Momento perfecto
Beso de amor (2/10)
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Las escenas se desarrollaban de forma rápida en la pantalla, el brillo de la televisión iluminó tenuemente la habitación que se encontraba a oscuras, siendo el aparato eléctrico y una lampara en la cómoda la única que permitía que se visualizaban ambos cuerpos sentados ahí.
Con ayuda de la luz tiriteante de la lampara observó el perfil del otro cuerpo, su pequeña figura, su cabello suelto acariciando sus hombros al descender más allá de la espalda, sus ojos fijos en las imágenes, sus pestañas largas adornando gentilmente y haciendo más grandes sus ojos. Sus pómulos prominentes, y sus labios abriéndose para permitir el ingreso de un pedazo de pizza de pepperoni. Fue ahí que la fémina percibió la mirada penetrante sobre ella y se revolvió en su lugar un avergonzada.
― ¿Qué sucede? ¿Tengo salsa en el rostro? Siento ser tan descuidada al comer.― Se limpió el rostro con una servilleta, aunque no tenía nada en el rostro.
Aún le avergonzaba esa mirada sobre ella, observándola con gran detenimiento, aunque para él era imposible no contemplarla todo el tiempo que fuera posible. Encontraba encantador cada gesto que realizaba, aunque no lo diría en voz alta. Una sonrisa salió de los labios femeninos, pero se vio remplazado por un gesto preocupado.
―¿Seguirás sin decirme que es lo que te preocupa?
Él torció la boca desviando la mirada y tomando del vaso que tenía cerca su contenido. A ella no se le pasaba absolutamente nada. Era más perspicaz de lo que había considerado, aunque parecía que para otras cosas su mente divaga mucho.
―Neji Hyūga, eres bastante difícil.
Siempre lo había sido y más considerando su situación, que no era la más propia posible. Llevaban más de dos años conociéndose y solamente medio año saliendo, algo que hasta la misma Tenten le sorprendía. Jamás pensó que llegarían a dar ese paso, considerando como era él de reservado, frio, correcto y firme a sus propios ideales y por supuesto a las reglas mismas.
Por que era su alumna a fin de cuentas. Y eso iba en contra de lo que el predicaba, así que no entendía aún como había sucedido, pero estaba pasando. Aunque tampoco es como que tenían la relación más afectuosa. Estaba claro que en la escuela no había acercamiento alguno, solamente ella solía ayudarle con algunas cosas como llevar papeles, archivar, cosas sencillas, como una asistente.
Varios profesores solían hacerlo así que no había sospechas. Aunque ella no podía mentir al no decir que en varias ocasiones hubo roces o ella misma acortando la distancia y dando ligeros besos. Por que él no permitía eso, por que ella misma aún le ponía nerviosa al pensar que podía besarlo cuando quisiera, bueno, cuando se podía.
Pero ella sabía perfectamente que él estaba conteniéndose, era evidente. No la tocaba mucho, no intensificaba los besos, era muy cuidadoso. Ella detestaba aquel comportamiento, pero intentaba entender que él estaba esperando. Esperando a que ella fuera mayor de edad, no lo había dicho, pero era evidente. Por que estaba rompiendo con todos sus ideales por ella, así que ella simplemente no decía nada en lo absoluto, para ella estaba bien, estar con él, de esta forma y bajo sus condiciones, no podía exigirle más cuando eso podría presentar que él se encontrara perjudicado y no solamente en el ámbito laboral.
―¿Sigue abrumándote el hecho de haber salido como sería correcto?
Ella encontró su mirada malva un segundo y lo supo. Había atinado. Aunque en su parte era su culpa, ella se lo había pedido, salir verdaderamente, a una cita real, ya que sus salidas se resumían a verse en su auto, en su departamento o en la escuela. Ella se lo había pedido con intensidad, aunque sabía que eso no sería posible. No por ahora. Se acercó hacía él teniendo su rostro cercano y lo obligó con una mano a que la viera.
― Deja ese asunto ¿si? El estar aquí, contigo de esta forma es todo lo que necesito. ―Sonrió levemente para restar importancia.
Por que realmente no le importaba en demasía, estar solos y sin tener que cuidar apariencias le bastaba. Eso es lo que quería desde el inicio y ahora podía entenderlo, porque siempre estar cuidando cada acción, movimiento y distancia era difícil cuando simplemente quería acortar la distancia.
Él la observó detenidamente unos segundos y dejó salir una sonrisa torcida. La tomó de la parte trasera de su cabeza atrayéndola hacía él y atrapando sus labios con delicadeza. Presionando y sintiendo la calidez femenina. Su interior se agitó con ferocidad. Su aroma se adentraba a sus fosas nasales, él apretó sus puños que permanecían cerca de su cuerpo para contenerse. Sintió a la chica agitarse a su lado e intentando profundizar más aquel gesto.
Ella se había colado en cada poro de su cuerpo, anhelando su presencia a cada momento, deleitándose al observarla cuando pusiera hasta que eso no fue suficiente. Jamás pensó sentir algo como esto y más con una chica menor que él, pero la edad no podría importarle menos. No iba a dejarla ir, su cuerpo reaccionaba ya a su presencia, su olor y a sus propios gestos.Lo había atrapado, la quería tanto que dolía y ella lo sabía, se lo había demostrado al poner en riesgo todo lo que había logrado, su empleo por estar con ella, su vida, ya que estaba pasándose por el arco del triunfo las leyes, pero ella valía toda la maldita pena.
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¿Anhelan tanto como yo una historia profesor-alumna de ellos? Me muero por hacerla y es evidente.
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