Capítulo 36

* * * * 

-¿Vamos por un café, bella dama?-Chad inclina su cabeza hacia un lado y sonríe al conectar su mirada con la mía. Le devuelvo la sonrisa.

-¿Tú de dónde saliste?-me apoyo sobre el marco de la puerta con mis brazos cruzados. Había sonado el timbre de la casa y pensando que era Thom, ya que había dejado sus llaves en casa, abrí la puerta. Me extrañó muchísimo que fuese Chad en vez de mi hermano o Luke.

-De la panza de mi madre, no te voy a decir por qué agujero provine porque eso sería demasiado vergonzoso para mí, ya sabes, no es mi estilo.-dijo rodando sus ojos. Sonreí divertida.

-¿Zayn eres tú?-pregunté en tono burlesco agarrando mi campera que estaba colgada en el perchero de la entrada. Chad asoma su cabeza por la puerta y suspira frustrado.

-¿Tú también estas obsesionada con esa banda? Santo cielo ¿Qué tienen esos chicos que alborota a las chicas?-Señala su rostro con su dedo y sonríe de forma cínica.-Yo puedo ser mucho mejor que ellos.

Lo dudo

Camino fuera de la casa mientras coloco mi campera, acomodo mi bolso en mi hombro y miro a Chad que estaba sonriendo con sus manos dentro de sus bolsillos delanteros de su pantalón. Parecía un modelo de donde yo lo estaba viendo. Sacudiendo mi cabeza para ahuyentar esos pensamientos, miré a sus labios y luego a sus ojos.

-¿Vienes?-tragué saliva observando que él no se movía. Había visto algo.

- ¿Contigo? A todos lados, preciosa.-coloqué mis ojos en blanco y empezamos a caminar en silencio. Remojé mis labios y miré a Chad.

-¿A dónde vamos?-murmuré. El chico que tenía a mi lado se encoge de hombros despreocupadamente.

-No lo sé, nunca pensé que ibas a aceptar. Mi plan era intentarlo, aunque me sorprendió bastante que aceptaras.-alza su barbilla orgulloso y como siempre su sonrisa estaba presente.

Abrí mis labios para decirle algo, pero ninguna palabra o insulto me vino a mi mente. Nada de nada. Suspiré rendida y seguí caminando con mis manos dentro de mi campera. El viento estaba presente y hacía un poco de frío. Supuse por cómo estaban las nubes, esta noche tendríamos una tormenta.

-¿Vamos por un helado? Hace mucho que quiero comer esas porquerías, pero no tengo a nadie con quien ir. –murmuró ansioso. Asentí con una sonrisa teniendo una pregunta en la punta de mi lengua pero no sabía si decirla o no. -Dime, desde que salimos tienes esa expresión en la cara que me quieres preguntar algo pero no te animas. Sabes que puedes preguntarme lo que sea. Si es un tema sexual, soy experto en eso-sube y baja sus cejas haciendo una mirada pervertida, ruedo mis ojos y abro mis labios para preguntar.

-Es sobre Luciano.-

-¿Luke? ¿Qué pasa con él?-murmuró mirando de reojo mi expresión.

-Ya sabes, hace unos días discutieron en la puerta de mi casa y he notado que no se soportan. ¿Qué pasó con ustedes para que se pelearan así? Es decir, eran o son mejores amigos, no creo que sea normal discutir con tu mejor amigo de esa manera. Bueno, ese es mi punto de vista.-Chad suspira cansado y pasa una mano por su cabello negro. Tan negro y suave que me daba ganas de acariciarlo como a un gatito tierno. Ignora mi pregunta ya que habíamos llegado a la heladería, quedaba a unas cuadras de casa, así que el recorrido fue corto.

Amaba esta heladería, tenía en su interior una decoración hermosa. Pegatinas de helados, caramelos y chocolates en las paredes estaban colgadas, las mesas eran de color celestes mientras que las sillas de color azul marino. Había un recibidor de madera donde se encontraba una chica con un raro uniforme y su cara de aburrida no faltaba en su rostro.

Mordí mi labio inferior fascinada. Las paredes eran de un color rosa claro pastel. Chad sonrío divertido por mi reacción y tomó mi mano para guiarme a la chica que tenía una expresión de aburrimiento.

-Que preciosidad tenemos el día de hoy.-alagó a la muchacha castaña.- ¿Cómo estas cariño?-

-Tus cumplidos ya no sirven aquí, Chad.-la chica fulminó con la mirada a mi acompañante e intenté reprimir una carcajada por el rostro de mi amigo.

-Auch, me llegó justamente a mi corazón. ¿Qué pasó con todo el cariño que me tenías? Ya sabes en donde encontrarme, Lissy.-Chad sonrío coqueto y miró hacia mi dirección.- ¿Qué quieres, hermosa?-abrí un poco mis labios sorprendida de que haya coqueteado sin preámbulo con la cajera y luego me diga hermosa frente a ella. Pestañeé sorprendida y la chica al ver mi reacción río falsamente con un toque de amargura.-

-No te sorprendas, el...-mira falsamente el rostro de Chad y luego mira a mis ojos.- es así con todas. Un minuto tiene a una tetona y cuando te das vuelta tiene a otra más tetona que la primera, es normal. Así es Chad y te recomiendo que te alejes de él, es peligroso.-mordí mis labios ahogado una carcajada pero fue imposible. Reí como nunca antes y cuando miré el rostro de Chad que, sorprendentemente sonreía, me confundí.

-¿Él? ¿Peligroso?-reí con humor señalando con mi dedo gordo el cuerpo de mi acompañante.-Imposible.-negué con mi cabeza incrédula de lo que estaba escuchando.

Luego de eso, pedimos nuestros helados y nos sentamos en las mesas del interior de la heladería tan delicada. Afuera se había levantado mucho viento y no quería arruinar mi peinado, o lo que quedaba de él.

-No me vas a contestar ¿Verdad?-Chad suspira frustrado metiendo su cuchara con un poco de helado a su boca. Imito su acción y cierro mis ojos al disfrutar de ese sabor tan delicioso.-Esto está muy bueno.-murmuro metiendo de nuevo una cucharada a mi boca. Chad sonríe mientras lo noto tragar saliva.

-Es...complicado.- Murmura.- Llevamos años siendo amigos y nunca discutimos de esa manera como el otro día y otra ocasión luego de esa tarde.-suspira resignado fijando su mirada en la mía. Dejo de comer por la intensa mirada que tenía en sus ojos.

-¿Por qué?-pregunto sin darme cuenta. Mi compañero de helados sonrío nostálgico y aclaró su garganta. Suavicé mi mirada y comí otro poco de helado.

-Muchas cosas, en realidad. Luke quiere hacer algo pero no estoy de acuerdo con esa idea. Él fue o es un chico muy galán, por así decirlo. Quiere jugar con los sentimientos de una mujer mientras que está con otra.-Aclaró ante mi mirada confusa.-Descubrí algo la semana pasada, después de esa tarde de discusiones y le aclaré que no estaría con él ante sus decisiones.

-¿Y qué dijo él?-pregunté tontamente al desesperarme ante su silencio.

-Que me vaya a la mierda-su tono de obviedad era tan gracioso que me hizo sonreír.-Tan típico de Bennet.-Frunce su ceño al mirar detrás de mí y su mirada se congela mientras que todo su cuerpo se tensa. Hago un amago de darme vuelta para saber que estaba observando pero él es más rápido y adivinó mis intenciones que me detuvo antes de girarme completamente, pero lo vi.

Suspiré internamente controlando mi ira. Remojé mis labios y me hice la desentendida ante la mirada de Chad.

-Yo...ya vengo ¿Si?-sonrío falsamente y asentí con mi cabeza distraída.-Iré a tirar esto, no me gustan muchos los cucuruchos*-Volví a asentir con la cabeza y miré como Chad se marchaba de la heladería. Pero en vez de dar media vuelta y volver conmigo, salió por la puerta y dio vuelta la esquina. Como las puertas eran de vidrio y demasiadas grandes como para ver lo que pasaban en la calle, observé como caminaba con sus puños apretados mordiendo su labio murmurando palabras a lo loco.

Demasiado tarde, Chad. Ya vi todo lo que quería saber.

Suspirando me levanté de la silla e hice lo mismo que hizo Chad, tiré mi cono de helado y salí por esas puertas de cristal. Caminé tranquilamente pensando en los mil y un insultos que le diría a esa piruja y al chico de ojos café.

Esto no puede ser cierto...

Tenían las manos entrelazadas y Chad les gritaba cosas que son mejores no nombrarlas. Sonreí incómodamente y caminé hasta ellos.

-¿Chad?-pregunté inocentemente.- ¿Está todo bien?-No podía ver a Luciano, porque el cuerpo de su amigo lo salvaba de ser visto. Pero sabía que era él. Chad tensó su cuerpo y giró en mi dirección. Sonreí nostálgicamente tragando saliva.- ¿Estas bien?-pregunté preocupada. Su rostro se había vuelto pálido de un segundo a otro y miraba mi rostro con sus ojos abiertos.

-Está todo bien, gracias por preguntar. Ahora puedes irte a limpiar la calle, gracias.-Abrí mis ojos al ver a la pelirroja de la fiesta, en donde Luke había besado. Aquella pelirroja que vino a amenazarme en mi trabajo. Aquella pelirroja que no sabía su nombre.

-¡Oye! No le hables así, víbora.-Chad gruñe al escuchar como la muchacha vestida tan extravagante me hablaba.-Tú no eres nadie para decirle eso.-La enamorada del chico ojos café suelta la mano de su acompañante y camina enojada hacia donde esta Chad.

-Ten cuidado de cómo me dices, bicho raro. Tú no sabes con quien te estas metiendo.-Chad fulmina con la mirada a aquella chica y camina hacia mi dirección. Eso hace que Luke aparezca en mi campo de visión.

Tenía que admitir que estaba hermoso. Con sus típicos suéter de color verde y sus pantalones gastados de color azul. Todo prolijo, como un chico rico acompañado de su novia tan egocéntrica y superficialista.

Vaya mierda de gustos que tiene el muy idiota.

-Así que es ella ¿no?-pregunté al chico de ojos café, refiriéndome a la supuesta declaración que me había dicho.

Mentiroso.

No recibí ninguna respuesta de parte de él.

-No tienes el derecho de hablarle, cariño. No eres nadie para él, solamente un juguete para divertirse mientras yo no estoy.-su tono de voz era una mezcla de sarcasmo, burlesco e irónico, ladea su cabeza haciendo un puchero con sus labios, que estaban de color rojo escarlata. Su vestido llegaba un poco más arriba que la rodilla y era de un color amarillo con unas manchas negras. Y por supuesto no podía faltar su saco negro con algunas plumas.

No tenía mucha experiencia con la moda, pero tenía que decir que estaba vestida muy ridículamente. Me daba pena ajena y en vez de enojarme u ofenderme por sus palabras, sonreí. Acción que Chad se confundiera, me miró frunciendo sus cejas y sus ojos entrecerrados decían '¿Qué estará tramando?'.

-Lo siento, pero... ¿Quién eres?-me atreví a abrir mis labios. Ella ni nadie me tratarían como si fuese cualquier cosa. Mi madre me había criado para no ser ofendida y me había enseñado modales para referirme a las personas. Pero por suerte, Thom estaba presente en mi vida y me enseño como usar el sarcasmo y ofender a las personas de una manera "especial" como así decirlo.

¿Lista? Espero que sí.

La pelirroja sonrío de lado, divertida y a la vez enojada. Trataba de hacer que verlo con otra no me afectaba, tenía tiempo para luego llorar solita en mi habitación, por ahora, tenía que hacerme la fuerte para no pasar la mayor vergüenza de la vida.

Joder, Luke.

-Así que no te dijo quién soy. Vaya, cariño, que rompecorazones que eres.

-Lo siento. Es que Luke ha estado muy entretenido conmigo que nunca me habló de ti.-sonreí falsamente a la mirada de odio de la pelirroja. Se había ofendido. ¿Por qué sigo aquí?

Miré por última vez al chico de ojos café que tenía su mirada perdida pero una sonrisa en sus labios que quería ocultar. Me debía muchas explicaciones, pero no quería escucharlo. Ni siquiera verlo. Me había mentido con respecto a que me amaba. A todas esas palabras bonitas que me había dicho y todos esos besos tan perfectos, los mandé a un rincón de olvido.

Para mí, el chico de ojos café, había desaparecido de mi vida.

La decepción en estos días era mi mejor amiga. No sabía en que confiar, no sabía a quién contarle mis problemas. Todas las personas que había conocido ahora son puros desconocidos que giran su cabeza al verme. Los únicos que estaban siempre eran Thom, Félix y Chad, porque este me había defendido de esa chica cuando Luke estaba presente y nunca abrió sus labios para, por lo menos, darme una explicación.

¡Ni siquiera se dignó a decirme algo!

Más y más decepción tenía del idiota de ojos cafés. Negué con mi cabeza decepcionada mirando a sus hermosos ojos. Empecé a caminar rogando que no lloviera antes de llegar a casa, al caminar una cuadra de la heladería sentí como Chad agarraba mi brazo y me apretaba en su torso.

Los abrazos de Chad eran únicos, eran como estar abrazando a un suave y hermoso panda. Chad era especial y solamente rogaba que él tampoco me decepcionara, sino estaría perdida sin él. A pesar de que hacía poco lo conozco, se había vuelto alguien especial en mi vida.

Un amigo incondicional.

No quería perderlo. No quería perderlo como perdí a Luciano.

De pronto el cielo empezó a llover, sintiendo mi agonía y como el clima del día de hoy, así me sentía.

Vacía.

Y dolida.

Mi cielo de color azul y las nubes blancas, habían desaparecido de mi vida. Me sentía vacía, sola y con ganas de mandar al diablo a todas las personas.

La lluvia se mezcló con mis lágrimas y así, toda llorona y abrazada a Chad, llegamos a casa. Y lo mejor que pude haber hecho en estos meses, fue llorar en sus brazos, el cual se mantenía en silencio acariciando mi cabello.

-Bennet y su maldita costumbre de arruinar los corazones de otras personas.- Escuché como susurraba Chad antes de besar mi cabeza y perderme en un sueño profundo a causa de mi corazón roto.

Otra vez más...

* * * * 

*Cucuruchos:En Argentina, no sé como será en sus países. Es como un Barquillo cónico sobre el que se pone una o más bolas de helado.

Me duele el corazón! Jodido Luke. 

Al fin podemos verla con el chico de ojos cafés, me duele por Olivia :c

¿Qué dicen? ¿Les gustó? 

Un abrazo enorme. 

Alessa ♥

o

T.R.W ♥

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