13 | L A N C E

Mockup de LosJove

Lance

Con tanto tiempo a mi disposición siento que tengo tan poco que hacer y tantas cosas que se que querré realizar una vez que regrese a clase.

La novela ha tomado una pausa por el momento, no me creo capaz de escribir algo que merezca la pena y sin una buena dosis de inspiración pocas ideas se cruzan por mi cabeza.

La única opción que me ha quedado es visitar Rosings, uno de mis pocos lugares favoritos después de mi habitación y la biblioteca. Por lo que sin mucha convicción de hacer nada, salgo del encierro de mi propio hogar y me dispongo a manejar hasta la cafetería.

El clima se encuentra como siempre, casi tan variable como mi estado de ánimo. Gris y lluvioso.

Un café no hace ningún mal cuando las nubes se encapotan, por lo que apago el motor una vez llego al lugar y consigo una plaza, abro la puerta haciendo sonar las campanillas y lo primero que mis ojos divisan son los suyos, mirándome asustados. Bajo la mirada algo afectado y camino hasta la barra para hacer mi pedido.

Ella está con Thomas, no me sorprende que se hayan hecho tan amigos, de algún modo, él siempre se las arregla para resultar agradable a los extraños.

Cuando escucho mi nombre salir de sus labios me atormento a mi mismo queriendo escuchar más de su charla, pero me obligo a alejarme de ellos antes de que escuche algo que no quiero oír. Y que sé que no querré.

A pesar de mis vagos esfuerzos, la chica camina hasta a mí, en algún momento su charla serena se ha convertido en algo más serio, ya que por su expresión, puedo adivinar que está enfadada.

—¿Puedo sentarme? —pregunta y asiento.

¿Qué otra cosa podría hacer sino? ¿Negarme?

—Si quieres —respondo intentando sonar indiferente, pero la verdad es que estoy hecho un manojo de nervios.

La chica me mira con tal intensidad que probablemente se encuentre de verdad, leyendo mi mente.

—¿Es costumbre tuya querer arruinarlo todo? —pregunta y ladea su cabeza, como si quisiera aguardar y notar algún razgo en mi que le indique algún indicio de duda.

Y el hecho aquí es, que no se de que demonios habla.

—Elise, en serio, deberías hacerle caso a tu hermano —Thomas se posa frente a nosotros y le habla.

—Estoy de acuerdo, pero no puedo hacer lo que ustedes hacen, juzgar a las personas sin saber las razonas detrás de sus acciones —no entiendo ni un carajo.

Sabía que ella me conocía de algún modo, pero todo esto. Todo esto resulta desquisiante, están haciendo nudos dentro de mi cabeza.

—Pero ya te he dicho lo que ha pasado, ¿Qué otra prueba necesitas? —Thomas está casi gritando, gritándole a ella que no se queda atrás.

Entre ambos se están armando una escenita.

—Me lo has dicho, pero ahora quiero saber lo que él tiene para decir —me apunta y alzó las cejas.

¿Y yo qué tengo que ver?

—Gracias por lo de hoy Tom, nos vemos mañana.

El chico sale echando humos del lugar y me deja solo junto a Elise.

—Perdón por eso.

Se disculpa.

—Perdón pero, ¿nos conocemos?

Sí, sé que nos conocemos, pero es una pregunta mucho más profunda, ella parece saber muy bien quién soy, qué pienso y qué hago y yo muy apenas sé su nombre.

Ella me mira sin entender y pasan pocos segundos cuando capta que hablo en serio.

—Me presenté contigo antes, ¿recuerdas? En el corredor. 

—Sí, pero... no me refiero a eso —ladeo una mueca, creo que comprendo de que va esto—. Has escuchado los rumores, ¿cierto? Parece que Thomas te han contado sobre mi. 

No intento hacerme el importante, pero no puedo fingir que no escuche mi nombre mientras hablaba con Thomas.

—Solo rumores.

—¿Y... qué te trajo hasta acá? —Elise me mira sobre sus pestañas y me doy cuenta, por primera vez, de lo que produce sobre mi.

Es solo una chica, pero no puedo evitar sentir una opresión en mi pecho.

—Mi hermano.

—De verdad que no entiendo —le explico —. Ha dicho lo mismo tú amigo. Pero para ser sinceros yo no me relaciono con nadie, ni siquiera te conocía a ti antes de hoy, mucho menos sé quién es tu hermano.

—De verdad que no sabes nada —murmura —. Ray Wesley es mi hermano.

Debe de haber notado la expresión de mi rostro, pues ha obtenido justo lo que quería de mí.

—Así que por eso era... —hablo para mí mismo.

Por eso era que él no me quería cerca de ella. Por qué soy un peligro para todos los que le importan.

—¿De qué hablas? —pregunta y no respondo.

—¿Por qué has venido hasta aquí, Elise? De verdad—ahora es ella la que no encuentra las palabras—. Parece que Thomas ya te ha contado suficiente, ¿qué es lo que buscas tú?

—No lo sé, yo solo...

—No te conviene acercarte a mí —advierto.

No le conviene a nadie estar cerca de alguien como yo. Mucho menos ella.

—¿Por qué nadie para de decir eso? —inquiere irritada —. No fue tan malo lo que hiciste como para que ahora el mundo te odie como lo hace.

—Lastimé a personas, me merezco lo que obtuve.

Me pongo de pie y me dirijo directo hacia la salida sin despedirme.

Afuera ya está lloviendo, por lo que me ajusto la capucha y corro debajo del agua hasta la camioneta.

Unos pasos me siguen por detrás y una mano tira de mi brazo.

—¡No es justo! —exclama —. No he terminado.

—No hay nada más que decir.

Abro la puerta de la camioneta y conecto la llave, levanto la vista y observo como ella está bajo la lluvia empapando su ropa.

Suspiro y dejo caer la cabeza contra el volante.

Me bajo de nuevo y le ofrezco una mano, ella la hace a un lado, furiosa. 

—No vas a quedarte aquí sola, ¿o si?

—Y a ti que te importa —aprieto los labios y retengo una sonrisa.

A pesar de que la situación se encuentra en tensión, no puedo evitar hallarle cierta gracia a sus ademanes y expresiones. Quiere lucir enojada, pero en realidad solo luce más adorable de lo que ya es. 

—¿No va a venir nadie a recogerte? —no contesta —. Vamos, te llevo a casa.

Se da la vuelta y comienza a caminar hacia la dirección contraria.

—Prefiero caminar —su voz hace eco y corro detrás de ella.

—Contestaré todas tus preguntas si vienes conmigo.

No sé de donde he sacado el valor, pero lo hecho, hecho está.

No estoy seguro de querer contestar todo lo que sé que oculta bajo su haz, pero acepta y me acompaña. Por una parte me alegra que lo haga y por otra me aterra. 

¿Cómo haré para no quedar como un monstruo delante de ella?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top