Los primeros pasos

Cuando Izuku recuperó la vista, lo primero que vio fue un pueblito rural; había carretas cargadas de diferentes objetos siendo arrastradas por caballos en las calles, gente con ropas muy simples transitando por el camino, y las casas no parecían estar construidas con técnicas modernas. Izuku respiró profundamente, tratando de probar el aire puro que él suponía que tendría un lugar como este, pero en lugar de eso su nariz solo capturó el olor de excremento de caballo y tierra, mezclado con un poco de hierba... supuso que tendría que salir a las afueras del pueblo para poder respirar el aire puro.

- Esto se ve muy pacífico; supongo que tenemos que... – Izuku se disponía a hablarle a la diosa que había venido con él, esperando alguna guía para este nuevo mundo, y en su tarea de traer la paz a la gente... y entonces se vio agarrado violentamente de los hombros, cortesía de una chica peliazul que estaba muy, muy histérica.

- ¡WWWWAAAAAAAHAHAAAAAAHH! – Aqua lloriqueó totalmente desesperada, sacudiendo a Izuku con todas sus fuerzas; su cara y voz estaban llenas de miedo, y a estas alturas, Izuku podía ver que la gente los estaba mirando por la escena que hacían.

- ¡YA PARA! – gritó Izuku, dándole un pequeño golpe de karate en su cabeza.

El golpe no era tan fuerte como para doler realmente, pero Aqua se detuvo y se sostuvo la cabeza sorprendida, mirando al chico con los ojos grandes y acuosos.

- Ahora, mantén la calma y respira; sé que no tenías la intención de abandonar tu lugar en el cielo, pero fueron tus palabras las que te hicieron tener que acompañarme. Estamos juntos en esto, y juntos encontraremos la manera de completar esta misión. Yo me convertiré en un héroe, y tú regresarás al cielo, ¿está bien? – resumió Izuku su situación, dando una sonrisa brillante que a la diosa casi le hizo sentirse enferma, pero no podía echarle la culpa.

- Está bien. – replicó Aqua finalmente, con la mirada cabizbaja y sabiendo muy bien que había enviado a incontables personas a este lugar, y ninguno de ellos había podido llegar muy lejos después del punto de inicio.

- ¡Bien! Ahora dime a dónde deberíamos ir primero. Debe haber algún lugar donde nos den pistas por dónde empezar, o algún lugar para ser reclutado en el ejército o grupo que pelea contra el Rey Demonio, ¿verdad? – elaboró Izuku, pidiéndole a la diosa direcciones y guía.

Aqua estaba más que un poco molesta de ver los ojos brillantes del chico, pero desearía poder decirle lo que quería. Y lamentablemente, no podía.

- ¿Y por qué iba yo a saber eso? – respondió Aqua, tratando de no sonar tan molesta como realmente estaba. Su desesperación estaba mezclada con rabia, pues nunca creyó que tendría que poner un pie en este mundo tan primitivo.

- ¿No eres una diosa? Se supone que los dioses albergan conocimiento infinito, o al menos, saben cómo funciona el mundo... digo, parecía que sabías todo lo que hay que saber de este mundo cuando me estabas diciendo que aceptara tu oferta.

Izuku explicó su razonamiento, y Aqua tuvo que admitir que tal vez había tergiversado un poco la impresión que estaba dándole... no que pudiera decir eso de dientes para afuera.

- ¡Soy una diosa! No puedes esperar que sepa cada pequeño detalle de cada lugar en este mundo; este diminuto pueblucho no tiene nada de interés en absoluto. – replicó Aqua, ganándose una mirada estupefacta del héroe potencial-

- Lo que me estás diciendo ... ¿es que envías a gente a este lugar sin saber tú misma nada de los detalles? – preguntó Izuku, deseando con todo su corazón que la diosa frente a él le respondiera de una manera digna de su posición.

Pero se llevó una gran desilusión cuando simplemente le asintió con ojos honestos.

- Yo... necesito pedir direcciones. – dijo Izuku, bajando la cabeza derrotado.

No pasó mucho antes que se encontrase con una anciana que parecía cansada por estar cargando una pila de leña. Poniendo una linda sonrisa en su rostro, se le aproximó para ofrecerle ayuda, dejando a una confusa diosa teniendo que seguirlo, por miedo de perderse en el camino.

(-0-)

Un par de horas más tarde...

- ¿Ya lo ves? Ahora estamos en el camino correcto; seguro encontraremos respuestas en el gremio de aventureros. – dijo Izuku mientras él y Aqua ingresaban al enorme edificio.

El interior estaba bastante bien decorado con cráneos y tallados de madera cuidadosamente elaborados. Las mesas de un lado confirmaron la información de que el establecimiento también servía como una taberna, y había un montón de cabinas que llenaban el espacio restante, lo que significaba que la joven mujer voluptuosa detrás del mostrador seguramente tendría respuestas para sus muchas preguntas.

- ¿De verdad tenías que pararte a ayudar a todas esas personas? Podríamos haber llegado aquí mucho antes si les hubieras preguntado solo a una cuarta parte de ellos. – se quejó rápidamente Aqua. Seguro, habían conseguido las direcciones correctas, unos cuantos trozos de pan e incluso algunas monedas a cambio, pero la diosa no encontraba muy atractivo hacer tanto esfuerzo a cambio de recibir tan poco... y el hecho de que ella no hizo nada excepto seguir a Izuku sin ayudarle no parecía registrarse en su cabeza.

- Bueno, necesitaban ayuda. – La simple respuesta de Izuku dejó a la diosa echando humo, incapaz de soportar la disposición tan galante de este simplón.

Izuku parecía sentirse como en casa en este mundo, pues todos los que conoció no tenían Quirk igual que él. Todos lo veían como si fuese un aldeano normal, y no un desperdicio de espacio, era tan refrescante que le dejó una extraña sensación de confianza.

- Ahora, vamos a ver el mostrador, tenemos que registrarnos como aventuraros si queremos reunir un grupo para derrotar al Rey Demonio. – añadió Izuku mientras se acercaba a la atractiva mujer que estaba en el mostrador.

Aqua miró al chico como si fuese totalmente diferente del niño inútil y tímido al cual engañó para que viniera a este mundo.

- Hey, Izuku, recuerda que debes llamarme Aqua, y no referirte a mí como una diosa. No puedo dejar que mis seguidores sepan que estoy aquí caminando entre mortales. Y también, ¿por qué actúas tan diligente? ¿Qué no eras un niño cobarde sin Quirk? – Aqua finalmente dijo las cosas que le estaban incomodando, sin perder la oportunidad de molestar al chico para que mostrara alguna falla en su comportamiento.

- Yo era un adolescente sin Quirk en un mundo lleno de gente con superpoderes. No es tanto ser un cobarde, sino más bien cauteloso. En cuanto a ser diligente... mi madre tenía algunos videojuegos antiguos instalados en la PC que utilizaba cuando era niño... creo que se llamaban RPGs. Toda esta situación me hizo acordarme de ellos. – respondió Izuku mientras se aproximaban al escritorio, donde los saludó una mujer rubia de buena figura.

- Hola, creo que no los he visto antes por aquí. ¿Vienen para registrarse? – dijo la joven mujer al chico y a su amiga, ya sintiendo algo de pena por el adolescente de apariencia simplona por tener una chica tan bonita a su lado, y sabiendo que no pasaría mucho antes que un aventurero más guapo y experimentado atrapase el interés de la peliazul.

- Acabamos de llegar al pueblo, así que nos gustaría algo de información sobre el gremio y los trabajos disponibles. – pidió Izuku de una manera bastante fluida, sorprendiendo a la diosa, que se esperaba verlo tartamudear incomprensiblemente y poniéndose rojo ante la vista de los enormes pechos que estaban expuestos frente a él.

- ¡Por supuesto! En este salón ofrecemos trabajos a los aventureros registrados, desde tareas simples de buscar materiales hasta exterminación de monstruos. Todos estos están clasificados apropiadamente por dificultad, peligro y recompensa. Algunos de los trabajos, o misiones, tienen requisitos, que pueden variar en nivel y clase, o también composición del equipo o género... y no tomamos la última restricción a menos que el cliente venga personalmente con CADA detalle y explicación, así que no tendrás que preocuparte... demasiado. Registrarse es muy simple, solo tienes que cubrir una cuota de entrada y este artefacto mágico hará el trabajo. – La señorita dio su explicación con una gran sonrisa, feliz de ver que el chico mantuviera la mirada en su rostro para variar, y preguntándose cuánto tiempo aguantaría.

- Aqua, ¿tienes algo de dinero? – le preguntó Izuku a la peliazul, haciendo que la señorita del gremio se preguntara qué clase de relación tendrían.

Izuku no pudo sentirse sorprendido cuando negó con la cabeza; hasta se preguntó si debían haberlo enviado con algún tipo de fortuna, pero se imaginó que comparar este mundo con un videojuego era estúpido. El hecho de que existiera un gremio había sido un gran golpe de suerte.

- Ya veo. Disculpe, señorita... Luna, ¿podría decirme dónde hay una casa de empeño o algún lugar donde pueda vender objetos y cachivaches menores? – le preguntó Izuku luego de soltar un suspiro de pesadez. Realmente no quería decirlo, pero la diosa estaba probando ser menos útil con cada minuto que pasaba.

Del otro lado del mostrador, la hermosa señorita se vio sorprendida.

- Conozco algunos lugares, pero ¿cómo supiste mi nombre? – preguntó la ahora identificada Luna, pues todavía no le había dicho su nombre a los recién llegados.

- Está en la placa... – Izuku señaló el nombre escrito en una placa sobre el mostrador.

- Lo sé, pero la mayoría de la gente me mira... quiero decir, ¿qué clase de objetos tienes? Tal vez pueda indicarte la dirección correcta, si tienes algo que pueda interesarles a los dueños. – Luna rápidamente cambió la conversación, suponiendo que estaba lidiando con un escolar en entrenamiento, o uno fallido, pues la ropa que llevaba se veía simple pero de buena calidad. También llevaba una mochila llamativa, definitivamente seña de una educación en casa.

- Bueno, para empezar... tengo esto: se llama calculadora, y es muy útil para resolver problemas de matemáticas rápidamente. Funcionará mientras haya luz natural, y probablemente aguante por otro año... aunque es algo frágil, y si se moja se dañará su mecanismo interno. – Izuku cogió su mochila sacando una calculadora solar. Era un modelo simple, pero supuso que se podría considerar mágica en este mundo medieval. No era que tuviera muchas esperanzas, suponiendo que a lo mucho le daría algunas monedas, lo suficiente para cubrir la cuota.

- ¿Matemáticas rápidas? ¿Es en serio? ¿Sabes cómo funciona? – Luna parecía muy interesada en el artefacto, e Izuku rápidamente le explicó cómo se operaba, agradeciendo a Dios que los números mantenían los mismos símbolos universales en este nuevo mundo.

Aqua observaba desde un lado cómo la chica voluptuosa parecía demasiado atenta a la explicación de Izuku. Considerando que sus ojos dejaron entrever lo codiciosa que se puso ante la efectividad de ese cachivache escolar, no pasó mucho antes que ella y el chico empezaran a negociar un precio por la calculadora, y no tardaron mucho en llegar a un acuerdo para la transacción final. Aqua estaba insegura de cómo se desencadenarían los eventos frente a ella, pues era como si el chico se hubiese transformado de ese cobarde debilucho y tembloroso de su vida anterior en un ser humano totalmente funcional. Era como si el hecho de estar entre personas sin Quirk le hubiese dado el valor para afrontar todos los desafíos que le lanzaba este mundo.

- Esta es mi oferta final: la cuota de registro para los dos, mil Eris y cuatro boletos para almuerzo. – dijo Luna, cruzando los brazos bajo sus pechos, tratando de usar su encanto natural para ganar esta batalla, y sonriendo al ver que finalmente hizo sonrojar al chico.

- Yo... a-agh... ¡que sean cinco boletos! – Izuku apenas logró volver a levantar la mirada, recuperando una fracción en el proceso, y haciendo que Luna hiciera un pequeño puchero.

- Bien, es un trato, pero necesito que me escribas lo que significan las runas. – cedió Luna, sabiendo muy bien que obtuvo una enorme ganga, pues no era la primera vez que veía este artefacto, y aún recordaba bien lo exitoso que llegó a ser el hombre que tenía una de estas.

- Seguro, solo dame algo para escribir. – Izuku aceptó sus términos, y le entregaron algo de pergamino y una pluma, dejándolo escribir las instrucciones mientras Luna finalizaba el contrato, ya que no quería que esto se convirtiera en tráfico ilegal de artefactos mágicos.

Aqua empezaba a sentirse aburrida, preguntándose por qué este niño no estaba adorándola, o dejándole brillar un poco; estaba segura de que si hablaba con algún sacerdote en las cercanías probablemente podría conseguirse una pequeña fortuna al pedirle algunas monedas, ¡después de todo era una diosa muy importante!

- Todo listo. Ahora, solo tienes que poner tu mano sobre el orbe, y el artefacto hará el resto. – le indicó Luna a Izuku una vez que terminó la transacción.

- ¿Así? – preguntó Izuku al hacer lo que le indicaron, y observó asombrado cómo el artefacto hacía su trabajo, escribiendo en la tarjeta con unas luces como rayos laser a gran velocidad; una vez que terminó el espectáculo de luces, Luna tomó la tarjeta para leerla en voz alta, atrayendo la atención del chico, que no sabía qué esperar. Por dentro deseaba oír la ocupación de Héroe, pero se imaginó que eso era un título que se ganaba con esfuerzo, y no una clase de trabajo.

- Izuku Midoriya, ¿correcto? Veamos... promedio en la mayoría de tus estadísticas, suerte por encima del promedio lo cual no importa mucho para los aventureros... esto es extraño, tienes alta inteligencia y sabiduría, una combinación muy rara... hmmm... – Luna se distrajo mirando el perfil del chico, preguntándose por qué no decía nada sobre su educación, pero ella lo achacó a que probablemente fue educado fuera de alguna academia o institución apropiada.

- ¿Pasa algo malo? – preguntó Izuku al notar que la señorita se veía distraída, asustándola momentáneamente.

- ¡No es nada, solo miraba tus opciones de clase! Puedes elegir de estas: Clérigo, Mago, Bandido, Druida, y por supuesto, Aventurero, pero esa es la clase más débil. Desafortunadamente, tus atributos físicos no te permiten acceder a las clases marciales, al menos no ahora. – concluyó Luna, y luego se volvió para mirar al chico, esperando su decisión.

Izuku se sintió un poco como la vez que le dijeron que no tenía Quirk, incapaz de elegir algo que lo pusiera cerca de su ídolo, pero de nuevo, se imaginó que fue culpa suya por no toma la iniciativa para entrenar su cuerpo.

- ¿Druida? ¿Qué hace...? – Izuku comenzó a preguntar, pues quería oír las descripciones y especificaciones de cada clase, empezando por la primera opción de la cual no sabía nada.

Desafortunadamente para él, Luna también estaba muy distraída...

- Entonces será Druida... esa es una clase muy rara para elegir. – dijo Luna seleccionando la clase, totalmente ignorante del hecho de que acababa de cometer un error.

- ¡ESPERA! ¡Solo quería que me dieras una explicación! – gritó Izuku desesperado, pues quería analizara cada una de las clases, sopesando los pros y contras, no que lo echaran de cabeza en una al azar.

- ¡¿Qué?! ¡Oh no! ¡Lo siento tanto! ¡Por favor perdóname! – se disculpó Luna mientras se inclinaba repetidamente, dando un gran espectáculo con sus enormes pechos.

- Yo... bueno... ¡p-p-por favor n-no hagas e-eso! – Izuku se puso rojo ante la vista, y activamente se esforzaba por mirar a cualquier lado que no fuera su busto.

(-0-)

Una hora después...

Izuku estaba sentado solo en una de las mesas vacías del gremio; había empezado una conmoción cuando a Aqua le hicieron su tarjeta, ya que sus atributos, exceptuando inteligencia y suerte, estaban al máximo, dándole acceso a la mayoría de las clases avanzada. Rápidamente ella escogió Arcipreste, y él se imaginó que una diosa elegiría algo para alabarse a sí misma, y ahora estaba haciendo mucho ruido mientras seleccionaba sus habilidades con sus puntos de habilidad iniciales. A Izuku le dijeron que, si decidía hacerlo, siempre podía elegir cambiar de clases en lugar de avanzar a la clase mejorada del Druida. En lugar de eso decidió estudiar su tarjeta para ver qué podía hacer con lo que tenía.

- Bueno, no puede ser tan malo como no tener Quirk. – murmuró Izuku empezando a ver su tarjeta de aventurero, tomando nota de la información, y cómo estaba todo muy bien organizado. La sección de habilidades le permitió ver había algunas habilidades pasivas, y otras que requerían activación, en cuyo caso la mayoría requerían maná para utilizarlas. Unas cuantas tenían un contador de tiempo, lo que significaba que podía usarlas sin costo alguno, pero solo un limitado número de veces por día. También notó que los druidas tenían muchas habilidades de donde escoger, lo que significaba que podría, o bien tomar un montón de ellas, o elegir menos del límite y mejorarlas añadiendo más puntos de habilidad.

- Supongo que debo probar con algo simple. Baya Fértil suena bastante segura. – murmuró Izuku mientras observaba la descripción de la habilidad, una de tipo pasivo que le permitía hacer crecer bayas en cualquier planta que tocara, produciendo una cada pocos minutos. En el momento en que seleccionó la habilidad, sintió que algo cambiaba dentro de él.

Fue como si un poder durmiente hubiese despertado... casi como un Quirk.

Izuku se acercó a una mesa vacía donde alguien había estado comiendo algunas uvas hacía un minuto, y cogió la rama ahora vacía que estaba en el plato. La llevó a su propia mesa y se quedó mirándola fijamente. No dio ninguna orden ni se concentró de ninguna manera, pues la habilidad decía que tenía un efecto pasivo, así que tendría que venir naturalmente. Luego de que pasó un minuto, Izuku parpadeó sorprendido al ver como una linda y redonda baya roja acababa de aparecer donde antes estaba una uva.

- Creo que puedo hacer funcionar esto. – dijo Izuku con una sonrisa mientras cogía la baya y se la comía, encontrándola realmente dulce y extrañamente satisfactoria. La descripción decía que sería muy nutritiva, pero Izuku estaba más interesado en sus capacidades curativas. Tal vez no llegara al nivel de un hechizo curativo de un sacerdote, o una poción curativa comercial del gremio, pero era gratis, y se podría mantener constante.

Mientras Izuku comenzaba a leer el resto de las habilidades, comenzó a jugar con la idea de crear un conjunto de habilidades que pudiesen imitar a un Quirk de tipo transformación, algo que fuese fácil de controlar, y fácil de explicar en caso de que lograse volver a casa. El set de habilidades del Druida incluía prácticamente todo: hechizos fortalecedores y debilitadores, habilidades ofensivas, defensivas, curativas, y por supuesto, la increíble capacidad de cambiar de formas. Izuku trató de encontrar un patrón que lo pudiese poner en un desarrollo similar a un Quirk, y al ver que crecían más bayas en la pequeña ramita, decidió hacer la prueba con ser uno con las plantas; después de todo, se imaginaba que, si eso no daba resultado, después podría cambiar de clases.

- Veamos... Piel de Cortezas, Látigo de Vides y Manipulación de Plantas, pasiva defensiva, activa ofensiva, y soporte activo; esto tal vez funcione. – murmuró Izuku una vez más mientras gastaba sus últimos puntos de habilidad iniciales. Después de todo, era apenas de nivel uno a diferencia de Aqua, que incluso tenía un par de niveles adicionales como bono... era obvio que no todos eran creados iguales, pero esta vez, Izuku no iba a dejar que esa verdad lo detuviera.

(-0-)

Más tarde aquella noche...

La verdad resultó ser una dura maestra, algo que Izuku tuvo que recordar el día de hoy.

Los aventureros solo eran poco más que trabajadores de medio tiempo glorificados, con tareas para los que recién comenzaban como él, pasando por peticiones de exterminación de plagas pobremente pagadas para los aventureros novatos de nivel bajo, y aunque sabía que el inicio no iba a ser un salto glorioso a la fama y la fortuna, esperaba al menos poder permitirse un cuarto donde dormir esta noche, no quedarse en un establo...

- Esto será más difícil de lo que pensé... – murmuró Izuku para sí mismo, moviéndose en la pila de paja que usaba como cama, notando que su clase de hecho le daba un incremento de tolerancia a las condiciones duras, lo que significaba mayor confort en condiciones menos que amigables como en lo salvaje.

Desafortunadamente para él, ese atributo no se extendía a tener excremento equino tan cerca cuando intentaba dormir.

- ... mucho más difícil. – Izuku terminó de murmurar dándole la espalda al excremento para ver a su compañera, la autoproclamada diosa que estaba roncando sonoramente, abrazando el objeto de su furia.

Poco después de terminar con su tarjeta de aventurero, Izuku tomó su primer trabajo: reunir hierbas medicinales al borde de los bosques afuera de la ciudad. Había sido un trabajo bastante fácil, sin mayor peligro que enfrentarse a unos pocos mosquitos y el ocasional hormiguero, pero la recompensa apenas había sido quinientos Eris. Por supuesto, Aqua había pedido algo de dinero para comprar algo que sería vital para el equipo, e Izuku fue lo bastante ingenuo para creerle... solo habría que imaginar su sorpresa cuando apareció con una botella de licor y una sonrisa nerviosa.

- Al menos no me moriré de hambre. – murmuró Izuku mirando la rama que había trenzado alrededor de su muñeca izquierda como un brazalete, mostrando más bayas que rápidamente se comió.

Estaba empezando a apreciar el potencial de supervivencia de su clase, y todo el dinero que se podía ahorrar en términos de provisiones. Aun así, todavía necesitaba un refugio, así que decidió que esa sería su meta a corto plazo. Derrotar al Rey Demonio tendría que esperar.

- Mañana tomaré una misión de exterminación, y esta vez, nada de compartir la recompensa. – susurró Izuku con el cejo fruncido. Había estado más que dispuesto a compartir su dinero con la diosa, pero después de hoy, estaba seguro de que a ella no le interesaba ahorrar para el futuro.

La noche continuó su curso mientras Izuku continuaba haciendo planes, sabiendo que al ser de nivel uno significaba que no podría ir a asaltar el castillo del Rey Demonio en un futuro cercano. Necesitaba asegurarse refugio y comida, y luego de eso necesitaba entrenar duro para subir de nivel rápida y eficientemente, al igual que reclutar camaradas de armas y procurarse mejor equipamiento. Izuku apenas recordaba los videojuegos que su madre tenía en la computadora familiar, pero aun así sabía que en un ambiente medieval tenían que existir guerreros fuertes, magos sabios, y ladrones astutos. Para asaltar el castillo del Rey Demonio, necesitaría muchos luchadores en las líneas frontales, unidades con ataque a distancia, y por supuesto sanadores para soporte, por lo cual se sintió afortunado de tener a Aqua junto a él ya que supuestamente era una sanadora muy poderosa. También tendría equipamiento divino con ella, así que no habría necesidad de gastar dinero buscándole un mejor bastón para que pudiera ayudar a los demás... ¿cierto?

(-0-)

Al día siguiente...

Acorde con los estándares del gremio, Izuku y Aqua tenían el nivel mínimo requerido para tomar esta misión, la única disponible para su nivel: exterminar sapos gigantes.

Los sapos gigantes eran considerados un problema de peste local que solo era relevante durante la temporada de apareamiento, ya que los gigantescos anfibios se tragaban el ganado y a la gente indefensa para reunir la fuerza para reproducirse. Eso le ayudó a Izuku a no sentir pena por asesinar a un animal que solo seguía sus instintos sin ninguna malicia, pero el problema era que estos sapos gigantes eran... bueno, gigantes.

- ¡AQUA! ¡SE SUPONE QUE DEBES AYUDARME! – gritaba Izuku a la diosa, que estaba a menos de un paso de desplomarse en el suelo debido a su risa incontrolable mientras se burlaba de él.

El plan era muy simple. Enfrentarse a un sapo a la vez, flanquearlo por ambos lados, y matarlo ya fuese con la fuerza superior de la diosa, o las vides de Izuku, cualquiera en quien no tuviese su atención en ese momento. El problema fue que Aqua no quiso seguir el plan.

- ¡JAJAJAJAJAJAJAJA! ¡Te ves tan estúpido rodando con cada ataque! ¡Y no puedes ni hacerle ni un rasguño con tus frágiles ramitas! ¡JAJAJAJAJAJA! – Aqua continuaba desternillándose de risa mientras veía a Izuku luchar por su vida contra lo que el gremio llamaba un problema de plagas.

Izuku tuvo que averiguar de la manera difícil que su habilidad Látigo de Vides no hacía el ataque completo como el nombre sugería. Solo producía una vid larga que servía como un látigo, y él tendría que usarlo con su propia destreza. Por suerte, producir el látigo pareció otorgarle algo de instinto para usarlo, pero la falta de experiencia quedaba evidenciada en que sus golpes no daban en el blanco, y que no había daño visible en la piel babosa del sapo.

- ¡SOLO AYÚDAME DE UNA VEZ! – volvió a gritar Izuku, ya sintiéndose enojado por la disposición de la diosa, y engañado porque sus expectativas ante su potencial fueran totalmente aplastadas.

- Está bien, te ayudaré. Pero primero, empieza a agregar "-sama" al final de mi nombre. Tal vez esto no sea Japón, pero ya saber que tienes que ser respetuoso conmigo; luego deberás jurarme que te unirás a la orden religiosa de Axis y me rezarás tres veces al día. Y durante el almuerzo, si yo te digo dame, tendrás que darme tu comida...

Aqua continuaba con su larga lista de demandas mientras Izuku se alejaba del monstruo, no dándose cuenta de que ahora éste había centrado su atención en ella. El chico trató de volver a llamar la atención del sapo, o advertirle a Aqua, pero fue demasiado tarde.

Para cuando llegó a distancia apropiada, el sapo ya había mordido a Aqua, y la levantó del suelo para empezar a tragársela.

- ¡DÉJALA! – gritó Izuku saltando hacia el sapo, generando un segundo látigo en su mano no dominante, y usando Manipulación de Plantas lo endureció, para luego apuñalar los ojos de la criatura.

El sapo empezó a sacudirse por el dolor al perder sus ojos, pero se rehusó a soltar al a chica. Izuku continuó enterrando las vides más y más hasta que llegaron al cerebro del sapo, convirtiéndolo en puré y matando a la criatura, logrando liberar a una Aqua ahora cubierta de baba en el proceso.

- Aqua, ¿te encuentras bien? – preguntó Izuku al llegar con ella, retrayendo las vides y enrollándolas alrededor de sus antebrazos. Tuvo que admitir que al combinarlas las habilidades del Druida eran muy útiles, aunque fuesen algo débiles así como estaban.

- ¡Gracias, Izuku-sama! ¡Gracias! – comenzó a decir Aqua entre sollozos, tratando de abrazar a Izuku como si fuese una manta de seguridad. Izuku tuvo que admitir que ser abrazado por una chica tan bonita se habría sentido como un sueño hecho realidad, pero la asquerosa sensación de la baba con la que estaba cubierta, aunado al penetrante olor que emanaba, le hizo desear que ella estuviera a una milla de distancia de él.

- ¡C-cálmate, Aqua! ¡Recuerda tu posición! – dijo Izuku con la esperanza de que ella parara esa muestra de gratitud, logrando hacerlo cuando se separó de él, todavía llorando por su estado tan deplorable. – Eso no salió como planeábamos, ¿por qué no mejor volvemos a la ciudad para que puedas limpiarte? Necesitamos replantear nuestra estrategia, y ver si encontramos algún otro miembro para nuestro grupo. Yo pude acabar con este, no hay forma de saber si tendremos éxito si aparecen más al mismo tiempo.

Izuku estaba tratando de razonar con ella, y en secreto esperando encontrar alguien que fuese más confiable que esta diosa tan mediocre.

- No. – dijo Aqua, temblando como una hoja y apretando sus puños en un adorable despliegue de ira.

- ¿Qué? – Izuku se vio sorprendido de ver este cambio tan repentino en ella.

- ¡No puedo regresar así! ¡Si mis queridos devotos me ven de este modo, perderán su fe, así que no puedo retirarme en derrota! – gritó Aqua repentinamente, y se dio la vuelta para buscar otro sapo, que fácilmente encontró en la distancia.

Izuku observó como la diosa corría hacia su objetivo con el puño listo, comenzando a describir el ataque en lujo de detalles, y se podía ver una enorme cantidad de energía acumulándose en su puño antes de lanzar su ataque.

- ¡PUÑO DIVINO! – gritó Aqua con toda su fuerza, golpeando al sapo en la panza...

... sin hacer nada en absoluto, para sorpresa de Izuku, y su propia gran vergüenza.

- Sabes, ahora que te veo de cerca, creo que los sapos son lindos... – dijo Aqua en una vocecita, casi como si estuviera suplicándole piedad a la criatura, solo para que esta se la engullera completa igual que la última vez.

Mientras Izuku corría para volver a socorrer a la diosa, comenzó a preguntarse dónde estaba su valor, y cuándo llegaría a ver su ayuda divina en acción. Tuvo que admitir que le gustaba sentirse como un usuario de Quirk, pero aún estaba dando pasos pequeños en lo que se sentía que era el gran escenario del mundo.

Solo esperaba que algún aventurero eficiente y habilidoso se uniera a su grupo pronto, así podría enfocarse en subir de nivel y entrenar para ser un héroe.

Esta historia continuará...

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