Día 10 | ¿Soy muy malo?


En cuanto Jimin estuvo a punto de pedir la tercera leche chocolatada, Jungkook intuyó que el chico intentaba hacer tiempo para ver si Taemin hacía el famoso llamado pidiendo disculpas. Pero el llamado nunca llegó.
Tuvo la impresión de que iba salir humo de esa cabeza de tanto pensar.

—¿Crees que va a llamarte?
Jimin salió del ostracismo y regresó a él.

—Espero que no.

—Pero… ¿no estás esperando eso? Qué te llame y poder hacer las paces…

Negó con su cabeza, lo miró fijo a los ojos y después miró su boca para llevar nuevamente sus ojos a los suyos.

—¿Por qué me besaste?

JK esperaba que Jimin hablara de su novio, de la pelea, de la futura reconciliación, esperaba cualquier pregunta menos esa.

—Porque me gustas —respondió directo  y sin vueltas, bien al estilo Jungkook— Perdón si te incomodé.

—No me incomodaste, me encantó.

Jungkook sonrió, no esperaba que él le diera una respuesta tan espontánea. Definitivamente Jimin era una caja de sorpresas.

—¿Cómo piensas que deberíamos seguir, Jimin?

—No tengo idea, pero es la primera vez que Taemin no sé equivocó al acusarme de mentiroso.

—No entiendo.

—Me ha culpado ciento de veces de ser infiel, lo cual no soy, de ser descarado con otros hombres, otro de sus delirios, de mentirle, cosa que tampoco hago… hasta hoy —Él jugaba con la cucharita sobre la taza vacía— Hoy sí le mentí cuando le dije que solo eras alguien que me daba cobijo en su casa. Yo evité decirle que en estos días me he sentido más feliz que en todo un año a su lado. Hoy, deliberadamente le mentí cuando le dije que no me gustabas.

Jungkook sonrió feliz, su corazón también lo hacía. Tomó su pequeña mano y la besó.

—Eres tan especial, Jimin… no quiero echar más leña al fuego, pero Taemin no te merece.

—Estoy siendo un mal novio, Jungkook, uno muy malo. Uno que desea que el hombre que tiene frente a sí, lo bese hasta que lo dejé sin aire y que después lo lleve a su cama y de ahí al cielo…

Miró hacia abajo y levantó sus ojos en una mirada felina ante la que Jungkook no tuvo escapatoria, era una presa cazada.

—¿Soy muy malo?

—Eres perfecto.















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