Besable ♡

Jisung está enojado.

No podría ser la palabra que mejor explique sus sentimientos, pero es la que se lleva el mayor porcentaje. También hay dolor, frustración, resentimiento y culpa.

Esta última provoca un dolor punzante en su pecho.

Pero es el responsable de todo eso, del caos que provocó.

Empezó como un juego, una pequeña acción para poner nerviosos a sus compañeros de grupo, reírse de sus reacciones y pánico. No había resultado difícil y siempre acababa con las mejillas coloradas y llenas de vergüenza por parte del casi besado.

Por qué sí, JiSung le gusta hacerles creer que los iba a besar.

Hasta que lo intenta con Félix y este ni se inmuta ante su acercamiento. Es más, forma un pico dispuesto a recibir el roce de los definidos y rellenos de los labios de Jisung.

Sus ojos marrones se mueven inquietos ante la osadía del rubio, parpadeando para poder humedecerlos y no verse intimidado.

Ahora entiende lo que sienten sus compañeros y les da la razón.
Se preguntaran si esto motiva a que Han deje de hacer aquello.

La respuesta es no.

Si hubiera sido al revés, no estuviera enojado al ver como Félix juega con el resto de manera inocente a querer rozar sus labios.

Jisung sabe que no hay nada de inocente en eso, porque no son unos niños, cada uno a besado y tienen conocimiento que Félix es muy bueno en eso.

Y el rubio es bastante humilde de aquello.

Pero, recapitulemos.

¿Dónde fue el origen de la molestia?

En ese momento exacto donde Jisung se halla sentado hablando a la cámara de lo que harían esa noche, que los chicos cenarían y de ahí verían una película juntos. Félix está de pie frente a él, mirando con atención la manera en que el chico habla.

Su cabello negro un poco largo cubre una parte de su ceja, dejando descubierta su frente y haciéndolo ver atractivo. Mucho más de lo que es.

Continua hablando, esta vez, mirando al rubio frente suyo e involucrándolo en la charla, pero este no tiene ninguna intención en aportar palabras a una charla que no le interesa. Corrección, le interesa quien hablaba y como mueve su boca.

Se acerca para acunar las mejillas regordetas del pelinegro y jugar con ellas. Se sienten tan suaves y tibias aunque estén cubiertas una parte por la mascarilla, que a Félix le cuesta apartar sus manos de ahí.

Un primer impulso le hace que aferre más sus manos en las mejillas, con sus pulgares hundiéndose un poco más en ellas y aproximando su rostro de manera lenta, tanteando terreno antes de ir con todo.

Echa su cabeza para atrás, y continúa hablando a la cámara, diciendo que no puede besar sus labios.

Jisung disimula perfectamente su nerviosismo.

Félix sonríe con una expresión de, ups, fui atrapado, pero sin dejar de acariciar el labio inferior de manera distraída.

Pero ahora Jisung añade que la respuesta de stay es no.

En realidad quiere decir que si, pero no delante de las cámaras. Aquel pensamiento lo desestabiliza y reacciona de manera ágil, para no permitir que el rubio machacara con el tema.

Entonces Félix, que no es ciego, nota aquello y no quiere soltar el momento y jala más de la cuerda, negando aquella respuesta, diciendo que si puede y agradeciendo a stay por permitir besar a Han.

De paso, aprovecha para acercarse nuevamente a la boca de Jisung.

No lo hace, solo se queda en silencio un par de segundo para que el pelinegro terminara su frase. El pelinegro insiste que no debe querer besar sus labios.

Jisung no sabe de lo que Félix debe o quiere hacer.

Por eso vuelve a reiterar, como si estuviera pidiendo permiso a stay, aunque sabe que no es necesario porque lo dejaran hacer lo que pida.

Ve el sonrojo en Jisung y el nerviosismo en sus ojos que huyen de él. Cambia de estrategia para atacar en el momento menos pensado. Sus dedos empiezan a peinar los cabellos oscuros del más bajo, sabiendo que debe actuar con cautela, planeando su próximo paso.

Su mano desocupada se posiciona en la barbilla de Han y en un leve movimiento, comienza a levantar sin esfuerzo la cabeza del pelinegro para lograr que este lo mire.

Félix sonríe victorioso, no dejando que la cámara vea su emoción.

Sus ojos se conectan, JiSung mueve sus ojos inquieto ante cualquier movimiento por parte del rubio. Creyendo que este desistió de querer besarlo.

Creer es una cosa y la verdad otra.

Que le pregunte que debe decidir entre sí o sí lo hace querer sonreír y aunque se hace el inmune, una simple mueca de sonrisa se forma en un costado de su boca y se avergüenza de aquello. Jisung le gusta como el rubio le coquetea.

La mano de Félix permanece en la barbilla de Han, provocando que su estúpido corazón tiemble. Y que continua presionando indirectamente una respuesta positiva cantando una parte de una canción no ayuda a Jisung, pero el es el rey de ese juego e intenta escapar de esa situación que el mismo se a trazado.

Haciendo su cabeza hacia atrás, evade la mirada intensa de Félix.

Lo que no sabe en realidad es que el rubio no perderá el hilo de la situación y seguirá presionando, por eso lleva su dedo travieso a probar un poco de la suavidad de esos labios que añora poder besar.

Como si Jisung leyera sus pensamientos, cierra su boca en un intento claro de morder ese dedo curioso. Desarmado se siente Félix ante la idea de no poder besar al pelinegro.

Frustrado se aleja un poco, maldiciendo por no poder acercarse un poco más a esa boca.

Su mirada se vuelve pesada, dolida y forma un puchero que no se nota por la mascarilla.

Específicamente, la resignación es la expresión que se forma en su rostro. Aparentemente fue algo sin mucho sentido, un juego bobo para pasar el tiempo. Para uno es como un juego, para el otro es algo necesario.

A partir de ahí, Félix no a pretendido hacerlo más.

Jisung continúa con sus juegos, haciendo que el resto lleguen a su límite de vergüenza, pero en los que el rubio no participa más. En algunas ocasiones mira a un lado o simplemente se marcha, queriendo ignorar aquello que lo hace sentir mal.

El primer pensamiento de Jisung es que Félix se siente incómodo, obligado a ser partícipe de algo que no le gusta y por eso ya no lo hace.

Hasta que lo ve haciendo con el resto de compañeros, excepto con Jeongin, porque el no sigue el juego o interpone una mano para no ser molestado.

Una pequeña burbuja sale de sus entrañas, flotando y agrandando cada día que ve lo que el rubio hace. No debería sentirse así, JiSung no tiene ningún derecho, porque perdió su oportunidad de poder ser él quien ocupe el lugar de recibir un beso.

Ese día es invitado por uno de sus Hyungs a la casa que viven con el resto y donde a veces ellos se quedan a dormir y pasan el día juntos. Jisung acepta, porque quiere estar cerca de Félix.

Nada sucede como el piensa.

Su corazón se agita entristecido, mirando al lugar donde Félix juega con otro compañero, justo ahí en la sala donde el resto se ríe y los mira divertidos. Cabizbajo se dirige a la habitación de Minho Hyung, porque se siente en más confianza y sabe que este no le dirá nada por irrumpir en su cama y adueñarse una parte de ella.

Necesita resolver la maraña de sentimientos que tiene en su cabeza.

Su estómago se siente empachado, aunque no haya comido nada desde el almuerzo, las náuseas no dan tregua y lo hacen correr al baño. Es una falsa alarma, pero lo deja completamente cansado, las arcadas son escuchadas por varios de los miembros y el alega que de seguro algo le cayó pesado.

Lo que no sabe es que en realidad tiene celos.

Está celoso de que Félix prefiera jugar con los demás a besarlos y ya no con él.
Se siente estúpido, tonto y todo lo que pueda describir sus sentimientos de culpa y desdicha.

Y si, es un dramático que está llorando cuando es el responsable de todo.

Jisung se duerme temprano o finge al principio cuando el dueño de la habitación entra a ver como sigue. No le toma mucho esfuerzo dormir profundamente, como si no lo hubiera hecho en mucho tiempo y necesitara aquello.

Esa noche sueña que Félix le abrazaba y le dice lo tontito que es por no besarlo. Que al único al que de verdad quiere besar es a un despistado que se llama Han Jisung y que espera que este lo haga primero.

Cuando se despierta, MinHo está dándole la espalda y puede jurar que ese no fue un sueño.

Retira con una patada el edredón que lo cubre pero se enreda con este de igual manera y termina cayendo al suelo. Un golpe seco que nadie escucha porque siguen durmiendo, ni MinHo que está a su lado.

Camina despacio hasta llegar a la habitación de Félix, que gracias al cielo no tiene seguro y lo encuentra boca a arriba con el edredón cubriendo su pecho y los brazos estirados a un lado.

Antes de lanzarse encima, decide admirar un poco más de Félix.

Hermoso.

Sus pestañas bañan la parte inferior de sus ojos, no dejando ver las pecas desperdigadas ahí, en realidad las tiene por todo el rostro y Jisung lame sus labios deseoso de poder besarlas. Un minuto después y sin una pizca de delicadeza se tira sobre este.

Félix se queja del dolor, lo toma por sorpresa y aunque sigue somnoliento, quiere golpear a quien a osado interrumpir su hora de sueño. Si piensa que eso es tomarlo desprevenido, no se imagina lo que es cuando ese cuerpo encima suyo lo besa.

No es un beso como tal, o bueno, si lo es.

Porque sus labios se presionan y siente la respiración del intruso chocar con su rostro. Y pese a que no tiene los ojos completamente abiertos y continúa viendo borroso, distingue a Jisung.

Era como una de sus más intensas fantasías, donde participa el pelinegro.

JiSung le había besado.

Y Félix quiere más.

Con una de sus manos agarra un puñado de cabellos oscuros para poder acercar el rostro de Jisung y besarlo como se debe. Pero recuerda algo.

Recién despierta y de seguro hay mal aliento.

Su otra mano libre se interpone entre los dos y divisa el dolor en las expresiones que Jisung le regala. No es lo que realmente piensa y decide explicarle.

—Espera, debemos lavarnos los dientes —intenta explicar cuando observa una lágrima traicionera en el pelinegro. —De ahí podemos besarnos hasta quedarnos sin aliento —dice juntando sus frentes y cerrando los ojos. —Lo prometo —suena a algo como de vida o muerte y Jisung lo escucha con atención.

Asiente despacio y empieza a bajar del cuerpo del rubio, para irse a buscar su cepillo de dientes guardado en su mochila y correr al baño más cercano.

Con la espuma saliendo por su boca viéndose un desastre, Félix no podía dejar de sonreír. Por otro lado, un Jisung igual de nervioso y contento escupe los restos de crema dental y enjuagaba bien su boca. El enjuague bucal no podría faltar y se ríe por compararse con un comercial de limpieza bucal.

Inquieto camina de regreso a la habitación de Félix y no lo encuentra, no sabe que hacer y aunque su cuerpo intente moverse, no puede. El dueño de la habitación regresa con un vaso lleno de agua y lo coloca en un lado de su mesita de noche.

Se lame los labios ansioso, secando sus manos en su pantalón de dormir y acortando la distancia entre ellos.

Se miran fijamente porque no saben que decir, así que el primer paso lo da Félix, al acomodar un mechón rebelde de Han y luego acaricia la mejilla que está encendida y se estremece al contacto. No se queda ahí, arrastra sus dedos lentamente para alcanzar sus labios.

Jadeante abre la boca y da paso para que el rubio pueda aprovechar y atacar. Su labio inferior es asaltado por sorpresa, lamiéndolo muy despacio de principio a fin, sube al labio superior y de la misma manera, lo prueba.

El sabor era más que delicioso, y no por la mezcla de la crema dental y enjuague bucal, era algo en su aliento que lo hacía querer más.

Y lo tiene sin pedir.

Pegando más sus cuerpos, empiezan a besarse, bueno, Félix inicia deseoso de todo y por eso su mano se cuela por la cintura del más bajo para atraerlo hacia él. Sus cuerpos se pegan tanto que pueden sentir el calor del otro, aún con la ropa encima.

Mueven sus cabezas de manera opuesta al otro y profundizan el beso cuando sus lenguas también quieren formar parte de la diversión. Jisung jura que su cuerpo no tiene estructura ósea, si no que está hecho de materia gelatinosa y maleable.

Se sostiene de los hombros de Félix para evitar caerse y respira más profundo cuando esté le muerde suavemente uno de sus labios, no sabe con exactitud cuál es, porque se halla en una nube flotando por las sensaciones que le pasan en ese momento.

Jisung comprueba lo bien que besa Félix.

Ni cuenta se da que su cuerpo es arrastrado a la cama y acorralado para continuar besándose.

Félix había cumplido su promesa.

Era su primer de beso de verdad y luego siguieron muchos más.  

borahaex tqm, gracias por la inspiración. Esto es para tí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top