dos


La ventana desplomada del cuarto de sus padres no había sido reparada para cuando Jimin volvió a casa esa tarde. En su lugar, cartón había sido pegado con cinta sobre ella, y esperaba que la arreglaran para el día siguiente.

Sus padres no habían hecho ningún comentario sobre él estando fuera todo el día. Tal vez no habían notado su ausencia prolongada. O, viendo que Jimin pronto cumpliría veinte, era un adulto responsable, por lo que no se preocupaban si vagaba fuera.

Desde su cuarto en el frente de la casa, Jimin podía ver la playa. Podía ver toda la ensenada, excepto la piscina de rocas. Estaba en la agrupación de rocas en el pie del acantilado más cercano, demasiado lejos de costado, por lo que el sobresaliente terminaba bloqueándolo.

No durmió muy bien esa noche. Su mente estaba preocupada con otras cosas. 'Otras cosas' significando una sirena, o 'Yoongi' como se había hecho llamar. Jimin estaba inseguro sobre que pensar. Yoongi podría haber removido los ganchos restantes por si mismo. ¿Por qué necesitaba de la ayuda de Jimin?

Jimin había terminado pensando de más, y también restándole importancia, toda la noche. De seguro estaba dejando pasar algo.

La mañana siguiente, se despertó temprano, el sol saliendo de sus cortinas delgadas. Era el amanecer, y sabía que era la única persona despierta en su casa en ese momento. Rápidamente garabateó una nota y la dejó en la encimera de la cocina, diciendo que llevaría al perro a pasear para que pudieran resolver lo de la ventana.

El perro comenzó a saltar alrededor ansiosamente cuando vio la correa en las manos de Jimin.

Jimin estaba a punto de cerrar la puerta de la entrada, cuando tuvo un pensamiento repentino. Regresó a través de la casa hasta la cocina. Abriendo y cerrando todas las alacenas hasta encontrar lo que buscaba.

El kit de primeros auxilios.

No estaba seguro de si realmente ayudaría a Yoongi, pero merecía el intento.

Desató al perro de la perrera en el jardín y le puso la correa. Normalmente tenía permitido correr libre, pero durante la tormenta, uno de los paneles de la cerca se aflojó y voló lejos, así que ahora, tenía que permanecer atado a la perrera para evitar que se fuera lejos.

Mientras hacia su camino casualmente hacia la playa, descalzo, Jimin comenzó a pensar en si Yoongi seguiría allí. Podría haberse aburrido de esperar e irse, anzuelos y todo, o tal vez había tenido el valor de arrancarlos el mismo y nadar lejos.

Tal vez, muy en el fondo, Jimin deseaba secretamente que se hubiese ido, porque aún estaba aterrado de la criatura.

No había hecho ninguna de esas cosas, descubrió Jimin, cuando encontró a la sirena apoyada flojamente en la piscina de rocas. Cabeza reposando en un extremo, brazo echado sobre la orilla de las rocas, cola aleteando al otro lado.

Parecía estar durmiendo. Sus ojos estaban cerrados, boca ligeramente abierta. La sangre se había lavado de él. La marea alta había limpiado su pálida piel. Los cortes ya habían comenzado a sanar, sangre coagulada alrededor de las heridas. Pequeños moretones esparcidos en su piel, floreciendo oscuros y dolorosos en su cuerpo.

Parecía frágil en la pálida luz de la mañana temprana. Jimin sabia que aquello era falso, sin embargo, debido a que esta mañana su brazo había lucido sus propios moretones y marcas de punción en donde Yoongi había envuelto la mano. Tenía costras sobre las cortadas, pero algunas habían sangrado ligeramente. Jimin le había dicho a sus padres que había caído contra las rocas. Una mentira fácil.

Se acercó más, columpiando el kit de primeros auxilios en una mano, correa del perro en la otra.

Yoongi abrió un ojo.

Su cabello estaba mojado y pegado a su frente. Flequillo deteniéndose mas o menos a la mitad de sus ojos. Parpadeo antes de moverse unos centímetros lejos, dándole una mejor mirada a Jimin mientras este se tambaleaba en las rocas.

''Jimin'' dijo.

Jimin casi soltó el kit de primeros auxilios en sorpresa.

''¿Y-Yoongi?'' respondió casi preguntando.

La sirena asintió con una sonrisa y se sentó. Su cara se contorsionó en algo que no era meramente dolor, sino incomodidad. Su piel estaba roja por tenderse al sol el día de ayer. Jimin se sentía un poco culpable de no haber pensado en traer bloqueador.

Lánguidamente, Yoongi levanto el final de su cola un par de veces antes de acomodarla en una posición más cómoda. Su cola apuntaba hacia Jimin. No había un gran numero de anzuelos atascados en sus escamas, y Jimin estaba aliviado. No quería tocar la cola de Yoongi si podía evitarlo, pero lucía como que tendría que hacerlo.

Jimin se agachó y abrió el kit de primeros auxilios. Él ni siquiera sabía que había ahí, había esperado encontrar algo como pinzas o algo para remover los ganchos. Pero no había nada. Cerró la caja.

Se preparó a medida que se acercó y tocó la cola de Yoongi. Toda la cosa se sintió extrañamente intima.

Las escamas eran frías, pero suaves. No eran duras como asumió que serían. De hecho, eran las mismas que las de los peces. Elegantes y suaves. El blanco era nacarado en la claridad del día. Jimin ya podía sentir el calor del sol en su cuello, a pesar de que el aire de la mañana fuese frio.

Si Yoongi notó su inseguridad, no lo comentó. Al principio Jimin pensó que tal vez no sabia como, pero cuando alzó la vista, vio a la sirena observando a su perro mientras este olía alrededor de los charcos y mascaba algas. No se concentraba en Jimin para nada.

Jimin retomó su trabajo. Primero tomó un anzuelo entre sus dedos, y justo como ayer, lo giró y desenrolló, hasta que se deslizó fácilmente fuera de la cola de Yoongi. Él siseó entre dientes apretados cada vez. Jimin se dio cuenta de que tal vez su cola debía ser más sensible que su piel. O tal vez era el hecho de que las heridas habían tenido tiempo de sanar un poco, y ahora Jimin estaba metiéndose con ellas.

El agua en la piscina de rocas estaba más alta que ayer.

Cuando Jimin tuvo que acercarse a la cola de la sirena para deshacerse del siguiente anzuelo, le llegó a las rodillas. Yoongi no había tenido la oportunidad de salpicar la mayoría de ella fuera de allí. Inhalaba fuerte cada vez que el agua salada lavaba sobre sus cortes, dolorosa y ardiendo.

Jimin trató de ser tan cuidadoso como pudo, pero había un limite en lo que podía hacer, y al final, tenia que sacar todos los anzuelos. Las rocas debajo de sus pies eran resbalosas por las algas, y tenia que tener cuidado de no perder el suelo. Sus pantorrillas pronto se entumecieron, sumergidas en el agua fría.

Cuando terminó, apenas pasaba del mediodía. Dio un paso atrás. La cola de Yoongi había sangrado sangre nueva, ensuciando el agua de la piscina de rocas. A lo lejos, las gaviotas chillaron. Algunas se aglutinaron en rocas cercanas, sin duda atraídas por el olor a pescado.

Yoongi lucía como si fuera a comerse una.

Pero Yoongi también lucía como si fuese a comerse a su perro, asi que Jimin no le prestó mucha atención a las aves.

Jimin abrió de nuevo la tapa de la caja de primeros auxilios. Las curitas no servirían de nada, solo se caerían en el agua, la gasa también, y Jimin definitivamente trazaba la línea en darle puntadas a Yoongi. Ni siquiera las necesitaba.

Podía, sin embargo, usar la crema desinfectante. La sostuvo para mostrársela a Yoongi. Él inclinó la cabeza, ojos estrechados mientras se concentraba en tratar de leer las palabras. Alzó la vista hacia Jimin en confusión. No podía leer. Jimin le explicó la crema brevemente, y que ayudaría.

''Okay.''

Entonces Jimin comenzó a trabajar, cuidadosamente aplicando pequeñas cantidades del desinfectante, y después frotándolas en los cortes. Hizo muecas junto a Yoongi, sus dedos pintados en una mezcla de rojo y pasta blanca.

Los brazos de Yoongi fueron la peor parte. Las laceraciones de la red y las líneas fueron más severas allí. Jimin aplicó más crema. Estaba fría, y comenzó a frotarla contra las marcas. Habían sanado de cierta forma, pero la piel alrededor de ellas era roja, furiosa y cruda.

En algún punto, Jimin había comenzado una verborrea nerviosa hacia la sirena. Le dijo sobre la ventana destruida en el cuarto de sus padres, y sobre la cerca rota, y como había tenido que llevar al perro a caminar por la playa, aunque no estuviese particularmente encariñado de dicho perro, o playa. Balbuceó sin parar, igualmente sintiéndose algo nervioso alrededor en la presencia de Yoongi, pero su pulso estaba calmándose. Tal vez la sobre exposición a su miedo lo había desensibilizado. Yoongi sólo escuchaba, haciéndole preguntas ocasionalmente.

Jimin pronto se distrajo a medida que trabajaba, lo que significó que no fue hasta la temprana tarde, cuando terminó de desinfectar todas los cortes y raspones de Yoongi.

''Eres libre de irte ahora'' dio una sonrisa pequeña.

''No.''

''¿Qué?''

''Hambre.''

''Si, Yoongi. Puedes regresar al mar ahora, conseguir algo de comida, hacer lo que sea.'' Jimin se sentía incómodo, así que retrocedió un paso.

Yoongi sacudió la cabeza. Su cabello se había secado y lucía esponjoso y suave. Casi dorado en el atardecer venidero.

''Necesito comida. No energía.''

''Oh.'' Jimin mordió su labio y miró alrededor como si de pronto pudiese ver algo que darle al oro. La única cosa alrededor era su perro, y Jimin no le daría de comer a Yoongi a su perro. Este se sentaba ignorante a todo, cabeza descansando en sus patas mientras esperaba a que Jimin se aburriera y lo llevase a casa.

Jimin terminó accediendo a llevarle comida a Yoongi el día siguiente, puesto que la sirena se encontraba muy débil para alejarse a la seguridad cuando la marea subiera esa noche.

''¿Qué es lo que comes?'' preguntó Jimin tentativamente. Sabía lo que las sirenas comían, y estaba esperando que Yoongi no dijera comida humana, porque si lo hacía, Jimin estaría prontamente traumatizado por el encuentro. Además no tenía manera de conseguir carne humana para que comiera. Pero eso no estaba en el top de su lista de preocupaciones.

''Carne.''

''Oh. Sólo, urm ¿cualquiera?''

''Yup.'' Yoongi resaltó la 'P'.

Él lucía bonito, pero Jimin no quería estar pensar en eso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top