—Y así es como lo haremos— termino por contarle a Dani mi plan no tan perfecto para que pueda visitarme.

Ayer cuando fui para donde los chinos y lo encontré en ese lugar le dije que íbamos a buscar la manera de que él me viniera a visitar aunque mi madre no dejara.

Así que aquí estamos, un día después le estoy contando por llamada mi plan que consiste básicamente en venir a visitarme en el momento en que mis padres hayan salido de casa.

Verán, como andamos en cuarentena es muy difícil salir de casa cuando vives en Caracas y más si no tienes un salvo conducto, bueno esto básicamente es para las personas que necesitan trabajar pero como yo no trabajo sino que estudio y de paso lo hago en línea, o sea por whatsapp pues no salgo de mi casa. Pero mis padres todos los sábados sin falta, salen a hacer mercado o hacer el intento de hacerlo porque como estamos en Venezuela, el país de las maravillas, donde todo sube y nada baja (si, eso lo escuché de uno de los vendedores que se la pasan en el metro) pues recorren casi que todos los mercados buscando uno donde la comida este más barata, cosa difícil pero no imposible, por lo que prácticamente se van a las 10 de la mañana y vienen llegando a eso de las tres de la tarde, si, duran casi todo el día en la calle, así que durante esas horas Dani vendrá a casa ya que mis padres no estarán, ellos dejan a Angie con la Sra Carmen, porque no confían en que yo sepa capaz de cuidarla y Ana se va con ella a ver a Gabo y se quedan todo el día ahí así que yo estaré sola en mi casa.

Ojo, no malinterpretan, solo hablaremos y veremos películas, no haremos nada más.

Soy una niña pura y santa así que no se imaginen cosas que no son.

—Estas completamente loca, An— escuche su risa al otro lado del teléfono.

—Así me quieres—sonrío

—No puedo negarlo.

Ok, aquí es donde Andrea camaleón aparece. Si, Andrea camaleón porque mis mejillas empiezan a cambiar de color.

O sea, pana. ¿Quién no se pone como un fideos cuando el amor de su vida (y de bajada también) le dice cosas lindas a uno?

Dani y yo terminamos de hablar y de cuadrar todo para cuando mis padres se vayan, aun son las nueve y media por lo que tengo otra media hora para que mis padres se vayan.

Salgo de mi habitación y la familia Telerín ya esta desayunando, y con la familia Telerín me referido a mi familia.

—¡Buenos días!— saludo para que se den cuenta de que por primera vez madrugue un sábado— Bendición, mami. Bendición, papi— Los salude a ambos con un besito en el cachete y me senté en la mesa a esperar mis empanaditas de queso.

—Te caíste de la cama o que— Muchos dirán que de su familia la persona más indiscreta y preguntona puede ser su hermana o prima pero en mi caso es mi mamá, esa mujer dice lo que piensa sin importarle la reacción de los demás.

—¿Es tan raro que yo Andrea Mendoza pueda levantarme temprano un sábado?— pregunto mirando a todos.

—No, no es raro, es súper raro— me responde Angie con la boca abierta.

—¿De cuando acá Andrea no es rara?— Si, definitivamente no se porque tengo hermana mayor.

—¿De cuando acá tu dejaste de ser chismosa y metiche?— le digo a Ana.

—Querer saber siempre la verdad y estar enterada de lo que sucede no es ser chismosa, es ser informativa.

—Así le dicen al chisme, es más deberías unirte con Nancy y con Irene, las dos viejas chismosas de planta baja, esas señoras si que están enteradas de lo que sucede en este y la otra residencia, ellas son la cámara de vigilancia de este lugar, podrías unirte a su grupo, quedarías bien en ese grupo de chismosas.

Si las miradas mataran no solo Maduro estaría muerto sino que yo también en este momento por culpa de mi hermana

—Andrea, deja a tu hermana quieta— papá me mira y por su mirada se que es mejor callarme antes de que me pase algo peor— Y tu Ana deberías comportarte como una chica ya mayor de edad y ser la mejor hermana mayor— sonreí satisfecha porque no fui la única a la que regañaron.

Terminamos de desayunar y mis padres se fueron no sin antes dejar a Angie donde la vecina.

—Portense bien, y no me incendien el apartamento por favor— fue lo ultimo que nos dijo mamá antes de despedirse.

Me fui a mi habitación y busqué mi celular, le escribí a las chicas por whatsapp y luego a Dani, le escribí el mismo mensaje a ellos.

"Plan Caracas activado"

Si, debo dejar de ver tanto la casa de papel, la verdad es que quería ponerle un nombre súper fino así tipo "Plan Alcatraz o Plan París" y solo se me ocurrió "Plan Caracas"

Gracias profesor.

***

—¿A dónde va señorita?

Petróleo.
Medio petro.
¡Que ladilla!

—Voy para Estados Unidos a visitar a Donald Trump— respondo sarcásticamente— Pues ¿a donde cree que voy, viejo chismoso? Pues aquí, a la calle ¿hay algún problema con eso?

Si, mis padres siempre me inculcaron ser respetuosos y nunca hablarle mal a una persona mayor pero es que en serio el guardia de la residencia ya me tiene cansada con sus preguntas y en realidad las hace no por seguridad sino por chisme, el viejo ese también se la pasa chismoseando con Nacy e Irene, por eso es que esas señoras saben de todo.

—Respete, niña. No debería hablarme así.

—Bueno, y usted no debería ser tan chismoso para empezar, así que haga su trabajo y deje de estar metiéndose en la vida de la gente.

Lo dejo con la boca abierta y me doy la media vuelta para salir de la residencia.

Relajate, An. Pusiste en su lugar a ese señor pero relajate, que no se te suba a la cabeza la adrenalina del momento.

Porque es que la verdad se siente muy bien decirle sus cosas a la gente en su cara, primera vez que lo hago, debería hacerlo más seguido.

Salgo de la residencia y ahí en la calle esperando esta el Río de Mi Tokyo, el Denver de mi Estocolmo, el Profesor de mi Lisboa y el Bogota de mi Nairobi.

Si, de pana necesito dejar de ver la casa de papel.

—Hola— digo sonriendo apenas llego a su lado.

Aunque no se porque carrizo sonreí si ando con tapa boca.

—Hola, hermosa— Dani se queda alejado de mi, intenta acercarse pero se detiene sin saber mi reacción, así que me acerco y lo abrazo.

A la Voldemort el distanciamiento social.

Si a la Voldemort, o sea ALV, si me explicó ¿no?

Entrelacé mi mano con la suya cuando nos separamos y comenzamos a caminar hacia la residencia.

—*Coff* *Coff* Distanciamiento social *Coff* *Coff*— comentó el vigilante cuando pasamos por su lado imitando una tos falsa.

—*Coff* *Coff* Haga su trabajo, chismoso *Coff* *Coff*— imité su gesto y escuché como Dani reprimía una sonrisa.

Subimos por las escaleras hasta mi apartamento. Porque si nos vamos en el ascensor es posible que nos encontremos a la gente chismosa de la residencia, así que decidimos usar las escaleras que ya nadie usa.

Llegamos hasta la puerta de mi casa y abrí, me hice a un lado y deje que Dani pasara, cerré la puerta y le indique que se sentara en el mueble mientras yo me quitaba el tapa boca. Iba a sentarme a su lado cuando una voz proveniente de la cocina hizo que me frenara.

—¡Vaya! ¡Vaya! Pero que sorpresa— me quedé helada al escuchar su voz.

Miércoles.
Jueves.
Y Viernes.

Ayudarme, Diosito a salir viva de esta.

Ni el chavo ni el pato Luchas sufren tantas desgracias como la mía.

Ahora así, An. Despidete de este cruel mundo.

Andrea Mendoza.

Estudiante de 5to Año, divertida, loca, y con desgracia. Que murió por idear un plan que no fue tan perfecto como los planes que ideo Sergio alias el Profesor en la casa de papel.
Adiós a su vida y adiós a su corto noviazgo.

Si muero, por favor pongan eso en mi lápida.

Adiós, mundo cruel. 

Hasta nunca...

***

Sigan leyendo las desgracias de Andrea, aún hay más...