Capitulo 10

  ♪♫♪♫♪*Cuantas noches de gira 

 Días llenos de melancolía 

 Mi casa sin vos se ve tan vacía 

 Se que tu amor fue tan sincero 

 Perdón, el mio fue tan traicionero** ♪♫♪♫

                          *****

En el momento de que me llamó para hablar de lo que sea, supe que este chico de ojos café iba a cambiar mi vida de una manera u otra. Realmente no lo sabía, solamente...me lo venía venir.

Quería creer que el cambio de mi vida iba a venir de una manera buena, es decir, nadie llega a tu vida por casualidad, todo es obra del destino y del tiempo. Soy creyente que si algo pasa o si conoces a alguien o esa persona se va de tu vida, es por algo, no todo en la vida es casualidad.

Una vez leí una frase, que siempre me acuerdo de ella cuando se trata de las personas, decía así: "Si una persona llega a tu vida, es porque la vida, le va a enseñar algo a ambos. Cuando esa persona, se marcha para siempre, de buena o mala manera, es porque tú ni él tiene más nada que aportar a la vida de ambos."

Y cuánta razón tenía...

Miré los hermosos ojos que tanto me perseguían y noté que su mirada de timidez, ya no estaba.

Tenía esa pose de "Soy sexy, lo sabes " y su actitud es muy de "al mundo me lo como yo.", me di cuenta que su dulzura, timidez, solamente era una faceta suya. Maldije por mis adentros por encariñarme de ese ojo café. Solo es juego más de él.

Con un suspiro pasó su mano derecha por su cabello despeinado. Sonrío confiado y se puso derecho.

-Muy bien, princesa. -froto sus manos y colocó una en su bolsillo delantero de su pantalón.-...Ya que tu amigo de aquí -señala con su cabeza a Félix que estaba muy concentrado tecleando su teléfono, lo miré de reojo y luego fijé mi mirada en Luciano. ¿Qué carajos quería? -..Está prestando atención pero lo disimula muy bien. Quería avisarte o decirte que, hoy te acompañaré a casa, ¿A qué hora sales del trabajo?-mira su reloj de color negro y luego me mira fijamente a la espera de mi respuesta.

¿Está hablando enserio?

Alzo una ceja y me cruzo de brazos. ¿Quién se cree? No puede venir con un carácter dulce, amable y luego de chico malo y haciéndose el desinteresado.

Nene, a esta partida la estás jugando mal.

-¿Disculpa?-le digo mientras coloco una de mis manos en mi cadera y lo observo con mi ceja alzada. Estaba más que sorprendida, joder, que chico insoportable. –Primero que todo, mi nombre es Olivia, no princesa.

Luke solo me mira mientras se ríe brevemente y luego coloca su mejor sonrisa de baja bragas.

-¿De qué te quieres disculpar, princesa? pero si eso es importante para ti, estas disculpada. Ahora...-dijo restándole importancia.- ¿Me dirás a qué hora sales de trabajar o lo tengo que averiguar yo?-Luke coloca un pedazo de cabello detrás de mi oreja y me sonríe.

Él y su maldita sonrisa.

Suspiro cohibida y coloco mi mejor sonrisa.

-Lo siento...pero hoy me acompañará Félix...-quise reírme por la cara que hizo.-Ahora ¿Me dijiste todo lo que tenías que decirme?-Necesitaba volver a trabajar porque la encargada me vería hablando y no quería que me regañen; Luke abre sus ojos sorprendido y aprieta su mandíbula observando detrás de mi hombro a alguien detrás de mí: Félix.

-Está bien...Está bien. Solo por esta vez-me mira de reojo dándose media vuelta y se retira de la cafetería enojado. Miro en dirección de Chad que deja algunos billetes sobre la mesa y se retira de la cafetería no sin antes brindarme una sonrisa tranquilizadora y luego va en busca de su amigo enojado.

No dejo de preguntarme ¿Quién demonios es Luciano Bennet y que rayos quiere de mi?

Niego con la cabeza dejando esos estúpidos pensamientos sobre el chico de ojos café y me pongo a trabajar.

Todo iba bien, con Félix nos dividimos los pedidos y tuvimos un día bastante tranquilo.

Estaba hablando con María sobre las acciones de Luke, ella solo se limitó a reír y siguió haciendo café.

La mire confundida por su reacción, abrí la boca para preguntarle por su risa, cuando apareció la encargada.

-Hoult, te puedes ir temprano...no hay demasiados clientes para tener bastantes trabajadores, toma un descanso o visita a tu madre, cariño-la chica me sonrío amablemente, raro porque la mayor de las veces me está gritando o esta con su cara de aburrimiento-..Necesitas un descanso, anota que estuviste aquí y te puedes ir-le sonrío feliz porque no voy a ir tan tarde. La encargada se gira hacia Mary y le dice:-También tú, Mary...hoy vamos a cerrar más temprano de lo normal, hay poco movimiento hoy...-dicho esto nos sonríe y luego se va a la cocina.

Nos miramos con Mary por la reacción extraña de la encargada y le sonrío al verla que acaricia su vientre.

Mary estaba entusiasmada por el tema del bebe, aunque me contó que su marido no le hace mucha gracia que ella este embarazada, pero él acepta a ese bebe, que eso es lo más importante.

Entro a los vestidores y me saco el delantal, tomo mis cosas y marco en la carpeta mi firma y a la hora que me retiro; saludo a Mary y me dirijo hacia la puerta mientras me coloco mi gorro favorito y mi bufanda.

-¡Hoult! ¿Ya te vas?-Me pregunta Félix mientras toma mi brazo. Ahora recuerdo que me tenía que ir con él, pero hoy no será...Le sonrío y asiento con la cabeza respondiendo a su pregunta-...Pensé que nos íbamos a irnos juntos, ¿Sales temprano hoy?-sigue preguntando Félix.

Resoplo cansada y asiento y trago saliva pensando en que tengo que responder:

-Sí, hoy me dejaron salir temprano, me voy al hospital-murmuré cansada, antes de irme a casa quería ver a mi madre para ver cómo se encontraba. -...Mañana, si quieres, nos vamos juntos ¿Esta bien?-Félix asiente con la cabeza y me da un beso en la mejilla, me sorprendo demasiado por su acción y le sonrío incomoda-..Nos estamos viendo, Félix.

Salgo por la puerta haciendo que la campanita de la cafetería suene y envuelvo mi cabeza con la capucha de mi saco.

Estaba lloviendo de nuevo, como casi todos los días...Hacía demasiado frío como para salir a alguna parte de la cuidad, estaba ideal para sentarse a ver una película con una gran taza de chocolate caliente.

Cuando llego a la esquina del hospital, hay una niña sentada abajo de un alerón, estaba toda mojada y miraba a las personas asustada. En sus pies había una caja grande y dentro de ella, había tres gatitos, también asustados, mojados, con hambre y llorando.

Al mirar a la niña me sentí un poco identificada, porque estaba sola y sus padres vayan a saber dónde estén, y ella estaba asustada, llorando y con hambre; sin su mamá y su papá, como yo.

Me agaché al verla y le sonreí. La niña me miro asustada y agarro la caja con los gatitos con fuerza, como si alguien fuera a llevarlos.

-No tengas miedo-le dije mientras sonreía. Trataba de hablarle dulcemente para que no me tuviera miedo.- ¿Tienes hambre?-le pregunté y ella se atinó a asentir con su cabeza. Tenía los ojos abiertos y me miraba arrinconada contra esa dura y fría pared.

Saqué de mi bolso algunos pastelitos que había sacado de la cafetería para traerle a mi madre para que comiera algo dulce en su vida amarga, pero sé que si le explico la situación, ella me va a entender, le sonrío de nuevo y saco una botella de agua que había comprado en el camino.

Hace unos minutos había dejado de llover pero el clima seguía húmedo y el viento estaba presente.

Alargo mi mano con los pastelitos y la niña, tímida, alarga la mano para recibir los pastelitos. Se los lleva a su boca y los mastica y luego de tragar, me sonríe. Puedo confirmar que los pasteles de la cafetería en donde trabajo, y no es por presumir, pero son verdaderamente riquísimos.

-¿Te gustan?-le pregunto de nuevo mientras le tiendo la botella de agua. Ella solo se limita a asentir y bebe un poco de la botella y luego me la tiende-...Tenla tu-le digo

-Gracias-susurra.

-¿Quieres uno?-murmura la niña-...mi mamá me puso aquí para que dejara a los gatitos porque a ella no le gustan-traga saliva y algunas lágrimas salen de sus ojos, la miro con lastima y trago el nudo que siento en mi garganta-...Yo me quede aquí para que ellos tengan una casa linda, cosa que yo no puedo tener...pero ellos son buenos, su mamá murió-La niña sonríe y me acomodo a su lado que está seco y me siento a su lado.

-¿Cómo te llamas?-le pregunto y acaricio a un gatito que era todo de color negro. Este me gusta, decidí llevarme uno de ellos para que la niña se quedara tranquila, que al menos, uno de los gatos tendrá casa.

-Llévatelo-me dice que miro y acaricio al gatito negro, le sonrío y espero que me diga su nombre-...Me llamo Alice-Agarra el gatito negro y me lo da. Veo en sus ojos tristeza y algunas lágrimas se asoman por mis ojos pero me niego a llorar.-¿Tienes alguien esperándote allí dentro?-señalo al hospital y asiento con la cabeza con una mueca en mi rostro.

-A mi mamá-murmuro acariciando su cabello que está todo mojado-...Ella está muy enferma-le digo mientras recuerdo todos los momentos lindos con mi madre-..Alice, me tengo que ir ¿Esta bien? Volveré... pronto.

Charlamos un rato más y luego me despido con el corazón en la mano, llevándome al gatito dentro de mi bolso y luego entro al hospital con un pensamiento que me da fuerzas para seguir...

Por más difícil que sea la vida, siempre hay que mirar el futuro con esperanza de algo mejor.  

* * * * 

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