Cap. 21: Los últimos hijos de Kryptón

Bellwood, Nueva York

Otro día hermoso comenzaba en la apodada ciudad que nunca duerme, pero eso si nos referimos al clima. Porque en un edificio ubicado en el distrito natal de los Tennyson un incendio voraz rompía con la paz y tranquilidad del día. Los bomberos se dividían entre salvar personas y controlar el fuego, pero no estaban teniendo suerte en este último punto.

– Espero que ellos nos ayuden – en eso, vio en el cielo dos figuras acercarse – Aún mejor.

A quienes vio el bombero fueron a los superhéroes kryptonianos Clark Kent/Superman y Kara Danvers/Supergirl. Por alguna razón, Ben Tennyson/Ben 10 no estaba con ellos.

Supergirl: ¿Quieres hacer los honores?

Superman: Yo los hice la última vez – dijo algo engreído – Me encargo del humo, tú sé la heroína.

La heroína rubia sonrió y voló hacia el fuego, para después comenzar a usar su aliento ártico sobre él. Por otra parte, el Hombre de Acero comenzó a girar rápidamente en el aire para absorber todo el humo por encima. Dichos giros provocaron que una pequeña lluvia se precipitara sobre el edificio, ayudando a Kara a apagar más rápido el fuego. Los bomberos y las personas ovacionaron a los héroes, quienes flotaban sobre la escena.

Supergirl: ¿Nos aburriremos de esto? – preguntó muy alegre.

Superman: Si sucede, te avisaré – luego escucharon una alarma de emergencia a lo lejos – Es nuestra señal.

Los kryptonianos volaron a toda velocidad hasta la fuente, la cual era una tienda siendo asaltada por ladrones enmascarados. Uno de ellos conducía un convertible negro mientras el otro se encargaba del robo. Cuando el segundo terminó, corrió hacia el auto en movimiento y quisieron huir, pero terminaron chocando de frente con la Chica de Acero.

Supergirl: ¿Cuál es su urgencia? – preguntó con sarcasmo.

Los malhechores se asustaron por la presencia de Kara e intentaron retroceder rápidamente; sin embargo, terminaron chocando de atrás con la misma violencia contra Superman.

Superman: Hola, vengo con ella – decía también sarcástico – Creo que rayé su defensa.

Los ladrones se bajaron del auto y sacaron unas pistolas, abriendo fuego cada uno contra un kryptoniano. Como era obvio, las balas rebotaron en ellos, y el que disparó contra Superman se acercó y le dio un golpe al rostro. Y obviamente también, el golpe le afectó más a él que a Clark. Luego, este tomó al ladrón de su camiseta y lo levantó en el aire con una mano.

Superman: Escucha, si las balas no funcionan, ¿por qué los golpes? – luego lo arrojó al suelo – Nunca lo entendí.

Supergirl: Este día ha sido genial – dijo emocionada luego de lanzar a su atacante contra unos arbustos.

Superman: Cierto.

Max: Cuando los dos dejen de alardear, hay un Kigori renegado en Central Park – dijo serio por las comunicaciones.

Supergirl: Nos encargaremos – luego, ambos partieron volando.

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Cuartel General de los Plomeros

Max: Nos encargaremos – dijo fuera de las comunicaciones, con algo de fastidio.

Mientras tanto, en la base, los Plomeros estaban monitoreando todos los movimientos que Superman y Supergirl realizaban en la ciudad.

Winn: Cascarrabias – dijo susurrando desde su computadora.

Max: Ojos en el teclado – dijo muy serio volteando a verlo.

Winn: A la orden, señor – dijo con sarcasmo pero ocultando su temor.

Rook: Magistrado, creo recordar que le prometió a Supergirl ser más amigable con Superman – dijo llegando junto a ellos.

Max: Dije que lo intentaría.

Winn: Hazlo o no lo hagas. No hay intentos – dijo imitando la voz de Yoda, de Star Wars.

Max: Dígame qué tanto quiere este trabajo, señor Winn – dijo al borde del enojo.

Rook: Lo más probable es que se retire de la ciudad muy pronto. Hasta entonces... – fueron interrumpidos por un grito de emoción de Kara desde las comunicaciones.

Max: Estaré en la armería, tirándole a algo – dijo yéndose del lugar.

Winn: Eso suena relajante.

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Lugar desconocido

– Hora de despertar, señor Corben.

En la base secreta del nuevo CADMUS, la mujer que había traído a Roger Corben/Metallo II apareció iluminando al mismo con una gran luz encima de la camilla donde reposaba él. Después, un científico que había ingresado junto a ella despertó a Corben con una fuerte carga de voltaje, haciéndolo gritar de dolor.

Corben: ¡Me siento extraño! – dijo exaltado, como si le hubieran inyectado adrenalina.

– Sí, ya lo imagino.

Luego, el nuevo Metallo rompió sin dificultad las ataduras que lo sostenían en la camilla y se bajó con un fuerte pisotón. Después, para descargar más energía, tomó el control de descarga que tenía el científico y lo abolló con un apretón.

– Llamaré a seguridad – dijo el científico algo asustado.

– No necesitamos hombres con armas aquí, ¿o sí, Roger? – dijo la mujer con un tono sarcástico.

Corben: ¿Cómo hice eso? – preguntó confundido pero aún exaltado.

– Déjeme darle algo de contexto – dijo poniéndose unos lentes y sentándose en un pequeño escritorio – Tennyson y los kryptonianos quisieron matarlo. Lo salvamos, modificamos, y lo resucitamos – dijo llenando unos papeles.

Corben: ¿Y quién es usted? – preguntó algo más calmado.

– Una simple doctora, soy un miembro de una organización llamada CADMUS – luego se puso de pie – Y usted es lo que estuvimos esperando, señor Corben.

– Aún no pienso que esté listo – dijo el científico preocupado.

– ¿Es cierto, Roger? – dijo acercándose a Metallo – ¿No está listo para ser el hombre que salve al mundo de alienígenas peligrosos? – luego tocó el pecho de Corben y una gran luz verde se encendió.

Corben: ¿Qué fue lo que me hizo? – preguntó sorprendido.

– Sólo le di un obsequio. Lo doté de vida con lo único que podrá matar a sus rivales – decía rodeándolo – Le di otra oportunidad. Yo le di una causa – el rostro de Corben sólo quedó serio.

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

De regreso en la base, el Revonnahgander Rook Blonko alistó a un grupo de Plomeros en vista de que no habían tenido información nueva de los héroes kryptonianos.

Rook: Dense prisa – dijo liderando al grupo, pero al instante Kara y Clark aparecieron – Supergirl, no teníamos noticias tuyas. Íbamos a encargarnos del Kigori.

Superman: Ah, ya lo dejamos en contención – dijo tranquilo.

Supergirl: Sí.

Rook: Pueden retirarse – le dijo al resto del equipo.

Supergirl: Lo lamento, el equipo Kryptón sólo se estaba divirtiendo demasiado – dijo risueña – Siempre me encantó ser Supergirl, pero hoy es...

Max: La próxima deberás seguir el protocolo y avisarnos que el objetivo alienígena ya no representa una amenaza – dijo muy serio interrumpiéndola – Tu primo quizá no trabaje en la base pero tú sí.

Supergirl: Lo siento – dijo algo apenado – Nosotros sólo estábamos...

Max: Divirtiéndose demasiado. Sí, lo escuché – en ese momento, una falla eléctrica en toda la base los distrajo de la conversación.

Winn: Fuga de energía proveniente del área de retención, de nuevo – dijo con una tablet en manos.

Luego de una corta investigación acerca del problema, Winn y los demás fueron hasta el área médica; donde aún tenían dormido al hombre misterioso que Ben y Kara encontraron hace unos días. En caso de cualquier eventualidad, tenían la habitación llena de kryptonita.

Winn: Comenzó a pasar anoche.

Rook: Todos los recursos de energía de los cuarteles se están desviando hacia él.

Superman: ¿Lo exponen a kryptonita? – dijo serio mirando a Max – Es un sobreviviente, no un prisionero.

Max: Es una precaución – dijo en igual estado – No sabemos nada sobre él – otra falla de energía ocurrió.

Winn: Oh, la energía ya volvió al 100% – dijo levemente impresionado.

Rook: Sus signos vitales variaron al mismo ritmo que la fuga de energía – dijo viendo los datos.

Superman: ¿Se está reparando a nivel celular?

Rook: Como una fotosíntesis – aclaró – Sus células absorben la energía eléctrica y la convierten en energía química.

Superman: Analicen sus niveles de nuevo, ahora está...

Max: Nos encargaremos, Superman – lo interrumpió.

Superman: Claro que sí – dijo asintiendo irónicamente – Luego te veo – le dijo a Kara y se fue del lugar.

Supergirl: Sé que ustedes no son buenos amigos, pero prometiste ser amable con él mientras esté aquí – le dijo seria a Max.

Winn: De hecho, dijo que lo intentaría.

Supergirl: ¿Cómo te es difícil ser amable con Superman? Es Superman – dijo incrédula.

Max: Si significa mucho para ti, entonces lo haré – dijo sin importancia.

Supergirl: Gracias – dijo seria.

Max: Pero deberías decirle lo mismo a Ben.

Supergirl: ¿Qué?

El veterano señaló hacia afuera de la sala médica, y todos salieron de la misma para ver a Ben cruzarse a Superman en el camino.

Superman: Hola, Ben – lo saludó algo animado, pero el castaño tardó un poco en responder.

Ben: Superman... – intentó disimular su desdén.

Superman: ¿Todo en orden? – preguntó extrañado.

Ben: Oh, sí – decía en un tono irónico – Desde que tú y Kara trabajan juntos, todo está de maravilla.

Superman: Oye, sí te sientes excluido...

Ben: No, tranquilo, no es eso – dijo negando con las manos – Kara sólo quiere pasar tiempo con su familia, es todo. Imagino que ya tendrá tiempo para mí – dijo sarcástico – Pero vine a la base porque dijeron que hubo un problema.

Superman: Sólo una fuga de energía, provocada por el sujeto que encontraron – dijo algo serio.

Ben: Oh, interesante – dijo curioso – ¿No pasó nada malo?

Superman: Nada.

Ben: Genial – dijo algo animado.

Superman: ¿No te preocupa?

Ben: ¿Por qué? Si no hubo ningún peligro, no es problema. ¿O temes que sea otra persona a la que no puedas controlar? – dijo irónico cruzando sus brazos.

Supergirl: ¿Qué ocurre aquí? – interrumpió la escena mirando a los dos héroes.

Ben: Nada, Superman me ponía al tanto de lo que pasó, ¿no fue así? – dijo mirando a Clark.

Superman: Claro, nos vemos – asintió para después retirarse de la base.

Supergirl: ¿Podemos charlar? – le preguntó muy seria a Ben.

Ben: ¿Hay que hacerlo? – Kara lo miró severamente – Okay, no te pongas así – dijo levantando los brazos, y ambos fueron a un área más privada – ¿Qué sucede?

Supergirl: Quiero saber por qué tú y tu abuelo no pueden siquiera tratar de estar bien con mi primo – dijo algo molesta cruzando sus brazos.

Ben: No puedo responder por mi abuelo, pero tú conoces muy bien mis razones – dijo serio señalándola.

Supergirl: Ben, ya pasó un tiempo de eso – dijo algo agobiada.

Ben: ¿Enserio? ¿Y significa que todo debe volver a estar bien? – decía irónico pero algo molesto – Kara, te recuerdo que Harangue se estaba volviendo loco; y en lugar de ayudarnos, tu primo junto con la Liga de la Justicia vino a detenernos. ¿Y se supone que lo olvide?

Supergirl: No, no te pido eso, pero...

Ben: ¿Pero qué, Kara? – la interrumpió – ¿Me dirás que lo haga porque es familia? Porque, pensándolo bien, sería algo hipócrita de tu parte – volvió a señalarla.

Supergirl: ¿Hipócrita? – replicó algo indignada.

Ben: Claro. ¿Cuándo fue la última vez que hablaste con Batgirl, o Jessica, o la Mujer Maravilla? – hubo un segundo de silencio – ¿No lo hiciste? Bueno, será porque tienes tus razones y yo las entiendo; pero me llama la atención que tú no entiendas las mías. Si tú no puedes volver a hablar con tu ex grupo de amigas, ¿por qué yo tengo que ser amable con Superman? – dijo molesto para después irse del lugar donde estaban, mientras Kara soltaba un suspiro.

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Manhattan

CatCo Worldwide Media

Unas horas más tarde, la Chica de Acero decidió olvidarse un poco de la discusión con su novio en el trabajo. Y cuando lo pensó, se emocionó bastante recordando que ahora tenía una nueva ocupación. Junto a ella, estaba su primo nuevamente.

Kara: Primer día de reportera – decía ansiosa luego de salir del ascensor – Es cinco veces más emocionante que comprar útiles escolares; y también lo hice – le mostró una libreta a Clark.

Clark: Eso noté.

Kara: Es una libreta de reportera, para poder tomar notas – decía muy emocionada – Soy una reportera ahora...

Clark: Escucha, Kara – la interrumpió tomándola de los brazos – Lo harás genial.

Kara: Eso espero – dijo más calmada – No quisiera decepcionar...

Cat: Kara – los interrumpió desde su oficina – ¿Crees que puedas darme un minuto?

Clark: Suerte – luego él se fue mientras Kara iba junto a Cat, y esta última lo saludó con una expresión algo coqueta.

Cat: Mirar a Clark Kent caminar es meditación trascendental, las preocupaciones y ansiedades en la vida tan sólo... desaparecen – dijo sin quitar la vista de encima del kryptoniano, más precisamente... de su trasero.

Kara: Eso... es... tan interesante – dijo algo asqueada e incómoda.

Cat: Kara, quisiera presentarte a tu nuevo jefe – dijo mientras ambas ingresaban en la oficina.

Kara: ¿Enserio? Eso es maravilloso – dijo con su emoción de regreso – Cuando él llegue, estoy lista para la acción.

– Linda vista, Cat, bastante clara – dijo un hombre afroamericano, cabello estilo afro corto y negro, ligera barba y bigotes, grandes lentes, y vestía una camisa azul con corbata y pantalones negros.

Cat: Es la primera y la última vez que oiré un cumplido hacia mí que haya venido de ti – dijo sarcástica mientras iba a su escritorio – Ron Troupe, te presento a Kara Danvers.

Kara: Hola, señor – le ofreció su mano en saludo, pero él no la aceptó.

Cat: Ron dirigirá el equipo de investigación de la revista CatCo – decía mientras el llamado Ron miraba a Kara seriamente – Es uno de los mejores periodistas que conozco, y tiene esa imagen desagradable – dijo mientras Ron se hurgaba los dientes – Los periodistas no son tan chic.

Kara: Sí, señor Troupe, e-es un honor conocerlo – dijo algo nerviosa – Leí sus artículos de corrupción de alcaldía y son... ganaron un Pulitzer, así que... – Ron no dijo nada, y su expresión no ayudaba mucho.

Cat: Kara será tu nueva novata, enséñale bien – dijo seria.

Kara: Estoy ansiosa por iniciar. Juró que trabajaré en esto más de lo que jamás he trabajado en... cualquier cosa en mi vida – su emoción se fue apagando al ver a Ron retirarse sin decir nada – ¿Eso salió bien?

Cat: Ah, sí, sí – mintió disimuladamente – Creo que tú le agradas. Síguelo – Kara fue detrás de él.

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Brooklyn

Departamento de Ben y Kara

El ocaso estaba llegando, anunciando la proximidad de la noche, y Kara decidió tener un encuentro en su casa con Clark. Lo que no le dijo a su primo era que Ben también estaría ahí, y tampoco le dijo a su novio sobre esto.

Ben: Déjame ver si entendí – dijo algo serio – ¿Planeaste un encuentro con Superman aquí?

Kara: Sí, y ustedes dos van a hablar y arreglar las cosas – dijo seria – Porque no me gusta la idea de que dos de las personas que más amo estén peleadas.

Ben: Ya que, no tengo opción, ¿cierto? – dijo suspirando, y Kara negó con la cabeza – Bien, pero no prometo nada – luego alguien tocó la puerta.

Kara: Justo a tiempo – saludó a su primo cuando llegó.

Ben: Hola, Clark – intentó sonar lo más amistoso posible.

Clark: Hola, Ben – dijo entrando a la casa – ¿Nos darías a Kara y a mí un minuto?

Ben: Seguro – dijo con una sonrisa sarcástica, y luego fue a otra parte del departamento.

Clark: Gracias – luego se acercó a su prima – Escucha, hay algo que debemos discutir.

Kara: Lo sé, tú volverás a Metrópolis – dijo algo triste.

Clark: Sí, ya es hora – dijo en igual estado.

Kara: Comprendo – luego suspiró un poco – Es que creí que te quedarías otro par de días por aquí.

Clark: Y eso me encantaría – dijo tomándola de los brazos – Pero tengo que volver con Lois y al periódico, y Metrópolis necesita a su héroe.

Kara: Lo entiendo – en eso, los interrumpió el noticiero que estaba en la TV.

Un suicida está en el puente de Brooklyn, el personal de emergencia está en camino. Se cerrará el puente por el momento.

Kara: ¿Una última aventura? – preguntó algo emocionada, y Clark sólo rió un poco.

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Sin perder mucho tiempo, ambos kryptonianos partieron volando en sus trajes de héroes hasta el puente de Brooklyn. Aterrizaron detrás del suicida, y se acercaron cuidadosamente.

Supergirl: Señor – no hubo respuesta del hombre – Señor, usted no quiere hacerlo – el hombre volteó a verlos, revelando ser el segundo Metallo – Corben.

Metallo II hizo brillar su pecho con mucho calor, al punto de quemar parte de su camisa para revelar las partes mecánicas en él además de su corazón de kryptonita. Luego, disparó un fuerte rayo de su pecho directo a Superman, enviándolo al suelo con mucho dolor.

Metallo II: No... Metallo – dijo serio.

Después, Corben se bajó del borde del puente y disparó un segundo rayo al abatido Superman. Kara se enfrentó a él e intentó darle un golpe al rostro, pero por la exposición a la kryptonita este no surtió efecto. Metallo II hizo lo mismo que ella, dándole un fuerte golpe que la hizo estrellarse contra un auto.

Lejos de terminar, Corben volvió a ir hacia Superman y le dio dos golpes al rostro, para después someterlo del cuello y exponerlo más a la kryptonita. Supergirl logró volver a ponerse de pie y disparó su visión de calor contra Metallo II; pero este la retuvo con su mano derecha, pero le costó su piel y quedó con una mano robótica.

Corben disparó un rayo de kryptonita contra ella, pero Kara logró cubrirse detrás del auto con el que se estrelló. Luego, comenzó a empujar el mismo mientras el villano disparaba sin cesar más rayos. Cuando el coche estuvo frente a él, Metallo II intentó empujarlo contra Supergirl, pero ella se subió encima de él para atacarlo por sorpresa. Sin embargo, Corben fue más rápido y disparó otro rayo que la hizo caer al suelo fuertemente.

Metallo II: Me dispararon por la espalda – dijo frente a ella – Tú verás tu muerte de frente.

Repentinamente, el villano salió disparado hacia el río producto de que fue golpeado por un poste de luz. Cuando Kara volteó, vio a su novio Ben transformado en su forma Vaxasauriana conocida como Humungosaurio con el mismo poste como si fuera un bate de baseball.

Humungosaurio: Aún soy buen bateador – dijo viendo en la dirección en la que se fue Corben.

Superman: Kara – dijo acercándose a ella y viendo su estado – Hay que llevarla a la base.

Humungosaurio: Sí.

El Hombre de Acero cargó a su prima en brazos y la llevó volando hacia los cuarteles, mientras Ben comenzó a correr en la misma dirección.

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

Durante el camino, Ben les advirtió a los Plomeros que se dirigían con Kara herida a la base. Unos momentos después, llegaron y todos los estaban esperando.

Rook: Llegaron – dijo viendo a los tres héroes.

Supergirl: Estoy bien, sólo estoy algo aturdida – dijo caminando débilmente apoyada en su primo, Rook y Ben la sostuvieron de los brazos y Superman se acercó a Max.

Superman: Me dijiste que sólo los Plomeros tenían acceso a kryptonita – dijo serio y molesto – ¿Podrías explicar lo que acaba de suceder? Un segundo Metallo cargado de kryptonita casi asesina a Kara y también a mí – hubo unos segundos de silencio – Di algo, Max.

Max: Un cargamento desapareció hace cuatro meses, hicimos todo por hallarlo – dijo serio pero apenado.

Supergirl: ¿Hace cuatro meses? – dijo sorprendida.

Superman: ¿Desapareció? – dijo sin creer esa parte.

Rook: Fue robado – intervino para calmar las cosas – Creímos que fue trabajo interno, pero los de transportación no lo hicieron.

Superman: ¿Tienen un espía? – él lucía todo menos calmado.

Max: No lo sabemos.

Superman: Si la hubieras destruido cuando te dije, entonces...

Max: Estaríamos desprotegidos cuando Non y Astra trajeron Myriad – dijo algo molesto, acercándose a él – ¿Olvidas que era una fuerza que ni el propio Hombre de Acero pudo derrotar? – intentó salir de la conversación retirándose pero Clark se lo impidió poniendo una mano en su pecho.

Winn: Ay, Superman y el magistrado Tennyson se enfrentarán, esto es terrible. Y es increíble – dijo en una mezcla de miedo y emoción.

Superman: Arriesgamos nuestras vidas protegiendo la vida en la Tierra – dijo más molesto que antes – Si de verdad te importara Kara...

Max: Cuidado con lo que dices – dijo muy serio, sin una pizca de miedo.

Superman: ¿¡O qué!? – dijo furioso, pero fueron interrumpidos por una estática en la gran pantalla de la base.

Habitantes de Nueva York – dijo la imagen de un rostro blanco y sin pupilas, creado por inteligencia artificial y con voz robótica – La Tierra nos ha sido arrebatada. El enemigo llegó disfrazado de héroe – mientras hablaba, mostraba imágenes de los últimos combates de Ben y Kara – Dicen que vienen en paz para protegernos de amenazas, ¿pero cuánto pasará antes de que estos dioses decidan gobernarnos en lugar de servirnos? – el mensaje de este rostro no sólo se transmitía en la base, sino en cada pantalla de la ciudad – Somos el antídoto a su veneno, somos los científicos que les demostrarán de lo que son capaces los humanos. Los que se unan a los invasores no serán perdonados. No podrán detenernos, estamos por todos lados. Somos CADMUS – la imagen se fue y todo volvió a la normalidad.

Superman: CADMUS, otra vez – dijo algo frustrado.

Winn: Anunciándonos su regreso.

Max: Declarando una guerra.

Supergirl: Quieren asesinarnos, a todos – dijo preocupada, mirando a su primo.

Ben: Ay, por favor. De todos los regresos, era el que menos quería, hasta prefiero que regrese Vilgax – dijo serio y agobiado – No lo lograrán, nadie amenaza mi ciudad y la ciudad donde vive mi familia – luego miró a Kara – Voy a detenerlos.

Winn: ¿Cómo?

Superman: Metallo ya no es un simple humano, CADMUS hizo de metal su esqueleto. Rastros de la aleación quedaron en mi mano cuando lo golpeé. Lo analizaré en la Fortaleza de la Soledad – dijo mirando a Max, olvidando momentáneamente su pleito anterior.

Max: Señor Schott, saca la tecnología anti-kryptonita de Non y Astra – dijo mirando al mencionado – Luego, trabaja junto a Blukic y Driba para hacer mejoras para nuestros amigos.

Winn: ¿Le haré a Superman un traje nuevo? – dijo incrédulo y nervioso.

Superman: Sin presiones – dijo algo divertido, y luego disponía a irse a su fortaleza.

Ben: Superman, tal vez esto sea mucho para nosotros solos – dijo acercándose a él – Pero si trabajamos juntos lograremos algo.

Superman: Espero te guste el frío – luego ambos partieron a la fortaleza.

Supergirl: ¡Sí! – gritó emocionada, pero luego vio que todos la veían – Perdón.

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Manhattan

CatCo Worldwide Media

Ron: Pedí una copia hace cinco minutos.

De regreso en el trabajo de Kara, todo el mundo estaba muy movilizado por el anuncio de CADMUS contra los alienígenas. Kara llegó para ver el tumulto de gente en la parte editorial y se dio cuenta de algo.

Kara: ¿Llegué tarde a la junta editorial? Lo lamento – dijo apenada.

Ron: No llegaste a la junta editorial – aclaró – Si no hay una copia de CADMUS en cinco minutos, tú te quedarás otro día; pero nadie está a salvo.

Kara: Señor Troupe, lo siento. Dígame lo que tengo que hacer y yo lo haré. ¿Y mi silla?

Ron: No tienes una silla, rizos – dijo sin mirarla.

Kara: Está bien, me gusta la acción de todas formas, y disfruto estar activa – dijo motivada.

Ron: No tienes una silla porque no trabajas aquí – dijo yendo a su escritorio.

Kara: Usted no lo decide – dijo con su emoción bajando – La señorita Grant me contrató.

Ron: No me interesa lo que Cat diga, es mi oficina y yo mando – dijo algo fastidiado.

Kara: Pero es el trabajo que elegí – dijo extrañada.

Ron: Ah, lo elegiste – dijo en tono sarcástico volteando a verla – Pero no te lo ganaste – decía serio – No sólo te conviertes en reportera, no es una actualización para redes sociales. Se es reportero porque se estudia periodismo o porque se empieza desde abajo. Como sea, aquí se vive para contar historias, para llegar a la verdad, y ensuciarse las manos – dijo lo último en un tono severo.

Kara: Yo admito que hay cosas que no sé, pero cuando me asigne un trabajo...

Ron: No te daré un trabajo – decía molesto – Ahora saca tu ingenuo trasero de mi oficina antes de que proyecte mi último divorcio y te quiebre emocionalmente.

Kara: Pues, usted es... ¡Usted...! – balbuceaba molesta sin poder pensar en un buen insulto.

Ron: Gracias por aclarar la tonta noción de que hablas o escribes bien – dijo para después ignorarla, y la kryptoniana salió fastidiada en busca de su jefa.

Kara: Señorita Grant, ¿tiene un minuto? – dijo aún molesta cuando la encontró.

Cat: ¿Tengo un minuto? ¿Crees que me queda un minuto, Kara? ¿No me conoces? – dijo irónica.

Kara: Lo siento.

Cat: 30 segundos, escúpelo – dijo seria.

Kara: Ron Troupe se rehúsa a reconocer mi puesto.

Cat: Oh, ya veo – decía mientras recogía documentos de varios puestos – ¿Y qué quieres que haga al respecto?

Kara: Decirle que la escuche – dijo como si fuera obvio.

Cat: Disculpa, ¿me imagino cosas, o quieres que instruya a tu nuevo jefe para que te trate bien porque no sabes defenderte?

Kara: Ah... sí.

Cat: Ah... no. No, no, y no. No quiero hablar con tu nuevo jefe. No quiero arreglarte las cosas, Kara – dijo mientras ambas entraban en su oficina – Eres una mujer adulta y eres buena, talentosa y lista. ¿Cuántas veces debo decírtelo para que logres aceptar quién eres? – decía en una mezcla de agobio y molestia, para consternación de la rubia – Ahora necesito que te comportes como alguien madura, Kara, y te des tu valor; porque no voy a estar cerca por mucho tiempo.

Kara: ¿De qué habla? – dijo confundida, pero luego pensó lo peor – Ay, por Dios – decía asustada – Ay, por Dios, señorita Grant. ¿Fallecerá?

Cat: No – dijo riendo por esa conclusión – No.

Kara: Gracias a Dios – dijo aliviada.

Cat: No, Kara, yo no moriré. Yo me iré – igualmente esto fue un shock para Kara – De acuerdo, la verdad ya se descubrió. Yo me tomaré un año sabático de CatCo.

Kara: ¿Qué?

Cat: Ya hice todo lo que pude hacer en este lugar – decía tranquila – Soy un tiburón en un tanque y estoy nadando en círculos, y me muevo pero no llego a ningún lugar. Y sí, sí, yo creé un imperio mediático y me gusta creer que puse un poco de luz en la humanidad y en el mundo – mientras hablaba, Kara tomó asiento en el sofá de la oficina – Y ayudé a Supergirl y Ben 10, por Dios santo, pero he estado nadando en el mismo estanque demasiado. Hay otros océanos que aún tengo que conquistar. Tengo que salir – hubo unos segundos de silencio.

Kara: Todo cambia tan rápido – dijo triste con unas lágrimas amenazando con salir – Los cambios me son difíciles – hubo otros segundos de silencio – Dios, señorita Grant, yo... no puedo imaginarme estando aquí sin usted.

Cat: Kara, tú... – luego se acercó un poco a ella – Ay, Kara, tú estarás a la altura – dijo dándole unos golpecitos en los hombros, y la rubia se levantó para darle un fuerte abrazo – Ahora, quiero que vayas ahí y le muestres a ese imbécil de Ron de qué estás hecha – dijo casi susurrándole, haciendo reír a Kara un poco – Demuéstrale – con un poco de motivación, Kara se fue de la oficina.

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Lugar desconocido

Regresando a la base secreta de CADMUS, Metallo II había logrado regresar luego de su pelea contra los kryptonianos. Estaba admirando su mano robótica cuando llegaron los científicos de antes junto a él.

– Esto fue un total fracaso – dijo el científico serio – No debimos dejarlo salir.

– ¿Eso crees? Yo estoy muy complacida – decía la científica un tanto alegre mientras Corben se colocaba un guante negro de cuero – Le infligió una herida a Superman, ¿tienes idea de lo difícil que es eso?

– Pero los de Kryptón siguen con vida, sólo es cuestión de tiempo antes de que ataquen – dijo él preocupado.

– En eso tienes razón – dijo ella frente a Corben.

Metallo II: Denme otra oportunidad y acabaré con ellos – dijo serio.

– Ya la tendrás, Roger, lo prometo – luego volteó hacia el científico – Pasaremos a la fase dos.

– ¿La fase dos? No tenemos un candidato adecuado – dijo él extrañado.

– De hecho, tengo al hombre perfecto para el trabajo – luego ella le hizo una seña con la cabeza a dos hombres que estaban presentes.

– ¿Quién? – los hombres lo tomaron de los brazos – ¿Qué sucede? Espera, ¿qué están haciendo?

– ¿Listo para hacer tu parte y salvar al mundo? – dijo ella mientras los hombres lo sacaban del lugar.

– ¡No, no! ¡Esperen, basta! – gritaba él preocupado y asustado – ¡Por favor, suéltenme ahora! ¡No!

– No sabrán qué los atacó – dijo ella susurrando.

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Fortaleza de la Soledad

Por otra parte, Ben (transformado en su forma Aerofibia conocida como Jetray) y Superman llegaron a la gran fortaleza de cristal del kryptoniano. Cuando aterrizaron dentro de la misma, Ben regresó a la normalidad y contempló un poco el lugar.

Ben: Siempre me impresiono cuando vengo aquí – decía mientras caminaban por el zoológico de la fortaleza – Sobre todo por esto.

Superman: Me gusta preservar la historia de estas especies en peligro de extinción – dijo mirando a algunos animales – Siento que son como yo al principio, seres sin hogar.

Ben: No se puede todo, Superman – dijo casi suspirando – Una amistad por un lado, y la desconfianza por el otro.

Superman: Teníamos que hacerlo, Ben – dijo algo apenado pero firme, cuando llegaron a la computadora de la fortaleza.

Ben: ¿Por qué? – preguntó volteando a verlo.

Superman: No es porque desconfiemos de ti o de Kara. Estaban yendo contra la figura de Harangue, quien era aceptado por todo el mundo.

Ben: Ay, por favor – dijo algo agobiado, mirando hacia arriba – ¿Nunca se te ocurrió pensar que tal vez por algo lo hacíamos?

Superman: Lo hice – dijo asintiendo – Pero las personas y algunos miembros de la Liga comenzaban a murmurar, mucho más después de lo que pasó con el Capitán Átomo – decía serio – Batman y yo queríamos hacerlos entrar en razón, pero los demás tenían otra opinión.

Ben: Atacarnos sin razón, claro – dijo sarcástico – Si tu plan es hacer que regresemos al grupo, no te molestes.

Superman: Yo sé que después de lo que acabo de decir tal vez nunca regresen, pero quiero que sepas que la Liga de la Justicia actuó conforme la necesidad del momento; y fue la equivocada, lo reconozco – dijo apenado – Ódiame si quieres, pero así son las cosas.

Ben: No te odio, Clark. No confío en ti porque no confías en mí – dijo un poco calmado – Deberíamos ser aliados, y lo mejor es dejar las cosas como están. Si la Liga de la Justicia nos necesita, ahí estaremos – le ofreció la mano – Pero no volveremos – Clark aceptó el trato y estrecharon manos.

Superman: ¿Kelex? – el robot de la fortaleza apareció al segundo.

Kelex: Amo Kal, ¿cómo puedo ayudarle?

Superman: Escanea moléculas desconocidas – le extendió su puño izquierdo y el robot lo analizó con una luz azulada.

Kelex: Capa de radiación, comúnmente asociada con el Prometio; uno de los metales más fuertes conocidos.

Ben: ¿Prometio? – preguntó confundido – ¿Cómo consiguieron Prometio?

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

Mientras tanto, en los cuarteles, los Plomeros esperaban por noticias de Ben y Superman mientras hacían otras tareas. Al cabo de unos minutos, una llamada llegó a ellos.

Max: Es Ben – luego contestó la llamada – ¿Qué hallaron, Ben?

Ben: Identificamos el material que CADMUS usó para el esqueleto de Metallo. Se trata de Prometio.

Max: Averigua si hay Prometio en un radio de 160 kilómetros – le dijo a Winn.

Winn: De acuerdo. Prometio, querida computadora, muéstrame su rastro – dijo mientras tecleaba en su PC, y no tardó mucho en encontrar algo – Bingo, número atómico 61, soy el mejor – dijo orgulloso.

Max: Es un distrito industrial – dijo viendo la ubicación – CADMUS no puede estar ahí.

Superman: Por el momento, Metallo está solo – habló por el mismo canal – ¿Winn?

Winn: Los trajes ya casi están listos, y con eso me refiero a que no lo están – dijo algo apenado.

Ben: En ese caso, yo iré solo esta vez. Si necesito ayuda, la pediré – luego cortó la llamada.

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Debajo de un puente en la zona industrial de Bellwood, el segundo Metallo estaba descargando unos materiales de una camioneta cuando fue rápidamente derribado por un borrón azul. Cuando levantó la cabeza, vio a Ben transformado en su forma Citrakayah conocida como Fasttrack.

Fasttrack: ¡Oye, idiota!

El héroe volvió a atacarlo a gran velocidad, corriendo en diferentes direcciones y golpeándolo cada vez que se acercaba a él. Corben no podía defenderse bien, y terminó nuevamente en el suelo. Luego, Ben frenó frente a él y regresó a la normalidad.

Ben: Se terminó – dijo serio – ¿Sabes? Es gracioso cuando piensas que eres una copia de tu hermano pero con esqueleto de Wolverine – dijo irónico.

Metallo II: Búrlate lo que quieras, me alegra sacrificarme por la causa – dijo mientras se levantaba – Pero te equivocas, no se terminó.

Ben: Viejo, si sabes que puedo detenerte en poco tiempo, ¿verdad? – dijo algo extrañado – No veo cuál es tu ventaja.

Metallo II: Tus amigos kryptonianos no vinieron, están escondidos en algún lado – decía serio – Eso significa que no están en Metrópolis con él – Ben quedó más confundido.

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Metrópolis

En la ciudad defendida por el Hombre de Acero, un lindo día estaba transcurriendo en la plaza principal. La gente caminaba tranquila, los niños jugaban, y había una fila para comprar helado. Todo iba bien hasta que el científico de CADMUS apareció con su pecho descubierto, revelando que también lo habían convertido en un cyborg con batería de kryptonita. Este disparó un rayo verde de su pecho, destruyendo todo lo que tocaba.

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Bellwood

Ben: Superman, algo pasa en Metrópolis – dijo por las comunicaciones – Creo que es una trampa – cortó la llamada – Y tú...

Metallo II: ¿Y yo qué, héroe? ¿Dejarás a tus amigos indefensos mientras peleas aquí conmigo? – decía sarcástico mientras hacía brillar su pecho de kryptonita – Sin mencionar los inocentes que podrían morir – Ben lo pensó un poco.

Ben: Yo volveré por ti, créeme – dijo a regañadientes y luego se retiró del lugar, para alivio de Corben.

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Metrópolis

Para cuando llegaron Superman, Supergirl y Ben 10, ya era muy tarde. El tercer Metallo había destruido todo el lugar, muchos escombros tirados por doquier, gente corriendo asustada y otras ayudando a heridos, y el puesto de helados hecho añicos en un rincón.

Superman: Tenía que estar aquí – dijo con mucha culpa – Debí saberlo.

Ben y Kara no dijeron nada, sólo contemplaban también con algo de culpa la triste escena. La Chica de Acero incluso se enfocó en un pequeño monumento a su primo, recordando un poco lo que pasó con ella antes de que se convirtiera en Supergirl; debiendo darle la razón a la Mujer Maravilla que esto pudo haber pasado de no haber tenido control de sus poderes.

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

Mientras tanto, después del incidente con los dos nuevos Metallos, Winn trabajaba lo más rápido que podía en los trajes anti-kryptonita para Kara y Clark. Junto a él estaban los Galvanos Blukic y Driba, quienes lo asistían porque el traje era grande para que ellos lo construyan en poco tiempo.

Winn: Destornillador – dijo luego de evitar que unas chispas lo quemaran, y Blukic se lo pasó.

Blukic: Me resulta increíble que un humano pueda entender algo tan complejo – dijo viendo cómo trabajaba.

Driba: Esto no es complejo, Blukic. En Galvan Prime, esto lo aprendemos en... ¿cuál sería el equivalente aquí en la Tierra? – dijo pensando.

Blukic: Creo que le dicen kínder – dijo algo confundido.

Winn: Bueno, no soy sólo una cara bonita, ¿saben? – dijo un poco herido en su orgullo.

Rook: Hola, Winslow – dijo entrando en el laboratorio.

Winn: Hola, Rook – dijo sin quitar su vista del trabajo – Sabes que puedes decirme Winn, ¿cierto? Winslow suena muy formal, además de recordar a mi padre.

Rook: Discúlpame, Winn. Trataré de hacerlo más seguido – luego se acercó un poco a él – Venía a ver cómo seguía la fabricación de los trajes anti-kryptonita.

Winn: Llevamos buen ritmo. Pero es complicación terminar esto con los rastros de kryptonita en el aire – dijo señalando sus alrededores.

Rook: ¿Qué dijiste? – preguntó haciendo reparo en eso último.

Winn: Es como una habitación subatómica aquí – dijo señalando el traje.

Rook: ¿La kryptonita deja residuos?

Winn: Igual que cualquier sustancia radioactiva – el Revonnahgander se quedó pensativo, y Blukic lo adivinó.

Blukic: Estás pensando en algo – dijo señalándolo.

Rook: Se me ocurrió una idea, si queremos averiguar qué Plomero hurtó la kryptonita y la llevó a CADMUS.

Winn: Oye, ¿quieres ir a jugar con un contador Geiger a los casilleros de empleados? Dime – adivinó su idea.

Driba: Cielos, Blukic, tal vez tenías razón – decía impresionado – Este humano es muy listo.

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Unos momentos después, Rook, Winn y Driba (en el hombro del informático) estaban en la zona de casilleros junto con un aparato que detectaba la radiación; recorriendo cada uno de los mismos mientras apuntaban la máquina.

Rook: ¿Qué señal deberíamos captar? – preguntó mientras caminaban.

Driba: Tiene que hacer muchos pitidos – luego el aparato comenzó a hacerlos – Como esos.

Rook: ¿McGill? – dijo leyendo el letrero del casillero.

Luego de averiguar quién era el posible traidor en los Plomeros, el trío buscó al mismo por la base; hasta que lo encontraron charlando con otro Plomero, por lo que lo vigilaron a distancia.

Winn: ¿Era de los que transportó la kryptonita? – preguntó susurrando.

Rook: No, él nunca debió acercarse – decía sin quitarle la vista de encima a McGill – Es el espía.

Driba: ¿Y ahora qué hacemos?

El Revonnahgander tuvo una idea de cómo hacer que McGill revelara ser el traidor, por lo que envió a Winn y Driba a seguir trabajando en los trajes anti-kryptonita. Rook, por su parte, interceptó a su colega cuando este estuvo libre.

Rook: Plomero McGill, hay un trabajo para usted – dijo serio.

McGill: A la orden – dijo volteando a verlo.

Rook: La presidenta solicitó mover una parte de nuestra kryptonita a otro sitio en Nevada – dijo acercándose a él – Aliste el transporte.

McGill: De inmediato – dijo seguro, pero Rook notó un pequeño toque de nerviosismo.

Después de eso, el Plomero traidor fue a hacer lo pedido mientras Rook se preparaba para emboscarlo en algún punto. En medio de esto, Ben regresó a la base luego de lo sucedido en Metrópolis.

Ben: Winn, ¿viste a Rook? – preguntó mientras se acercaba a él.

Winn: ¿Rook? ¿A Rook Blonko? – decía haciéndose el confundido – ¿Por qué?

Ben: ¿Acaso hay otro Rook en la base? – dijo con irónica – Tengo que hablar con él.

Winn: Pues él no está aquí.

Ben: ¿Y dónde está? – hubo unos segundos de silencio – Winn, ¿dónde está Rook? – preguntó serio.

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Hablando de él, el Revonnahgander le había pedido a McGill que lleve la kryptonita hasta una bodega cercana a la base. Ambos estaban solos, por lo que Rook sacó su Proto-Arma y la apuntó contra el traidor.

Rook: ¡Deténgase!

McGill: No es lo que tú crees, Blonko – dijo de espaldas a él, con las manos en alto.

Rook: Silencio y voltea – McGill hizo lo pedido – Ahora entraremos ahí y dirás todo lo que sabes acerca de CADMUS.

McGill: No, no lo haré – dijo serio.

Sin que Rook lo supiera y sintiera, detrás de él había una persona más junto a ellos, y esta había intimidado a McGill para que no dijera nada. Aún así, la figura sacó una pistola y disparó contra el Plomero traidor, y después derribó a Rook con un golpe en la pierna.

Cuando el Revonnahgander volteó a ver quién había atacado, se topó con la científica líder de CADMUS, acompañada de dos hombres más.

– Plomero Blonko, diría que es un placer pero... mentiría – decía con tono sarcástico.

Rook: ¿Van a asesinarme? – preguntó serio.

– Debería. Ustedes, los Plomeros, trajeron la infección a este mundo – decía muy seria y con desprecio, mientras Rook se ponía de pie – Y les enseñan a todos que eso es correcto. Imagino que hicieron lo mismo contigo, un pequeño adoctrinado que los Plomeros obligaron a creer que los demonios son ángeles – mientras hablaba, daba vueltas alrededor de él – Que su vida debe sacrificarse por ellos, nuestros invasores. Le quiero enseñar al mundo cómo sería la vida si los alienígenas no hubieran llegado, lo que podría ser si desaparecieran.

Rook: Yo he asesinado kryptonianos – decía serio – Apuñalé a Astra de la Casa de El con una espada hecha de kryptonita. He hecho lo que quiere hacer, y lo que no puede hacer.

– Estoy impresionada – dijo irónica frente a él – Pero no cambiará nada.

Los dos hombres tomaron de los brazos a Rook mientras la científica abandonaba el lugar. Ellos intentaban llevar al Plomero a otra parte, pero él hizo uso de su entrenamiento y derribó a los hombres sin problemas.

Después, el Revonnahgander comenzó a huir del lugar no sin antes tomar su Proto-Arma de vuelta. Mientras corría, los hombres se reincorporaron y comenzaron a perseguirlo disparando las pistolas que traían. Rook respondía el fuego cada vez que podía, y logró acertarle a uno en el hombro.

El otro hombre creyó que lo había alcanzado, pero no lo encontró. Rook, en cambio, lo sorprendió atacándolo de repente, desarmándolo, y comenzando una pelea cuerpo a cuerpo en la que el Plomero tenía la ventaja.

– ¡No se mueva! – dijo el otro hombre apuntando su arma, pero tomándose el hombro herido.

En ese momento, Ben apareció aterrizando desde el techo convertido en su forma Crystalsapien conocida como Piedra. El hombre disparó contra el héroe pero la bala rebotó, y luego Ben lo derribó de un solo golpe al suelo. Rook hizo mismo con el que tenía sometido golpeándolo en la nuca.

Piedra: ¿Estás bien? – le preguntó preocupado.

Rook: Sí, gracias por venir – dijo aliviado.

Piedra: No debiste hacer esto solo, Rook – dijo más calmado – ¿Desde cuándo tomas estas determinaciones?

Rook: Desde que trabajo con Ben 10 y Supergirl – dijo con una pequeña sonrisa.

Piedra: Bueno, no aprendiste bien – decía con sarcasmo – Si vas a hacer esto, tienes que asegurarte de ganar – luego regresó a la normalidad.

Rook: Lo tendré en cuenta.

Ben: Y también debiste pedir ayuda, trabajando juntos somos más fuertes – luego pensó en eso último que dijo – Juntos... eso es. Creen que estamos separados pero no es así.

Rook: No entiendo lo que hablas – dijo confundido.

Ben: Tengo una idea para vencer a Metallo, los dos – dijo confiado.

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Cuartel General de los Plomeros

Después de lo sucedido, Ben y Rook regresaron a la base, donde Superman y Supergirl ya habían regresado. Unas horas más tarde, Winn les avisó a todos que los trajes anti-kryptonita estaban terminados. Los mismos no eran la gran cosa, parecían unos arneses hechos a la medida de cada kryptoniano, con la forma del escudo de su Casa.

Winn: Muy bien, fue un trabajo improvisado, pero los mantendrá con vida. ¿Q-Qué les parece? – dijo lo último algo nervioso.

Max: Buen trabajo, Winn – dijo mirando los trajes – Deberías estar...

Winn: No usted – dijo mirando a Clark.

Superman: Me encantan – dijo fascinado, y Winn soltó un sollozo.

Supergirl: ¿Estás llorando? – preguntó viendo unas pequeñas lágrimas en el informático.

Winn: No – dijo con la voz algo temblorosa.

Supergirl: ¿Cuál es el plan? – le preguntó a Ben.

Ben: CADMUS cree que estos dos están por encima de los demás, y que irán a sus ciudades a esperar que vengan por ellos – dijo tomando el hombro de ambos kryptonianos – Lo que no saben es que tendrán apoyo.

Superman: Te escucho – dijo optimista, y Ben le correspondió con una sonrisa.

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Lugar desconocido

Por el lado de los villanos, la científica fue hacia donde estaban los dos Metallos, quienes estaban parados como si fueran estatuas autómatas esperando órdenes.

– Los kryptonianos se han separado. Ellos pretenden tener honor al cuidar cada uno su ciudad – decía seria pero confiada – Esa es su debilidad, el ego de los dioses. Ahora es tiempo de atacar cuando estén solos – dijo enfrente de ambos Metallos – Nadie los ayudará ahora, divididos caerán – los dos la observaron seriamente.

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Metrópolis

Después de las reuniones tanto de los héroes como de los villanos, todos pusieron en marcha sus planes. Superman había regresado a la ciudad que cuidaba para ayudar a remover los escombros grandes de la destrucción causada por el tercer Metallo. Y hablando de él, este aterrizó de sorpresa detrás del Hombre de Acero.

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Bellwood

Mientras tanto, en la ciudad que nunca duerme, el segundo Metallo estaba en un estacionamiento a la espera de la Chica de Acero; y ella misma aterrizó en un punto más elevado que él.

Supergirl: Se terminó, Metallo – dijo seria.

Metallo II: No lo creo – dijo confiado – Voy a quemarte viva.

Luego, el villano disparó el láser de kryptonita de su pecho contra ella, pero el mismo siendo absorbido por el traje anti-kryptonita de Kara.

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Metrópolis

Yendo con Superman, el tercer Metallo intentó atacarlo por la espalda; pero él logró adivinarlo y el villano disparó su láser, y el traje anti-kryptonita del Hombre de Acero hizo el mismo trabajo.

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Bellwood

Regresando con Kara, ella sonrió al ver que su traje funcionaba; y luego, buscó un auto y lo arrojó con fuerza sobre Metallo II. Este lo recibió de lleno, y la kryptoniana fue hacia donde estaba después.

Supergirl: Ahora es momento de golpear tu cara – dijo bromista mientras le daba un golpe al rostro.

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Metrópolis

Superman: Esto me agrada – dijo algo confiado – Gracias, Winn.

El Hombre de Acero veía con orgullo cómo funcionaba su traje. Luego de unos segundos, él cargó contra Metallo III a súper velocidad y lo estrelló contra una pequeña columna. Después de eso, le dio un golpe al rostro, y luego dos más al cuerpo; pero el villano logró darle un codazo al traje anti-kryptonita, averiándolo y haciendo que Superman comience a sentirse débil.

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Bellwood

Por el lado de Kara, ella también sostenía una batalla mano a mano contra Metallo II; teniendo algo de ventaja el villano pero sin que la kryptonita afecte a la Chica de Acero, hasta que ella logró conectar un rodillazo a su pecho. Sin embargo, el villano conectó un puño en el traje anti-kryptonita y lo averió también, comenzando ella a sentir los efectos del mineral. Metallo II la tomó del cuello y la estrelló contra el suelo, para seguir golpeándola allí.

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Metrópolis

A pesar de sentirse debilitado, Superman intentó hacerle frente a Metallo III; sólo para recibir un golpe al estómago y dos más en el rostro. El villano iba a seguir atacando cuando sintió unos disparos de energía en su espalda.

Rook: No está solo.

El Revonnahgander luego arrojó una poderosa granada que envió al tercer Metallo a estrellarse contra un muro, mientras Superman se ponía de pie aún con el traje averiado.

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Bellwood

Metallo II: Llegó tu hora.

El villano se prepara para terminar con Supergirl, quien estaba en el suelo debilitada; hasta que repentinamente apareció Ben transformado en su forma Petrosapien conocida como Diamante, golpeándolo fuertemente hasta hacerlo estrellar contra una columna. Mientras, Kara vio que su traje tenía una parte desconectada y la reparó.

Diamante: Te dije que volvería, idiota – dijo enfrente del villano – Dividir y conquistar no es el mejor plan que digamos.

Supergirl: Trabajarán mejor solos, pero nosotros no – luego, el dúo neoyorkino cargó contra Metallo II.

Tanto Ben como Kara repartían golpes y patadas por igual, y el villano se vio en una completa desventaja. No fue hasta que tuvo una ventana de oportunidad que arrojó a Ben contra un auto, y luego lo sometió contra un muro hasta que Kara lo embistió.

Esa embestida los hizo bajar hasta un callejón, donde Supergirl perdió su traje anti-kryptonita y ahora era sometida en el suelo por Metallo II; y luego este la levantó para volverla a estrellar fuertemente en el suelo.

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Metrópolis

En la otra ciudad, Superman y Rook también peleaban juntos contra Metallo III. El kryptoniano lo golpeó fuerte contra unos escombros; pero Rook no tenía la misma fuerza para pelear contra el villano y fue mandado a volar, quedando el Hombre de Acero contra el tercer Metallo.

El villano logró esquivar un golpe de Superman, y luego logró someterlo contra una pared para después arrancarle el traje anti-kryptonita. Luego, comenzó a darle una serie de fuertes golpes al rostro hasta que fue tomado de la espalda por Rook.

Esta distracción fue aprovechada por el kryptoniano, quien lo tomó del cuello y lo levantó un poco; y el Revonnahgander aprovechó esto para arrancar el corazón de kryptonita del tercer Metallo. Luego, fue dejado en el suelo.

Superman: Escucha, te daremos unos minutos para que pienses en lo que hiciste – dijo sarcástico.

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Bellwood

Metallo II sometió a Supergirl contra un muro tomándola del cuello, después la dejó caer y le dio un golpe al rostro. Luego, el villano disparó su rayo de kryptonita al pecho de la Chica de Acero, hasta que fue interrumpido por un contenedor de basura arrojado por Ben. El héroe cargó contra él después, y Kara aprovechó para tomarlo de un brazo.

Supergirl: ¡Ben, ahora!

Ben se deslizó con una rodilla en el suelo mientras convertía su brazo derecho en muchos cristales, y disparó dos de ellos directo al corazón de kryptonita de Metallo II; dañándolo y haciendo que caiga al suelo debilitado.

Diamante: En el blanco – luego sopló su brazo derecho como si despejara el humo de una pistola, y regresó a la normalidad para acercarse al villano y tomarlo del rostro.

Ben: Oye, estás viendo y escuchando, ¿no? – dijo a la cara de Metallo II.

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Lugar desconocido

En la base secreta de CADMUS, efectivamente la científica que creó a los dos Metallos había observado las dos peleas; y ahora veía perfectamente a Ben en una pantalla.

Ben: Pues déjame decirte que es mejor que rindas, porque si no te encontraremos.

– Que comience – dijo confiada, lejos de aparentar sentirse derrotada.

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Manhattan

CatCo Worldwide Media

La noche llegó a la ciudad, luego de la derrota de los Metallos. Kara debía volver a su trabajo, pero antes decidió entrar con su traje de heroína detrás de su jefa Cat Grant; quien estaba en su balcón personal admirando la ciudad con un vaso de whisky en manos.

Supergirl: ¿Lo extrañará? – preguntó viendo la mirada de la magnate.

Cat: Oh, ¿quién te dijo que me iría? – dijo divertida.

Supergirl: Un pajarito – dijo bromista.

Cat: ¿Un avioncito? – hubo un segundo de silencio – Sí, sí, lo haré. Echaré de menos a CatCo cada día.

Supergirl: La admiro, señorita Grant – dijo acercándose un poco a ella – Asusta dejar la vida que conoce.

Cat: No, voy a dar un paseo a lo desconocido y estoy... emocionada. ¿Tienes idea de lo grandioso que es no saber qué haré mañana? Es emocionante – dijo reflejando ese sentimiento.

Supergirl: Dios, desearía poder hacer eso a veces – dijo suspirando un poco – Empezar desde cero como alguien nueva.

Cat: Bueno, la vida es larga y serás muchas personas distintas antes de su fin – decía con un poco de orgullo – Y conociéndote, cada una de ellas será extraordinaria; aunque no tan extraordinaria como yo – dijo lo último irónica.

Supergirl: No, claro, eso nunca – ella se ubicó al lado de Cat – Eso es verdad, sí.

Cat: ¿Jamás te dije que me llamo Catherine?

Supergirl: No te diré mi nombre – dijo negando, adivinando lo que quería.

Cat: Ay, tenía que intentar – dijo levemente frustrada.

Supergirl: Lo sé.

Cat: Fue la reportera en mí – luego hubo unos segundos de agradable silencio – Cuídate, Supergirl.

Supergirl: Igual usted, y vuelva – luego se apartó un poco – Sé que todos necesitan un cambio, pero también amigos.

Cat: Oh, volveré – dijo confiada – Lo haré.

Luego, la Chica de Acero salió volando del balcón, ante la mirada divertida de Cat. Sin embargo, no fue muy lejos; ya que entró por otro balcón y se cambió de ropa a súper velocidad, quedando con atuendo civil y sus gafas. Lo primero que llamó su atención fue James Olsen cargando una caja, y en su trabajo eso no significaban siempre buenas noticias.

Kara: ¿Qué ocurre? – preguntó extrañada.

J. Olsen: Un nuevo comienzo – dijo tranquilo.

Kara: ¿A dónde irás? – preguntó algo asustada.

J. Olsen: No muy lejos, soy el nuevo Cat – dijo con confianza – Bueno, no el nuevo Cat, me dio su trabajo mientras está fuera.

Kara: Wow – dijo impresionada.

J. Olsen: Sí, es un gran paso, ¿no? Ah, y hablaré con Ron si quieres que lo haga.

Kara: Yo lo aprecio pero debo abrir mi camino sola – dijo levemente confiada – Felicidades... jefe.

J. Olsen: Me gusta cómo suena – dijo con algo de orgullo.

Kara: No te acostumbres.

Luego, el pelirrojo entró a la que era la oficina de Cat Grant para comenzar a ordenarla a su gusto. Por el lado de Kara, ella arrojó un informe de muchas hojas enfrente de Troupe.

Kara: 500 palabras del ataque de ambos Metallos en Metrópolis y Nueva York, con declaraciones de testigos, comentarios de fuentes policíacas, y sin adjetivos. Todo revisado y verificado – dijo seria, rápidamente, y de brazos cruzados.

Ron: No trabajas aquí – dijo desganado devolviéndole el informe.

Kara: Claro que sí.

Ron: No si yo lo digo – dijo sin mirarla.

Kara: Lo hará, lea y verá.

Viendo que la kryptoniana no claudicaba en su afán por trabajar, Ron tomó el informe y lo hojeó levemente; pero después volvió a dejarlo enfrente de ella.

Ron: No perderé mi tiempo.

Kara: ¿No lo quiere? Bien, muchos otros editores sí – dijo molesta tomando su informe y saliendo de la oficina de Ron.

Ron: Espera – ella se detuvo y volteó a verlo – No me agradas y nunca cambiará, rizos rubios – dijo serio.

Kara: No necesito agradarle, tonto señor – dijo también seria pero sin pensar en un buen insulto.

Ron: Eres tan mala insultando como reportando – dijo suspirando decepcionado – Vuelve mañana, tal vez pueda enseñarte algo.

La rubia se emocionó un poco porque podría regresar al trabajo que tanto quería; no obstante, antes de irse, tenía una última duda.

Kara: ¿Tendré una silla?

Ron: No – ahora Kara se fue un poco frustrada pero aún feliz.

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

Más tarde, en la base, Ben le había dicho a su abuelo Max que era mejor estar en buenos términos con Superman, y que su enemistad no valía eso. El magistrado lo meditó un momento, y decidió aceptar la oferta. El Hombre de Acero estuvo más que satisfecho con esa decisión.

Max: Toda la kryptonita de la base en caja de plomo – dijo mientras le traían la misma – Confío que harás lo correcto, Superman.

Superman: Gracias – tanto él como Max estrecharon manos en confianza – Te extrañaré, Winn – le ofreció su mano, pero Winn le dio un abrazo.

Winn: La siguiente vez quizá... podamos salir – dijo cabizbajo para ocultar sus emociones.

Superman: Sí – luego le ofreció la mano al Revonnahgander – Rook – este la aceptó y luego él miró a su prima.

Supergirl: Khao-shuh.

Rook: ¿Eso qué significa? – preguntó confundido.

Superman: No hay una palabra igual en idioma terrestre – dijo pensativo – Creo que lo más cercano sería... ¿continuará? – Kara asintió en acuerdo y luego ambos kryptonianos compartieron un abrazo – Te quiero, Kara.

Supergirl: Y yo a ti, Kal – luego, Clark volteó a ve al último que faltaba por despedirse.

Superman: Espero que esto sea un nuevo comienzo – dijo ofreciéndole la mano a Ben.

Ben: Me quitaste las palabras de la boca – dijo estrechando manos con él – Mucha suerte, Superman.

Superman: La oferta de regresar a la Liga sigue en pie – dijo interesado, aún con las manos tomadas.

Ben: Dije que te deseaba suerte, no que la tentaras – luego rompió el saludo – Pero si nos necesitas, ahí estaremos.

El Hombre de Acero le asintió y luego fue hacia la gran caja de plomo que contenía la kryptonita. La tomó, y sin mucho esfuerzo partió volando rumbo a Metrópolis ante la mirada de todos.

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Metrópolis

Luego de dejar la caja en un lugar seguro, Superman voló hacia la columna de un edificio cualquiera y se cambió a súper velocidad quedando como un simple civil. Luego, sacó su teléfono celular y le mandó un mensaje a Kara.

Clark: Ya te extraño – su prima no tardó en responderle.

Kara: Y yo a ti – en ese momento, una llamada de su jefe llegó.

Clark: Sí, sí, señor White... – contestó nervioso – Sí, volví... No, señor, yo jamás volveré a irme tantos días... – decía mientras caminaba – Oh, Dios, no, señor White, yo jamás insinué que me extrañara. Tendré su artículo en un santiamén... Un santiamén es una unidad de tiempo, señor.

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Bellwood

Cuartel General de los Plomeros

Regresando a la base, antes de irse a su departamento a dormir, Ben y Kara fueron donde estaba el visitante misterioso que habían encontrado días atrás. La rubia estaba sentada a un lado de él, mientras Ben estaba parado detrás de ella.

Ben: ¿Crees que va a estar bien? – preguntó casi susurrando.

Supergirl: Eso espero – dijo mirando al visitante – Sé lo que se siente ser un extraño en este planeta. Cuando despiertes, estaré aquí para ti. Así nunca sabrás lo que es estar solo – dijo tranquila.

Ben: Qué generosa – dijo irónico, y luego le tomó el hombro – Si quieres puedo ayudar.

Supergirl: Me gustaría – dijo tomando su mano.

Sorpresivamente, en ese momento el visitante misterioso despertó de golpe y respirando pesadamente. Luego, lo primero que vio fue a Kara y sin pensarlo mucho la tomó fuertemente del cuello.

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