XXVII. Besos en el cine

Pasan los días muy rápidos. Ya llevo un mes tratando de luchar conmigo misma para estar bien. Solo he visto a Mael cuando entra a la casa para saludar a mis padres y luego retirarse con mi hermano y su novia, espiándolos desde la segunda planta. Una vez me lo encontré cuando salí de hacer ejercicio y en otra ocasión cuando hablaba con María. En ninguno de estos encuentros nos hemos dirigido la palabra. También cuando su madre me llama para salir juntas. Cuando la acompaño a hacer el super, aunque tenga empleadas a ella le gusta hacer esas cosas.

Me contó Amelia que su hijo ha estado llegando más a casa por eso se esfuerza en comprar cosas de calidad. Muchas de estas veces él ha entrado a casa de sorpresa, que ni su madre ni yo nos damos cuenta y siempre que me ve, sube a la segunda planta. Creo que ella piensa que aún puede haber algo entre nosotros, a veces solo pasa hablando de él y de Antonio. Cuando intento cambiar de tema, siempre terminamos hablando de cómo el marketing es importante para vender algo.

Hasta ahora solo se que ella fue quien fundó la empresa, pero ya no quería seguir trabajando, así que la puso a cargo de su esposo. Para ser sincera, desde que ella me ha hablado de estas cosas y me ha enseñado muchos proyectos que ha llevado a cargo, me ha empezado a llamar la atención el marketing y el diseño, tal vez me anime a estudiar algo así luego y también motiva saber que una mujer fue quien estuvo a cargo de digital Stoll en un inicio.

Hoy empiezo mis últimos cuatro meses de universidad para poder graduarme. He hablado muy poco con Mel, solo sé que está mucho mejor. La fui a visitar un día y cómo estaba su novio no me quedé mucho tiempo. Solo quiero que le diga ya que está embarazada porque parece que me estreso más yo, que ella al ver esta situación. Me inscribí a un curso de yoga en la universidad y he empezado a leer más libros. Ahorita estoy tratando de adivinar qué tendrá de interesante cumbres borrascosas, apenas llevo cinco capítulos y no sé qué esperar de ella.

Tengo un nuevo hábito y es que cada vez que me enojo o quiero deprimirme otra vez, escribo y creo que no está mal relatar mis últimos tres meses con él. Al final de todo, quién sabe y esto termine siendo un éxito. Fue poco el tiempo que compartimos juntos, pero no los quiero olvidar. Eso fue la definición de felicidad para mí.

Me detengo en la entrada de la universidad mientras el vigilante me pide mi carné estudiantil, lo saco de mi billetera y se lo enseño.

—Pase adelante —Me dice amablemente y yo sigo mi camino. He quedado en verme con Mel en la cafetería para comer antes de ir a la reunión con los catedráticos que evaluarán nuestras tesis.

Al llegar ahí la distingo por su cabello colocho amarrado en una cola. Lleva un vestido muy formal, color vino. Que se ajusta a su silueta y de arriba es cuello redondo con mangas cortas. Aún no se le nota la panza de embarazada así que le queda perfecto. Yo llevo una falda negra y una camisa manga larga con un saco en mis manos. Ambas con tacones negros. Ando mi cabello largo suelto y muy poco maquillaje.

—Hola —Le digo desde atrás y cerca de su oreja. Ella salta en su asiento y me mira.

—Ash, no me asustes o quieres que pierda al bebé —Uh, buen punto, sonrío.

—No, discúlpame —Jalo la silla que está a la par de ella y me siento— Que guapa por cierto —Gracias dice mientras sigue viendo su teléfono. Tú también te ves guapa.

—¿Qué haces? —Le preguntó.

—Ah, nada —Me responde. Le quitó el teléfono para molestarla. Está hablando con su amorcito.

—Déjalo en paz, puedes verlo cuando quieras, ahora mírame a mí —Levanto el brazo al ver que me lo quiere quitar.

—Esta bien solo devuélvemelo para despedirme —Lo bajo un poco y después lo vuelvo a subir— ¡Oye! —Me mira enfadada, mientras me río de su reacción. Bajo el teléfono y se lo doy en sus manos.

—Pero de verdad Mel —La señaló con un dedo.

—Si, si —Dice al final.

Cuando por fin suelta el teléfono me da un plato desechable con un desayuno y el otro lo abre para comerlo ella. Lleva dos tajadas de plátanos, un huevo estrellado y frijoles molidos con pan francés. Increíble cómo puedo ser feliz con esto. En las últimas semanas he bajado mucho de peso por eso necesito alimentarme bien.

—Gracias —Le digo y ella levanta las comisuras de sus labios, se siente victoriosa. Es muy tierna— ¿Ya le dijiste que estás embarazada? —Le tiró de una sola y se atorzona con su propia saliva. Le abro la botella con agua que tiene a un lado de su plato y le toma unos tres tragos. Cuando recupera la compostura empieza a hablar.

—No, aún no y te pido que sigas manteniendo el secreto —Su preocupación es evidente.

—Si, pero tienes que hacerlo un día de estos —Le amenazo— Ya pasó un mes desde que sabes esa noticia.

—Si, lo sé, es que tengo miedo.

—¿Ya le preguntaste si quiere hijos? —Le lanzo.

—Si —Vuelve a mirar su plato y empieza a cucharear la comida.

—¿Y? —Me quedo esperando su respuesta.

—Si quiere tener pero no ahorita.

—Deja de tener miedo, entre más rápido sepas su reacción más rápido podremos actuar nosotras.

—Lo sé —Deja caer sus brazos en el aire.

—Díselo mañana.

—¿Qué? —Se vuelve a poner tensa.

—Me dijo Leo que saldrán mañana, díselo ahí —Saldrán la parejita y Mael. Leo tiene un compromiso que no me quiso decir que era.

—¿Pero cómo? —Me mira preocupada.

—No lo sé —Agarro mi tenedor y me lo meto a la boca con un poco de plátano.

—¡Ya sé! —Dice un poco entusiasmada— Le llevaré la prueba en sobre y solo se la daré, le diré que tiene que saber algo —Fija sus ojos al frente y luego a mi— Es que no puedo, acompáñame Kariam —Pone sus manos sobre la mía que está en mi regazo.

—¿Qué? ¿Yo? ¡No! —El solo pensar que ahí estará Mael me preocupa.

—Por favor —Ahora junta sus manos en el aire para suplicar.

—No puedo, tú lo sabes —Yo también tengo miedo.

—Kariam, solo está vez, te necesito a mi lado, eres mi única amiga.

—¿Y todas las demás? —Ella levanta una ceja.

—Ellas solo me buscan para salir de fiesta, tú eres la única que siempre me acompaña en todo —No sé cómo, pero pone una mirada tierna y saca el labio de abajo— Por favor —Suspiro.

—Está bien, iré —Le suelto y pongo los ojos en blanco.

Vas a estar bien Kariam, estás manejando tus sentimientos al máximo y no dejarás que nadie te haga daño. Respiro profundamente ante este pensamiento y mantengo el aire unos segundos, luego lo suelto. En qué lío me estoy metiendo.

Luego del desayuno nos vamos a ver el jurado en uno de los edificios de cuatro plantas. Nosotras estamos en la segunda. También se encuentran ahí todos nuestros compañeros, los que prepararan el trabajo de graduación. Nos dan un tema a cada uno y nos explican cuando debemos presentar los avances del trabajo. Al salir de ahí Mel y yo sentimos un gran alivio. Vamos a iniciar de la mejor manera posible este último proceso. Ya no puedo distraerme más de mis metas.

Luego de eso, ambas nos vamos a un salón de belleza para relajarnos. Ella se pinta el cabello de rubio, un cambio muy extremo y por sus rizos eso solo hace que se vea aún más hermosa. En cambio yo, solo pido que me pongan uñas, no tan largas y ovaladas de arriba, color blanco. Tenía mucho tiempo sin hacer esto.

Le terminan de secar el cabello a Mel. No se quiso ver en el espejo hasta que hayan terminado el proceso. Estoy a su lado y ella sentada detrás de un gran espejo. La estilista le gira la silla despacio. Al inicio no hace nada, ni su cara demuestra algo. Pero luego sonríe y todos soltamos aire. Es muy difícil que a ella algo la convenza.

—Te ves más hermosa aún —Le digo y la abrazo.

—Me encanta —Dice.

—Me alegra mucho —Responde Delia, nuestra estilista favorita.

Pagamos y salimos de ahí, afuera nos está esperando Joel. No me había dado cuenta que los dos son colochos. Me imagino su bebé, va a ser igual. Sonrío ante este pensamiento, pero lo guardo para mí misma. Le da un beso a su novia y a mi me saluda moviendo la mano.

—¿Vamos al cine? —Pregunta él.

—Vayan ustedes, yo me iré a casa —Le digo y creo que me sonrojo. No quiero ser un mal tercio.

—Vamos Kariam, por el inicio del último proceso —Dice mi amiga y los tres sonreímos.

—Espero que no te moleste, pero invite a Mael —¿Qué? Mis ojos se abren.

—No lo quiero ver —Me empiezo a trabar al hablar de los nervios.

—Por favor, él también necesita alejarse de su trabajo.

—Pero... Él y yo... No nos llevamos bien.

—No te preocupes, le dije que estarías con nosotros —Veo detrás de la parejita, ahí está el hombre de aspecto serio. El salón de belleza está en un centro comercial, en donde también está el cine.

—Mmm —Por instinto doy un paso atrás al verlo a la par de Joel. Tengo ganas de huir.

—¡Qué ondas! —Dice el chico de cabellos colochos y saluda a Mael estrechando la mano fuertemente.

Mel se ríe y yo estoy congelada, solo viendo. Mael anda con una chumpa negra, camiseta color blanca y unos jeans celestes. Es la primera vez que lo veo así, por eso me sorprendo.

—Quien te fuera a ver tan enamorado —Le tira— ¡Hola! —Le dice a mi chica.

—Hola, cómo estás —Ella le saluda moviendo la mano en el aire. Luego los tres me miran a mí, mi amiga nota mi preocupación porque se acerca y mete su brazo por debajo del mío para jalarme y empezar a caminar— Si no quieres estar aquí, te puedes ir, no pensé que te hiciera tanto mal verlo.

—Lo que pasa es que ella no es capaz de verme ni un solo segundo porque ya quiere huir —Veo a mi lado derecho y ahí está Mael caminando con nosotras. Arrugo la frente. La chica se suelta de mí y se va unos cinco pasos por detrás de nosotros con su amado.

—¿Qué hablas Mael? —Mi actitud cambia a una de enojo rápidamente.

—Es la verdad —Se encoge de hombros y me mira mientras seguimos caminando. Mi piel se eriza, parece que nada ha cambiado, siguen habiendo diferentes reacciones cuando lo veo— No quiero que nos llevemos mal —Mueve sus ojos al frente y yo hago lo mismo— Reflexione sobre todo lo que pasó con nosotros y tenemos que aprender a llevarnos bien.

—Tu cerebro es lento —Le digo y él levanta una ceja mientras los dos nos miramos— Porque tu eres el único que no se había dado cuenta de eso. Al menos el mes que no nos hemos visto te ha servido para pensar.

—¿Me estás queriendo decir tonto? —Medio cierra los ojos y yo sonrío.

—Si —Le contesto. Entonces él estira sus manos y me hace cosquillas debajo de las costillas. Él conoce perfectamente mis puntos débiles —No hagas eso— Le digo entre risas. Corro tratando de huir, pero se me va el pie mal.

Hay no, otra caída no por favor. Por suerte eso no pasa porque Mael me agarra por la cintura y yo rápidamente rodeó su cuello con mis brazos. El corazón me late rápido y mi respiración está irregular. Estamos muy cerca, miro sus ojos, luego sus labios, él hace lo mismo. Deseo no me hagas esto. No podemos ser más que amigos. Escuchamos el ruido de una cámara y ambos miramos al lado derecho en donde la parejita nos está fotografiando. Entonces nos soltamos muy nerviosos.

—No hagan eso —Hablo muy enojada— Bórrenlas.

—Déjalos, ni que fueran a publicarlas en una revista —Dice el chico de camanances. Yo pongo los ojos en blanco— Mejor entremos que ya llegamos —Todos miramos al frente y es cierto, ahí están las grandes letras que dicen "cine" En color amarillo.

Nos metemos en esa sala y deciden ver una película de niños "Minions 3" No opino al respecto porque entre más rápido se acabe esto, mejor. Para mi mala suerte, solo habían asientos separados, así que la parejita de rizos les tocó juntos en la parte de en medio de la sala y a Mael y a mí, en los asientos de arriba. Nos tocó en una de las esquinas. Al inicio no nos hablábamos y estábamos muy rígidos. Compró palomitas, es la única forma de tener contacto, cuando meto mi mano para quitarle una que otra, pero después nuestras manos empezaron a chocar y es ahí cuando nos mirábamos.

—No puedo soportarlo más —Dijo en una de esas, lo mire. Ya vamos por la mitad de la película.

—¿Qué? —Le pregunto y sin decir más se gira hacia mí, pone una mano en mi mejilla y me besa.

Todo pasa tan rápido. No lo veo venir. El corazón se me acelera. Le correspondo, pero el beso no dura mucho. Cuando nos separamos él se recuesta en el asiento y se pone la mano alrededor de la boca. Se le nota que está nervioso. Estoy en shock, no puedo decir nada y tampoco puedo dejar de verlo. Tenemos un hechizo los dos que nos está volviendo locos.

Después de unos minutos vuelve a mirarme. Quiero que me bese otra vez, sé que eso implica meterme en la boca del lobo, pero lo necesito. Esa profundidad de su mirada, no es la misma fría que había apreciado hace unas semanas. Se vuelve a acercar y está vez yo pongo una mano en su nuca. Me besa, cierro los ojos y profundizamos en ello. Nuestros labios juntos, a un solo ritmo. Subo mi mano a su cabeza y la meto entre sus cabellos. Él solo me toma de la cara con una mano. Pasamos así unos cuantos segundos más hasta que nos separamos ¿Qué estará pensando? Es tan triste que ninguno de los dos pueda explicar lo que siente. Nuestros ojos se alinean, yo suspiro.

—Iré al baño —Me da la caja con palomitas, se levanta y se va. Lo miro hasta que sale de la sala. Minutos después veo salir a Joel. Por estar arriba puedo observar todo. Saco el teléfono y le escribo a mi amiga.

—Hola ¿Qué pasó? —Le pregunto.

—¿De qué? —Me contesta.

Ya no le respondo, será que él le llamó. Sigo esperando, ni uno ni el otro aparecen, hasta que veo entrar a Joel. Luego mi teléfono se enciende, tengo un mensaje de Mel.

—Mael se fue, tuvo una emergencia.

—Gracias por avisar —Le contesto.

Que cobarde eres, sabes que huyes porque sentimos más de lo que demostramos. Me toco los labios recordando lo que acaba de pasar. Su olor, sus labios rojos, su suave cabello. Pensé que ya se había olvidado la química entre nosotros dos, pero ni un mes, ni seis, ni años podrán borrar eso ¿Y si él es el amor de mi vida? Y Si él es el color vivo de una rosa. Y si él es los suspiros de un poeta, o la sonrisa de un anciano. Y si él es recuerdos y motivación, entonces estoy perdiendo el tiempo dejándolo ir.

No me siento mal por lo que acaba de pasar, solo me entra un sentimiento de ir a buscarlo. Vuelvo a sacar el teléfono y le escribo a Mel "Yo también me iré, cualquier cosa hablame" Cuando pulso enviar, me levanto y salgo de ahí. No me va hacer bien quedarme a ver cómo otros se aman, mientras que yo estoy tan sola.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top