Capitulo 32
* * * *
¿Era en serio lo que me estaba preguntando este idiota?
Luke me miraba burlesco. Lo miré entrecerrando mis ojos y eso hacía que su sonrisa se hiciera más grande. ¡Se estaba burlando de mi!
Como venganza decidí decirle lo que pasó por mi mente ese día de lluvia.
-Lástima.-murmuro mirando sus ojos café. En ellos pasó la sorpresa, duda y finalmente la decepción.
-¿Qué?-hace una mueca extraña y sus cejas se fruncen.-¿Lastima? Pensé que te morías de amor por mí desde el primer día, princesa.
-Te digo que esas contaron como dos preguntas.-murmuro burlescamente.
-¡Hey! Eso es trampa..-entrecierra sus ojos y eso hace que mi risa sea ruidosa, Luke sonríe y mira a mis ojos-Me encanta cuando sonríes y me muero de ternura si es por mi.
Blanqueo mis ojos sin creer ninguna de sus palabras.
-Sentí lástima por que...-dudo en decirlo pero él hace una seña que siga y sigo hablando-...Pensé que tu novia te había dejado solo y por eso...Por eso, me acerqué, porque llamaste mi atención desde el primer día que te vi.-muerdo mi labio sin saber lo que está pasando en la mente de Luke en este momento y su sonrisa me ponía aún más nerviosa.
-No, no esperaba a nadie ese día, ni al siguiente. -Alcé mi ceja confundida y creo que es la primera vez que vi a Luciano tímido-...Un día pasaba por esa cafetería y vi a una chica con flequillo que estaba sentada conversando con una mujer embarazada...-
-Mary-murmuré casi en un susurro. Luke sonrío.
-Si, bueno... Vi a esa chica y sentí algo cuando la vi por la ventana, hacía frío y sentí esa necesidad de entrar a la cafetería. Y cuando hablo de "esa" chica, me refiero a ti, princesa. Desde el momento en que te conocí, desde el momento que te vi desde la ventana de la cafetería, supe que había algo en ti que necesitaba. Al parecer no era "Algo en ti". Eras tu...-bajo mi mirada a mis manos y empiezo a jugar con los dedos de Luke. -Créeme cuando te digo que te quiero bastante como para dejarte, cariño.
-Luke...-susurro mirando a sus ojos.-Detente.-Luciano bufa y blanquea sus ojos café, siento que me observa pero yo sigo jugando con sus dedos. Son tan suaves. No quería creerle, no debía creerle.
-Está bien, pero no sé porque no me crees cuando te digo lo que siento.-se enconge de hombros.-Sigo con mí cuestionario.-levanto mi vista pero sin dejar sus dedos y él se muerde su labio y de pronto recuerdo ese beso tan intenso en la cocina.
-Me toca preguntar.-me adelanto- Uno y uno ¿Recuerdas?-Luke entrecierra sus ojos y asiente lentamente con su cabeza. Hace una seña con su ceja diciendo que pregunte y muerdo mi labio al pensar lo que Luke pensaría de mi al preguntar, pero me armo de valor suspirando mientras miro esos ojos café que tanto me quitan el sueño y que tanto me encantan, anhelando que algún día me pertenezcan.- Bien, si no quieres responder, está bien.
-Vamos, cariño, dilo. Yo te responderé cualquier cosa que desees.-
-¿Quién era la chica de la otra vez? Aquella pelirroja-aclaro al notar la mirada confundida de Luke. Él a darse cuenta de quién de hablo, todo su cuerpo se tensa y deja de acariciar mis manos.-¿Luke?-susurro asustada. Lo veo tragar saliva y de pronto sus ojos estan fijos en los míos y noto su mirada asustada, haciendo que me confunda más de lo que ya estaba.
¿Qué esta sucediendo aquí?
-¿Es en serio lo que me estás preguntando? -levanta su dedo y sonríe lentamente-Y no tomes esta como una pregunta, yo conservo mis preguntas para el final. -Abro mis labios para responder su pregunta pero él se adelanta callándome con un beso. Alzo mi ceja y Luciano sonríe inocentemente, niego con mi cabeza dándome por vencida y miro a esos ojos tan hermosos esperando por la respuesta que creo que nunca va a aparecer.
-No me vas a decir ¿Verdad?-pregunto adivinando su siguiente juego y sé que esa pregunta nunca va a ser respondida y creo yo que tampoco quisiera saberlo, porque si Luke no me lo dice, sé que me va a doler esa respuesta como todo lo que hace él.
-Ya sabes la respuesta-susurra en la oscuridad. La habitación estaba oscura salvo la lámpara de noche que nos alumbraba y así podía observar el rostro de Luciano, el cual estaba mirando a la cama y no a mis ojos, él jugueteaba con mis dedos y yo, realmente, no sabía que hacer en estos momentos.
-Luke.-susurro alargando mi mano para tocar su hombro pero esta queda en el aire cuando él se levanta de improvisto.-Luke ¿Qué estas haciendo?-
-Ya no puedo ¿Sabes?-de sus labios sale una risa seca y pasa su mano por su cabello. Él realmente es hermoso.
-¿Qué no puedes?-estaba sentada en mi cama, mis pies no funcionaban en estos momentos y odiaba no saber como reaccionar cuando un chico hermoso, que besa bastante bien, estaba por entrar en crisis emocional.
-¡No puedo más, cariño!-eleva sus manos y las deja caer suavemente. Su mirada estaba puesta en la luna que era testigo de esta noche.-Ya no puedo más.-termina en susurro mientras se va deslizando por la pared. Queda agachado y yo estaba sentada en mi cama sin saber que hacer.
Levántate y ve con él.
Y eso hago. Me levanto con cuidado de mi cama y camino lentamente hacia mi chico.
-Luke-susurro agachándome a su altura, toco su hombro lentamente y relamo mis labios.-Hey, ¿Qué pasa? Sabes que estoy contigo.-susurro mientras me siento a su lado observándolo. Su cabeza se mantenía sobre sus rodillas y no me dejaba verlo, así que decidí abrazarlo, era una posición bastante incomoda, pero valía la pena.
Solo por Luke....
-No puedo soportarlo.-agarra una de mis manos y las aprieta suavemente. Acaricio su mano con mi dedo gordo y lo escucho suspirar.
Luke levanta la vista y mira a mis ojos, y juro que mi corazón, una vez más, se derritió por este chico tan conocido y desconocido a la vez.
-¿Qué pasa?-
-¿Acaso no te das cuenta de lo rápido que puedes hacerme sonreír, ni de lo rápido que eres capaz de hacer desaparecer esa sonrisa?-susurra mirando a mis ojos. Me quedo sin palabras y muerdo mi labio al no saber que decir.-Ya no puedo más, cariño.
-Luke..-alzo mi mano para hacer desaparecer esa pequeña lagrima escurridiza, pero él se limpia la cara antes de que yo haga algo. Eso me hace confundirme más de lo que estoy y no imito ninguna palabra.-
-Me gustas, joder, me gustas mucho y no sé que hacer, lindura. No sé en que momento pasó, pero joder, me encantas.-lo miré asombrada por lo que había dicho. ¿Esto está sucediendo realmente?
-A mí también me gustas-susurro para mi misma pero su mirada me dice que él escuchó lo que dije.
-Ellos se enojarían mucho, no puedo dejar que te haga daño, cariño-trago saliva sin saber lo que Luciano me está diciendo pero opté quedarme en silencio, solamente por esta vez.
Alza su mirada y abre lentamente sus labios pero luego los cierra. Suspirando finalmente se decide hablar.
-Te quiero y mucho....pero, tengo que alejarme, no quiero hacerte daño, no quiero... No quiero que sufras por alguien más, no...-se detiene a si mismo y aleja mi mano de la suya. Luke se levanta y camina hasta mi cama y se sienta mientras coloca sus brazos en sus rodillas mientras que sus manos sostienen su cabeza.
¿Acaso también quiere que vaya allí? Dios santo, ¿No se puede quedar quieto en un solo lugar?
-Luke, no sé que pienses de mi, pero, realmente, estoy demasiada confundida como para decirte algo. Si te dejaras entender, podría..Tal vez, podría ayudarte en algo. Pero no puedo ayudarte si tu no me dejas...
Luciano se levanta y yo hago lo mismo. Sale de mi habitación sin antes mirarme por un buen tiempo para luego bajar las escaleras. Me quedo de pie en medio de mi habitación sin saber que hacer, y lo único que cruza por mi mente es ir detrás de Luke.
¿Que más podría hacer?
Al carajo quedó la noche de preguntas y besos dulces.
-¡Luke!-grito detrás de él-Por favor, detente.-Sigo sin entender que carajo le sucede y quiero que me explique.-Por favor, habla conmigo.-agarro su brazo luego de correr detrás de él y se da la vuelta para fijar sus ojos en los míos.
Estabamos afuera, en mi patio, sobre la luz de la luna y los faroles que estaban colocados en las calles. Sus ojos me observaron, arrepentidos, avergonzados y llenos de amor. ¿Qué era lo que estaba pasando?
-Tengo que alejarme, por ti, por mí, por nosotros. Ellos no quieren que esté contigo, no..No puedo..-tira de su cabello y agarra mis mejillas.-Un último beso, por nosotros, princesa -Luego de esto, planta sus labios sobre los míos dejándome más que sorprendida pero menos confundida de lo que estoy.
Virgen santa, que manera de besar....
Coloco mis manos en su cuello y siento que el chico de ojos café sonríe pero decido ignorarlo y sigo con besando esos labios tan dulces. Suspiro cohibida por sus besos y me alejo lentamente de Luciano.
-¿Ya te dije que no puedo vivir sin tus besos?-murmura él sobre mis labios para luego plantar sus labios de nuevo, pero me alejo de él, nuevamente, colocando una de mis manos sobre su pecho. Miro a sus ojos y hago una mueca.
-No me distraigas.-
-Ya te lo dije, no puedo quererte más de lo permitido. No podría.-agarra mis mejillas y mira a mis ojos. Lo que veo dentro de él, es pasión, admiración y ternura. Baja sus labios y se detiene muy cerca de mis labios sin hacer el siguiente paso y comprendí que me estaba pidiendo permiso para seguir con los besos, y cerré el espacio que había entre nosotros.
-Te amo, princesa. Te amo más de lo que puedas imaginar...-murmura entre besos.
Me alejo de él para observarlo sorprendida por esas palabras.
-Te amo, lo he dicho. Chad me lo ha retrucado millones de veces, pero esta noche me di cuenta de todo. No puedo seguir así.
Suspiro aún más confundida de lo que estaba antes.
-¿Te vas? ¿Así es donde termina esto, entonces?
-No, cariño. Esto recién empieza.-suspiro mientras niego con mi cabeza, aún sin creerle todo lo que me ha dicho.
-¿Y que pasa con aquella chica pelirroja? ¿Qué pasa con Chad? Tienes que darme explicaciones, Bennet. Tienes que hablar conmigo.-
-¿Sabes que me estoy declarando en medio de la calle a las dos de la madrugada, supongo y tu te preocupas por esos idiotas?-alza sus brazos al aire y me mira sonriendo.-Eres única. Y por eso me encantas... Ve adentro, hace frío y te estas congelando. Por esta noche hemos terminado, te dejaré y arreglaré las cosas, lo prometo. -sonríe de lado sin mostrar sus dientes.
-Todavía no te creo.-murmuro evitando su mirada.
Rogaba que fuese cierto lo que me estaba diciendo, mi corazón ya se estaba ilusionando de sus palabras y, aunque me costara admitirlo... Yo también sentía algo por Luciano, pero todo era cuestión de tiempo.
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