Día 9 | ¡Wi-Fi al fin!

Finalmente, llegaron a la casa del vecino, este les prestó la moto de nieve, llegaron al pueblo y fueron directo a la cafetería en donde el Wi-Fi era libre y Jimin pudo hacer la llamada a su novio.

—¡Wi-Fi al fin! —Gritó cuando pudo conectarse.

Jungkook se quedó aparte para darle privacidad pero la realidad es que él no quería oír nada de lo que se dijeran.
Era más que obvio que ese beso había sido solo un impulso y que nada cambiaría entre ellos, y así era como debía ser, porque Jimin tenía una vida y una relación estable antes de llegar a él y él… bueno, él no tenía a nadie pero sabía perfectamente que no era de las personas que interfieren en la relación de otra.
Mantuvo eso en mente para comportarse como se suponía que debía y no generar expectativas ni sufrir por aquello que no podría tener.
Jimin era la persona más especial que había conocido y por quién empezaba a tener sentimientos, pero tenía novio al que seguramente quería y contra eso, Jungkook sabía que llevaba las de perder. Iba a guardarse todo impulso y toda sensación en el bolsillo y dejar que las cosas prosiguieran su rumbo.

Lo esperó en la mesa bebiendo un deliciosos capuchino cuando lo vio llegar con sus ojos vidriosos.

—Me mandó al diablo…

Jungkook abrió sus ojos enormes…

—¿Quién?

—Taemin, me mandó a la mierda.

—¿Hizo qué?

—¡Jungkook! ¿No me escuchas? Me- ma-ndó-a —silabó cada palabra.

—Sí, sí te escuché, Jimin, es que no lo creo… ¿Qué pasó?

—No me creyó el asunto del auto, cree que le estoy mintiendo. Le conté que tú me rescataste, que me estás dando refugio en tu casa y que hoy me besaste…

—¿Hiciste qué?
Jungkook casi escupe el capuchino por los aires.

—¡Dios mío, hoy te levantaste sordo!

—Jimin… el beso…

Jimin llenó la sala con una carcajada cantarina.

—Tu cara fue muy graciosa —sonrió ante la cara desencajada de JK— No es verdad, Jungkook, no sería tan cruel de decirle algo así, fue una broma.

—¿Tambien es broma que te mandó a la mierda?

—No, eso es verdad —Bajó la mirada a su regazo y entrelazó sus dedos— Pero sé que en un rato llamará arrepentido, siempre lo hace, primero me acusa y después pide perdón.

—Casi como un ciclo de violencia.

—No entiendo.

—En las parejas donde hay violencia, sucede exactamente lo que me acabas de contar.

—No, no, él no es violento. Solo es muy temperamental y celoso. Y yo siempre soy el mismo tonto que hace mal las cosas…

Jungkook no dijo nada, pero lo hubiera abrazado y le hubiera dicho que él no es tonto, que es hermoso, que es sensible y es un distinto, pero no tonto.
Y que definitivamente, ese tal Taemin, era un violento...
















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