Seducción
Beso seductor (5/10)
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Sus ojos se movían siguiendo las letras en la pantalla del computador en su oficina. Con su mano derecha descendía el mouse para ir bajando la lectura sin interrumpir su concentración. Inconscientemente su dedo índice izquierdo descansaba bajo su labio inferior y su pulgar sostenía su barbilla.
La informes escolares era un dolor de cabeza tremendo. Y más al fin de semestre, donde todo su trabajo se juntaba. Revisar trabajos finales, ensayos que había asignado con un valor del 40% de la calificación final, de los 5 salones a los cuales les impartía clases, con un total de 30 alumnos en cada uno.
Un trabajo extremadamente fatigante.
Sus ojos se desviaron un breve instante de la luz de su computador, dándose cuenta que la luz afuera se había extinguido. Dirigió sus ojos malva al reloj digital. Las siete de la tarde. Se le había ido el tiempo volando, buscó ligeramente con la mirada en la silla frente a su escritorio.
Unos ojos chocolate le devolvieron la mirada, brillando con intensidad y... con algo que lo desconcertó.
-¿Por qué no me avisaste de la hora? - Se suponía que iban a irse de la escuela a la cinco.
El entendimiento llenó los ojos castaños y cerró su libreta en un movimiento automático. Un leve sonrojo llenaba sus mejillas, cuestión que lo desconcertó más.
-Me he distraído. -Alcanzó a decir, metiendo sus libretas y libros en la mochila.
Levantó una ceja intentando interrogarla de esta forma. Tenten sólo atinó a mirarlo con esa calidez que descolocaba su interior. Observó su uniforme, más específicamente esa falda corta roja a cuadros, ¿como le quedaba tan bien? Pero ese mismo atuendo le hacía recordar que ella era su estudiante, ocho años menor y que aún era menor de edad. Situación que le pesaba tanto. En sus noches de meditación se reprendía mentalmente por seguir manteniéndola cerca, por robarle besos de vez en cuando y necesitarla alrededor suyo durante mas tiempo. Siempre con el mismo pensamiento: un poco más, un rato mas, un par de horas mas.
Se engañaba a si mismo al decir que le ayudaba bastante con el trabajo y a aligerar su papeleo. Él siempre había podido hacerlo solo, ahora solo era una estúpida excusa. La quería cerca, egoístamente. Lo peor de la situación es que ella misma se dejaba.
Neji se estaba aprovechando de ella.
Tenten lo esperaba con tranquilidad, ayudando cuanto podía y regalándole sonrisas. Siempre esperando por él. Reprimió un suspiro, ¿cómo ella pudo considerarlo siquiera una opción? Era mas grande, nada afectivo y no sabía que esperaba de él. Tal vez era la adrenalina del momento y pronto se le pasaría. Pero llevaban dos años, casi, de esta forma.
Él la necesitaba más y no solamente su compañía, su cuerpo pedía probarla.
Se reprendió tanto la primera vez que la idea vino a su cabeza, hace un año. Una situación absurda, ella dejando caer un bolígrafo y el levantándolo, mientras sus ojos malva recorrían ese cuerpo que no parecía de una chica de 16 años. Aunque el hecho de practicar gimnasia ayudaba al desarrollo de sus piernas. Su respiración, aquella vez, mientras seguía la longitud de la piel morena, y cuando sus ojos se encontraron, el olor floral lo golpeó de lleno.
Ella jamás había estado con nadie, en una relación, a palabras de ella. Sin embargo, el iba a ultrajarla.
Tragó saliva regresando la vista a su computador y cerrando el informe que había terminado de checar. Su mirada volvió a la fémina mientras el documento se cerraba y la vio sonreír juguetonamente. Confundido la miró levantarse, caminando con seguridad y firmeza.
Neji giró en su silla al tenerla a un lado, dándole la cara y preguntando que es lo que pasaba con una sola mirada que ella sabría descifrar. Su corazón brincó al verla sentarse encima de su regazo, con ambas piernas rodeando su cuerpo y sin dudarlo sus labios siendo atrapados por los de ella.
El Hyūga correspondió luego de un leve momento, preso de la impresión y de la adrenalina. Ellos no solían besarse en la escuela. Habían sido un par de ocasiones y besos cortos. Este era diferente. Sintió los labios femeninos autoritarios, demandantes. Correspondió con el corazón en la garganta, sintiendo el sabor de la castaña llenando todo su ser, sus alientos entremezclándose. Neji sintió la lengua recorrer la longitud de sus labios y una punzada en su zona baja le martilló la cabeza. Se movió en su asiento, en un débil intento de cortar el beso.
Por que el no quería hacerlo. Le gustaba tanto sentir la lengua femenina.
Preso de sus propios impulsos profundizó el beso, encontrando la lengua y danzaron en un baile desenfrenado. Respiraciones agitadas saliendo de cada uno. Neji colocó sus manos en las caderas de Tenten, controlando que no descendieran, aunque están temblaban por hacerlo. Por tocarla, sentir mas allá. Gimió involuntariamente cuando Tenten mordisqueó sus labios.
Vaya mierda.
Entonces sintió como Tenten descendía sus manos por su camisa blanca que solía llevar y los botones comenzaron a desprenderse. Su mano tocó el pecho masculino y Neji sintió una descarga intensa en su zona baja. Se alejaron unos leves segundos, recuperando el aliento. Sus miradas se cruzaron.
Neji pudo ver los ojos castaños inundados de erotismo, lujuria y desesperación.
Un golpe sordo lleno sus orejas, su corazón latiendo intrépido y su zona viril palpitando. Los pensamientos llegando a su cabeza con velocidad.
No. Ella es menor de edad, dijiste que esperarías. Ella es demasiado inocente.
Se tragó ese último pensamiento cuando ella acortó la distancia nuevamente y sus labios hicieron contacto, las manos femeninas juguetonas perdiéndose bajo su camisa de botones que había desfajado de su pantalón. Se alejó de él un segundo y los labios de Tenten hicieron contacto con su cuello níveo.
Todo su cuerpo se estremeció con intensidad. Un latigazo de placer que ascendía en todas sus terminaciones nerviosas.
Detén esto. Para ahora.
Su parte racional le recordaba los pensamientos que surgía en sus meditaciones. Pero su lado irracional, que estaba dominando, le importaba ignorarlo. Por que todo en él lo motivaban a seguir. A dejarse llevar por una maldita vez en toda su vida.
Él quería tenerla.
Un toque en la puerta de madera detuvo cualquier pensamiento impuro de su cabeza y la parte racional sacudió su mente con fuerza. Su cuerpo se sacudió y Tenten cayó al suelo.
-Oh-Se quejó.
Neji abotonó los tres botones que Tenten se encargó de quitar y cuando se inclinó para ver si estaba bien, una voz retumbó.
-Neji, he visto tu luz prendida - La puerta se abrió.
Neji contuvo la respiración. Vio a Tenten ocultarse bajo su escritorio y fingió recoger algo inexistente del suelo.
-Estaba por irme, ¿qué necesita, director?
Hiruzen, el director de la institución Konoha estaba tomando asiento en la silla que momentos antes Tenten ocupaba. Aunque su mirada quería bajar para asegurarse que Tenten no de asomara, se contuvo. No podía hacer nada que levantara sospechas. Tragó saliva al ver la mochila a un lado del librero, con algo de suerte, el director no lo notaría.
¿Qué le había picado a la castaña para intentar algo tan osado? Se suponía que ella era bastante tranquila ¿no? O acaso...no, era imposible.
-Sobre la tutoría de este año, recuerda que deben venir a verte una vez al año. Debes hablar con ellos. Los alumnos son tan recios a aceptar ayuda. -Comenzó a quejarse Hiruzen.
Las tutorías de la escuela eran una buena idea, el que se cumplieran las metas esperadas, era otra cuest.... Su corazón dio un brincó estridente que retumbó en sus orejas. Sintió las manos de la castaña ascender por encima de su pantalón negro de vestir. Tragó saliva, debía ser una maldita broma. Ella siguió avanzando, ignorando que justo enfrente Neji tenía al director de la escuela y olvidando por que jodido todo esto era una locura.
¡Si los atrapaban, no solo su cabeza correría!
Intentó sacudir su cabeza pero su cuerpo se congeló al ver las manos femeninas ascender más y más.
Tenten sintió la adrenalina recorrer sus venas al escuchar al director justo a un lado del escritorio. Decidió guardar todo el silencio posible. Su movimiento había sido arriesgado, lanzarse sin contenerse más hacía su profesor de literatura. ¿Cómo había podido reprimirse de tan forma? Y mas al sentir esos labios presionando con fuerza los suyos, la calidez embriagante y la lengua haciendo estragos en su interior. Su cordura podía irse al infierno. Ella deseaba estar con Neji y era la única idea que tenía cuando se lanzó cual degenerada encima suya.
Un cosquilleo en su estomago le indicó que todo iría bien cuando fue correspondida. Entonces ¿Por qué estaban en esa situación? Maldijo eternamente a Hiruzen, viejo inútil.
Entonces sus ojos avellana se encontraron con la vista mas fascinante y excitante de debajo del escritorio de Neji. Su entrepierna abultada. Mordió sus labios al visualizarlo, recordó el momento anterior y como su propio punto bajo estaba mojado.
Quería tocarlo, verlo. Jamás en dos años lo había hecho por los absurdos pensamientos moralistas del Hyūga. Le molestaba que estando en la posición en la cual estaban, jamás intentara nada. Es decir, era sumamente caballeroso algo que le parecía bastante atractivo, pero dos años juntos donde sobraron ocasiones y él simplemente se contuvo. Ella no podía hacerlo más.
Sus manos ascendieron por las piernas masculinas y lo sintió estremecerse. Sin poder contener las punzadas de ansiedad de su sexo, sus manos nerviosas y sudorosas siguieron subiendo de forma titubeante. Un poco más, solo un poco.
La adrenalina parecía quemarle en las venas y su corazón desenfrenado parecía salirse de su pecho. Sus manos tocaron el abultado miembro de su profesor, que gritaba por salir. Una respiración satisfecha la embriagó y otra corriente le golpeó en su parte íntima. Satisfacción de sentirlo y saber que la sesión de besos anterior fueron los responsables. Y qué la llegada del director no logró bajarse el éxtasis. Comenzó a acariciar lentamente, sintiendo a través de la ropa. Arriba y abajo, siendo consciente de la dureza.
-Me temo que la próxima semana te toca guardia en la escuela. Kakashi se ha enfermado, de nuevo. -Hiruzen habló no muy convencido de la excusa del maestro de matemáticas. -A veces dudo si será mi mejor elección para dejar a cargo en mi jubilación.
Neji dio un ligero brinco cuándo fue consciente como su bragueta del pantalón bajaba. Contuvo un grito que intentó salirse de su garganta. Sólo consiguió asentir.
La castaña deslizó ligeramente la bragueta del pantalón presa de la excitación y la adrenalina. Por que el pantalón de vestir estorbaba. Desabrochó el botón y con la mano derecha sacó ligeramente el miembro levantado. Neji usaba ropa interior oscura. Algo que realmente no le sorprendía. Pero una ligera mancha húmeda atrajo su atención. Reprimió un suspiro satisfactorio. Dios mio. Ella había provocado eso y le derretía todo entenderlo. Sus dedos tímidos hicieron contacto primero, sintiendo más cerca la piel. Se sentía el calor destilar de la piel.
Levantó la mirada ligeramente y vio al genio apretar los labios con fuerza. Su mandíbula firmemente presionada y como evitaba bajar la mirada. Sonrió satisfecha. La adrenalina la estaba orillando a hacer cosas que de forma normal no haría. Por que para Neji ella era pura. Lo sabía, lo entendía por la forma de mirarla. Sin embargo, el hecho de ser virgen no reprimía sus intensos deseos por él.
Un poco mas segura de sentir la piel, bajó la ropa interior y por fin el miembro erecto salió en todo su esplendor.
Neji rompió el bolígrafo que tenia las manos. Apretó con toda la fuerza que pudo la mandíbula, evitando que los suspiros satisfechos salieran de su organismos.
-¿Estas bien, Neji? Te ves bastante...raro.
-Ha sido un día largo -Dejó salir a duras penas, regulando su voz. Firmó los papeles que Hiruzen le entregó.
¡No dejaba de hablar! De forma normal agradecía la buena relación que tenía con el director del plantel, pero ahora, en este momento quería que se callara la boca y se largará. Asintió y escuchó sus palabras sin prestar la más mínima atención. ¿Quién lo haría considerando la situación que se desarrollaba de la cintura para abajo?
Tenten lo observó unos segundos, sintiendo su sexo palpitar. Fue consciente de su olor y eso desató una corriente en su interior. Lo tenía ahí mismo. Lo sujetó con su mano. Estaba bastante duro y el líquido pre-seminal estaba en la punta. Movió su mano unas cuantas veces, sintiendo el cuerpo de Neji reaccionar a cada uno de sus movimientos.
Un cosquilleo que llegó a su sexo se desató y la sangre caliente bajo su piel la incito a acercarse un poco más. Sacó la lengua y tocó ligeramente el miembro.
El Hyūga tembló completamente, dejando salir un ligero quejido.
-¿Qué sucede, Neji?
-Me duele la cabeza, lo siento. -Apagó la computadora, forzándola.
Hiruzen se levantó y lo observó un momento, evaluando al Hyūga con detenimiento. Comprobó los documentos en su mano y cerró la carpeta.
-No se te ve bien. Ve a casa, no necesito dos profesores enfermos el lunes.
Tenten recorrió con su lengua la longitud del miembro masculino. Lo sujetó con su mano y siguió haciendo los movimientos de arriba hacia abajo mientras su lengua recorría el glande.
Neji se recortó en la mesa mientras veía la espalda de Hiruzen. Lo vio voltearse y recuperó la compostura. Acomodando unos papeles en su escritorio.
-Te veo el lunes, Neji.
Salió sin esperar una respuesta concreta y la puerta se cerró. Neji contó hasta diez. Intentó alejarse en ese momento, pero cuando bajó la mirada Tenten se llevó todo su miembro a la boca. Neji dejó salir un gemido profundo de su garganta.
-¿Qué haces? -tartamudeo.
Ella no respondió y volvió a meterlo a su boca. Neji gimió y dejó caer la cabeza en su silla. Maldita mierda. Sentía la humedad y calidez de la boca de Tenten
En toda la estancia de Hiruzen en su oficina, pensó en cuando de fuera, iba a terminar alejándose sin mas e indignarse por tal situación tan arriesgada. Le iba a hablar de principios. Pero ahora toda su mente estaba en blanco.
Sentía el placer colarse por cada uno de sus poros y su cuerpo estremecerse. Iba a estallar en cualquier momento, cual crio. Pero no por su poder de aguante, sino por como sucedió todo esto.
Tenten sentía miembro al fondo de su garganta y aunque se provocó en varias ocasiones, lo metía y sacaba. Su lengua recorría la piel caliente y se excitaba mas por los gemidos profundos que su profesor dejaba salir y que jamás pensó escuchar. Paso su lengua por el glande y con la mano lo masturbó. Lo sintió temblar. Sonrió satisfecha y volvió a meterlo a su boca.
-Espera... -Neji dejó salir con una voz irreconocible.
Su miembro se contrajo y se corrió en el momento que ella lo sacaba de su boca. Salpicó un poco, aunque gran parte de quedó en la boca de Tenten. La castaña lo sintió en su boca, caliente, espeso y amargo. Sin pensarlo lo tragó.
Neji se cubrió los ojos con el antebrazo, intentando recuperar la respiración y la sensatez. Él era el mayor en la relación, él debía enseñarle limites. Y pensó que lo había hecho. Pero Tenten se los pasó por el arco del triunfo. Siempre pensando que ella era inocente y se había contenido tanto, era evidente.
La vio levantarse, se acomodó el pantalón y se puso el saco de su traje. Intentando pensar como actuar o que decir al respecto.
Lo había disfrutado a escalas inimaginables, aún sentía la sensación de la boca, pero ese comportamiento era inaceptable ¿y si los atrapaban? Suspiró pesadamente. Se colgó la maleta en el hombro y la vio cargando su propia mochila. El la tomó de sus manos, la observó unos segundos a los ojos. Sacó un pañuelo del bolsillo y le quitó un resto de semen que tenia en el flequillo del cabello.
La atrajo hacia el, abrazándola con fuerza. No en muestra de agradecimiento por dejar salir aquello que tenía reprimido hace bastante tiempo. No era un adicto al contacto sexual, aunque tal vez salir con ella, que era menor que el por mucho, lo incitaba a querer relaciones. Tal vez eran las hormonas que desprendía. Solo sucedía con Tenten. Había profesoras en la escuela que según sus compañeros estaban ardientes, pero su atención jamás iba hacia ellas. Demasiado sexuales, demasiado vulgares, como Anko Mitarashi. Quién le había propuesto descaradamente un encuentro casual. Él no dudo en rechazarla, por que tenia un "algo" cuestión que hacía ruido a su moralidad y por que la misma mujer no le atraía. Se había acostado con la mitad de la escuela, según los informes de su queridísimo amigo Rock Lee, maestro de educación física.
Sin embargo Neji no tenia interés en nadie mas que en cierta morena que meneaba las caderas al caminar con esa falda roja a cuadros. Cuanto le encantaba verla caminar, aunque jamás lo diría. Sus piernas atraían su atención con fiereza. Recordaba esa promesa mental de resistir hasta que ella diera algún indicio de querer y hasta que fuera mayor. Si la primera cuestión no sucedía no tenía problemas, el sexo no era primordial para él.
Hasta ahora, justo en este momento ya había probado un mordisco de la fruta prohibida. Estaba perdido, era más dulce y satisfactoria de lo que había considerado. ¿Cómo podía contenerse ahora? No podía maquinar respuesta alguna. Unos meses más.
-Eres increíble.
No la besó por que sabía que desencadenaría tal comportamiento en esta situación. Él era un hombre de palabra y esperaría su mayoría de edad, para devolverle el favor. Aunque algo le decía que ella se esforzaría en seducirlo para que esos escasos meses que faltaran, se convirtieran en nada.
Él ahora comprendía que Tenten se había dado cuenta del gran efecto y dominio que tenía sobre él.
El juego apenas acababa de empezar.
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