Cap. 22: Bienvenidos a la Tierra
Bellwood, Nueva York
Cuartel General de los Plomeros
Ben: ¡Kara!
Nos ubicamos donde nos quedamos en el capitulo anterior. El visitante misterioso había despertado y tomado fuertemente del cuello a Kara Zor-El/Supergirl, todo a la vista de Ben Tennyson/Ben 10. Luego, la arrojó contra el héroe y ambos se estrellaron contra un muro.
El visitante se desconectó los cables que monitoreaban su estado y salió con el torso desnudo de la sala médica de la base. Allí, se encontró con varios Plomeros que intentaban arrinconarlo. Sin embargo, mientras huía, se movió a súper velocidad y empujó a un Plomero contra una pared; y luego arrojó a otro al suelo sin problemas.
El visitante se sorprendió por las habilidades que tenía, pero no pudo admirarlas mucho porque más Plomeros se acercaban. Uno que estuvo frente a él intentó golpearlo con una picana, pero fue retenido de los brazos y el visitante logró romper el arma sin problemas. Luego, arrojó al Plomero un piso más abajo y él saltó detrás suyo.
Rook: ¡Alto! – gritó apuntando su Proto-Arma, junto a un grupo de Plomeros.
Sin embargo, el visitante logró encontrar la salida de los cuarteles y se escapó corriendo por las calles de la ciudad, para consternación del Revonnahgander.
Pasados unos minutos, todos los Plomeros golpeados y malheridos recibieron tratamiento médico mientras se organizaban para buscar a su prófugo desconocido.
Max: Elegí el momento equivocado para deshacerme de la kryptonita – dijo serio.
Ben: Mi culpa – dijo levantando la mano.
Max: ¿Están bien?
Supergirl: Sí, estoy bien, sólo algo agitada.
Ben: Habla por ti, de verdad que eres de acero – dijo adolorido moviendo su hombro – ¿Dónde está?
Rook: Desapareció en la ciudad.
Max: Justo lo que no necesito – luego los cuatro comenzaron a moverse – Un loco de Kryptón suelto durante la visita de la presidenta.
Supergirl: Espera, ¿la presidenta vendrá aquí? – dijo incrédula.
Rook: Es correcto. Quiere visitar los cuarteles de los Plomeros mientras está en Nueva York para firmar la ley de Amnistía Alienígena.
Supergirl: Es increíble, una ley nacional que permita a alienígenas en la Tierra salir de las sombras y vivir como ciudadanos – decía emocionada – Pasará a la historia.
Max: No para mí, creo que comete un enorme error.
Supergirl: ¿Cómo puede decir eso? – preguntó extrañada.
Max: Porque en mi experiencia, los humanos y los alienígenas no conviven. Si así lo fuera, Pueblo Bajo no existiría.
Supergirl: ¿Y qué hay de mí?
Max: ¿Qué pasa con eso? – dijo volteando a verla, y deteniéndose los cuatro – Te ves como ellos y encajas, otros alienígenas no pueden. Las personas de este mundo no toleran a otras que se vean diferentes.
Ben: Tiene razón. Por cada alienígena bueno que conocí, aparecieron cinco a los que me enfrenté – dijo marcando el número con su mano.
Supergirl: Me alegra que la presidenta no vea las cosas como ustedes.
Rook: Debería decírselo cuando la vea.
Supergirl: ¿Qué? – dijo en una mezcla de confusión e incredulidad.
Ben: La presidenta espera que la alienígena más conocida de la ciudad esté junto a ella en su discurso – dijo bromista.
Supergirl: ¿Y-Yo veré a la presidenta? – ahora ella estaba nerviosa.
Ben: A menos que estés nerviosa y no puedas – dijo viendo su estado.
Supergirl: ¿Nerviosa? No – decía riendo nerviosa – ¿Yo? No, no estoy nerviosa, no. ¿Nerviosa? Sí, sí, sí, estoy nerviosa, estoy nerviosa, ¡es la presidenta! – dijo sin contener su estado emocional.
Max: Tú representarás a toda la organización, y espero que seas profesional – dijo serio.
Supergirl: Sí – dijo firme.
Max: Que quede claro: ella tiene suerte de conocerte – dijo para calmarla un poco.
Supergirl: Gracias. ¿Debería peinarme? – preguntó tocándose el cabello.
Max: Ay, por Dios santo – dijo algo fastidiado, para después retirarse.
Supergirl: ¿Qué? – le preguntó a Ben, quien negaba con la cabeza.
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Manhattan
CatCo Worldwide Media
Por otra parte, Kara fue a su trabajo porque James Olsen había organizado su primera reunión editorial como cabeza de CatCo. En su nueva oficina estaban reunidos muchos periodistas de diferentes ámbitos, y entre ellos estaban la kryptoniana y Ron Troupe.
J. Olsen: Bienvenidos. Es una reunión editorial que pasará a la historia – decía frente a todos los presentes – Tengo fe en que algún día estaremos frente a nuestros hijos y les diremos dónde estábamos cuando la presidencia defendió a todos y sus derechos individuales, sin importar su planeta – Kara sonrió con esto – Ahora, falta un encabezado. ¿Alguno?
Ron: ¿Sólo escupiremos encabezados? – preguntó con sarcasmo.
J. Olsen: Eso es lo que suele hacerse, Ron – dijo risueño, como si fuera obvio.
Ron: No se idea un encabezado primero, Olsen – decía serio – Se va a las calles y se busca una noticia, el encabezado viene luego.
J. Olsen: Bueno, Cat Grant...
Ron: La princesa malcriada así lo hacía, ponía la carreta sin el caballo. Lo dijiste – luego se acercó un poco a él – ¿Quieres ser una copia exacta de tu ex jefa, o prefieres ser mejor y dejar tu marca? – hubo unos segundos de silencio, donde Kara estaba expectante por la reacción de su amigo y jefe.
J. Olsen: De acuerdo, dejemos el encabezado para luego – dijo calmado – Nuestra prioridad es conseguir una exclusiva con la presidenta. Todo lo que no sea eso, es secundario...
Ron: Todo lo demás será insignificante – lo interrumpió – Scope, ve qué opina la Federación Laboral de la nueva ley – le dijo a un periodista hombre de cabello negro – ¿Los sindicatos creen que los alienígenas acapararán los empleos con menor paga? ¿Cómo se sienten los trabajadores sobre competir por trabajos con extraterrestres?
J. Olsen: Bien, y luego hay que...
Ron: Addison, al Control de Plagas – le dijo a otro hombre afroamericano y calvo, ignorando al pelirrojo – ¿Qué bacterias y virus traerán los alienígenas de otros planetas? ¿Qué protocolos médicos se han planeado? Morris, darás el toque humano – señaló a una mujer castaña – Matrimonio interplanetario: saca citas de pastores, rabinos, mormones y unitarianos. Y la entrevista a la presidenta...
J. Olsen: Danvers la hará – lo interrumpió.
Ron: Danvers es una novata, necesitamos a alguien atrevido.
J. Olsen: Créame, ella es atrevida – dijo serio.
Kara: En verdad, soy atrevida como nadie lo imagina – dijo confiada – Además, es muy posible que vea a la presidenta hoy, así que...
Ron: Parker, hazte cargo – le dijo a un hombre castaño – Danvers, tú irás con Lena Luthor – dijo mirando a la rubia – Su hermano es famoso por sus ideas anti-alienígenas, necesito tu copia en la tarde; y si quieres seguir dónde estás, deberá ser grandioso – luego él se fue, junto con los demás periodistas, dejando solos a Kara y James.
Kara: Lo siento, tengo que irme – dijo luego de soltar un suspiro – Supergirl verá a la presidenta, no es importante – dijo irónica, para después irse de la oficina del fotógrafo.
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Queens
Aeropuerto Internacional John F. Kennedy
Habiéndose vestido con su traje de heroína, la Chica de Acero fue volando hasta el aeropuerto principal de la ciudad. Allí, ya estaba el Air Force One parado, junto con una pequeña multitud vitoreando por la salida de la presidenta. Kara aterrizó al lado de una niña que sostenía un cartel.
Supergirl: Es increíble, ¿no? – le dijo emocionada a la niña.
– ¿La conoces? – preguntó la misma sorprendida.
Supergirl: No, no, aún no, pero... seguramente será genial, ¿no? – decía nerviosa – ¿Cierto?
En ese momento, dos agentes del servicio secreto salieron para escoltar a la presidenta en su salida del avión, ante el aplauso y ovación de todos los presentes. La mujer era alta, de cabello negro, ojos marrones, de edad algo avanzada, y daba un aire a guerrera Amazona.
Pero repentinamente, mientras ella bajaba las escaleras junto al avión, un láser anaranjado impactó sobre uno de los del servicio secreto; haciendo que este caiga por las escaleras envuelto en llamas.
Supergirl: ¡Corre! – le dijo a la niña, mientras ella y el resto del público salía corriendo del lugar.
Después, la kryptoniana levantó vuelo para ver de dónde provenían los ataques, mientras una bola de fuego impactaba sobre otro agente del servicio secreto. Kara no podía ver bien de dónde atacaban, y no pudo esquivar una bola de fuego dirigida a ella que la hizo estrellarse contra la torre de control del aeropuerto.
No obstante, el ataque apenas y le hizo algo, ya que Kara salió volando y esquivaba otras bolas de fuego que el atacante disparaba. Una de estas bolas impactó sobre el último hombre del servicio secretó que escoltaba a la presidenta hacia su coche oficial.
Supergirl: ¡Cuidado!
Kara voló rápidamente con la presidenta al ver que otra bola de fuego iba dirigida a ella. La Chica de Acero logró llegar antes, y cubrió con su cuerpo y capa a la mujer, logrando salvarla. Para cuando se dio vuelta, Kara no pudo ver a nadie que hubiera atacado.
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Minutos más tarde, los Plomeros vestidos como agentes federales estaban en la escena de la pelea. Ben fue junto a Kara mientras Rook estaba junto a unos Plomeros forenses haciéndose pasar por humano.
Ben: ¿Dónde está la presidenta?
Supergirl: La llevarán a los cuarteles – dijo mientras ambos caminaban – Ella e-es tan agradable, y-y es agradecida, y me dijo Supergirl – dijo emocionada.
Ben: Pero... ese es tu nombre – dijo extrañado.
Supergirl: Pues sí, lo sé; pero cuando ella lo dice, suena sólo mejor. Supergirl – dijo imitando el tono de la mandataria – ¿Cómo es que alguien pudo votar por el otro?
Ben: Mejor dejemos esta charla sobre tu nueva mejor amiga para otro momento – dijo cuando se acercaron al Revonnahgander – Hola, Rook, ¿qué tienes?
Rook: El patrón de quemaduras es consistente con la visión de calor kryptoniana – dijo luego de ver uno de los impactos del mencionado ataque.
Supergirl: Nuestro fugitivo de Kryptón escapó hace seis horas, ¿y lo primero que hace es querer asesinar a la presidenta? – dijo un tanto confundida.
Rook: Winn lo está localizando. Mientras tanto, hay que recolectar la evidencia que haya dejado – luego le llamó la atención una mujer revisando el lugar – Ya regreso – luego se acercó a ella – Lo lamento, señorita, pero es nuestra escena del crimen.
– ¿Por qué todos los federales suenan igual? – preguntó irónica la mujer, la cual era morena, cabello castaño largo, y vestía como una motociclista (chaqueta de cuero y jeans) – ¿Todos ven las mismas películas juntos en Quantico?
Rook: ¿Quién es usted?
– La detective Maggie Sawyer, policía local, división de ciencia. Me encargo de todos los casos que involucren alienígenas y cosas que den miedo – luego le enseñó su placa – Te enseño la mía, y tú la tuya.
Rook: Omar Zidan, Servicio secreto – dijo mostrándole una placa falsa – Sus intenciones serán buenas, detective, pero es una escena de crimen federal. Está contaminando la evidencia.
Maggie: ¿Estoy contaminándola? – dijo incrédula – Tu lacayo de ahí empaca trazos de alfombra y de la limusina en la misma bolsa – señaló a un Plomero detrás de él – Creí que los de servicio secreto ponían atención en los detalles.
Rook: Nuestra tecnología haría ver a su laboratorio de policías como un juego de infantes – dijo algo ofendido.
Maggie: Y los bobos policías nunca deducirían que quien perpetró el ataque fue un kryptoniano, un Pyronite, o un Inferniano – Rook quedó algo impresionado por eso – Los tres tienen visión de calor.
Rook: Gracias, ahora nos encargaremos – dijo intentando disimular su asombro.
Maggie: El aeropuerto está en mi jurisdicción.
Rook: Su jurisdicción termina donde yo la permita – dijo serio, pero Maggie sólo sonrió.
Maggie: Te veo luego, Zidan – dijo para después marcharse, y Rook después se acercó al Plomero que señaló la morena.
Rook: Por favor, empaca la evidencia como corresponde – dijo serio y algo molesto, para confusión y vergüenza del Plomero.
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Bellwood
Cuartel General de los Plomeros
Max: Bienvenida a los cuarteles de los Plomeros, señora presidenta.
Unos momentos después, Ben, Kara y Rook fueron hasta la base para estar presentes durante la visita de la presidenta. Ellos tres, junto a Max, acompañaban el pequeño recorrido que hacían con ella.
– Me sorprende que usted, con la larga experiencia y trayectoria que tiene, no le agrade mi propuesta – dijo tranquila pero algo confundida, mientras caminaban.
Max: Hay algunos alienígenas que prefieren verse como humanos, incomodan menos a las personas.
– Espero que mi ley de Amnistía Alienígena cambie eso, para usted y todos los demás de otra galaxia que llaman a la Tierra su hogar – dijo optimista – Sé que la misión de los Plomeros es cazar a alienígenas renegados, pero esa misión tendrá que adaptarse – dijo caminando en medio de un "pasillo" hecho por Plomeros – ¿No está de acuerdo, magistrado?
Max: No lo estoy, presidenta – decía preocupado – Existen alienígenas asesinos que no entenderán el concepto de los derechos que les está ofreciendo, criaturas malvadas que se aprovecharán de su buena fe.
– Bueno, alguien debe darles el beneficio de la duda – dijo mientras se detenían en la entrada – No se me ocurre mejor momento que el presente para extender una mano amiga.
Max: Aunque es posible que la muerdan.
– Hay que tener esperanzas.
Max: ¿Y si son falsas?
– La esperanza, Max, nunca es algo falso – dijo confiada, para después retirarse.
Supergirl: ¿Escucharon eso? – dijo susurrando – Eso fue una cita oficial, muchos van a citarla – dijo emocionada – De acuerdo, me tengo que ir, haré mi primera entrevista como reportera – dijo orgullosa – Sólo llámenme si dice otra cosa genial, ¿sí? – luego se retiró aún emocionada.
Ben: ¿Tú qué crees, abuelo?
Max: Que la esperanza no ayudará a atrapar al asesino – dijo serio.
Ben: Coincido. Iré a ver si Winn tuvo suerte – luego fue junto al informático, dejando a Max y Rook solos.
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L-Corp
Por otra parte, Kara fue hasta la compañía perteneciente a Lena Luthor para cumplir con el trabajo que Ron le asignó. La pelinegra ya la estaba esperando en su oficina.
Kara: Señorita Luthor – dijo entrando en la misma.
Lena: Dime Lena – dijo saludándola con la mano – Un gusto verla, señorita Danvers.
Kara: Bueno, si voy a llamarte Lena...
Lena: Te diré Kara – terminó su frase – Si tienes boleto de estacionamiento, puedo ayudarte.
Kara: No, no, no, descuida, volé aquí – luego abrió los ojos – E-En el autobús – se corrigió nerviosa.
Lena: Bueno, me alegra ver que te decidiste por el periodismo – luego le indicó que se sentara – Adelante, aunque si viniste el mismo día que la presidenta vino a firmar aquí su ley de Amnistía, entonces...
Kara: Debí venir a preguntarle a la hermana menor del enemigo de los alienígenas lo que tiene que decir sobre esa ley – terminó su frase mientras sacaba su libreta.
Lena: Quiero mostrarte algo.
La pelinegra se levantó de su escritorio y fue hasta una caja metálica que se abría con su huella dactilar. Luego, sacó un dispositivo que se asemejaba mucho a un mouse en apariencia.
Kara: ¿Qué es?
Lena: Un artefacto que detecta alienígenas, que le dirá a los humanos quien a su alrededor no es en realidad uno de ellos – Kara hizo un gesto incómodo mientras Lena volvía a su escritorio – Aún no sale al mercado, seguimos desarrollando el prototipo; pero queremos que haya un dispositivo en cada tienda de cada ciudad de todo el país – la rubia hizo anotaciones de eso.
Kara: ¿Cómo funciona?
Lena: La piel es analizada – Kara anotó eso – Bien, déjame mostrarte cómo sería una respuesta negativa – puso su pulgar en un sensor y este brilló verde – ¿Lo ves? – Kara asintió – Genial, ahora tú – Kara se puso muy nerviosa ante esto.
Kara: ¿Pero no crees que ese... artefacto atenta en contra de todo lo que este país se supone que defiende? – preguntó para evadir la prueba.
Lena: ¿Cómo?
Kara: Pues... libertad, en contra de las persecuciones y las opresiones. El país siempre ha estado lleno de inmigrantes.
Lena: Y siempre ha sido un país de humanos – dijo como si fuera obvio.
Kara: Eso no... ¿no crees tú que este artefacto podría forzar a los alienígenas a volver a ocultarse, lo contrario a lo que se intenta lograr?
Lena: Si los alienígenas quieren ser ciudadanos, será su derecho. Pero si los humanos quieren saber cuáles de sus conciudadanos no es uno de ellos también es su derecho – Kara quedó pensativa – Soy una mujer de negocios y L-Corp es una empresa que busca beneficios, y este artefacto nos dará una fortuna. Y a diferencia de mi hermano, yo lo haré por el bien del mundo – sin que se diera cuenta, Kara usó su visión de calor en el aparato – Entonces... – le volvió a ofrecer el aparato.
Kara: Claro – luego se acercó con algo de miedo – Aquí voy – puso su pulgar, y el aparato brilló verde.
Lena: ¿Lo ves? – dijo mientras Kara soltaba un gran suspiro – Funciona a la perfección.
Kara: Sí – dijo mientras seguía suspirando.
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Cuartel General de los Plomeros
Winn: Escuchen, hallé al kryptoniano desaparecido.
En la base, el informático logró localizar en su computadora al visitante misterioso después de un tiempo. Ben se acercó rápidamente.
Ben: ¿Dónde?
Winn: En un almacén abandonado en el distrito de artes – dijo marcando el lugar – Me tomó un tiempo, pero logré que el localizador en el brazalete médico de la base se reconectará y triangulé la localización hasta donde... ya no estás – volteó a ver al castaño pero este ya se había ido.
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En el lugar indicado por Winn, Ben y Rook fueron con un grupo armado de Plomeros y comenzaron a revisar cuidadosamente cada rincón el almacén. El héroe y el Revonnahgander iban al frente, y lograron ver una figura agachada contra un muro.
Ben: ¿Te rendirás por las buenas o por las malas, amigo? – la figura levantó las manos mientras se ponía de pie, revelando ser Maggie Sawyer – ¿O amiga? – dijo confundido.
Maggie: Extrañas armas para los federales – dijo reconociendo a Rook.
Rook: Revisen el almacén – les dijo a los demás.
Maggie: Es inútil, tu chico se fue.
Rook: ¿Cómo llegaste aquí?
Maggie: Soy detective, agente Zidan, investigo – dijo con las manos en la cintura – Escuché historias sobre esos tales Plomeros pero nunca les di importancia, y aquí están – mientras tanto, Ben encontró el brazalete que Winn rastreó – Eres uno de ellos, ¿no es así? Si es que tu verdadero nombre es Omar Zidan.
Rook: Rook Blonko – dijo a regañadientes – Rook sería el apellido aquí en la Tierra, pero muchos lo confunden con el nombre.
Ben: ¿De verdad? – dijo incrédulo.
Rook: No te preocupes, estoy acostumbrado – dijo calmándolo.
Ben: Winn, lo perdimos – dijo por las comunicaciones mientras miraba el brazalete – Este tipo es algo listo.
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Observatorio de Bellwood
Mientras tanto, en el observatorio del distrito natal de Ben, un hombre de ascendencia asiática terminaba su turno y apagó las luces de su lugar de trabajo. Tomó su chaqueta y procedía a irse cuando sintió unos ruidos raros. Debido a que no podía distinguir bien en la oscuridad, no notó cuando el visitante misterioso se le apareció por detrás y lo tomó del cuello, levantándolo sin problemas.
– ¿Qué es lo que quieres? – preguntó el trabajador asustado, con algo de dificultad debido a que era ahogado.
– Quiero volver a casa – dijo el visitante serio.
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Cuartel General de los Plomeros
Después del fiasco en el almacén, Ben, Rook y los Plomeros regresaron a la base. Allí, lo primero que vio el castaño fue a su novia esperándolo con un rostro serio.
Ben: Ay, sí, ya sé lo que vas a decir – dijo algo desganado – "Debiste esperarme, bobo".
Supergirl: Debiste esperarme, bobo – se detuvo un segundo – Nunca sabré cómo lo haces. Y si hubiera estado allí, ¿qué habrías hecho? – dijo seria.
Ben: Lo que hago siempre, patearle el trasero – dijo como si fuera obvio, pero Kara suspiró.
Supergirl: Piensa mejor las cosas la próxima – luego lo tomó de la mano.
Ben: Sí, señora – dijo irónico cuando fue jalado por ella hacia otra parte, mientras Rook recibía una llamada a su placa.
Rook: Aquí Rook Blonko.
Maggie: ¿Te enseño cómo lidiamos con los alienígenas? – Rook reconoció su voz de inmediato.
Rook: ¿Cómo consiguió esta frecuencia? – susurró confundido.
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Manhattan
CatCo Worldwide Media
Después de unas horas, Kara se despidió de Ben y fue hacia su trabajo porque recibió un llamado de Ron. Cuando llegó, este la estaba esperando en su oficina.
Kara: ¿Quería verme, jefe? – dijo entrando en la misma.
Ron: Leí tu artículo de Lena Luthor – dijo enseñándole el papel donde estaba escrito.
Kara: Una gran exclusiva, ¿eh? – dijo algo engreída, y el moreno comenzó a leer el artículo.
Ron: "Lena Luthor tiene la intención de reparar el daño que su hermano hizo al apellido familiar; pero al fabricar un artefacto de detección alienígena con su apellido, condenó a su compañía para siempre como una que apoya la xenofobia existente."
Kara: Es verdad – dijo con una sonrisa.
Ron: "Aunque a los accionistas les agrade el beneficio financiero de dicho artefacto, lo único que le queda al ciudadano consciente es lamentarse ante esta descarada manipulación hacia las masas que ven la inmigración como algo que temer."
Kara: Estoy muy orgullosa de esa oración – dijo reflejando esa sensación.
Ron: ¿Qué rayos es esto? – preguntó confundido mientras le volvía a mostrar el papel.
Kara: Es... lo que usted quería, quería la opinión de Lena Luthor sobre la ley; y bueno, es esa, que se le identifiquen como a un leproso – dijo también confundida con la pregunta.
Ron: No cuestiono la primicia, lo que cuestiono es la imparcialidad de tu reportaje. Si quisiera tu opinión de las noticias, te asignaría a las Editoriales.
Kara: ¿Entonces yo no debo hablar con la verdad? – preguntó más confundida.
Ron: Hay una diferencia entre veracidad al reportar y reportar con imparcialidad – volvió a mostrarle el papel – Esto está sobresaturado con propaganda alienígena. Hechos, señorita Danvers. ¿Quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? – enumeró cada pregunta con los dedos.
Kara: Pero lo que escribí es acertado – dijo seria – El artefacto es malo, y objetivamente.
Ron: Eso lo deciden los lectores. Reescríbalo, y la próxima vez guárdese su opinión personal – luego le lanzó el papel con su artículo, y ella se fue molesta de la oficina.
Kara: Ahora entiendo por qué todos lo desprecian – le dijo a James, que lo encontró en su camino – A veces echo de menos a la señorita Grant.
J. Olsen: Ah... – dijo fingiendo ofensa.
Kara: Yo no quise decir... lo lamento, James.
J. Olsen: No, no, te entiendo, pienso lo mismo – dijo calmándola – Ella jamás habría dejado que ese arrogante y petulante... hombre secuestrara a su junta – dijo algo molesto.
Kara: No, no – dijo asintiendo.
J. Olsen: Lo habría destruido sólo con una mirada, ¿cómo es que ella hacía eso?
Kara: James, James, ella te eligió – intentó calmarlo también – ¿Crees que Cat Grant le habría entregado toda su compañía a una persona en la que no confiara? – el pelirrojo quedó pensativo ante eso – No intentes ser como Cat era, sé como ella querría que fueras. Por eso te puso a cargo, para que lo hicieras a tu manera – él quedó algo cabizbajo cuando se dio cuenta que era verdad.
J. Olsen: Gracias, Kara.
Kara: De nada – ella se retiró, y luego James entró en su oficina.
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Bellwood
Pueblo Bajo
Mientras tanto, Rook fue en su Proto-Camión hasta el lugar donde Maggie le indicó. El mismo era un bar pequeño y discreto en la ciudad subterránea de Bellwood, y la detective lo esperaba afuera de la entrada.
Maggie: Qué lindo, aunque me gustan más las motocicletas – dijo viendo el vehículo del Revonnahgander – Tengo una Triumph T100 en mi garaje, Blonko.
Rook: Modelo británico, manejo destacable, y frenado notable; compensado con un diseño simple pero práctico, y un motor bicilíndrico de 900 cc – Maggie se sorprendió del conocimiento del Plomero, y él se dio cuenta que habló mucho – Pero dudo que me trajeras aquí para hablar de motocicletas, ¿por qué estamos aquí?
Maggie: Quiero invitarte un trago – ambos fueron hasta la entrada y ella golpeó la puerta, luego alguien abrió una pequeña rejilla del otro lado – Dollywood.
La rejilla se cerró y la puerta se abrió, demostrando ser una palabra clave. A Rook le pareció extraño que se necesitara una palabra clave para entrar a un bar, pero no se sorprendió de la apariencia del lugar.
Paredes descuidadas, algo descoloridas y en tonos oscuros, piso agrietado en algunos lados, iluminación precaria y simple. Era lo que se conocía en la superficie como un lugar de mala muerte. Eso sí, el resto de las cosas parecían en buen estado. Mesas y sillas ubicadas en distintas partes, una barra bien cuidada, variedad de bebidas, mesas de billar, rocolas y juegos de arcade con letreros luminosos, y una sección para karaoke.
Maggie: Dos cervezas, Darla – le dijo a una mesera que pasaba cerca.
Darla: Seguro, Mags.
Rook: ¿Tus fuentes de información provienen de una cantina? – preguntó extrañado.
Maggie: Las cosas no son como parecen, Blonko – dijo mientras caminaban hacia una mesa – Mira alrededor, ¿qué es lo que ves?
Rook: Humanos que llevan un cuestionable estilo de vida – dijo viendo a los demás clientes.
Maggie: Pon atención.
Entonces, el Revonnahgander hizo más énfasis en los clientes y notó muchos más detalles en ellos; como que uno tenía la mano verde, con garras y pelos largos, una chica bonita que parpadeaba de forma horizontal en lugar de vertical (y ella le hizo ojitos), otro que tenía orejas puntiagudas como un elfo, y muchos detalles más.
Rook: Hay muchas especies alienígenas con apariencia humana – dijo algo sorprendido.
Maggie: Y este es un lugar seguro para que los extraterrestres se diviertan, beban algo, y no se sientan solos por un momento.
Rook: Pueblo Bajo es prácticamente una ciudad aparte dentro de Nueva York, habitada por alienígenas – dijo mientras se sentaban en una mesa – No veo por qué un bar marcaría una diferencia, pero sí veo por qué tienes buena información – dijo volviendo a mirar el entorno.
Maggie: También preparan buenos mojitos.
Rook: ¿Mojitos? – dijo confundido.
Maggie: ¿Nunca probaste uno?
Rook: Mucho de la cultura humana aún es un campo inexplorado para mí – dijo algo apenado, y la mesera trajo sus cervezas.
Darla: Te mueves rápido – le dijo a la detective con algo de resentimiento, y luego se fue.
Rook: Una camarera Roltikkon – dijo impresionado.
Maggie: Sí, así es.
Rook: No creí ver una en la Tierra. Se dice que los Roltikkon forman un vínculo telepático por medio del contacto físico con el dorso de la lengua.
Maggie: ¿Cómo crees que aprendió el idioma? Es mi ex – Rook abrió un poco más los ojos – No sólo salgo con alienígenas, por cierto, aunque me agradan más que los humanos.
Rook: ¿Por qué? – preguntó curioso.
Maggie: Me identifico con ellos, creo. Siendo de otra raza y una chica gay en Blue Springs, Nebraska... preferiría ser de Marte.
Rook: Creo que no conoces la historia de Marte. Si soy sincero, estás mejor ahora que en ese planeta.
Maggie: Fui una rechazada y me siento así, los visitantes extraterrestres no son diferentes – dijo con algo de tristeza – La mayoría son inmigrantes trabajadores o refugiados que quieren vivir en paz, pero deben ocultar quienes son para poder sobrevivir; y siento empatía por eso – luego, un hombre desalineado, barbudo y con pelo largo se les acercó.
– Pensé que jugabas del otro lado, Maggie – dijo irónico.
Maggie: Y así es, pero cuidado con él – dijo mientras el Plomero le daba una mirada seria – Le gusta cazar alienígenas.
– Bien, algunos lo merecen – luego hizo que unos bultos palpiten en su frente, revelando también ser alienígena.
Maggie: Necesito información, buscamos un kryptoniano. Nuevo aquí, como de 1.80, cabello castaño y ojos grises.
– Tal vez vi a alguien que encaja con la descripción.
Maggie: Sólo ve al grano, la vida de la presidenta está en riesgo – dijo seria.
– No es mi presidenta – entonces Rook se puso de pie frente a él, para demostrar su diferencia de altura y físico.
Rook: Te sugiero que respondas la pregunta – dijo muy serio.
– Tranquilo, de acuerdo – dijo algo nervioso – Se veía perdido y confundido.
Rook: ¿Sabes dónde se encuentra?
– No, pero preguntaba sobre vectores espaciales, coordenadas de estrellas y transmisiones al espacio sideral – el Revonnahgander pensó sobre esos datos.
Maggie: ¿Por qué?
Rook: Quiere enviar una señal – intuyó algo preocupado.
Maggie: ¿Qué clase de señal? – el Plomero no contestó y comenzó a irse del lugar.
– ET llama a casa – dijo serio.
En el camino, Rook iba tan absorto en sus pensamientos que no notó que una chica pelirroja, vestida con ropas rojas, y con un escote llamativo también se acercaba y terminaron chocando hombros involuntariamente.
Rook: Lo lamento – dijo para finalmente retirarse.
Mientras, la pelirroja tomó asiento en otra mesa y agarró un vaso con una bebida roja, y esta comenzó a hervir de sobremanera al toque de la mujer.
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Cuartel General de los Plomeros
Winn: Y ya terminé de catalogar los siete tomos perdidos del planeta Delvarian – dijo en su computadora – Soy el mejor – luego miró a Kara – ¿Y tu artículo cómo va?
En la base, Winn mataba el tiempo haciendo otras cosas mientras seguía intentando encontrar al alienígena extraviado. La kryptoniana, por otro lado, usaba una computadora cercana al informático para reescribir su artículo sobre Lena Luthor.
Kara: Terrible – dijo molesta.
Winn: Ah, no se usa K en "diabólico" – dijo viendo la palabra mal escrita.
Kara: ¡No sé cómo tener emociones neutrales si escribo algo que me apasiona! – dijo más molesta y frustrada – Yo tengo pasión, Winn, y bastante.
Winn: Sí, yo sé, l-la pasión es grandiosa si eres una superheroína – dijo algo nervioso.
Kara: Sí, ¿pero no para ser reportera? – preguntó algo indignada, y en eso Rook llegó con ellos.
Rook: Winn, escanea la ciudad para transmisiones de redes orbitales que se dirigen al espacio – dijo rápidamente.
Winn: Claro que sí – luego comenzó a teclear y encontró algo – Wow, wow, miren esto, una señal al espacio bastante clara.
Kara: ¿Y de dónde proviene?
Winn: El observatorio de Bellwood – dijo viendo la ubicación.
Rook: Ahí está nuestro alienígena desconocido – dijo serio.
Winn: ¿Cómo lo supiste?
Rook: Larga historia – dijo para evadir el tema.
Kara: Debe intentar contactar a Kryptón, no sabe que fue destruido – dijo preocupada.
Winn: De hecho no, no contactó a Kryptón – dijo viendo la pantalla.
Kara: ¿Entonces a dónde va la señal? – el informático volvió a teclear.
Winn: Bueno, de acuerdo con los enserio geniales registros de los Plomeros, él envió la señal directo al planeta llamado... Daxam.
Inmediatamente el semblante de la Chica de Acero cambió, y salió de la base sin esperar a nadie y tampoco avisarle a Ben; algo que llamó la atención de Winn y Rook.
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Observatorio de Bellwood
Mientras tanto, el visitante misterioso seguía en el lugar con el trabajador aún secuestrado; pues este había enviado la señal a pedido del desaparecido.
– ¿Alguna respuesta? – le preguntó el visitante.
– No – dijo el trabajador algo asustado.
Sin embargo, el visitante no pudo responderle cuando sintió algo aproximarse al observatorio. Repentinamente, Supergirl atravesó un muro e intentó someter al desaparecido del cuello; pero este logró zafarse y la arrojó fuertemente al suelo, para después darle una patada que la alejó unos metros.
– No quiero herir a nadie – dijo serio acercándose.
Supergirl: Ya lo creo – dijo molesta poniéndose de pie.
El visitante intentó darle tres golpes, pero Kara logró esquivarlos a todos y darle dos fuertes y precisos golpes que lo hicieron chocar contra un estante de metal.
Supergirl: Quieto, daxamita – dijo seria.
– ¿Sabes de dónde soy? – dijo poniéndose de pie.
Supergirl: Sí, y debiste quedarte ahí.
El ahora reconocido como daxamita intentó darle otro golpe, y ella volvió a esquivarlo y darle dos golpes al rostro; para después tomarlo y hacerlo estrellar contra una antena que estaba allí dentro, logrando dejarlo inconsciente.
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Cuartel General de los Plomeros
Después de la pequeña pelea, la Chica de Acero llevó al daxamita hasta la base y ponerlo en una celda. Este despertó ya encerrado, mientras Kara y los demás estaban vigilándolo desde el centro de mando.
Max: Así que nuestro visitante es de Daxam.
Winn: Nunca escuché de Daxam.
Max: Un mundo idéntico a Kryptón, capaces de albergar vida y ambos orbitan al mismo sol – dijo sentándose a su lado.
Ben: Nunca hablaste de ellos – dijo mirando a Kara.
Supergirl: ¿Los Hatfield mencionan a los McCoy?
Ben: Mejor usa otra referencia, no entendí – dijo confundido.
Rook: Yo sí – dijo señalándolo, y Ben solamente rodó los ojos – Y deduzco que sus mundos no se llevan bien.
Supergirl: Hace cientos de años, Kryptón y Daxam tuvieron una guerra a muerte. Se perdieron muchas vidas de ambos lados debido a una pelea inútil que Daxam inició – dijo calmada pero con algo de resentimiento.
Winn: ¿Por qué peleaban?
Supergirl: Kryptón era una democracia, un mundo de exploradores, filósofos y científicos; y Daxam era una monarquía, con reyes y reinas que regían una población de salvajes – decía seria – Había un dicho en Kryptón sobre los daxamitas: "may tex kolar Daxam".
Ben: Y eso significa...
Supergirl: Nada que se le parezca – dijo apenada.
Winn: Y si los daxamitas son tan malos como tú nos explicas, no es una sorpresa que intentara asesinar a la presidenta, ¿no?
Max: Pero eso no explica el por qué – dijo confundido.
Ben: Le preguntaré – dijo confiado.
Supergirl: No – lo interrumpió seria – No, yo lo haré.
Ben: ¿Segura? – dijo extrañado – ¿No quieres que entre contigo?
Supergirl: Tú no sabes lo que yo sé de ellos, Ben – dijo mientras se retiraba – Créeme, iré yo sola.
El castaño decidió no darle importancia al asunto, por lo que se encogió de hombros y dejó que se fuera. Kara llegó hasta el área de celdas y fue directa hacia el daxamita.
Supergirl: Mejor acostúmbrate a la vista, estarás ahí mucho tiempo – dijo viéndolo sentado en la cama – Bueno, nos dejaste una buena impresión en la Tierra, daxamita. ¿Siempre te presentas intentando asesinar presidentes? – preguntó irónica – ¿Cómo es que estabas en una nave de Kryptón? ¿Tienes algo que decir sobre eso? – no hubo respuesta – ¿Lo que sea? – el daxamita no contestó, quedando con una expresión seria, y ella procedió a irse.
– ¿Tienen soda Zakkariana en este planeta? – Kara volteó a verlo – Porque me gustaría un poco de soda Zakkariana – decía en tono sarcástico – En mi experiencia, la mayoría de los problemas se esfuman si hay soda Zakkariana en la mesa.
Supergirl: No lo estás entendiendo – dijo cruzándose de brazos.
– ¿Es porque no dije "por favor"? En otros mundos, "por favor" no es algo tan importante – dijo risueño – ¿No es uno de esos mundos?
Supergirl: No me sorprende que lo creas una broma, toda tu raza estaba llena de egoístas – dijo seria.
– Y tú sabes todo sobre mi raza, ¿no es así, kryptoniana? – decía sin dejar su tono sarcástico – Juzgando por ese santurrón jeroglífico tuyo, ¿qué no deberías tener ya las respuestas?
Supergirl: ¿De qué estás hablando?
– Sé cómo nos ve tu gente – luego se puso de pie – El superior y poderoso Kryptón, haciendo menos a los tontos provincianos desde que nos atacaron sin una provocación – dijo serio.
Supergirl: ¿Los atacamos? – dijo molesta acercándose más a la celda.
– Sí.
Supergirl: Eso es... – antes de decir algo inadecuado, ella se calmó un momento – ¿Por qué hacías una transmisión a Daxam?
– Fue una señal de auxilio.
Supergirl: ¿Por qué enviarías una señal de auxilio? – preguntó irónica.
– Porque necesito auxilio, ¿entiendes? – volvió a su tono sarcástico – No vine aquí por elección, sólo quería que supieran que sigo vivo.
Supergirl: Sí, claro – decía incrédula y seria – Entonces, si estás perdido en este planeta, ¿por qué quisiste asesinar a la presidenta?
– Lo siento, ¿pero qué es una p-presidenta? – preguntó confundido.
Supergirl: Si creíste que te golpeé fuerte, espera a que me veas molesta – dijo reflejando un poco esa emoción.
– No vine a asesinar a nadie – dijo serio.
Supergirl: Genial, porque nunca lo harás – dijo en igual estado.
– Ya te formaste una opinión sobre mí, así que no le veo caso seguir hablando contigo – dijo desganado, y volvió a sentarse en la cama – Hasta pronto, su alteza – hizo una reverencia como burla, y se acostó después – Así está mejor – Kara suspiró y procedió a retirarse del lugar – Ah, oye, me encantaría esa soda Zakkariana – ella soltó otro suspiro molesta – Sólo considéralo.
Max: ¿No le dijiste lo que pasó con Daxam? – le preguntó a Kara una vez que ella salió del área de celdas.
Supergirl: No, no lo hice – dijo sin detenerse.
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L-Corp
A la mañana siguiente, Kara recibió un mensaje de Lena que la invitaba al edificio de su compañía. No había más detalles, pero la kryptoniana decidió ir de todas formas. La pelinegra estaba esperándola en su oficina sentada en un sofá mientras leía la revista de CatCo.
Kara: Gracias – le dijo a la secretaria de Lena mientras entraba – Hola, lamento venir sin anunciar, vi tu mensaje de que querías verme. Esas flores son hermosas – dijo viendo unas flores blancas en la mesita de Lena.
Lena: Se llaman plumerías, y son bastante raras.
Kara: Me recuerdan a mi madre – dijo algo nostálgica.
Lena: ¿Tu madre también era escritora? – preguntó levantando la revista en sus manos.
Kara: No, ella era... creo que, como una abogada – dijo mientras pensaba.
Lena: Bueno, tienes un don con las palabras, el artículo es increíble – dijo dejando la revista en la mesa – Sabía que eras una gran reportera; pero luego de oír tu opinión en pro de los alienígenas, temía que hicieras una crítica de mí.
Kara: Ay, lo intenté – dijo sentándose a su lado – Lo intenté y escribí un artículo criticando tu artefacto.
Lena: ¿Y...?
Kara: Y mi jefe lo desechó, y me hizo rehacerlo – dijo apenada pero risueña.
Lena: Eso lo explica – dijo también riendo un poco.
Kara: Lo curioso es que me alegra que lo hiciera; bueno, no al inicio, pero algo pasó que me hizo re-analizar mi posición.
Lena: ¿Enserio? – dijo intrigada, y la rubia pensó bien sus palabras.
Kara: Aún creo que la ley de Amnistía es algo grandioso, pero existen malos alienígenas aquí.
Lena: Me alegra que vieras mi punto de vista. Cuando yo fui adoptada por los Luthor, adoraba a Lex – decía nostálgica y triste – Cuando mostró quién era, me destrozó. Intenté todo para cambiarlo y convencerlo de hacer lo correcto pero... fue inútil, lo perdí. Al final, acepté que algunas personas son malas, y nada que hagas lo cambiará; pero sólo nos queda protegernos.
Kara: Sí – dijo con una sonrisa, pero quedó pensativa con esas palabras.
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Manhattan
Isla de la Libertad
Unas horas más tarde, una buena cantidad de público se reunía en el lugar donde se encontraba la famosa Estatua de la Libertad; lugar que fue elegido por la presidenta para firmar el acta de su ley de Amnistía Alienígena. Desde el suelo, Ben y Rook vigilaban desde diferentes puntos, mientras Kara lo hacía desde el aire.
Ben: ¿Todo en orden por allá? – le preguntó a su novia.
Supergirl: Despejado – decía mirando hacia abajo – Con el rebelde daxamita encerrado, dudo que tengamos problemas.
Ben: ¿Rook?
Rook: Todo en orden por aquí – dijo viendo la multitud, y se encontró con Maggie en el lugar.
Maggie: Debes estar aliviado porque tienes al alienígena que la atacó.
Rook: Así es, y agradezco tu ayuda – dijo asintiendo.
Maggie: ¿Dónde está? ¿En un lugar de donde nunca volverá?
Rook: Está en un lugar donde no podrá volver a herir a nadie más – dijo serio.
En ese momento, la presidenta hizo acto de aparición en el pequeño escenario montado en la isla, mientras el público aplaudía y ovacionaba.
– Mi querido pueblo – habló por el micrófono – Hace más de un siglo, esta nación levantó el monumento que está a mis espaldas: la Estatua de la Libertad – el público aplaudió – Esta estatua está mirando hacia la isla Ellis, donde miles de inmigrantes llegaron buscando refugio de su país natal que los rechazaba y no los quería. Pero este país los aceptó, esa es nuestra historia. Nuestro pueblo en este día se hará parte de esta historia – el público volvió a aplaudir, incluidos en esta ocasión Ben y Rook – Ahora ninguno de los visitantes extraterrestres serán unos extraños, obligados a ocultarse y forzados a alejarse de un hostil y poco grato mundo. Se les otorgarán todos los derechos y privilegios que tenemos los ciudadanos – una vez más el público aplaudió – La Estatua de la Libertad se erguirá también para ellos. Y ahora, si alguien... si alguien me facilita un bolígrafo... – dijo algo avergonzada, y un funcionario que la acompañaba le acercó uno – Te lo agradezco, aquí voy. Es historia.
La presidenta se disponía a firmar el acta, cuando una bola de fuego cayó sobre la misma, quemando sólo la parte redactada de la ley. Dos bolas más cayeron sobre los hombres del servicio secreto y el público comenzó a huir asustado. Kara voló hacia la mandataria y apagó el fuego con su aliento helado.
Supergirl: Señora presidenta – dijo ayudándola a levantarse.
– Gracias.
Supergirl: No lo mencione – dijo avergonzada.
En medio del público, Rook logró reconocer a la atacante, siendo la mujer pelirroja con la que chocó la anterior vez en el bar alienígena y revelando ser de la especie Inferniana. La misma disparó su propia visión de calor, impactando de lleno sobre la Chica de Acero; y el Revonnahgander usó su Proto-Arma para atacar, pero fue mandado a volar por una bola de fuego.
La villana intentó encontrar a la presidenta entre el público, y la vio queriendo ingresar a su vehículo oficial. Ella iba a disparar más bolas de fuego pero fue interrumpida por un potente chorro de agua, y al voltear vio a Ben convertido en su forma Orishan conocida como Amenaza Acuática.
Amenaza Acuática: ¿Alguien llamó a un bombero? – dijo irónico.
Maggie: Apágate o te apagaré – dijo apuntando a la villana su arma a quemarropa.
Sin embargo, la Inferniana logró crear un poco de fuego para disparar su visión de calor y quitarle el arma a la detective. Luego, la tomó de la mano mientras creaba un círculo grande de fuego a su alrededor.
Ben apagó rápido el fuego con sus dos manos, mientras Kara se levantaba y giraba sobre sí misma a gran velocidad para apagar las llamas del ataque que recibió de la villana. Una vez apagada, fue rápidamente hacia Ben.
Amenaza Acuática/Supergirl: ¿Estás bien? – preguntaron al mismo tiempo, y el héroe regresó a la normalidad.
Ben: ¿A dónde rayos se fue? – preguntó viendo que la villana no estaba, al igual que Maggie.
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Unos momentos después, ya con toda la conmoción controlada, Max y un grupo de Plomeros asistieron al lugar para asegurar el área.
Max: Así que el atacante no era el prisionero daxamita – dijo reunido junto a Rook, Ben y Kara.
Supergirl: No, no, todo esto es mi culpa – dijo frustrada – Y ahora la detective Sawyer desapareció.
Ben: No sólo fue tu culpa, fue culpa de todos – dijo también con algo de culpa.
Supergirl: No, pero si no me hubiera cegado por lo que siento por Daxam, habríamos seguido buscando a la verdadera asesina – decía seria – Pero bajé la guardia y la presidenta casi muere gracias a eso. ¡La presidenta! – dijo frustrada – Eso es como traición nacional.
Max: Cortesía de la prensa de la Casa Blanca que asistió a la conferencia – dijo mostrando una tablet con la imagen de la Inferniana – ¿Se identificó a la atacante?
Rook: No, pero yo la reconozco – dijo serio.
Ben: ¿De dónde? – preguntó confundido, pero el Revonnahgander no contestó.
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Bellwood
Pueblo Bajo
En el bar alienígena donde Maggie llevó a Rook, el Plomero fue en búsqueda del alien barbudo que los había "ayudado" con el daxamita. Este estaba bebiendo un trago cuando Rook puso dos imágenes de la villana pelirroja frente a él.
Rook: Necesito información – dijo serio.
– Necesito una televisión nueva – dijo irónico.
Rook: Esta mujer trató de asesinar a la presidenta.
– Nunca la he visto – dijo sin importarle.
Rook: Yo la vi aquí el otro día. ¿Quién es? – preguntó un tanto molesto.
– No sé, pero 200 dólares ayudarían a mi memoria – dijo volteando a verlo.
Rook le sonrió irónicamente al alien, y este hizo lo mismo creyendo que el Plomero aceptaría; hasta que él lo empujó con fuerza al suelo y luego lo sometió con una de las sillas altas de la barra. Algunas personas se conmocionaron con el hecho pero otras seguían como si nada, pareciendo que era algo normal.
Rook: ¿Tu memoria ya mejoró o necesitas más ayuda? – dijo irónico pero molesto.
– Estás loco – dijo con esfuerzo.
Rook: Esta mujer secuestró a Maggie Sawyer, quien arriesga su vida diariamente para defenderlos a todos ustedes – decía molesto – A ella le importa lo que pase contigo, y espero que puedas devolverle el favor.
– La conozco – dijo una de las meseras, la cual era pelirroja de cabello largo y blanca, viendo una de las fotos de la Inferniana – Suele estar por la fundidora.
Rook: Muchas gracias.
El Revonnahgander soltó al alien y luego puso la silla en su lugar, para después retirarse en busca del dúo neoyorkino para que les ayude.
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Una nueva noche llegó a la ciudad que nunca duerme. En la fundidora que la mesera señaló, estaba Maggie amarrada de manos a una vara de metal. La detective forcejeaba para poder zafarse de la trampa cuando la pelirroja villana apareció detrás suyo silbando.
Maggie: Te reconozco.
– Eres la amante de alienígenas, que mete la nariz en lo que no le incumbe – decía sarcástica – ¿Nadie te ha dicho lo patética que te hacer ver?
Maggie: Me preocupo por la comunidad, tanto alienígenas como humanos – dijo seria, pero la villana no la tomó así – No sé por qué quieres matar a la presidenta pero siempre hay una salida.
– Para los humanos, tal vez. Pero no tenemos los mismos derechos, ¿o sí? – dijo acercándose un poco más a ella.
Maggie: ¿Qué la ley de Amnistía no busca eso, igualdad?
– No, no, no, no – dijo apretando su barbilla – Es para revelarnos voluntariamente como tontos. Sabrán dónde vivimos, quiénes somos, y lo que hacemos – decía molesta – La amnistía es otra forma de disfrazar un registro – en ese momento, Supergirl aterrizó en la fundidora, cerca de ellas.
Supergirl: Es una opinión muy cínica – dijo seria, y la villana volteó a verla.
– Vaya, si es la mascota extraterrestre de la presidenta – dijo nuevamente sarcástica – Has traicionado a los tuyos.
Supergirl: No es nosotros contra ellos.
– Aún no, tal vez – mientras ella se acercaba a Kara, Ben apareció por detrás para liberar a Maggie – He visitado media docena de planetas como este, ¿y sabes qué tienen todos en común? Los locales encierran a cualquiera que sea diferente, por prejuicio y por miedo – decía molesta – Por una razón ocultas tu identidad, Supergirl, porque los humanos no son de fiar.
Supergirl: No, es porque criminales iguales a ti no son de fiar – inmediatamente, ella disparó su visión de calor a quemarropa de la villana, pero esta pareció absorberla por completo.
– ¡Veamos qué tan súper eres! – luego disparó una bola de fuego hacia atrás, impactando cerca de Ben y Maggie que intentaban escapar.
La Inferniana encendió sus dos puños con fuego e intentó golpear en varias ocasiones a la kryptoniana, pero ella logró esquivarlos todos. En un momento, Kara logró someterla del cuello, pero la villana encendió sus manos para quemarla en los brazos.
– ¿Qué ocurre? Odias el calor, ¿eh? – dijo engreída.
Supergirl soltó a la Inferniana debido a que las manos le ardían, y luego ella la congeló completamente con su aliento ártico. Ese momento fue aprovechado por Ben.
Ben: Salgamos de aquí – le dijo a Maggie, y ambos corrieron.
No obstante, la villana pelirroja se descongeló fácilmente y atacó a Kara con su visión de calor, empujándola con fuerza unos metros lejos.
– ¿¡En dónde están, humanos!? – preguntó con algo de locura en su rostro, y encendiendo más su cuerpo con fuego.
Ben: Me encargo yo, tú sal de aquí – dijo serio mientras ambos estaban escondidos detrás de unos barriles de metal.
Maggie: Espera, no... – intentó detenerlo pero fue inútil.
Ben: Por aquí, flamita – la Inferniana volteó a verlo – Hora de combatir fuego... contra Fuego.
El héroe activó su Omnitrix para convertirse en su forma Pyronite, y la villana atacó con una bola de fuego que no afectó en nada a Ben. La Inferniana, lejos de rendirse, disparó más bolas de fuego contra él; pero Ben logró resistirlas todas, incluso absorbió la última.
Fuego: ¿Eso es todo? – decía burlón – Eres como una vela.
– ¡No te burles de mí!
La Inferniana intentó atacar cuerpo contra cuerpo a Ben, encendiendo nuevamente sus puños, pero bastó con que el héroe los tomara para absorber todo el fuego en ella; cayendo debilitada al suelo.
Fuego: No era burla – dijo confiado.
– Qué... caliente – dijo cansada, arrodillada frente a él.
Fuego: ¿Por qué no me gusta cómo suena? – dijo con un gesto de rareza.
Sin embargo, la Inferniana vio tirada a un lado el arma reglamentaria de Maggie, por lo que rodó rápido para intentar tomarla. Pero no contaba con que Maggie estaría cerca para derribarla con un fuerte golpe de un fierro, sorprendiendo al dúo neoyorkino.
Maggie: Son divertidos – dijo mirando a ambos héroes con una sonrisa.
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Manhattan
CatCo Worldwide Media
Al día siguiente, James Olsen convocó a otra junta editorial para cubrir el hecho de que Ben y Kara detuvieron a la Inferniana, y nuevamente los mismos periodistas estaban presentes en su oficina incluyendo a Kara.
J. Olsen: El encabezado dirá: "Ben 10 y Supergirl derrotan a extremista alienígena y salvan el día".
Ron: ¿Qué rayos crees que estás haciendo? – preguntó molesto acercándose a él.
J. Olsen: Dictando el título luego de salir a conseguir la exclusiva – dijo seguro – ¿Algún problema con eso?
Ron: Eso no, ¿le dijiste a alguien que quitara un párrafo a mi historia? – preguntó mostrando una hoja.
J. Olsen: No, no le dije a nadie que lo hiciera – decía serio – Lo reescribí yo mismo.
Ron: ¿Qué? – dijo incrédulo – No puedes sólo reescribir mi pieza.
J. Olsen: De hecho, Ron, si puedo; porque soy tu jefe – luego apartó la silla de su escritorio para mirarlo de frente – No se siente bien que se entrometan en tu trabajo, ¿o sí?
Ron: Eso es un insulto – dijo muy molesto – Tengo el control absoluto del contenido editorial.
J. Olsen: No, no lo tienes – dijo serio – Yo sí.
Ron: Entonces me iré.
J. Olsen: Entonces vete.
Ninguno de los dos periodistas cedía en su postura, mientras tenían un duelo de miradas que tenía a Kara expectante de lo que pasaría.
Ron: De acuerdo, Olsen – dijo dando una sonrisa irónica – ¿Qué quieres?
J. Olsen: Quiero que en el trabajo gobierne el respeto – dijo serio cruzando sus brazos – Te alejas de mi territorio y yo del tuyo.
Ron: Es lo justo – dijo rodando los ojos, para después retirarse.
Kara: Fue grandioso, jefe – le susurró emocionada, enorgulleciendo al fotógrafo.
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Bellwood
Cuartel General de los Plomeros
En los cuarteles, Rook había solicitado que Maggie fuera llevada para tratar sus heridas causadas por la Inferniana. La detective estaba sentada en una camilla viéndose a sí misma cuando el Revonnahgander llegó.
Maggie: Este lugar es una locura – dijo admirando la base – Algún enemigo de James Bond viviría aquí.
Rook: Pues no me quejo – dijo intentando sonar sarcástico – Sufriste una quemadura de primer grado y tienes una clavícula destrozada. Sólo bastarán unos días de recuperación.
Maggie: No creí que te interesara – dijo divertida, pero Rook no lo entendió así.
Rook: Bueno, se supone que mi trabajo es... – dijo extrañado, pero Maggie lo interrumpió.
Maggie: Es un chiste – dijo risueña – Estoy en deuda, salvaste mi vida.
Rook: No hay de qué. Creo que tú también me ayudaste – dijo algo pensativo – He cazado y atrapado alienígenas por mucho que ya olvidé que no todos son hostiles y que deban ser encerrados.
Maggie: No suelo trabajar con compañeros, pero creo que hicimos un buen equipo.
Rook: Yo también lo creo – dijo asintiendo, y Maggie se levantó de la camilla – Ah, te recomiendo reposo para tus heridas, tal vez puedas quedarte aquí.
Maggie: No puedo hacerlo – dijo colocándose su chaqueta.
Rook: ¿Tienes planes o algo así?
Maggie: De hecho, así es; y no quiero dejarla esperando, así que... te veo luego, Blonko – dijo para después retirarse de la base.
Ben: Y Rook lanza y anota – dijo bromista llegando junto a él.
Rook: ¿Qué? – dijo confundido.
Ben: ¿Cómo que qué? Viejo, no sabía que te gustaran rudas y morenas – dijo chocando hombros con él.
Rook: Oh, no, no, Ben, no es lo que piensas – dijo algo apenado – Ella...
Ben: Ay, por favor, se nota que no tiene prejuicios para los aliens – lo interrumpió aún divertido – Invítala a salir.
Rook: No es eso, Ben – dijo algo serio – A ella le gustan las mujeres.
Ben: Ah... ¿en serio? – dijo algo boquiabierto, y Rook asintió – Parecía... que había un buen ambiente. Lo siento, viejo, no quise incomodar – dijo apenado rascándose la nuca.
Rook: Tranquilo, fui advertido sobre esto – dijo calmado.
Ben: ¿Advertido? – dijo levantando una ceja.
Rook: Sueles hacer bromas en momentos inoportunos.
Ben: ¿Y quién te advirtió? Espera, no me digas... Kara – dijo serio y achinando sus ojos.
Hablando de la kryptoniana, ella fue hasta el área de celdas y se dirigió donde estaba el daxamita; el cual estaba sentado en su cama.
– Entonces, ¿todos en este mundo tienen súper poderes o sólo nosotros? – preguntó viéndola llegar pero ella no contestó, y luego ella abrió la celda – ¿Qué sucede? Pensé que era un asesino peligroso – dijo irónico.
Supergirl: En realidad, no te conozco; y yo cometí un error al juzgarte sólo porque eres de Daxam – dijo con culpa – No intentaste asesinar a la presidenta, y me disculpo por asumir que así fue – hubo unos segundos de silencio – Me llamo Kara Zor-El, soy de Kryptón; y al igual que tú, soy una refugiada en este planeta: la Tierra – luego le ofreció la mano como saludo.
– Me llamo Mon-El – dijo revelando su nombre y aceptando el saludo – Así que, ¿ahora qué? ¿Me ayudarás a contactar mi mundo?
Supergirl: Bueno... deberías sentarte – dijo algo seria – Hay algo que debo decirte – luego ambos tomaron asiento en la cama – Cuando Kryptón fue destruido, los escombros llegaron hasta Daxam.
Mon-El: Sí, lo sé, por eso salí de ahí tan deprisa – dijo como si fuera obvio, pero Kara no cambiaba su semblante.
Supergirl: Algunos pedazos enormes golpearon su luna, eso interrumpió la fuerza gravitacional del planeta.
Mon-El: Espera, qué estás... ¿qué estás diciendo? – dijo con algo de miedo.
Supergirl: Daxam sigue ahí, pero fue devastado por tormentas solares. Es un lugar desierto – Mon-El quedó con la mirada perdida, asimilando esa verdad – Tu hogar, y mi hogar, ya no... existen.
El daxamita quedó con la mirada baja y poco a poco su semblante se tornaba triste, de la noche a la mañana su mundo había desaparecido. Para poder asimilar bien todo tranquilo, Mon-El decidió permanecer en la celda para pensar qué hacer.
Por el lado de Kara, ella fue llamada por Max para despedir a la presidenta de su visita a Nueva York. Los Plomeros hicieron un túnel improvisado para despedirla, mientras Ben y Kara iban a los lados de ella.
– Y un agradecimiento muy especial para ustedes dos – dijo tomando las manos del dúo neoyorkino.
Supergirl: Fue un honor, señora presidenta, no fue nada – dijo desinteresada pero nerviosa – No puedo creer que pude ver el Air Force One.
Ben: Si recuerdas que un día lo salvamos, ¿cierto? – dijo extrañado.
Supergirl: Pero esto fue más genial – dijo emocionada.
– Si crees que es genial, tienes que ver mi otro jet – le susurró guiñándole un ojo.
Max: Señora presidenta, aún no confío en la amnistía – dijo llegando junto a ella.
– No es suficiente defender el mundo, Max, también tienes que vivir en él.
El magistrado le asintió sonriendo a la mandataria, confiando en sus palabras, y ella finalmente se retiraba de la base.
Supergirl: ¿Podría ser más genial? – dijo aún emocionada.
Max: Supongo que no.
Sin embargo, sin que nadie se diera cuenta incluyendo al servicio secreto, la piel de la presidenta se tornó por un momento de color rosado y sus ojos de color azul; revelando que ella era una alienígena.
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Pueblo Bajo
Recién llegando una nueva noche, Ben quedó intrigado por el bar alienígena que frecuentaba Maggie en la ciudad subterránea; historia que le fue contada por Rook. Al llegar, se detuvo en la entrada.
Ben: Muy bien, veamos qué pasa.
El castaño activó su reloj y se transformó en su forma Marciana conocida como Mr. Marciano. Una chica alien salió del bar, y Ben retuvo la puerta para que no se cierre. Cuando entró, vio que el lugar no parecía la gran cosa, y los alienígenas dentro eran bastante simples a su parecer.
Mr. Marciano: Honestamente, no es distinto a la taberna de Rad – dijo para sí mismo, mientras se sentaba en la barra – Tal vez Rook exageró.
– Lo siento, ¿qué le traigo...? – dijo la mesera pelirroja que ayudó antes a Rook, pero quedó congelada al ver al héroe.
Mr. Marciano: ¿Estás bien? – dijo viendo su estado – Oye, puedo transformarme si quieres...
– No, disculpe, es sólo... – dijo sin saber qué decir realmente.
Mr. Marciano: ¿Te conozco? – preguntó levantando una ceja.
– No y mi turno terminó hace diez minutos – dijo con un tono más serio – Darla será la que le sirva.
Ben quedó extrañado por la actitud de la mesera y la vio salir de la taberna. El héroe decidió no quedarse con la duda y la curiosidad, y fue tras ella.
Mr. Marciano: Oye – dijo luego de alcanzarla afuera, y ella se detuvo – ¿Quién eres?
La mujer sólo soltó un suspiro y volteó a verlo mientras cambiaba de forma. Ahora tenía la piel completamente verde y sus ojos eran rojos, pero tenía un traje entero negro de mangas largas con líneas rojas en forma de X por todo su torso y cintura, y una capa azul detrás. Su cabello pelirrojo era lo único que había permanecido.
Se trataba de otra Marciana Verde.
– Me llamo M'gann M'orzz – dijo calmada – Soy la última hija de Marte.
Ben quedó boquiabierto, sin creer que había otro Marciano Verde además del Detective Marciano en la Tierra. Tan ensimismado estaba que no notó que regresó a la normalidad.
Ben: No lo creo – dijo aún impresionado.
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