Ben y Lucifer
En tan solo una hora desde la caída de Belial, el panorama político del Infierno sufrió un cambio sísmico. Los noticieros no dejaban de transmitir las sorprendentes declaraciones de rendición de los Overlords que, hasta hace poco, estaban listos para ir a la guerra contra Ben Tennyson.
Tom Trench, visiblemente agitado, anunciaba: "Damas y caballeros, en un giro de acontecimientos sin precedentes, todos los Overlords que se oponían a Ben Tennyson han emitido declaraciones públicas de sumisión."
Katie Killjoy, con una sonrisa forzada, añadió: "Así es, Tom. Parece que la demostración de poder de Tennyson le ha roto el culo a Belial."
En la pantalla detrás de ellos, se mostraban clips de las declaraciones de los diversos Overlords:
Frederick Von Eldritch, con la cabeza inclinada en señal de derrota: "Reconocemos la supremacía de Ben Tennyson y nos sometemos a su autoridad."
Rosie, con una sonrisa tensa: "Es evidente que el joven Tennyson posee un poder más allá de nuestra comprensión. Sería... imprudente oponerse a él, además uno de mis allegados me ha dado razones para en primer lugar mis declaraciones anteriores fueran incorrectas, le pido mis más sinceras disculpas, nuevo soberano del ogullo"
Incluso Alastor, el Demonio de la Radio, había emitido un comunicado: "Queridos oyentes, parece que tenemos un nuevo actor principal en nuestro pequeño drama infernal. ¡Qué emocionante giro de los acontecimientos!"
Tom continuó: "Pero eso no es todo, queridos espectadores. Según antiguos textos infernales, al derrotar a Belial, Ben Tennyson no solo ha demostrado su poder, sino que por derecho propio se ha convertido en el nuevo soberano del círculo del Orgullo."
Katie asintió solemnemente: "Efectivamente, Tom. Ben Tennyson es ahora, oficialmente, el nuevo pecado capital del Orgullo, el muy hijo de perra."
La noticia se extendió como fuego por todo el Infierno. En las calles, los demonios y pecadores murmuraban con una mezcla de miedo y asombro. Algunos veían esto como el inicio de una nueva era, otros temían que fuera el principio del fin.
En el Hotel Hazbin, mientras Charlie, Vaggie y Lucifer se preparaban para salir, la noticia llegó a sus oídos.
Lucifer se detuvo en seco, su rostro una máscara de incredulidad. "¿El nuevo pecado del Orgullo? Esto... esto es más serio de lo que pensaba."
Charlie miró a su padre, preocupación evidente en sus ojos. "Papá, ¿qué significa esto para el equilibrio del Infierno?"
Lucifer sacudió la cabeza, aún procesando la información. "Significa, mi querida Charlie, que estamos ante un cambio fundamental en mi reino, Ben Tennyson no solo es poderoso, ahora es parte intrínseca de nuestro reino."
Vaggie, con los brazos cruzados, murmuró: "Genial, como si no fuera ya bastante complicado."
"Más razón para hablar con él cuanto antes," dijo Charlie con determinación. "Necesitamos entender sus intenciones ahora más que nunca."
---------
Lucifer y Charlie, en sus formas seráficas, aterrizaron suavemente en los dominios de Ben, con Vaggie aferrada a Charlie, se vieron obligados a ir lo más rápido posible y por eso tomaron dicha decisión.
El imponente hellhound yacia revisando unos documentos mientras veía a los imps construyendo un edificio, sus sentidos agudos detectando la llegada de los recién llegados. Sus ojos se posaron en Lucifer, y por un breve momento, un destello de reconocimiento y antiguo respeto cruzó por sus rostros. Sin embargo, este fue rápidamente reemplazado por una expresión de lealtad inquebrantable hacia su nuevo amo.
Sin dirigirse directamente a los visitantes, Cerbero activó su comunicador. "Señor," habló con voz firme y respetuosa, "tenemos visitantes importantes. Su presencia es requerida inmediatamente."
Lucifer, notando el cambio en la actitud de Cerbero, arqueó una ceja con curiosidad. "Interesante," murmuró para sí mismo, "parece que las lealtades han cambiado más de lo que imaginaba."
Lucifer dio un paso al frente, su presencia emanando una autoridad que contrastaba con la actitud distante de Cerbero. "Supongo que estamos esperando a Ben Tennyson," declaró, más como una afirmación que una pregunta.
Cerbero asintió levemente, pero se mantuvo en silencio, sus ojos fijos en el horizonte, esperando la llegada de su amo.
El aire estaba cargado de tensión y expectativa, el encuentro entre el antiguo gobernante del Infierno y el nuevo pecado del Orgullo estaba a punto de ocurrir, y todos los presentes sabían que lo que sucediera a continuación podría cambiar el curso del Infierno para siempre.
Cerbero, tras recibir la confirmación por el comunicador, hizo un gesto cortés con una de sus cabezas. "Por favor, síganme," dijo, guiando al grupo hacia el interior de la ciudad.
Mientras avanzaban, Lucifer no pudo ocultar su asombro ante el panorama que se desplegaba ante sus ojos. La ciudad era una visión que contrastaba dramáticamente con el resto del Infierno, tanto en su aspecto tecnológico como en su estructura social.
"Esto es... extraordinario," murmuró Lucifer, sus ojos recorriendo las calles ordenadas y limpias.
Lo que más llamó su atención fue la ausencia de pecadores. En su lugar, imps y hellhounds coexistían en una armonía que parecía imposible en el Infierno que él conocía. Observó a grupos trabajando juntos en la construcción de edificios, mientras otros atendían huertos con árboles que recordaban a los de la Tierra.
Intrigado, Lucifer se acercó a un árbol y tomó un fruto que se asemejaba a una manzana. Al morderlo, sus ojos se abrieron con sorpresa. "Fascinante," comentó, "el sabor es agradable, aunque distinto a una manzana de la tierra."
Charlie, observando la reacción de su padre, sonrió suavemente. "Es increíble, ¿verdad? Es como si Ben hubiera creado un pequeño oasis en medio del Infierno." Dijo Lucifer mientras veía los alrededores como un niño pequeño.
Mientras caminaban, pasaron por un centro comercial donde imps hacían sus compras de manera ordenada, y más adelante, vieron a niños imps y hellhounds jugando alegremente en las calles, sus risas llenando el aire.
Lucifer se detuvo, observando la escena con una mezcla de emociones en su rostro. Por primera vez en siglos, una lágrima se deslizó por su mejilla. "Esto," dijo con voz quebrada, "esto es lo que yo quería crear. Un lugar de libre albedrío, pero con cariño y felicidad."
Vaggie, notando la emoción de Lucifer, comentó en voz baja a Charlie: "Nunca pensé que vería al Rey del Infierno así."
Charlie asintió, tomando la mano de su padre. "Papá, ¿estás bien?"
Lucifer se giró hacia su hija, una sonrisa triste en su rostro. "Charlie, creo que, por primera vez en milenios, estoy dudando. Dudando de mi propia falta de fe en el Infierno y sus habitantes."
Cerbero, que había estado observando silenciosamente, habló: "Mi señor Ben cree en el potencial de todos los seres, incluso aquellos condenados al Infierno. Él ve posibilidades donde otros ven solo corrupción y desolación."
Lucifer asintió lentamente, procesando todo lo que veía y oía. "Quizás," dijo finalmente, "quizás sea hora de que yo también vuelva a creer."
Mientras continuaban su camino hacia el encuentro con Ben, el grupo avanzaba en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos sobre el futuro del Infierno y el impacto que Ben Tennyson estaba teniendo en él.
Mientras el grupo llegaba al edificio que Cerbero identificó como la alcaldía, se encontraron con una escena de intensa actividad. Imps y hellhounds se movían frenéticamente, manejando papeleo y tareas administrativas con una eficiencia sorprendente.
En el centro de todo esto estaba Ben, despidiéndose de una hellhound de pelaje café. "Confío en que harás un excelente trabajo como la primera alcalde del distrito," le decía Ben con una sonrisa confiada.
La mujer hellhound asintió con determinación. "No lo decepcionaré, señor," respondió, antes de girarse hacia los empleados y gritar: "¡Vamos, gente! ¡Necesitamos acelerar este trabajo!"
Ben se volvió entonces hacia los recién llegados, su mirada recorriendo el grupo. Sonrió al ver a Charlie y Vaggie, pero su expresión se tornó curiosa al notar a Lucifer.
"Charlie, Vaggie, bienvenidas de nuevo," saludó Ben cordialmente. Luego, dirigiendo su atención al desconocido, preguntó: "Y, ¿quién es nuestro nuevo invitado?"
Lucifer dio un paso al frente, su presencia emanando una autoridad que contrastaba con su expresión de asombro contenido. "Soy Lucifer Magne," se presentó, su voz mezclando respeto y cautela. "Rey del Infierno."
Ben arqueó una ceja, reconociendo la importancia del momento. "Es un honor conocerlo, señor Magne," respondió, extendiendo su mano en un gesto de saludo. "He oído mucho sobre usted, aunque debo admitir que no esperaba esta visita."
Charlie, notando la tensión en el aire, intervino: "Ben, mi padre quería conocerte personalmente después de... bueno, después de todo lo que ha pasado."
Ben asintió comprensivamente. "Por supuesto. Creo que tenemos mucho de qué hablar." Haciendo un gesto hacia una puerta cercana, añadió: "¿Por qué no pasamos a mi oficina? Estaremos más cómodos allí."
Mientras el grupo se dirigía hacia la oficina de Ben, Lucifer no pudo evitar comentar: "Debo decir, joven Tennyson, que estoy impresionado con lo que has logrado aquí. Es... bastante diferente de lo que esperaba."
Ben sonrió, una mezcla de orgullo y humildad en su expresión. "Gracias, señor Magne. Aún queda mucho por hacer, pero creo que vamos por buen camino."
Al entrar en la oficina, todos podían sentir que estaban a punto de tener una conversación que podría cambiar el curso del Infierno para siempre.
Ben se acomodó en su silla, observando a los presentes en la oficina. A su izquierda, Velvette permanecía de pie, su postura rígida y su mirada fija en el suelo. El collar en su cuello brillaba tenuemente, un recordatorio constante de su nueva posición. A la derecha de Ben, Cerbero se mantenía alerta, sus tres pares de ojos escaneando la habitación con vigilancia.
"Bien, señor Magne," comenzó Ben, inclinándose hacia adelante con los codos apoyados en el escritorio. "¿Qué desea saber exactamente?"
La sonrisa juguetona de Lucifer se desvaneció, reemplazada por una expresión de absoluta seriedad. Sus ojos, normalmente chispeantes ahora brillaban con una intensidad que hablaba de milenios de sabiduría y poder. "Todo lo que puedas decirme, joven Tennyson," respondió, su voz cargada de autoridad. "Tu llegada ha sacudido los cimientos mismos del Infierno. Necesito entender quién eres realmente y cuáles son tus intenciones."
Ben se reclinó en su silla, sus dedos tamborileando pensativamente sobre el reposabrazos. Por un momento, sus ojos se desviaron hacia el Omnitrix, y una idea cruzó por su mente. Recordó su transformación en Ember Wolfer y las capacidades de escaneo que tenia el omintrix, su curiosidad como siempre pudo más con él.
Con una sonrisa astuta, Ben se inclinó hacia adelante nuevamente. "Le propongo un trato, señor Magne," dijo, su voz mezclando confianza y cautela. "Le daré el 90% de la información sobre mí mismo, pero a cambio, me gustaría escanearle con un dispositivo. Es inofensivo, se lo aseguro."
Lucifer arqueó una ceja, su expresión una mezcla de curiosidad y sospecha. "¿Escanearme?" repitió, su voz cargada de intriga. "Interesante propuesta, joven Tennyson. ¿Y qué exactamente esperas obtener de este escaneo?"
Ben mantuvo su compostura, consciente de la importancia de este momento. "curiosidad simplemente pura curiosidad."
Lucifer guardó silencio por un momento, sus ojos estudiando a Ben con una intensidad que parecía penetrar hasta el alma. Finalmente, una sonrisa enigmática se dibujó en sus labios. "Muy bien, joven Tennyson. Acepto tu propuesta. Parece un intercambio justo... y admito quiero ver que harás."
Charlie y Vaggie intercambiaron miradas de sorpresa, mientras Velvette y Cerbero permanecían imperturbables, aunque atentos a cada palabra.
Ben asintió, satisfecho. "Excelente. Entonces, ¿por dónde le gustaría que empezara?
Ben respiró hondo, organizando sus pensamientos antes de comenzar su relato. Su mirada se encontró con la de Lucifer, quien lo observaba con una mezcla de curiosidad y cautela.
"Bien, señor Magne," comenzó Ben, su voz firme pero respetuosa. "La verdad es que soy de un universo paralelo a este. Fui traído aquí por medios que aún desconozco, y me encontré en un mundo radicalmente diferente al mío."
Lucifer arqueó una ceja, intrigado. "¿Un universo paralelo?"
Ben asintió. "Exacto. En mi realidad, la vida después de la muerte es un misterio, no una certeza como aquí."
Continuó explicando sobre el Omnitrix, describiéndolo como un dispositivo de tecnología alienígena avanzada. "Me permite transformarme en diferentes especies alienígenas, cada una con sus propias habilidades únicas. Es... poderoso, por decir lo menos."
Luego, Ben pasó a narrar su llegada al distrito de los hellhounds. "Me encontré en medio de un conflicto. Unos imps estaban causando problemas, y decidí intervenir. Después de eso, bueno, las cosas se desarrollaron rápidamente."
Describió cómo ayudó a mejorar las condiciones de vida en el distrito, su alianza con Cerbero, y cómo juntos derrotaron a Vox y Valentino. "No busqué el poder, pero cuando vi la oportunidad de hacer un cambio positivo, no pude ignorarla."
Finalmente, llegó a la parte más reciente de su historia. "Declaré la guerra a los Overlords, excepto a Zestial y Carmilla. Y sí, enfrenté a Belial." Ben hizo una pausa, consciente del peso de sus siguientes palabras. "Lo derroté usando una de mis transformaciones más poderosas y rodo eso, porque, aunque suene un poco prepotente, antes que Humano, antes que Ben Tenyson, yo soy un heroe."
Lucifer escuchaba con atención, su expresión indescifrable. Cuando Ben terminó, el Rey del Infierno se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con una mezcla de emociones.
"Fascinante, joven Tennyson," dijo Lucifer, su voz mezclando asombro y precaución. "Has logrado más en poco tiempo de lo que muchos han intentado en milenios, algo que sin duda no pone en duda que en efecto eres todo un héroe, pero dime, ¿cuáles son tus verdaderas intenciones para el Infierno?"
Ben sostuvo la mirada de Lucifer, su determinación evidente. "Quiero mejorarlo, señor Magne, no destruirlo, no conquistarlo por egoísmo, sino transformarlo en un lugar donde incluso las almas condenadas y habitantes del infierno puedan tener una oportunidad de redención y una vida digna, no estoy seguro si tendré que pasar el resto de mi vida aquí, pero de ser así, preferiría vivir en un lugar cómodo, tanto para mi, como para mis aliados y amigos."
Charlie, que había estado escuchando en silencio, no pudo contener una sonrisa esperanzada ante estas palabras.
Lucifer asintió lentamente, procesando toda la información. "Muy bien, Ben Tennyson. Has cumplido tu parte del trato. Ahora, ¿procederemos con ese escaneo que mencionaste, has roído mi curiosidad?"
Ben activó el Omnitrix, dirigiendo el dispositivo hacia Lucifer. Un haz de luz verde escaneó al Rey del Infierno de pies a cabeza. Tras unos momentos, una voz mecánica surgió del reloj:
"ADN complejo detectado, el análisis requiere tiempo adicional. ¿Desea continuar el proceso en segundo plano?"
"Sí, continúa," respondió Ben, bajando su muñeca, se giró hacia Lucifer, quien observaba el proceso con una mezcla de fascinación y cautela.
"Señor Magne, he descubierto algo intrigante, al ver que el omintrix acepto su ADN," comenzó Ben. "Por alguna razón, el Omnitrix reconoce a los habitantes nativos del Infierno como especies alienígenas, el omintrix tiene la capacidad de analizar el ADN de otras especies y aunque le parezca raro este objeto no es un arma, es algo así como el arca de Noe universal."
Para demostrar su punto, Ben giró el dial del Omnitrix y, en un destello de luz verde, se transformó en Emberwolfer . Su forma canina, musculosa y de pelaje gris y llamas verdes, llenó la habitación con su presencia imponente.
"Como puede ver," continuó Ben con su voz más grave y resonante, "puedo transformarme en un hellhound, porqué escanee a mi compañero cerbero previamente, el dispositivo no reconoce a los pecadores, parece que solo puede analizar especies nativas del Infierno, pero las almas y pecadores al no poseer ADN por ser seres espirituales, no pueden ser analizados, lo comprove cuando anteriormene intente escanear a mi secretaria, Velvete chasqueo la lengua"
Lucifer escuchó atentamente, una sonrisa divertida formándose en sus labios. Cuando Ben terminó, el Rey del Infierno estalló en una carcajada resonante.
"¡Oh, la ironía!" exclamó Lucifer entre risas. "Milenios de existencia y nunca había considerado nuestra naturaleza desde esa perspectiva. ¡Aliens! ¡Qué fascinante! Y poniéndome a pensar un poco es una posibilidad bastante plausible, investigare un poco al respecto, honestamente me has mostrado un gran punto si lo que me diez es cierto"
Cuando su risa se calmó, Lucifer se volvió hacia Charlie, su expresión tornándose más seria. "Hija mía, he conseguido una audiencia con los ángeles dentro de una semana. Esta vez, en el mismo Cielo, para revisar el caso de los exterminios, de una forma más seria, hasta yo me sentí insultado cuando me dijiste que mandaron a Adan y que ni siquiera fue de forma prescencial"
Charlie jadeó sorprendida, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. "¿En el Cielo? Papá, eso es... increíble."
Lucifer asintió, luego dirigió su mirada hacia Ben, quien había vuelto a su forma humana. "Joven Tennyson, me gustaría pedirte que acompañes a Charlie en esta visita, creo que tu perspectiva única podría ser invaluable, y esto te dará una nueva visión de nuestro universo."
Ben parpadeó sorprendido, pero rápidamente recuperó la compostura. "Sería un honor, señor Magne. Aunque debo admitir que la idea de visitar el Cielo es... bueno, bastante abrumadora."
"Excelente," dijo Lucifer, una sonrisa enigmática jugando en sus labios. "Prepárense bien. Esta visita podría cambiar el curso de nuestro reino... y quizás, del tuyo también, Ben Tennyson."
El aire en la oficina se llenó de una mezcla de expectación y tensión. La próxima semana prometía ser un punto de inflexión en la historia del Infierno, y todos los presentes sabían que estaban a punto de embarcarse en un viaje que podría redefinir la realidad misma.
Tras la salida de Lucifer, la atmósfera en la habitación pareció relajarse visiblemente. Charlie, con una sonrisa entusiasta, se inclinó hacia adelante en su silla.
"Ben, ¡es increíble lo que has logrado aquí!" exclamó, sus ojos brillando con genuina admiración. "La última vez que estuve aquí fue hace solo tres semanas, pero los cambios son asombrosos. ¿Cómo lo has conseguido tan rápido?"
Ben se frotó la nuca, una mezcla de orgullo y modestia en su expresión. "Bueno, tener acceso a diferentes formas alienígenas ayuda bastante," respondió con una sonrisa. "Pero realmente, gran parte del mérito es de los propios habitantes. Solo necesitaban una oportunidad y un poco de dirección."
Luego, girando la conversación, Ben preguntó: "Y tú, Charlie, ¿cómo va tu programa de redención? Me interesa mucho saber de tus progresos."
El rostro de Charlie se iluminó aún más. "¡Oh, ha habido avances muy prometedores! Sir Pentious, por ejemplo, ha mostrado una mejora significativa en su comportamiento. Y Angel Dust..." Hizo una pausa, su sonrisa volviéndose más suave. "Ha progresado muchísimo. De hecho, me pidió que te transmitiera su agradecimiento por acabar con Valentino."
Ben palideció visiblemente, sus ojos abriéndose de par en par. "Oh, um... en realidad, fue Cerbero quien se encargó de Valentino," tartamudeó, lanzando una mirada nerviosa hacia su leal compañero.
Cerbero, por su parte, mantuvo su expresión estoica, aunque internamente estaba rogando que no se profundizara en ese tema. 'Por favor, no me arrojes esa bomba,' pensó cerbero nervioso.
Charlie, notando la repentina incomodidad, decidió no insistir en el tema. "Oh, entiendo. Bueno, de todas formas, el hotel está progresando. Aunque, debo admitir, tu enfoque me ha hecho reflexionar sobre nuestros métodos."
"¿En qué sentido?" preguntó Ben, agradecido por el cambio de tema.
"Bueno," comenzó Charlie, juntando sus manos sobre su regazo, "tu forma de mejorar las condiciones de vida aquí, de dar oportunidades... me hace pensar que quizás la redención no solo se trata de cambiar a los individuos, sino también su entorno."
Ben asintió, pensativo. "Quizás podríamos colaborar más estrechamente en el futuro," sugirió. "Combinar nuestros enfoques podría llevar a resultados aún mejores."
La conversación continuó, con Charlie y Ben intercambiando ideas y experiencias, mientras Cerbero y Vaggie observaban en silencio, cada uno reflexionando sobre los rápidos cambios que estaban ocurriendo en el Infierno y lo que podría deparar el futuro
Ben se pasó la mano por el pelo, su mente trabajando a toda velocidad mientras consideraba los desafíos que se avecinaban. "Charlie," comenzó, girándose hacia la princesa del Infierno, "¿alguna vez has estado en el Cielo antes?"
Charlie negó con la cabeza, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. "Nunca. Esta será la primera vez para mí también ¿Crees que deberíamos llevar algún tipo de... ofrenda? ¿O es eso demasiado pagano para los ángeles?" Soltó una risita nerviosa.
Ben no pudo evitar sonreír ante su entusiasmo. "No estoy seguro de qué es apropiado en este caso. Quizás deberíamos centrarnos en la diplomacia. Tú tienes experiencia tratando con demonios de alto rango, y yo he lidiado con grandes amenazas, Entre los dos, seguro que podemos manejar esto."
Charlie asintió vigorosamente, acercándose más a Ben. "¡Tienes razón! Podríamos practicar algunos escenarios. Oh, ¡esto es tan emocionante! Nunca pensé que tendría la oportunidad de visitar el Cielo y potencialmente cambiar las cosas para el Infierno."
Mientras Charlie y Ben continuaban su animada discusión, Vaggie los observaba desde un rincón de la habitación, sus ojos entrecerrados y sus brazos cruzados sobre su pecho. No podía evitar sentir una punzada de celos al ver la facilidad con la que Ben y Charlie interactuaban.
'Se están llevando demasiado bien,' pensó Vaggie, su ceño frunciéndose ligeramente. Sabía que no tenía motivos reales para desconfiar de Ben o dudar de Charlie, pero algo en la forma en que se miraban, en cómo sus ideas parecían complementarse perfectamente, le molestaba.
"Hey, Vaggie," la voz de Ben la sacó de sus pensamientos. "¿Tienes alguna idea sobre cómo deberíamos prepararnos para esta visita?"
Vaggie parpadeó, sorprendida por ser incluida tan repentinamente. "Yo... bueno, creo que deberían ser cautelosos," respondió, su voz mezclando preocupación y un toque de irritación. "No sabemos cómo reaccionarán los ángeles ante... bueno, ante ti, Ben. Y Charlie, necesitas tener cuidado de no parecer demasiado... intensa."
Charlie se acercó a Vaggie, tomando su mano con cariño. "Gracias por preocuparte, cariño. Tienes razón, debemos ser cuidadosos. ¿Te gustaría ayudarnos a planear esto?"
La sonrisa sincera de Charlie derritió un poco la frialdad de Vaggie. "Por supuesto," respondió, su expresión suavizándose. "Alguien tiene que mantenerlos a los dos con los pies en la tierra... o en las nubes, supongo, en este caso."
Ben observó el intercambio con una mezcla de comprensión y un toque de culpabilidad. Se dio cuenta de que necesitaba ser más consciente de cómo sus acciones podían ser percibidas por otros, especialmente por alguien tan protector como Vaggie.
"Apreciaría mucho tu punto, Vaggie," dijo Ben con sinceridad. "Tus instintos protectores podrían ser cruciales para mantener a Charlie a salvo en territorio desconocido."
Vaggie asintió lentamente, sintiendo que tal vez había juzgado a Ben demasiado duramente. Mientras los tres comenzaban a discutir los detalles de la próxima visita, Vaggie se encontró relajándose gradualmente, permitiéndose participar más abiertamente en la conversación. Quizás, pensó, esta extraña amistad que se estaba formando no era algo que temer, sino algo que podría beneficiar a todos ellos en el largo plazo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top