—Me escapé -sonrió para rápidamente sobar su trasero por el golpe de mamá- ¡Ah! ¡Ommanie!
Reímos ante su gritó agudo y gran escándalo.
—Me quedaré el finde -sonrió ella, volvimos a abrazarnos.
Narra Jin:
¿Fui muy duro?
—Tsk que importa..
La puerta se abrió, Youngsoo entró a la habitación con latas de cerveza y una bolsa de papas.
—Oye, esa chica es demasiado agradable, que corajuda ¡te golpeó! ajajja
—Muy gracioso -entrecerre mis ojos arrebatando la lata de su mano.
—Jin, las chicas te admiran pero de lejos, ella te golpeó, es distinta -sonreia negando.
—Ya, abre esas papas
Él sonrió abriendo el paquete.
—Idiota -tomé un sorbo a la lata.
—Estúpido -ambos reimos.
Youngsoo es mi mejor amigo, nos conocemos hace tiempo. Lo cambiaron de instituto por mala conducta, la realidad era otra. Pero a la sociedad ¿le importa? claro que no, sólo te tilda y te descarta.
Él siempre esta para mi, siempre estuvo y se que siempre va a estar.
—¿Qué piensas hacer con esos idiotas? -jugaba con las papas.
—No pienso devolver nada, ellos perdieron punto. -le arrebate las papas, reímos.
—Sabes que el idiota del señor Chong es un estafador de primera, ni le importara, sólo quiere jodernos.
—Lo joderemos primero.
—Woa ¿cuál es el plan?
—Vender sus órganos -sonreí.
—¡Idiota! -me tiró papas encima.
Con él podía ser yo mismo, el Kim Seok Jin de hace años, el genuino, el verdadero.
Él era parte de mi familia, mi única familia.
—Niños -la puerta se abrió levemente.
—Señora Kim -reverencio con una sonrisa- su hijo es un terrible bromista.
—¡Oye! mis chistes son geniales.
Ambos reían al unisono.
—¿Por qué se ríen? -los mire indignados.
—Ay mi bebe, eres mi adorable hijo -la sonrisa de mamá llenaba mi alma.
Ella era quien me recuerda constantemente quien soy, ella es a la única que no quiero, no.. no puedo decepcionar.
Narra So Jung:
—¿Cómo es la vida universitaria? -pregunte emocionada.
Se inclino de hombros.
—Agotadora -sonrió- dime ¿cómo estas tú? es un gran cambio
Suspiré creo entender por dónde va la charla.
—Hablaste con mamá ¿cierto?
—Esta preocupada por ti, dime ¿qué es eso de que lloraste?
—Un idiota..
—Woaa recien llegas y ¿ya lloras por un chico? ¿¡es un playboy!?
—¡Oye! ¡no lloré por esa razón!
Ella reía picarona, arrojé una almohada.
—¡Yah!
Ambas reimos.
(...)
—¿Asi qué es un idiota?
Negué.
—Lo es
—Oye, decídete ¿lo es o no?
Suspiré frustrada.
—Lo es pero.. no creo que sea tan malo.. no lo sé..
—Mhm..
—No lo veo de esa forma -aclare, ella rió.
—No dije nada -se defendió.
—¡Lo pensaste! -sonrió.
—Sojung eres un ángel, piensas en los demás por encima de ti -se sentó en la mesada de mi computadora, frente de mi silla- siempre fuiste muy humanista, muy sobreprotectora -sonrió- siempre ves lo bueno en las personas
—Por lo general no me equivocó.
—Aún asi -suspiro- no todos son buenos.
—Todos tenemos nuestros puntos fuertes y nuestras desventajas, eso no significa que somos malos.
Ella negó.
—Lo sé -sonrió- esta es tu esencia.
—¿Qué debería hacer? digo, sólo son rumores no son certeros.
Tomó mi mano para acariciarla y sonreir.
—Sigue a tu corazón hermanita, simplemente se tú misma -sonrió.
Narra Jin:
Nuevo inicio de semana, los findes pasan rápido. Apenas pude hablar con aquel vegestorio, arreglar una nueva partida pero no un reembolso.
Lo único interesante del finde fue haberla visto..
<–––––––––––––––––––Flashback–
Mis ojos se encontraron con los de ella, Kim Haneul.
La vi acercándose a mi.
—¿A qué debo el honor my lady? -pregunte burlon.
—No te hagas el idiota, no te queda.
—Siempre tan seria, ¿no tienes miedo de las arrugas? -toque apenas un mechón de su flequillo, ella alejó su cabeza para atrás, sonreí.
No esperaba menos de ella.
—¿Qué quieres decirme?
—Aléjate de So Jung.
—¿So Jung? ¡ahh! la nueva -sonreí coqueto- ¿por qué debería? es linda.
Suspiró apretando sus manos, sonreí.
—No pierdes el hábito
Volvió a verme.
—No quiero que juegues con ella ¿me entiendes?
Asentí con una mueca divertida.
—¿O si no..? -me interrumpió.
—No cambiarás nunca. -guarde silencio para verla.
—Eso fue una afirmación.
—Lo fue. Es patético y triste.
Paso de mi, siguiendo su camino.
Fin del flashback.–––––––––––>
Con el paso de los años me doy cuenta de una verdad.
Es malo decir las cosas sin sentirlas.
—¿En serio? -sus ojos aguosos, dolían de tan sólo ver, pero no me quitarían el sueño.
—Solo fuiste un buen revolcón, uno que tardo tiempo. -me termine de poner la camisa.
Te lastimé, y se que no lo merecías. Es algo que no podré olvidar pero.. no pediré perdón por ello..
Mi corazón en cierto punto dolía, sabia que sólo mentía..
Volteé para seguir mi camino pero la vi, jugaba con un cachorro me acerqué vagamente hasta ella.
—Hola bebé, pequeñito ¿y tus dueños? -lo acariciaba- ¿será qué no tienes?
—Tiene collar, de seguro tiene -ella volteó a verme, sus ojos pasaron de sorprendidos a cortantes.
Se puso de pie, tocio un poco para reverenciar levemente y girar para marcharse.
—Olvidaste algo -volteo nuevamente.
—¿Qué? -fría.
Sonreí para luego abrir mi mochila, saqué su cuadernillo de apuntes.
—Lo dejaste caer el viernes -hizo una mueca, se acercó para tomarlo pero se lo impedi.
—¿Qué crees que haces?
—Quiero algo a cambio de esto.
—¿Algo? ¿tienes derecho a pedir?
Asentí.
—¿Recuerdas la bofetada?
—¿Recuerdas la broma pesada?
Sonreí arrogante.
—Sinverguenza.
—Quiero jugar con ese perro.
—¿Eh? -lo abrazó aun con mator fuerza- ¿Por qué?
Sonreí al verla tan precavida.
—No lo voy a moler a golpes -me burle de aquella desconfianza.
Me incliné a tierra, ella suspiró y de igual manera lo hizo, dejó al cachorro en el suelo, poco a poco este se acercó hasta mi, dispuesto a languetear y mordisquear mi mano.
Narra So Jung:
—No pensé que te gustaran los cachorros.
Realmente me sorprendió ver lo bien que se complementa con ellos y aún más, como ellos lo aceptan.
—Me encantan los perros. Son alegres. Si les dicen que esperen, ahí se quedarán esperando como idiotas. No importa lo hambrientos que estén o cuantas lágrimas inunden sus ojos negros, hacen justo lo que su amo dice. Y esos ojos suyos son endiabladamente atractivos para mi.
Se acercó para acariciar mi cabeza.
—De manera que mejor te vas encariñando conmigo lo antes posible.
«Veo tu corazón, tus ojos me lo dicen..»
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