HOGAR DULCE HOGAR

Roma. Italia.

 7 de enero de 2020.

PABLO 

Llegué al apartamento donde me quedaría con mi mejor amigo mientras estudiaba, bajé mis maletas del taxi y me dispuse a entrar, entonces encontré un problema, el apartamento era en un octavo piso y el ascensor estaba en mantenimiento. Un rato después llegué  fatigado a mi destino, sin duda traer dos maletas con aproximadamente diecisiete kilos cada una más la maleta de mi guitarra no es una carga liviana, menos mal tengo buen físico. Golpeé la puerta y un momento después un chico de no más de diecinueve años la abrió.

 - ¿Te ayudo viejo amigo? O primero vas a saludar - preguntaba el chico con una sonrisa.

 - Que gusto verte hermano - respondí.

- Ya ha pasado más de un año desde la última vez que nos vimos -

 - Si, desde las vacaciones de verano - 

- ¿De quién es ese suéter? - preguntaba Esteban con curiosidad.

 - De una chica del aeropuerto -

 - ¿Qué haces con él? No me digas que ya conseguiste una chica -

 - Claro que no, lo dejó olvidado, es todo. Si logro encontrarla se lo devolveré y ya - 

- ¿En serio crees que la vas a volver a ver? Digo, puede estar en cualquier lugar de Roma o de Italia, lo más probable es que no la vuelvas a ver - 

- Esteban, sí dejó este suéter es por algo, el destino quiere que nos volvamos a ver -

- Si claro, ¿Entonces crees que es parte de algún plan raro del destino? Eso es lo más tonto que he oído - me dijo burlándose de mí.

 - Búrlate todo lo que quieras, pronto seré yo quien me burle-

 - En fin, ¿Viste el partido de Italia contra España?-

 - Claro, no me podía perder ese partido -

 - Claro, ¿Viste la paliza que les dimos? Y supuestamente Italia no era un rival digno - alardeaba con orgullo. 

- No seas exagerado Esteban, perdimos tres a dos, además, es penalti a los últimos minutos fue injusto -

 - Si claro, solo acepta que tu equipo perdió por jugar sucio - 

- Solo admite que tu equipo está conformado por actores que sólo exageran las cosas - 

- En fin, ¿Qué tal si mejor me acompañas a tu fiesta de bienvenida? -

 - ¿En serio vas a hacer una fiesta de bienvenida para mí? - 

- Si, ¿Por qué no? Además, tú has hecho ya mucho por mí, es hora de que te recompense - 

- Gracias hermano, deja que me acomode y vamos - 

Con ayuda de Esteban llevamos mis maletas a mi cuarto y me dispuse a mirar qué me pondría para esta noche. Pero en lo único en lo que pensaba era en aquella chica del aeropuerto, en sus hermosos ojos y en su hermosa cabellera dorada, espero encontrarme con ella en la fiesta, aunque sea muy poco probable, pero, por alguna razón el destino hizo que yo recuperara su suéter en el aeropuerto. Eso, creo que es señal de que la volveré a ver, solo es cuestión de tiempo  

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