*Epílogo*

2 años después.

El sol está en su punto más alto. El calor es impresionante, siento que en cualquier momento podría derretirme y eso que no soy un bombón.

Me levanto del suelo y muevo mis caderas para que la arena salga de la pantis de mi traje de baño pero aún así hay otras que se quedan pegadas y camino como si estuviese echa pupu mientras me adentro a la playa para terminar de quitarme la arena.

Vine con mi familia después de tanto tiempo a la playa, mis padres decidieron de que era hora ya que después de todo el asunto del virus ese no habíamos podido venir a la playa hasta ahora, así que aquí estamos, en la Guaira en una playa que no recuerdo el nombre, porque aquí los nombres son una cosa seria, son tipo: Playa los Ángeles, playa pantaleta y en la playa que estamos no recuerdo cuál es el nombre, ya saben como soy, siempre olvidadiza, nunca recordando nada.

Lo único que se es que la playa tiene un río, así que si, tenemos ambas cosas, el agua saladita pa quemarnos un rato en el sol y luego el agua dulce pa' sacarnos la sal y la arena del cuerpo.

Me meto al agua pero sin alejarme mucho de la orilla porque dicen que esta playa es muy traicionera y si te vas más a fondo pues ahogadita quedas. Si, amigos, ni judas fue tan traicionero como esta playa.

Me hundo y nado antes de volver a salir justo cuando siento que me agarran por el pie y pegó tremendo grito, gracias a Dios que la gente en la playa no me escuchó porque que pena.

Gabo sale del agua riéndose a carcajadas.
A claro, tenía que ser él.

Me lanzo encima de él e intento hundirlo pero mis huesitos de pollo no pueden con su escultural cuerpo así que termino por ceder y él aprovecha para agarrarme de la cintura y pegarme a él, enrollo mis piernas en su cintura y el aprovecha ese gesto para besarme.

Gabo y yo ya llevamos dos años de relación, no ha sido nada fácil, debo admitirlo porque el cabeza de chorlito que tengo por novio a veces es demasiado terco y no entiende que yo siempre tendré la razón aún si no la tengo.

Gabo se mudo con su abuela meses después de comenzar a salir juntos, principalmente porque estábamos atrapados en cuarentena y porque aparte quería pasar más tiempo conmigo y estar más pendiente de su abuela. Así que aquí estamos, dos años después aún juntos.

En todo este tiempo he podido tener cierta comunicación con Daniel, y me alegra decirles que ya tiene novia, si amigos, ya llevan un año de relación y son tan adorables. Me alegra que haya conseguido a alguien que es perfecta para el, y me alegra que sea feliz así como yo lo soy con Gabo.

—¡Hey, tórtolos! ¿Podrían dejar sus besuqueos para otra ocasión? Hay niños— nos grita Axel, mi cuñado, el novio de Ana.

—Si con niños te refieres a mi puedes dejarlo estar porque he visto muchísimas veces a esos dos besándose— le responde Angie con una mueca de fastidio.

Aunque esta niña tan solo tenga once años esta mucho más pila que hace dos años atrás, no entiendo como dentro de ese cuerpecito y esa mentecita pueda existir tanta inteligencia y tanta malicia.

Sonrío y nos ponemos a jugar voleibol dentro de la playa, si, así somos todos los venezolanos, no jugamos al fútbol en mar porque la pelota no puede hundirse porque si no también lo hacemos.

Y así pasamos parte del día.

Mis padres decidieron que como esta playa a la que vinimos se puede acampar que iba a ser bueno que lo hiciéramos durante un fin de semana, hoy apenas es viernes, el inicio de este alocado plan.

Ya se estaban haciendo las cinco de la tarde y necesitábamos ir a terminar de arreglar nuestras cosas de acampado así que decidimos ir a bañarnos al río para sacarnos la arena y poder cambiarnos de ropa.

Como en el primer pozo que encontramos había demasiada gente decidimos seguir caminando río arriba en busca de un pozo donde nada más estuviéramos nosotros y lo pudimos conseguir y lo mejor de todo era que estaba cerca de donde íbamos a acampar.

Nos bañamos para quitarnos la arena y nos echamos jaboncito y shampoosito pal pelo.

Me quite una de las cholas que tenía para poder enjabonar mi pie pero como a ni nada me resulta bien por estar maniobrando entre el jabón, mi pie y la chola, esta última se me fue de la mano y comenzó a flotar en el río mientras la corriente se la llevaba alejándola de mi.

—Mi chola!— grite a todo pulmón llamando la atención de todos— ¡Se la lleva el río!— comencé a correr en el agua pero como sabrán es súper difícil y solo me clavaba las pequeñas piedras en el pie que andaba sin chola— ¡Mi chola!— volví a gritar justo cuando Gabo paso por mi lado e intento correr mejor que yo para buscar mi chola.

Voltee la mirada y todos, inclusive mis padres estaban viendo la escena divertidos mientras Gabo y yo intentábamos recuperar mi chola.

Por estar mirando hacia atrás pise una piedra que hizo que mi pie doliera al instante, me pare y deje que Gabo fuera en busca de mi chola mientras me masajeaba el pie.

Mire como Gabo se alejaba y en una de esas resbaló y se pegó contra una piedra puntiaguda.

—¡Gabo!— grite cuando vi que por el golpe se cayo y se hundió pero volvió a salir agarrándose la parte del golpe.

Sin pensarlo dos veces salí corriendo lo más que pude y llegue a su lado para ver que en su costado derecho se estaba tornando rojo.

Axel y mi padre se colocaron a mi lado y agarraron a Gabo para juntos ayudarlo a salir del río y llevarlo hasta la carpa.

Una vez allí Gabo duró un buen rato adentro mientras se cambiaba. Yo esperaba afuera mientras me comía las uñas y usaba una sola chola porque si, ya tuve que dar por perdida mi otra chola.

Es que, o sea, no eres venezolano si nunca has perdido una chola en un río de pana.

Salí de mis pensamientos cuando Gabo abrió su carpa y salió ya todo arregladito y súper bello.

—¿Como estas? ¿te duele?— pregunto a penas llego a su lado y lo sostengo para que pueda salir de la carpa sin ningún problema.

—Lamento no haber recuperado tu chola— es la respuesta que recibo.

—Que chola ni que nada, eso no es importante ahora. Solo quiero saber como te encuentras.

Gabo hace una mueca de dolor cuando lo ayudo a sentarse en un banco. Subo su camisa y como todas las veces que lo veo sin camisa me quedo embobada y asombrada mirando sus abdominales así bien marcaditos.

Papasito, usted es como el cuadrito sin letra del chocolate. No se comparte.

Alejo esos pensamientos de mi y me concentro por ver el golpe. Aún sigue roja la parte afectada y esta mucho más grande que en el momento en que se la hizo.

Le aplico una pomada que según mi mamá es buena para los golpes y luego vuelvo a bajar la camisa dejandolo para que se le vaya calmando el dolor poco a poco.

Me siento a su lado y observamos las estrellas en silencio.

—Prometo que cuando volvamos a Caracas te compraré un par de cholas nuevas— dice rompiendo el silencio.

¡Bien bello pues! Otra vez con lo de la chola.

—Tu no tienes que comprarme nada. Y deja el tema que si la chola se perdió fue por mi culpa y no por culpa tuya.

—Aún así— dice girándose de lado para mirarme directamente a los ojos— Quiero comprarte unas cholas y eso no entra en discusión.

—Tu si eres terco, chamo— sonrío.

Vuelvo a mirar hacia el cielo pero me pongo nerviosa al darme cuenta de que Gabo sigue mirándome.

—Eres la estrella más hermosa de nuestra galaxia— susurra en mi oído.

Me giro y sus labios están a centímetros de los mios.

Siento como Andrea camaleón vuelve a aparecer y agradezco que ya está oscuro y así el no puede verme bien.

—Eres arte en el máximo expresión de la palabra, eres mi arte favorito, el que deseo ver todos los días para admirar la increíble hermosura que refleja— OMG! ¿De donde leyó el toda esa cursilería?

—¿Sacaste esa frase de algún libro o que?

—No— Gabo sonríe— la saqué de mi corazón porque tu eres mi inspiración.

¡Guao!

Debo admitir que los venezolanos tienen una labia increíble, o sea, es que tu te quedas loca con las cosas que dicen, la labia de los chamos es impresionante pero déjeme decirles que la única labia que amo es la de mi amorcito, porque aunque no lo crean yo si se que todo lo que él dice lo dice desde su corazón y si así no fuera el hecho igual amaría su labia porque lo amo a él.

Porque siempre tuve un enamoramiento hacia que el que no pude superar, sino que con el paso de los años creció y se hizo más fuerte, un enamoramiento que solo me hizo darme cuenta de que siempre tuve una increíble, impresionante y hermosa obsesión de las buenas hacía él, una Bendita Obsesión.

***
Hahahahahahaha, ahora si a hacer la lloracion. Porque ahora si definitivo, de panita y todo se acabo esta historia, se acabo lo que más se daba.

Debo darle las gracias a ustedes pequeñines lectores (si, pequeñines porque somos un grupo pequeño, pero no importa) porque han apoyado esta historia y han seguido esta locura desde el inicio.

Gracias por sus comentarios en cada capitulo porque cada vez que leo alguno me muero de la risa (literalmente).

Siganme para que estén más al pendiente de otra de mis locuras, que se que muy pronto se vendrá una nueva.

Pueden seguirme también en instagram como: @Girley_lacruz
Para que conozcan más de su alocada servidora.

Hasta lueguito, obsesivas/os

Los aii loviuu

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