X. "Público difícil"
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Las pisadas de Scott y Stiles se escuchaban subir por las escaleras en dirección a la habitación del primero, donde una preocupada Maya se encontraba caminando de un lado al otro. Había mordido a alguien, a un inocente. Su mente producía miles de pensamientos por segundo, volviéndola algo loca.
La puerta se abrió, revelando a los dos adolescentes. Maya detuvo su caminar, mirándolos esperanzada de que el humano los ayudara en esta terrible situación.
— Así que...— empezó Stiles, mirándola aún incómodo con la presencia de su ex novia—. ¿Lo mordiste?
— ¡Entré en pánico, iba a caerse!— exclamó mientras pasaba sus manos por su cabello.
Stiles asintió mirando al suelo, antes de señalar la puerta del baño. Maya asintió, permitiéndole entrar. Allí un amordazado Liam se encontraba en la bañera, mirándolos con terror.
» Para que conste, Scott fue quién lo ató «, dijo la Alfa tratando de sacarse algo de culpa de encima.
Salieron del baño, volviendo a cerrar la puerta. Stiles sentó a los Alfas en la cama de Scott, mientras los miraba fijamente.
— Lo mordiste— señaló a Maya—. Lo secuestraste— señaló a Scott—. Lo trajeron aquí— señaló a ambos.
— Entré en pánico— se defendió Scott, al igual que la castaña.
— Ambos deberían dejar de entrar en pánico por el bien de esta manada— contestó pasándose las manos por su cara—. Por eso yo siempre ideo los planes.
— Lo sabemos, por eso te llamé.
— ¿Qué hacemos?— preguntó Maya, mientras su pierna se movía a una velocidad que llamó la atención del castaño.
Terminaron trayendo al adolescente a la habitación, donde lo ataron a una silla, listos para tener una larga charla.
— Liam, te sacaremos la cinta de la boca— le explicó Stiles—. Si gritas, te la pondremos de nuevo.
El muchacho asintió, por lo que el humano procedió a sacar la cinta de su boca, ganándose un grito de dolor de Liam.
» Has visto muchas cosas confusas esta noche y muchas más ocurrirán, por las cosas confusas que pasaron, ¿entiendes? «
— La verdad, no— contestó el rubio, si sacar la mirada de Maya. Lo cual la ponía nerviosa y sumamente culpable.
— Tal vez tú deberías decirle— la miró Stiles provocando que ésta abriera los ojos asustada.
— ¿Decirme qué?
Ambos tuvieron una lucha de miradas para que Maya le explicara, la cual terminó ganando el castaño.
— Lo que te pasó, lo que te hice— comenzó a hablar nerviosa—. Lo tuve que hacer para salvarte, te cambiará.
— A menos que te mate— agregó Stiles. Maya se giró golpeándolo con su puño, haciendo que cayera al suelo del dolor—. No debí decir eso.
Liam comenzó a llorar, alertando a todos.
— ¿Está llorando?— preguntó Maya volviéndose aún más nerviosa—. Oh, no, no, no, no... Soy mala con los niños. No, no, no, no, no...
Maya comenzó a volver a caminar en círculos, tratando de no arrancarse los cabellos de su cabeza. Mientras ella tenía una clase de ataque de pánico, Stiles y Scott decidieron desatar a Liam, lo cual fue una muy mala idea. El chico rompió la silla contra los cuerpos de ambos, mientras escapaba. Y a pesar de que los tres intentaron detenerlo, Liam huyo.
» Tu plan también fue malísimo «
[...]
Al día siguiente, otra mañana de escuela los esperaba. Nerviosos por su reencuentro con Liam, Maya y Scott bajaron dela motocicleta, y se encaminaron al campus de la secundaria. En su camino hacia el interior del edificio, pudieron avistar a Liam desde la lejanía, quién los miraba completamente asustado y, en un estado, que daba un claro indicio de que la mordida estaba causando efecto.
El pequeño se dirigió rápidamente a las puertas de entrada, por lo que lo siguieron rápidamente. En un pasillo poco concurrido, Stiles lo interceptó dejándolo sin escapatoria.
— ¡Liam, espera!— lo señaló provocando que detuviera su andar.
— Debemos hablar— siguió Maya, acorralándolo del otro lado.
— No, ustedes deben alejarse— les contestó el rubio alterado—. Los tres.
— ¿Puedes escucharnos un segundo, por favor?— le pidió Scott, Liam se quedó en silencio dándole el pie para continuar—. Liam, ahora somos hermanos.
— ¿Qué?
— Oh mierda, por qué dejé que me convenciera...— se quejó por lo bajo Maya, mientras tapaba su rostro con sus manos, avergonzada. La cara de Stiles no se quedaba atrás.
— ¿De qué hablan? Recién nos vemos y ella me mordió— contestó Liam, señalando a la castaña quien seguía sin sacarse las manos de la cara.
— La mordida...— dudó Scott antes de seguir—. La mordida es un obsequio.
— Scott, detente— le rogó Maya destapándose el rostro—. Por favor.
Stiles caminó para pararse frente a Liam y señalarlo acusadoramente.
— Tratamos de ayudarte, pequeño maldito.
— ¿Secuestrándome?— dijo Liam sarcásticamente.
— Para que quede claro, Scott te secuestró, ¿sí?— habló Maya, queriendo dejar aquello sumamente claro, por si ocurría algo en el futuro.
— Yo ayudé e incité— siguió Stiles.
— Liam ya hemos pasado por esto— siguió explicándole Scott—. Algo te está pasando. Algo importante.
— Nada me está pasando— negó automáticamente el acusado, antes de arrancarse la venda para mostrar su brazo sumamente curado de toda mordida—. Nada.
Liam se fue de allí, no sin antes darles una última mirada.
Ahora estaban más que seguros que la mordida había hecho efecto.
[...]
La manada se reunió entre los autobuses para tener la mayor privacidad posible. Debían tener un plan para esta noche, había luna llena y ahora que sabían que la mordida había hecho efecto en Liam, debían tener un lugar seguro para protegerlo. Lydia ofreció su cabaña del lago, más Malia tenía sus negaciones.
— No compartiré mi sótano— dijo la coyote, mientras se cruzaba de brazos.
— En realidad, es mí sótano— la corrigió Lydia—. Y mi mamá se dio cuenta de cómo lo destruiste.
— Está bien, todavía está aprendiendo— la defendió Stiles, provocando que la Alfa rodara sus ojos. Si seguía tratándola como una niña, Malia nunca podría controlarse por sí sola.
— Pero usaremos el cobertizo para Liam— explicó Scott—. Tiene tirantes de contención, podemos encadenarlo.
— ¿Cómo lo llevamos a la casa si no confía en nosotros?— preguntó Maya comiendo un chupetín, el cual la ayudaba a dejar de fumar. Lo cual se había vuelto un hábito, luego de todo lo relacionado con el Nogitsune, Francia y... Allison.
— Digo que, si evitamos que mate a alguien, podemos dormir al maldito y tirarlo al lago— dijo Stiles, provocando que Maya hiciera un gesto de estar un poco de acuerdo, antes de negar con su cabeza.
— No lo mataremos o secuestraremos— le contestó a Stiles.
— Antes estabas de acuerdo con este tipo de planes— dijo el castaño confuso por el cambio de ética de la Alfa.
— Yo lo mordí, es mi responsabilidad— mordió lo último del chupetín para llegar al chicle en su interior.
— Seamos más listos— los interrumpió la pelirroja—. Le decimos que hay una fiesta y lo invitamos.
— ¿Invitarás a alguien de primer año?— preguntó el humano sin creerlo.
— No, me cansé de los adolescentes— contestó antes de girar lentamente hacia Maya, la cual seguía luchando para sacar lo último del dulce de su palillo—. Pero, si queremos engañar a alguien, deberemos usar a la maestra.
Maya levantó su mirada al sentir la del resto sobre ella.
— Oh, no— se negó lanzando el palillo al bote de basura a pocos metros de distancia, acertando perfectamente—. No soy buena coqueteando.
La pelirroja rodó los ojos, sabiendo que aquello no era 100% verdad, antes de mirar a Kira.
— ¿Quién? ¿Yo?— preguntó Kira—. No, de ninguna manera.
— ¿Sabes cómo llaman a una zorra?— continuó Lydia—. Una raposa.
— Puedes hacerlo Kira— la Alfa la abrazó por los hombros—. Sé una maldita raposa astuta.
El plan no había funcionado exactamente como ellos querían, ya que Kira había caído por las escaleras, pero al menos, Liam iría a la "fiesta".
[...]
La noche había caído y Scott junto a Maya acababan de llegar a la casa del lago en la motocicleta del primero. El resto ya se encontraba allí, excepto por Kira, quién estaba en su camino junto a Liam. Cuando ambos se sacaron sus cascos, dispuestos a saludar al resto de sus amigos, la cara de Stiles los detuvo.
— Pregunté por Liam— comenzó—. Sé por qué lo expulsaron de su escuela anterior.
— Esto será malo, ¿verdad?— preguntó Scott.
— Parece que discutió con uno de sus profesores y eh... El chico tiene serios problemas de violencia.
— ¿Qué tan serios?
— Este es el auto de su profesor— contestó mostrando la imagen en su celular—. Después de que le pegó con una palanca.
Aquello era todo menos un auto.
Maya gruñó por lo bajo, mientras se dirigía hacia la entrada de la casa.
— Tengo el peor instinto en hombres, ¡maldita sea!— exclamó enfadada consigo misma, mientras Lydia la seguía asintiendo y Stiles la miraba ofendido.
Luego de diez minutos, el auto de Kira se escuchó en la entrada y sus pisadas junto a las de Liam, se escuchaban cada vez más cerca. Ambos entraron, encontrándose con la manada esperándolos.
— Lo siento— dijo Kira con una pequeña sonrisa mientras cerraba la puerta.
— ¿Qué demonios es esto?— preguntó el rubio, cansado de encontrárselos hasta en la sopa.
— Piensa esto como una intervención— habló Stiles—. Tienes un problema, Liam.
— Estoy teniendo vibras de alcohólicos anónimos o cuando Stiles fue internado en Eichen House— Maya se empezó a reír sola por lo bajo, al ver que nadie más reía, los miró— ¿Qué? ¿Muy pronto?— miró a Stiles, quién la veía con una cara molesta por burlarse de él. Más no por la broma insensible, ya que, en otro momento, él también habría reído—. Uso la comedia para superar traumas, perdón.
Liam los miraba cruzado de brazos y con una expresión apática.
Este será un público difícil, pensó Maya.
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