Parte única.
Elysia Wool Pool tiene veinticuatro años cuando, no sólo ha encontrado algo por lo que vivir (una persona) sino también, cuando se halla en esta incómoda y vergonzosa situación: besar a alguien.
Y no sólo eso, era besar a un chico seis años menor que ella. No exactamente en la mejilla sino también en los labios.
(Un beso especial, como su mamá había dicho una vez hace tiempo).
Ella y Corleo han llegado a esta situación, en donde hay un silencio cómodo entre los dos pero al mismo tiempo un impulso. Algo que dicta que deben hacer algo más que sólo mirarse a los ojos en completo mutismo.
Sintiendo ese magnetismo que le indica que entrelazar sus dedos está bien (en donde sus manos con las Marcas de Hechicería se juntan), que el calor de la mano ajena es agradable y que les orilla a acercarse un poquito más cada vez.
Naturalmente, su rostro arde. Puede sentir el calor filtrarse en los poros de sus mejillas y posarse en sus orejas; mismo ardor que ve pintado en las mejillas de Corleo junto al nerviosismo impregnado en su mirada almendra.
Es inevitable pasar saliva por la garganta ante la sensación de resequedad provocada por los nervios y una pequeña emoción por realizar el siguiente paso.
(Vivir nunca se ha sentido emocionante).
– Corleo... ¿Alguna vez, um, h-has besado a alguien?
Sus latidos se disparan aún más después de preguntar, y no mejoran cuando ve el sonrojo crecer en el rostro de Corleo y sentir un leve apretón en sus manos entrelazadas. Y se siente un poco mal por emocionarse por esto.
– No... ¿Y tú, Elysia?
– E-eh, um... e-eso... la-la única persona a la que le daba besos era a mi mamá, en la mejilla – a su mente venía el recuerdo de su mamá dándole un beso en la frente, incluso cuando ella ya era una adulta y la heroína de su mundo. La nostalgia de esos momentos y la tristeza del saber que no volvería a verla la embargaron por igual, haciéndola sonreír –. Esta es... la primera vez que beso a alguien que no es ella – su mirada que anteriormente se había posado en sus manos entrelazadas al sumergirse en sus recuerdos, volvió a los ojos de Corleo junto a una sonrisa cohibida pero igualmente cariñosa –. Es mi primera vez dando un beso especial.
El chico tuvo una vaga noción sobre lo que Elysia quería decir, y probablemente alguna vez, le había preguntado sobre eso a Mamama cuando era más joven. Aun así, sintió curiosidad y las ganas de intentarlo.
Nada perdía con preguntar, ¿verdad?
– ¿...Qué es un beso especial?
Elysia nunca imaginó ser capaz de sentir el rostro tan caliente como si el sol le pegase directamente a la cara o cuando se acercaba al caldero para revolver la sopa. Aun así, ella quería hacerlo.
Mostrarle que era un beso especial.
– Un beso especial... es cuando juntas tus l-labios con tu persona especial... así – susurró lo último, acortando esa distancia entre ellos y sus rostros al mismo tiempo que cerraba sus ojos y sus labios tocaban los del joven héroe.
Un beso que no duró más que dos minutos antes de que Elysia se apartara y bajara la cabeza, extremadamente avergonzada pero sin arrepentimientos por lo hecho.
Lo que no esperó fue que la mano de Corleo acariciara su mejilla y hundiese sus dedos con ligereza en su cabello que fuese él quien esta vez acortara la distancia entre ambos pronunciando un "Creo que ya lo entiendo" antes de volver a conectar sus labios.
Si el señor Pannelo, Escaba o alguien más del cuartel los vio, se enterarían más tarde. Por ahora, este momento era sólo de ellos dos (de Corleo y Elysia).
-Traumada Taisho
Estoy trabajando con sólo seis capítulos y contando, así que disculpas por un posible fuera de personaje-
Y sólo somos dos fans del CorEly comiendo en paz.
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