♡◍•Día uno◍•♡

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♡◍•kacchako NFSW → Día Uno ◍•♡

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*・゜゚❥Adoración al cuerpo❥✧*。

Cada día desde que había albergado aquellos sentimientos podía sentirse caminar en una cuerda floja en la que en aquella brecha se encontraba entre: Perderse en aquellos ojos Achocolatados o rehusarse a caer.

En dónde aquella piel cremosa lo invitaba a pasar sus dedos curiosos por aquella piel que se dejaba ver en su cintura.

En dónde en aquella temida caída se encontraba aquellas hebras de cafeína que lo hacían embriagarse con solo estar a su lado.

Porque era así.

Porque Uraraka Ochako había logrado aturdirlo, desarmarlo y tenerlo a su puta merced.

Porque Uraraka Ochako lo hacía sentir que podía estar en el mismo Paraíso.

Y cada vez que sentía aquella electricidad deleitante recorrer su cuerpo con cada mínimo toque de aquella mujer sentía que iba a explotar, porque ella lo hacía perder el control de una manera que lo descolocaba.

Cada vez que veía su sonrisa, la idea de caer en aquellas mejillas rosadas le era demasiado tentador pero él se negaba a descender pero al pasar los días aquella voz tan dulce, aquella voz que era algo tan melifluo para sus oídos lo hizo caer en cuenta.

Y es que no había necesidad que aquella chica que bailaba en los mismísimos arcoíris y labios de fresa dijera nada.

No había necesidad de que le dijera que le quería.

No había necesidad de que fuera suya.

Porque él quería adorarle.

Quería adorar aquellas sonrisas y pucheros.

Porque él allí en ese momento y lugar quería idolatrar a aquella deidad de peligrosas curvas y cabello café que podían causar el mero infierno en él.

Verla en aquel vestido color vino solo hacía que sus ideas solo se avivaran más.

Y es que no entendía nada lo que sentía, lo confundía el hecho de que solo sabía que quería hundirse en aquella alma de chocolate y café porque ella era tan cálida, tan cálida como un rayo de sol en primavera que le iluminaba todo y hacía que su pecho doliera con aquel sentimiento que le albergaba todos los días cada vez que pensaba en ella.

Si porque ella no tuvo la necesidad de decir algo.

Porque aquella chica con estrellas en sus manos y dueña de la gravedad no tenía que decirle que lo quería.

Porque ella ya estaba en su cabeza bailando entre sus pensamientos.

Y ahora allí se encontraba él viendo aquella maravilla a la luz del sol del ocaso, donde la piel sedosa descubierta lo invitaban a que les rindiera culto bajo el calor de sus manos y la nitroglicerina que desprendía de ella.

Porque amaba aquel abdomen relleno que poseía.

Porque aquellas adictivas curvas en sus caderas lo volvían loco

Porque le extasiaba tener su piel cremosa en sus dedos cuando sostenía su cintura.

—¿Bakugou-kun?—al oír como su nombre salió de sus labios, despertó  de su trance haciendo que su corazón reaccionara como si de tratará de una carrera por todo Japón.

—No puedo seguir con esto —Aunque había tratado de hacerlo sonar como una afirmación él tono dubitativo, confundió a la chica.

— B-bakugou- kun —su voz sonó quebrada.— Supongo que fue estúpido pensar que esto podría cambiar ¿no?, No sé porque me siento estúpida por esto, si sé que iba a pasar en algún momento. —Todo en ella sentía romperse en partes ante sus ojos rubíes.

Sorprendido, Bakugou levanta su rostro encontrándose con esos ojos chocolate que le robaban el aliento completamente destrozados, Ochako tenía un rostro que hizo que todo en él doliera.

—No puedo ofrecerte algo perfecto y lo entiendo, de verdad lo hago pero quizás y-yo...

Sus palabras murieron en sus labios al sentir aquel tacto tan cálido y brusco que hizo que un quejido saliera de sus labios aún unidos por aquel húmedo contacto.

Podía sentir su ira y frustración en los primeros segundos en los que el cenizo con un gruñido seguía atacando sus labios, como si le estuviera reprochando. Sintió la cálida mano del cenizo deslizarse por su cuello profundizando más su beso y causándole un cosquilleo que recorrió toda su espalda, sacándole más de un quejido al jugar descaradamente con su lengua y labios.

Y es que eso era lo que amaba de Katsuki, sus besos podían ser bruscos pero el nivel de deseo y sensualidad que tenían la hacía sentir tan deseada.

Dirigió su manos al cuello del gran héroe Ground Zero para traerlo más a él, quería sentirlo, quería simplemente consumirse en aquel Fuego rubí.

La humedad de aquel arrebato de los labios de la castaña hacía que su cuerpo palpitara y nublara su juicio. Mordió sus labios para luego en un rápido movimiento cargar a la castaña y estampar la controlando su fuerza en la pared de aquella sala. Escucho orgullosamente como la chica se removió dejando salir una pequeña exclamación.

—Calla esa estúpida redonda boca, Uraraka.— Gruño en su oído haciendo que un jadeo escaparan de aquellos labios de fresa que ahora solo se volverían en una droga para él, inició un recorrido entre besos húmedos y mordidas dejando escapar su cálida respiración arremetiendo contra la sensible piel del  cuello de la castaña, logrando que suspiros y palabras intendibles salieran de los labios de ella. —No dejaré que otro maldito no me deje admirarte ¿Sabes por qué?

Dejó salir un pequeño gemido en forma de respuesta haciendo que ante aquella expresión tan dócil, Bakugou mordiera su hombro causando que su pequeño cuerpo se derritiera ante tal acto.

Más allá del placer que arremetía en todo su cuerpo el sentir como el contacto ardiente de las manos del de mirada carmesí se dedicaban a repasar cada curva de su cintura apretando ligeramente aquellas parte sensibles fue lo que hizo que su cuerpo enloqueciera y empezará a temblar jadeante ante él. Perdiendo fuerza en sus piernas haciendo que su agarre se deslizara por la cintura del Ceniza haciendo que ambos gimieran cuando sus partes bajas chocaron, deleitados ante el contacto, Bakugou tomo con más firmeza el trasero de la chica para así hacer más placentero el contacto de su miembro contra la parte baja de Ochako.

—Últimamente has estado en mi maldita cabeza, Ochako— Escuchar su nombre con aquel tono grueso y sediento de placer, hizo que una exclamación saliera de su garganta para que luego muriera en los hambrientos labios de Bakugou.—Y no has parado de bailar con esa jodida y descarada sonrisa.— Abandonó sus labios para pasar su nariz por aquella seductora curva del cuello de la chica,deslizando sus labios por toda aquella piel nivea  mordio ligeramente la oreja de la chica, ganándose así un largo jadeo de parte de aquellos labios rosados que anteriormente eran apresados por él.

Sintió sus piernas volverse gelatina, temblando ante cualquier toque en su cuerpo. Temblando ante aquel chico de mirada rubí que la embriagaban ante aquel toque tortuoso que erizaba toda su piel.

Se aferró aún más a él, cuando su boca fue invadida por la lengua cálida de su "amigo". Temiendo que todo aquello fuera un sueño, temiendo que aquellas caricias solo fueran una mala ilusión.

Temiendo que todo aquello se desvaneciera.

Desde cuándo la tenaz mujer que siempre fue ¿Desapareció?

Desde cuándo cayó de rodillas ante aquel hombre mal hablado, que hacía que enloqueciera. Que hacía que cada fibra de ella se retorciera cuando lo observaba, que cada fibra de ella solo quisiera pertenecer a él.

No sabía si le importaba que saliera lastimada de allí, no sabía si él la amaba.

No sabía si él la quería con sigo.

Y eso la quebraba, al punto que un sollozo salió de sus labios cuando aquel amargo golpe de realidad la tomó con la guardia baja.

—¿Mejillas?...— Había reconocido la sorpresa en la voz de Bakugou y eso la hundió más en aquel cálido espacio de su cuello y hombro, dejándose llevar por la sensación de seguridad que le aportaba.

—No puedo ofrecerte algo, Bakugou —sintió como era bajada de la cintura del contrario para así luego sentir la fría madera recibir sus pies pero aún así se negó a abandonar su rostro de su cuello, no quería soltarlo y que luego él desapareciera.

Sintió como él aún estático, trataba de pronunciar algo causándole una sonrisa amarga, él sabía que ella no podía darle nada y se estaba forzando a levantarle el ánimo.

— No es necesario que digas algo.— Agregó adelantándose a cualquier palabra que pudiera salir de él— Siempre ignore muchos aspectos que quizás para ciertas chicas no sean un problema, el sentirme inconforme tanto con mi cuerpo y como persona, ha Sido una carga de años— sintió sus ojos arder al recordar tantas veces como el mirarse en el espejo le causaba tantas preguntas que le revolvían el estómago con aquel amargo nudo en su garganta.— ¿Cómo ofrecer algo que no tengo? No quiero que llegues a mi todos los días y no pueda hacerte feliz, yo no puedo hacerte eso...

Ahogó un pequeño grito al sentir como era tomada de forma rápida de su cintura para así ser cargada como si fuera un saco de patatas sobre su hombro.

—¡KATSUKI! ¡¿QUÉ DIABLOS ESTÁS HACIENDO?!— exclamó molesta al ver que él no le dedicaba ni una sola palabra y para colmo se habían quedado en medio de la sala, como si él estuviera analizando la situación.

—Me vale madres, perra.— Dejo aquel insulto en el aire, mientras empezaba a caminar hacia la habitación de la chica.

—¡¿A QUIEN LLAMAS PERRA, IDIOTA?!— grito indignada mientras se removía con fuerza para que la soltara. —¡SUÉLTAME EN ESTE INSTANTE! ¡BAKUGOU KATSUKI!

¡SLAP!

Soltó una exclamación cuando sintió como un ardor escocia la piel de su glúteo con una sensación la cual aún no sabía cómo tomar.

—¿Me acabas de dar una nalgada?— Aún no podía procesar lo que estaba sucediendo, Katsuki Bakugou estaba en su casa y habían tenido un momento fogoso, que si bien lo gozo a niveles que ni ella misma entendía, estaba mal, era su amigo y una persona muy cercana a ella, no podían dejarse llevar por el momento y menos herirse luego de eso ¿Verdad?

—Calla.—Ordenó con voz gruesa, abrió la puerta de la habitación de la castaña de una patada así ganándose los reproches e insultos de la pequeña Ochako.

Sonrió burlón y la lanzó hacia la cama así oyendo como está dio un pequeño grito.

-—Oye idiota ten más...— No pudo terminar la oración cuando sintió un peso cálido sobre ella que la aprisionó en su lugar, dejándola que el embriagador olor a caramelo la envolviera de forma acogedora. Sintiendo como la apacible respiración de su compañero rozaba en su cuello, causándole piel de gallina cada vez que aquella ola de calor abrazaba aquella piel sensible en su nuca.

— No eres una idiota insuficiente de mierda,cara redonda— Le reprochó dejando viajar la punta de su nariz por la mandíbula ronda de la castaña para luego conectar su mirada intensa —Así que deja de decir esas mierdas si no quieres que te estampe en la pared como un puto animal hasta que lo entiendas.

Observó como pequeñas lágrimas surgieron de los ojos chocolate haciendo que su corazón doliera, el reflejo de su ojos era tan nostálgico, podía encontrar el asombro en ellos y muchos sentimientos que no podía leer con facilidad.

Con cuidado de no aplastarla con su peso acercó sus labios hacia su rostro y depósito pequeños besos húmedos a cada rastro de lágrima se deslizaba por su mejillas encendidas por la excitación que recorrió su cuerpo al escuchar las últimas palabras que él había dedicado

Y en ese momento no hubo necesidad de que hablaran, no hubo necesidad de que trataran de gestionar palabra alguna ya que el conectar sus miradas fue suficiente para transmitirse todo lo que necesitaban.

Fue suficiente que el chocolate se derritiera ante aquel fuego rubí para saber que ellos se cuidarían, que ellos estarían allí, que ellos se amaban.

Sus corazones ansiaban tocarse, latiendo de forma desesperada por aquel tacto deleitante.

Ambos deseosos de poder hundirse en aquel placer.

Ambos dejándose consumir con el calor que sus cuerpos desprendían

Katsuki acunó el rostro de Uraraka con delicadeza acercándose lentamente sin desconectar la intensidad con la que se observaban, expectantes al deseo que se profesaban y acortó la distancia con sus labios, Erizando su piel al sentir la calidez y humedad con la que rozaban su labios, Ochako lo rodeo con sus brazos atrayendo lo más ella, atrayendolo a qué sean solo uno, dónde se puedan pertenecer uno al otro.

Hundió sus dedos en el puntiagudo cabello ceniza de él hombre que ahora se dedicaba a acariciar con tanta dulzura sus caderas, moldeando la figura que había añorado admirar, que había anhelado tocar y sentir. Ambos compartiendo aquel pensamiento de tomarse con una necesidad al no comprender que eran reales, que ellos estaban allí, amándose.

—Eres hermosa— dijo Bakugou entre besos mientras sus manos, fuertes y rasposas recorrían lentamente su figura sobre la tela de aquel estúpido vestido.

Ochako sonrió para besarlo aún más, abriendo sus labios para que su lengua jugara con la boca del hombre, recorriendo sus labios y tomando los con pequeñas mordidas acompañadas de gruñidos y miradas traviesas.

Amándose mientras buscaban más acercamiento contra sus cuerpos, amándose mientras sentían arder con cada caricia que se dedicaban.

—¿No crees que la tela está molestando?—Cuestionó la mujer nerviosa, le había costado demasiado argumentar aquellas palabras, sus mejillas se encendieron al observar como Bakugou la observaba con un deseo que le hizo vibrar cada parte de su cuerpo.

—¿Ehh?~ El urarakacuerpo está algo ansioso.—Su voz ronca hizo que ahogara un jadeo, sonrojando aún más sus mejillas y es que todo su cuerpo reaccionaba a cualquier tacto que él le brindará, llevándola a sentir como la humedad atacaba su parte baja, sintiendo como la tela de su ropa interior se empapaba con sus fluidos. Observo como este se separó y en un movimiento rápido se quitó la camisa dejando expuesto su abdomen bien formado y trabajo, gimió al sentir como su parte baja se calentaba y pedía atención de aquel rubio

—Ca-callate— murmuró llevando sus manos a su rostro que no paraba de calentarse cada vez que veía como el hombre parecía comérsela con la mirada, se sentía expuesta ante él y eso le excitaba de sobre manera.

—¿La heroína Uravity siendo tímida?— La observó dejando volar su imaginación con una sonrisa pícara que hizo que Ochako tratara de esconderse más de su mirada despertando aún más su miembro el cual empezó a palpitar dolorosamente buscando atención.— Debo admitir que me calienta demasiado verte así.—Escuchó con victoria como Ochako ahogó una exclamación al sentir como sus manos fuertes recorrieron sus piernas sin pudor.

—De-deja de decir ese tipo de cosas— Tartamudeo entre jadeos.

Bakugou no dejaba de sonreír con intensidad cuando observaba cómo reaccionaba la castaña ante cada mínimo toque que le dedicaba. Paso con delicadeza sus manos por el vientre de la castaña haciendo que el menudo cuerpo temblará e hinchó su pecho con orgullo cuando se adentro por la parte de la castaña y encontrarse con la tela húmeda de todos sus fluidos, esperando ser absorbidos por él.

—Vaya estas toda empapada— la beso haciendo un recorrido desde su hombro hasta las manos que cubrían el rostro jadeante y excitado de la mujer, tratando de alejar su nerviosismo.—Quita tus manos, quiero ver qué digas mi nombre, Ochako.—Mordió sus manos alejando las del Angelical rostro que tanto amaba encontrándose con las mejillas sonrojadas por la excitación con aquellos labios rosados hinchados por sus besos y su mirada empañada de placer, guardo esa imagen en su cabeza con una sonrisa.

Sin despegar su intensa mirada de aquellos ojos chocolate repletos de placer empezó a acariciar la parte de la chica sobre la tortuosa ropa interior de encaje blanco húmeda que no hacía más que una puntada de placer se descarga por todo su miembro ya erecto.

Escuchando los suspiros y gemidos inentendibles de la chica aumentó la velocidad y firmeza de su toque haciendo que la chica tomara las sábanas con fuerza al sentir como el placer se extendía por todo su cuerpo.

—Katsukii~ —Gimió su nombre haciendo que el corazón del rubio latiera con fuerza y la presión de su ropa empezará a molestar su miembro.

Deslizó su dedo índice por los labios de la chica y retiró la braga hacía a un lado notando la calidez que envolvía toda la parte íntima de la mujer, recorrió con su pulgar los labios mayores con detenimiento notando como la lubricación que la cubría, adentro su dedo y dibujo pequeños círculos en el clítoris de la mujer, quien gimió con fuerza cuando sintió como su cuerpo se calentaba y el placer la empezaba a consumir.

Sintió sus piernas temblar cuando aprecio como los dedos de Katsuki se adentraron en ella pero sin dejar de estimularla, arqueo su espalda al sentir como una preción en su vientre se albergaba dentro de ella con ganas de explotar de placer, sintiendo como las gotas de su sudor bajaban por todo su cuerpo ocasionando que sus mejillas se calentarán aún más, ahogó un gemido en sus labios cuando sintió como Katsuki atacaba su cuello dejándole pequeñas mordidas en él.

Se sentía tan bien, el calor en su cuerpo solo subía su exitación y el movimiento en sus caderas en busca de aún más contacto, el sentir como los dedos de Katsuki de adentraba en ella y salían rápidamente en estocadas firmes y certeras la hacía temblar, todo su cuerpo siendo gelatina ante él. Escuchó al chico gruñir en su oído con su respiración agitada azotando cálidamente la piel de su nuca.

—¿Ya vas a acabar? Siento como tú coño está apretando mis dedos—Dijo aquellas palabras en su oído para luego atacar sus labios nuevamente con hambre, ahogando gemidos y suspiros en él.

—Katsukiiii~ —Gimió en alto aún con sus labios unidos cuando los dedos de sus pies se doblaron con fuerza y su espalda se arqueó sintiendo como el orgasmo arrasó con su menudo cuerpo tambaleante aún cubierto por aquel vestido, su respiración aún agitada y el temblar de su cuerpo le hacían difícil recuperarse de aquello. ¡Carajo! había sido el mejor orgasmo que había tenido en una masturbación.

Bakugou se separó observando cómo aquella mujer que para sus ojos era una completa deidad, el poder adorarla y admirarla en aquella habitación hacía que su corazón doliera de una forma deléitante, porque Uraraka Ochako era la mejor cosa que pudo sucederle en toda su vida. Observar la cómo su pecho subía y bajaba rápidamente, el sonrojo adornando sus mejillas redondas, su cabello derramado por toda la sábana lo hacía una de las vistas más eróticas que había visto en toda su vida.

Retiró los dedos de la parte de la chica y observó cómo los fluido de la chica se deslizaban por sus dedos, quien con curiosidad lo observaba mientras se recuperaba del líbido del orgasmo, suspiro ahogando un gemido en la palma de su mano cuando observó cómo aquel hombre de mirada rojiza con sus ojos fijos en ella saboreaba sus dedos llenos de sus jugos.

— Eres tan hermosa, Chako

Su corazón enloqueció al reconocer aquel apodo, haciendo que tragara saliva y con la mirada aún empañada de placer observó cómo el hombre se retiró su pantalón con agilidad dejando ver un bulto en su ropa interior causando que soltará una pequeña exclamación nerviosa.

Bakugou la miro curioso cuando la escucho y no pudo evitar sonrojarse ante la mirada sedienta que la mujer le dedicaba descaradamente, se sentía avergonzado que aquella mujer no tuviera pudor al observar su pene erecto dentro de su ropa interior, el hambre de su mirada lo hizo jadear en respuesta del deseo por poseer mutuamente sus cuerpos pero no quería ser un idiota adolescente hormonal y solo follar a la cara redonda, no el quería quitar todos aquellos malos sabores de ella, quería que tuviera confianza en ella misma y más allá de todo eso adorarla con amor.

Suavizó su mirada y se acercó hacia ella besando su frente mientras acunaba su rostro en sus grandes manos, conectando su mirada con el chocolate que se derretía al estar al contacto con el carmesí que la derretía.

—¿No piensas que ese vestido se vería mejor en la basura?— Preguntó con una sonrisa burlona mientras que rodaban sus narices sin desconectar todos los sentimientos y deseos que compartían a través de sus miradas.

Uraraka río entre pequeños besos traviesos que Bakugou le dedicaba mientras sus manos se perdían por su espalda en busca del cierre de su vestido. Su cuerpo se estremeció al sentir como el tacto del hombre tocaba la piel desnuda de su espalda un quejido que fue callado por el arrebato de sus labios, suspiro al escuchar como el cierre bajaba lentamente por su espalda sintiendo su piel erizarse bajo el calor de las manos del hombre, quien con hambre reclamaba sus labios mientras sentía como su miembro palpitaba reclamando más contacto entre sus cuerpos.

Su vestido fue retirado lentamente dejándola en ropa interior siendo impregnadas por las manos olor a caramelo, las cuales brindaban una que la hacía temblar por la calidez que le embriagaba el corazón. Sintiendo cómo estas apretaban y acariciaban a un ritmo deleitante toda su piel, causándole una corriente eléctrica cuando su piel entraba en contacto con la suya. El sentir como el calor era compartido por sus cuerpos y el cómo esta misma la tocaba, era sin dudas deleitante. Su tacto ardía y la hacía retorcerse de placer, el cómo se dedicaba a apreciarla con sus manos, el moldearla y llenarla de su esencia era más que exitante.

Gimió al sentir como su vientre era atacado por los labios de Katsuki, quien succionaba y mordía la piel cremosa de la mujer, quien sentía como si cuerpo temblante aumentaba su temperatura y como se mojaba aún más, exitandose y deseando mucho más contacto, volverse uno y entregarse al placer. Mando todo a la mierda cuando sintió como la piel de su cintura fue víctima de los labios húmedos de aquel hombre de mirada intensa.

Y se sentía tan malditamente bien, el ser deseada y de alguna manera alabada por aquellas manos que desprendían nitroglicerina, jamás se había sentido de aquella manera y justo ahora, el que Katsuki Bakugou se dedicará darle placer, el tocarla quemándola con su tacto, el besarla de aquella forma tan especial y mirarla con aquella capa de lujuria y Amor. Era una locura, porque aunque suene peligroso todo aquello, ella solo quería hundirse más, más y más hasta entregarse a él.

Una exclamación salió de sus hinchados labios cuando la lengua de bakugou recorrió la parte sensible de sus muslos, dejando un camino de mordidas desde el final de sus glúteos, sintiendo eróticamente como la respiración agitada de él, chocaba con su vagina.

Llevo una mano a su boca al sentir como la tibia lengua del chico empezó a lamer cerca de sus labios mayores, la sola sensación de su respiración cerca de ella la desesperaba, había quedado demasiado sensible después de su primer orgasmo y eso la estaba enloqueciendo, quería sentirlo, quería brindarle todo lo que ella tenía.

—Katsuki — llamó con voz aterciopelada, haciendo que la mirada rubí le dedicará su atención con curiosidad— Fóllame

Ciseo con placer cuando su pene dio una puntada, sintiendo como la tela de su ropa interior se humedeciera ante tales palabras. El que Uraraka le pidiera de forma tan directa y descarada el que la follara, era enloquecedor. Trepando por su piernas se acercó a su rostro buscando duda en ellos, sin tener sospecha de que Uraraka lo tomaría de los hombros y con ayuda de su Quirk lo sometería dejando debajo de ella con sus piernas a horcajadas en sus caderas.

Acercándose peligrosamente a su rostro pudo observar cómo aquellos ojos café eran más oscuros, el cómo su rostro estaba completamente rojo y el cómo sus labios se entre abrían para dejar salir sus jadeos.

—Quiero dártelo todo, Bakugou— ronroneo en su oído antes de que sus caderas empezarán a ser un Vaivén en su miembro duro.

Gimió al sentir como todo el placer se extendía por todo su cuerpo, las caderas de la chica hacían presión en cada uno de sus movimientos, frotándose contra él. Uraraka jadeaba a la par que él en su cuello, con su respiración caliente rozando su cuello. Mordió su hombro cuando el movimiento en sus caderas empezó a aumentar de velocidad, sintiendo como la humedad causada por sus fluidos eran compartidos en su roce.

—Mierda...—Gruñó con voz gruesa, Uraraka lo tenía a la Merced de sus pies, el calor de sus cuerpos lo asfixiaba lentamente y la excitación sólo hacía jadear y soltar maldiciones con cada tortuoso movimiento de las redondas caderas de la mujer.

—Nee Nee Bakugou-kuuun~ — Llamó la chica con voz hipnótica mientras arrastraba su nombre, observo como este la miraba extasiado con cada movimiento de sus caderas. Eso la hizo reír— ¿Quieres tenerme ya?

Jadeo al sentir como la chica levantaba sus caderas para luego simular pequeñas estocadas sobre su miembro.

— Bakugou-kun está muy duro~

Esas cuatro palabras fueron suficientes para girar a la chica de manera que ella quedara debajo de él. Podía ver la burla en su mirada, como si lo estuviera retando.

—¿Te crees muy graciosa, cara redonda?—Hablo mientras sin pudor alguno liberaba su miembro de la ropa interior ya húmeda por sus fluidos.

— ¿Acaso no sabías que soy comediante?—Ronroneo con una sonrisa traviesa en sus labios, provocando que el rubio tomara sus labios de nuevo haciendo que ahogara su sonrisa burlona en sus labios sabor caramelo.

Porque Katsuki era así, Caramelo acompañado de aquel fuego rubí que le llenaba el pecho de formas que le quitaba la respiración.

Sintió cómo su cuerpo era marcado por aquellas caricias, como él parecía alabar cada parte de ella con pasión, con deseo, con amor. Y eso hizo que su pecho doliera de felicidad, porque sí, ella podía ser feliz toda su vida con aquella sentimiento llenando la con calidez.

Enredó su piernas en la cintura del rubio en busca de llenarse de él, de sentirlo dentro, completando la y llenando la de él. Llenando la con aquel fuego que se crea en cada roce de sus pieles.

Sus labios la abandonaron, separándose ligeramente para observar la, para adorar cada curva cremosa que amaba tanto, para poder apreciar a aquella mujer sonriente y cálida que lo llevaba sin darse cuenta a su hogar.

Se posicionó entre sus piernas para luego besar con gentileza su frente, sintiendo como el menudo cuerpo se volvía algo rígido al abrirse paso dentro de ella.

— Te amo—

Dejó aquellas palabras en el aire cuando de una sola estocada entró en ella, deleitándose con la suavidad, la calidez y la humedad que lo apretaban, que lo engullian en placer. Uraraka tembló bajo él mientras se adaptaba a la sensación de tener dentro de ella, arrancándole gemidos y palabras que salían de su boca con descuido, pero el oir como bakugou le había dicho que la amaba mientras sus miradas estaban conectadas había hecho que su corazón latiera rápido, haciendo que su pobre cuerpo se estremeciera ante él, ante sus palabras y ante sus caricias.

—¿Por qué dijiste que... — Jadeo al sentir como empezó a bombardearla a un ritmo de manera lenta y firme que evitaba tener un hilo de pensamientos cuerdos en su cabeza ante aquel tortuoso movimiento. La fricción del Vaivén era electrizante, sintiendo como sus pezones se endurecían y su piel era víctima de las manos cayosas que la recorrían con toques sensuales, presionando su piel sensible entre sus muslos y espalda.

—Mierda— escuchó el silbido de la respiración acelerada y caliente de Katsuki cuando empezó a incrementar la velocidad de sus estocadas, tocando la en lo más profundo de ella, brindándole un placer que hacía que su cuerpo temblara e inevitablemente sintió una oleada de exitación al ver cómo sus mejillas estaban encendidas en un color carmesí, mientras sus labios estaban separados soltando gruñido y jadeos que solo hacían que el calor en ella aumentará. Vio como sus cuerpo brillaban ante el sudor que compartían e inevitablemente aquel travieso pensamientos que había tenido por años hizo que tomara con brusquedad la cabeza del chico y encerrará en sus brazos mientras sus labios curiosos empezaron a recorrer el cuello del hombre, quien Exclamó en sorpresa pero no detenía los movimientos erráticos de sus caderas sobre ella.

Gruñidos

Jadeos

Mordidas

Choques húmedos

Respiraciones agitadas

Rasguños

Caricias que marcaron su piel por el calor

Y sobre todo el sabor a caramelo en su boca habían Sido una combinación que hizo que su corazón se estrechará en ella.

Que se sintiera deseada.

Que se sintiera querida

Que se sintiera adorada

Sintió explotar en Miles de pedazos cuando aquella presión en su vientre expulso todo de ella, sintiendo como una ola aplastadora de placer la llevaba al clímax, apegándose más al cuerpo de Bakugou que estaba cerca del orgasmo pero se había dedicado a admirar como la mujer que tanto lo enloquecía deshacerse en placer, sintiendo como todo en ella lo apretará con fuerza quitándole el aliento, verla allí luego de su arrasador orgasmo lo hizo sonreír y abrazarla mientras la penetraba rápidamente para luego ser consumido por su orgasmo sintiendo como todo en el gritaba de placer.

Cubrió el pequeño cuerpo rodondo con sus brazos y la acunó mientras ambos trataban de reponerse después que él clímax los dejara exhaustos. El calor de sus cuerpos lo embriagaba y sus aromas mezclándose era tan fascinante que podía saborear su piel aún. Estar junto a ella lo llenaba de serenidad y paz.

—¿Porque me dijiste eso?—la voz de Ochako había salido en un hilo de voz, completamente cansada y jadeante mientras trataba de girarse hacía él.

Sintió su corazón correr cuando aquellos orbes brillantes de color chocolate lo miro. Con pequeñas lágrimas en el filo de sus ojos, sus manos sudaron y sintio como todo su cuerpo se tensaba nervioso ante ella.

— Yo puedo decir lo que me venga en gana, Ochako.

Se sintió como un idiota cuando la chica bajo la mirada con expresión decaída.

—Te amo

Sintió como los ojos chocolates brillaron bajo la luz tenue de la Luna, su corazón dolía y sentía que sus pulmones no reaccionaban ante el oxígeno.

La suavidad de las manos de la chica acunaron su rostro mientras lo hacía girarse hacía ella. Sus mejillas se sonrojaron y sintio su pecho llenarse al ver aquella sonrisa que le daban ganas de vomitar, aquella sonrisa que lo perseguía todos los días.

—Quédate conmigo, no importa cuando ni dónde pero solo hazlo

Las mariposas en su estómago revolotearon y la miro con todo lo que él sentía.

Con admiración

Con respeto

Con deseo

Con amor

—Te seguiré hasta el fin de todo, Ochako

Primero que nada

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

¡SI SEÑORES LO TERMINE!

ok

Hola ¿cómo están?

¿Linda noche?
Es un placer para mí anunciarles la publicación del primer capítulo de la NFSW Week Kacchako.

Les dedico este capítulo a mis hermosas amigas del grupo Kacchakobyl de verdad, dudo mucho que hubiera realizado esto si no fuera por su ayuda. En especial a Marubebe, Rocibebe,Anhbebe,Isabebe, obviamente a mi mejor amigo que no se si algún día se digne a votar en mis historias y muchas personas más que me ayudaron en este proyecto. De verdad que muchísimas Gracias

Para serles sincera, nunca había escrito un Lemmon, nunca de los nunca. En mis 4 años escribiendo fics, nunca lo había hecho y fue muy difícil para mí hacerlo. Los primero días hasta me colocaba nerviosa XD pero miren dónde estamos...

Tarde casi 2 meses haciendo este cap y no me arrepiento, aprendí mucho sobre escribir fics eróticos, si, eróticos, porque siento que no todo es solo sentir la pasión del momento y era lo que más se me complicaba. Adaptar mi escritura y redacción a algo erótico pero ¡Lo logré! Y estoy feliz de ello.

Si les gusta por favor voten y comenten también, estaría encantada de leer sus comentarios ❤️❤️❤️❤️❤️

PD: Me inspire en mi poderosisisissisisisimo Harry Styles con su canción Adore You para este cap

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