IV. Maldita fiesta
Han pasado dos días desde el primer y espero último encuentro con la familia Stoll. Luego de que me ayudó con el examen nos despedimos amablemente y me encerré en mi cuarto. No baje a despedirme de nadie y en unos minutos termine dormida y soñando con el chico de traje:
―Déjame amarte ―Me dice cuando está muy cerca de mí y me besa.
Yo le sigo el ritmo y me descontrolo, parece que soy completamente de él hasta que se separa de mí y me observa, acaricia mi mejilla y yo siento tan bien dentro de mi ser, las famosas "mariposas en el estómago" no faltan.
―Debes seguir estudiando números ―Dice enfadado, cambiando de temperamento como una olla en fuego cuando separa su boca de la mía. Se levanta y me mira enojado— Si no estudias no te graduaras, por favor concéntrate.
Todo a mi alrededor se vuelve negro. Me quedo asustada ante su actitud y el corazón se me acelera.
Me desperté a mera una de la madrugada sudando y con el corazón a mil. Desvío ese recuerdo pegándome tres veces en la cabeza. Tomo una brocha para terminar de maquillarme. Esta noche iré a una fiesta privada con mis amigas lo cual me emociona porque solo así podré olvidar todo por unas horas. Tengo muchas ganas de beber. Me levanto después de ponerme rubor en las mejillas y me miro en un espejo grande que tengo a un lado de la cama. Me he puesto unos pantalones rectos, una talla más grande que la mía, rotos y un crop top rojo, con unas sandalias rojas también. Siempre he dicho que este color me queda bien por ser de piel blanca. El cabello lo llevo suelto con un maquillaje simple.
Estoy lista justo a tiempo cuando mi teléfono suena, lo que significa que Lorena y Mel ya llegaron. Bajo rápidamente las escaleras y me despido de mi madre quien es la única que está en casa, para ser específicos está en la sala, le doy un beso en la mejilla.
―Ya me voy, regreso mañana ―Le digo, sonrió y me doy la vuelta.
―Ten cuidado ―Me grita mientras cierro la puerta de la casa.
Mi madre no me dice nada porque salga con mis amigas y menos porque no regrese, ya sabe que voy a una fiesta y que me quedo en casa de Mel. Le soy sincera en ese aspecto y en parte me he ganado su confianza. Veo afuera del portón de mi casa una camioneta negra, la cual está encendida y Lorena prende las luces al verme salir. Ellas dos son mis mejores amigas desde que inicié la universidad, nos conocimos en el curso y no nos hemos separado desde entonces. Abro la puerta de atrás y entro inmediatamente mientras las chicas que van al frente están riéndose, ambas me miran.
―Kariam dile a Mel que el color verde si me va ―Al escuchar esto me pongo a reír— ¿De qué te ríes?
―Ves, te dije que no te luce ―Dice Lorena y le saca la lengua.
―No es eso, es que me da risa que discutan por algo tan insignificante, mejor díganme a donde es la fiesta ―Ambas suspiran y miran al frente― ¿Qué pasa? ―Lorena empieza a conducir mientras Mel me explica la situación.
―Es una fiesta pequeña, cerca de la playa.
―¿Pequeña? Y qué tiene de malo eso.
―Es que quizás no hayan muchos hombres ―Yo suspiro.
―No puedes estar hablando en serio.
―Sí ―Contesta Lorena― Tú crees que será divertido sin ellos.
―Bueno, entonces vamos a una disco.
―No podemos ―Dice Mel― La señorita aquí presente le dijo al dueño de la casa que llegaríamos.
―Es que no podía decir que no, es un amigo cercano y quiere verme antes de irse a Inglaterra.
―Sí, pero pudiste decirle que se verían otro día.
―No pude, me convenció.
―Eres tan tonta, te derrites tan rápido por lo hombres.
Yo mejor ignoro su nueva discusión, parecen hermanas. Me distraigo viendo por la ventana los edificios, semáforos y calles. Llegamos al lugar de la fiesta media hora después y lo que provoca que esté agotada por el viaje. Cuando las tres nos bajamos, sale rápidamente un tipo alto y de piel oscura que va con unos shorts blancos y una camisa de botones con estampados de flores a recibirnos. Abraza fuertemente a Lorena, supongo que él es el chico del que hablaban y sin perder tiempo puedo decir que es muy guapo. Luego se separan y nos miran a nosotras.
―Hola, mucho gusto ―Dice y me da la mano a mi y luego a Mel― Mi nombre es Sebastián.
―Mucho gusto ―Le contestamos al mismo tiempo, nos miramos y nos ponemos a reír, los demás hacen lo mismo también.
―Mi nombre es Kariam ―Sacudo la mano en el aire.
―Y yo soy Mel ―Repite a mi paso.
―Mucho gusto ―Vuelve a repetir― Pasemos ―Pronuncia, mientras nosotras nos acercamos a Lorena para susurrar.
―Hubieras dicho que es muy guapo ―Dice Mel.
―Es cierto, es algo que omitiste ―Le digo y ella sonríe.
―Lo siento... ―Se pone nerviosa― es que, no sé, ya estoy acostumbrada a él y como dato debo decirles que fue mi primer novio.
―¡Que! ―Decimos Mel y yo. Lorena se pone roja, Sebastián la llama así que la dejamos sola, mientras entramos a la casa.
―Es demasiada información para ser asimilada de prisa ―Le digo a Mel quien mueve la cabeza de arriba a abajo.
Sin dudar tanto, lo primero que hacemos es buscar un baño porque el viaje no ha sido fácil, ni rápido tampoco. Encontramos uno casi por la puerta que da a la playa en donde hay personas. No nos centramos en eso y Mel entra primero.
―Apúrate ―Le digo desde el otro lado― Si no, nos perderemos de lo que está pasando entre ese chico y Lorena ―Abre la puerta y doy un paso adentro rápidamente.
Después de salir buscamos a nuestra amiga quien está con el lobo feroz, a quien así hemos denominado porque creemos que hay química entre ellos. Se encuentran en la entrada de la casa, saludando a una persona que acaba de llegar. Nosotras caminamos hacia ahí. Cada paso que doy me hace temblar porque quiero pensar que la persona que estoy creyendo que es, no es. Cuando llegamos, dejo que Mel camine adelante y se una al círculo de plática mientras me doy cuenta que el señor de trajes está aquí, por su forma de pararse y su postura de espalda, muy elegante. Mi corazón se acelera, camino hacia atrás para irme, pero al mover el pie una vez más, olvido las dos gradas que hay y me caigo, doblándome el tobillo, o eso creo por el fuerte dolor que me queda.
Al caer en el suelo me acuesto porque sé que no me podré levantar, ya que el tobillo arde, late y duele muy fuerte. Todos los del círculo se dan cuenta y las primeras que salen a verme, casi que corriendo son Lorena y Mel, por consiguiente camina Sebastián y Mael solo mira, sin caer en cuenta que esta pasando. Al darse cuenta de quién es, abre los ojos y sale corriendo quitando a quien esté cerca de mí.
―¿Estás bien? ―Dice ya a mi lado.
―No ―Pronunció― Creo que el tobillo... No sé... Me duele ―Cierro los ojos y arrugo la cara.
―Bien, te voy a levantar y te voy a sobar, puede ser que solo tengas un esguince ―Abro los ojos otra vez para mirarlo.
Como dijo, me cargó y me puso en un sofá blanco que hay en la inmensa casa, yo me siento y pongo el pie izquierdo encima de una almohada en el sofá. Se me acelera el corazón al pensar en todo lo que este tipo está haciendo por mi. No le he quitado el ojo de encima, parece preocupado de verdad. Se agacha toma mi pie y empieza a examinarlo.
―¿Te duele mucho? ―Dice sin mirarme.
―Si ―Le contesto. Trato de no pensar en el dolor, pero su rostro y eso se mezclan.
―Te lo voy a mover, porque si no después puede ser peor, te va a doler pero aguanta si ―Me ordena mientras me observa y yo solo afirmo moviendo la cabeza.
Empieza moviéndolo de forma circular, luego a un lado y a otro. Aprieto la manos, los ojos y los labios. No es un dolor tan fuerte pero si desesperante. Después de unos minutos de sufrimiento, se levanta, me mira y sonríe de una forma cálida.
―Vas a estar bien pero te recomiendo ponerte hielo y descansar, no andes caminando mucho ―Dice y se aleja de mí, lo pierdo de vista.
―Yo iré por hielo ―Dice Sebastián― Por suerte tenemos mucho por las cervezas ―Emprende camino en busca del remedio.
―¿Qué pasó? ―Dice Lorena.
―Si ¿Por qué te caíste? Tienes que tener cuidado ―Menciona Mel casi regañandome.
―Es que... ―Y las dos me miran esperando algo― Ustedes deberían ir a disfrutar la fiesta, me quedaré aquí y llamaré más tarde a un taxi para que me lleve a casa.
―Estas loca, tu te vas con nosotras ¿Verdad Mel? ―Le toca el brazo con el codo.
―Si, no dudes eso, si no, no seríamos tus amigas.
―Si pero ahora vayan a disfrutar de la fiesta, además en estos momentos yo seré una molestia para ustedes dos.
―Deja de hablar tonterías, iremos afuera pero no te vayas sin nosotras.
―Está bien, lo prometo ―Digo mientras las miro nerviosas― Solo vayan a divertirse ―Les sonrió para tranquilizarlas.
Ellas se van de mi vista y tomo mi teléfono para ver redes sociales. Luego de unos minutos regresa Sebastian con una bolsa pequeña con hielo y la envuelve en un trapo, me la pongo con cuidado alrededor del tobillo. Lo obligó también a irse con sus amistades, haciéndome caso me vuelve a dejar sola. Cuando me aburro abro un libro digital, pero en el mismo instante lo cierro porque siento que no es la ocasión adecuada para leer.
Estoy tan aburrida y solo ha pasado una hora desde que me dejaron sola. La primera persona que se me viene a la mente es Mael. Cuando me cargó sentí que todo se puso en cámara lenta y notar como ponía la atención en mí fue bonito, supongo que cuando él llega a querer a alguien, lo hace de verdad y sus sentimientos han de ser muy fuertes, pero así como ama, cuando le hagan mal sabrá sufrir, creo que por eso no ha estado en una relación durante cinco años. Es interesante, quisiera poder platicar más con él, aunque es algo imposible en estos momentos o quizás no. Suspiro para mí misma y sigo viendo mi teléfono, el que se me apagara pronto, tengo quince de carga, es aquí en donde maldigo esta fiesta y el no haber traído mis audífonos los cuales siempre ando cargando.
―Hola ―Escucho una voz hablándome así que con el teléfono aún en mis manos volteo a ver y me doy cuenta que es él, otra vez. Rápidamente apago la pantalla y lo pongo a un lado de mi.
―Hola, me sorprende verte aquí ―Le confieso.
―¿Cómo sigues? ―Uh, ignoró lo que acabo de decir.
―Bien, supongo aunque creo que cuando me levante me va a doler mucho.
―Es probable ―Menciona y se hace un silencio, no incomodo porque después él se ríe y yo le sigo, lo que hace más tranquila la situación.
―¿No quieres ir allá afuera? ―Se pasa la mano por el cuello― Está muy aburrido y me recordé que tú también lo estarías.
―Será que el señor trajes pueda llegar a divertirse en algún momento ―Él me fulmina con la mirada mientras yo me río― Sabes que te molesto, como te pones de serio tan rápido ―Y arrugo la frente para hacerle burla, lo que a él le causa gracia y a mi también por el viejo recuerdo. En ese momento noto que se ha quitado lo poco de barba que tenía y sus dos camanances uno en cada cachete son los que le hacen ver aún más guapo. Este chico parece de revista.
―Oye ―Me dice mientras me saca de mis pensamientos. Sospecho que él se da cuenta de lo que mi mente está diciendo, porque cambia a color rojo mi cara al ver sus ojos clavados en los míos― Entonces ¿Quieres ir?
―Aaa... No, es que seré una molestia.
―Ya no digas más, te puedes sentar en una silla o en la arena ―Dice mientras me ofrece la mano para que me levante.
Yo se la doy, pero en mi primer intento noto que en un pie ando un zapato y en el otro no, así que me lo quito con la mano libre. Él me acaricia mi mano y eso me da escalofríos, cuando ya he terminado, tomo los zapatos y me levanto con cuidado.
―¿Qué haces? ―Le pregunto. No se ha dado cuenta de las caricias que está dejando grabadas en mi piel. Él me mira y lo deja de hacer.
―Nada ―Sonríe tímidamente.
Mael me ayuda y pone mi mano sobre su hombro en donde yo lo rodeo, me toma de la cintura para ir caminando muy despacio.
―¿Te puedo preguntar algo? ―Le digo mientras avanzamos.
―Sí ―Dice mientras me aprieta más fuerte contra él y mi piel se eriza como efecto principal.
―Aaa... ―Me pongo nerviosa― Aaaa... Ya, mm, ¿Cuándo te quitas tu traje? ―Abro la boca para mostrar los dientes y él también.
―Es que vengo de la oficina y no quería faltar porque mi amigo se va del país y aunque puedo visitarlo sé que no lo haré ―Da una pequeña carcajada.
―Entiendo ¿Tú amigo es Sebastián?
―Sí ¿Ya lo conoces? ―Me pregunta mientras bajamos unas de las gradas para llegar afuera.
―¡Ah! ―Digo de dolor― Si ya lo conozco, es el ex de una de mis amigas ―Le suelto.
―Camina despacio, vas con precisión.
―Es que no te quiero quitar tu tiempo.
―Si estoy en la oficina si es quitarme tiempo, pero no estoy ahí así que tranquilízate ―Luego suspira.
Cuando llegamos con los demás Lorena y su ex novio, junto con Mel se nos acercan y me dan una silla playera para sentarme. Mael me ayuda hasta que lo haya logrado y luego sonríe de satisfacción por su trabajo.
―Gracias por tu ayuda ―Le digo a Mael.
―Y a nosotros no nos vas agradecer ―Yo me río ante las palabras de Mel.
―Si gracias también ―Y los miro a todos.
―¿Quieres algo de tomar? ―Me dice Mel, yo afirmo con la cabeza e inmediatamente va por algo para mi.
Son pocas las personas que hay, podría decir que muchos amigos íntimos de Sebastián, siento que sobro aquí. La mayoría está tomando alcohol, nadando o platicando y bailando y yo estoy aquí sin hacer nada. Los ex novios se alejan y se van a otro grupo a hablar y Mael está a punto de alejarse de mí por una chica de cabello rojizo que se le acerca y le susurra algo al oído, él me mira y ella lo jala del brazo.
―Te veré otro rato ―Me grita mientras se aleja.
Desearía no estar en esta situación, es tan incomodo. Mel regresa con un típico vaso rojo en una mano y me lo da, pone una silla al lado de la mía y se sienta, nos quedamos en silencio por un momento ya que ambas miramos la playa o mejor dicho ella la ve, porque yo busco a Mael entre la gente, pero cuando no lo encuentro, me rindo y me concentro en el mar.
Ver esas olas en la noche supera toda la belleza humana. Es tan lindo y te hace entrar en un sentimentalismo muy fuerte de paz. Me enamoraría todos los días de mi vida de ver las mismas aguas si pudiera, pero por ahora me tengo que enamorar únicamente de mis estudios. Observo a Mel quien no quita la mirada de un chico de cabello colocho que anda en calzoneta y sin camiseta que está cerca de la orilla. Un pecho y abdomen muy bien trabajado lo que me hace abrir los ojos. Mis amigas tienen buenos gustos.
―¿Por qué no le hablas?
―¿A quién? ―Me contesta mientras me mira― Aaaa, al chico de allá ―Dice y lo señala, yo le bajo la mano rápidamente.
―Al menos disimula que te llama la atención ―La regaño y ella se ríe de mi actitud.
―Eres única y dime tú ¿Qué pasa con ese tipo?
―¿Cuál tipo? ―Le pregunto tratando de hacerme la tonta.
―De Mael o me vas a decir que no te caíste por él ―Dice casi gritando.
―Shu ―Le digo― Hablas muy fuerte ―Me tomo todo el líquido que hay en el vaso y se lo pongo enfrente― Tráeme otro vaso ―Me mira con desprecio, se queja y se levanta.
Cuando ella regresa sigue con su interrogatorio mientras la pareja de ex tortolitos se mete a bañarse en la playa mientras juegan. Se ven tan bien juntos. Lorena es una chica con unas caderas espectaculares de piel morena y cabello oscuro pero con unos ojos verdes que a cualquiera dejarían sin aliento.
―Entonces contéstame, si no ya no te traeré nada ―Dice mirándome, no se estará quieta hasta que le cuente todo. Yo suspiro antes de iniciar.
―No crees que sería mejor contarlo cuando Lorena esté aquí.
―¿Qué hay que contar? ¿De que me perdí? ―Escuchamos la voz de Lorena que se acerca sola a nosotras y se agacha para escuchar la plática. Me sorprende lo rápido que regresó a nosotras.
―Al parecer Kariam tiene algo con ese tipo, Mael ―Dice la otra.
―No tengo nada con él ―Le contesto mientras pongo los ojos en blanco.
―No ―Menciona irónicamente Lorena― Nada más se siente la tensión entre los dos.
―Dejen de decir tonterías y escuchen mejor ―Les ordenó y las dos me miran esperando. No les he hablado de alguien en mucho tiempo y se que eso a ellas las tiene locas de curiosidad―, mis padres se han propuesto casarme por el simple hecho de que no me han conocido a alguien en muchos años ―Agacho el rostro y luego miro la playa para concentrarme― Y los padres de él también ―Esto último lo menciono temblando porque ya se que empezara el caos.
―Eso significa que te vas a casar ―Dice Mel.
―Si, se va a casar ―Y las dos pegan un grito de felicidad mientras se miran, a mi me causa gracia.
―¡No! Nada de eso ―Les grito más fuerte para que escuchen y luego bajo la voz nuevamente― Ni él ni yo queremos hacerlo, así que estamos de acuerdos en este punto, a él ya le botaron cinco compromisos más así que dejen de ilusionarse.
―¿Cinco compromisos? Pero cómo es eso posible, en serio él no se quiere casar, aunque si es así, solo porque él no quiera no significa que tu también, no te dejes lavar el cerebro ―Me dice Lorena.
―Nadie me está lavando el cerebro, es más dime tu que haces con tu ex tratándose como novios ―Ella me mira con sorpresa y se pone seria inmediatamente.
―No somos novios.
―Si no nos diéramos cuenta de cómo se miran y cómo se tratan, no somos tontas ―Menciona Mel y yo afirmo con el rostro.
―Creo que mañana tendremos mucho que contar ―Las dos afirman y sonríen.
Regresa el amor de Lorena con bebidas para todos, yo sin notarlo ya me había acabado mi segundo vaso. Luego de una hora ya me he tomado cinco más, lo que me hace sentirme un poco mareada a pesar de estar sentada. Las personas se han puesto a nuestro alrededor cuando le llevan un pastel de despedida a Sebastián, como que si no fuera a regresar y él se pone nervioso. Es hasta este punto de la noche que yo vuelvo a ver a Mael, quién va de la mano con una chica.
Es curioso, pero al verme la suelta. Lleva únicamente una camiseta blanca y sus pantalones formales puestos, está despeinado y se le ve cansado. Este hombre es un Casanova, a de ser bueno convenciendo a las chicas para que se acuesten con él y es probable que ni siquiera les diga, por su apariencia de guapo ya tiene ganado mucho de manera fácil.
Como mis besos o los suyos.
Se separa de ella y va justo a donde está el invitado especial y le pone el brazo alrededor de sus hombros. El chico colocho hace lo mismo, pero del otro lado y se ponen a cantar algo que ni entonación tiene: "Te vamos a extrañar, te vamos a extrañar y esperamos que cuando regreses ya te hayas casado" Todos nos ponemos a reír. A mí me da tanta pena que trato de ignorar eso. Cuando veo a Mael, está más libre, fresco y relajado, algo que deseaba ver hace mucho tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top