EN BUSCA DE LOS ELEGIDOS

Plaza central. Monte Olimpo

12 de enero del 2020

HERMES

Después de hablar con mi padre busqué a Horus, el único capaz de ayudarme en esta tarea por su capacidad de ver las cosas que ningún Dios o mortal puede, además de su gran estatus dentro del alto mando egipcio. Luego de algunos minutos de búsqueda lo encontré en uno de los hospitales provisionales ubicado en la plaza central.

– Horus. Te necesito para una misión especial –

– ¿Qué necesitas? –

– Es hora de ejecutar el Código Siete y te necesito para escoger a los futuros semidioses –

– ¿Cómo sabes de la activación del código? – preguntó.

– Digamos que no hay nada que no sepa dentro de estas murallas –

– Sabes que el Concilio te podría castigar si se entera que espiabas la reunión –

– Por suerte eres alguien muy bueno para guardar secretos –

– Bien. ¿Cuándo partimos? –

– En una horas. Tengo que traer la lista. Nos vemos en la plataforma sur –

– De acuerdo –

Después de hablar con Horus, corrí hasta el despacho de Zeus para poder extraer la lista de candidatos. Unos minutos después, y de buscar entre tantos archivos, logré sacarle una copia y salir antes de que alguien se diera cuenta, ya que este era un lugar prohibido para todos los habitantes del Olimpo y sus visitantes, incluyendo dioses. Luego, me dirigí al cuartel de las fuerzas especiales en busca de Eneas y un arma.

– ¿Qué haces aquí Hermes? –

– Busco un arma, tengo mucho trabajo que hacer –

– ¿Y eso por qué necesitaría un dios un arma –

– Tengo trabajo que hacer en el mundo terrenal –

– Ya veo. Por cierto, he preparado un comando especial que te apoyará en tu misión –

– ¿Quién te dijo sobre la misión? – le pregunté confundido.

– Tu padre, me dijo que te ayudara –

– Eso no lo dudo–

– Toma, esto te servirá – me dijo pasándome un arma que parecía salida de una película de ciencia ficción.

– ¿Qué es esto? –

– Es un Fusil de Descarga Eléctrica o FDE, dispara un rayo a más de un kilómetro de distancia –

– ¿Es letal? – 

– Hasta una distancia de cuatrocientos metros, después de eso solo causa parálisis temporal que dura dependiendo de la distancia, entre más lejos está el objetivo, menos efecto tiene–

– Gracias –

– Lleva también un par de estos – dijo sacando un par de pequeñas empuñaduras. – Estos, son Cañones Portátiles, las aprietas ligeramente, y ya – me dijo mientras activaba una de estas empuñaduras formándose un guante con un pequeño cañón en la parte superior de la mano. – El cañón dispara una pequeña esfera que tiene dos modalidades, letal o paralizante y un generador de pulso electromagnético en la parte inferior de la mano –

– Vaya, definitivamente ustedes tienen lo mejor –

– Y eso que no conoces estas – me dijo mientras sacaba de una caja unas pequeñas granadas del tamaño de una pelota de béisbol. – Estas son mis favoritas, son granadas que emiten un Pulso Electromagnético que puede incapacitar cualquier dispositivo o vehículo eléctrico, es muy eficaz, además de poder afectar todo en un radio de dos metros y tienen material explosivo–

– ¿De dónde sacan todo esto? –

– Los beneficios de ser las fuerzas de élite, obtienes lo mejor de lo mejor y no solo en armas, también en vehículos y equipo de combate –

– ¿Y si tienen todo esto por qué no nos ayudaron ahí afuera? –

– Fue una orden de tu padre, se supone que esta zona es secreta, solo algunas personas la conocen, ni siquiera el Concilio sabe sobre esto, los únicos dioses que lo saben son tu padre, Horus, Anubis, Atenea y tú –

– Deberían informarle al Concilio –

– ¿Tú crees que el Concilio entenderá tranquilamente que nosotros les hemos estado ocultando los mayores avances tecnológicos en la industria militar? –

– Buen punto, definitivamente no funcionaría –

– Aunque tu padre está dispuesto a correr ese riesgo –

– ¿Qué? – le dije confundido, definitivamente creo que estoy muy desactualizado de lo que pasa en este lugar.

– Si, tu padre me ordenó activar el Sistema de Defensa Aéreo del Olimpo –

– Creo que hay muchas que cosas de las que no estoy enterado. En fin, creo que esto lo terminaremos luego, ya me tengo que ir –

– Bien, Te prepararé tu transporte –

– Gracias. Eneas, diles a tus hombres que me esperen en la plataforma Sur –

– Bien, enseguida les informo –

Luego de eso me dirigí a la plataforma sur a encontrarme con Horus. Al llegar, se les comentó la misión a los soldados y nos dividimos en cuatro grupos para hacer mucho más rápida la búsqueda y partimos en busca de aquellos chicos que nos ayudarán en esta guerra.

Nuestra primera parada fue Estambul, en donde encontramos varias opciones, pero al final no escogimos a ninguno de ellos, ese mismo resultado ocurrió en gran parte de Asia, ese fue el resultado del primer día. Pero para el segundo día las cosas cambiaron, en Buenos Aires, Argentina, encontramos a una chica llamada Jennifer, la cual la escogimos por su determinación y actitud ante los problemas, aunque tuvimos algunos percances En ese momento el resto de América fue descartada, así como la parte sur de África y lo que faltaba de Asia, así como el norte de Europa. Ese mismo día, recibimos el informe del equipo alfa, el cual nos daban una gran lista de jóvenes que vivían en los países mediterráneos, pero siete de ellos parecían tener las cualidades que queríamos, cinco en Roma, una en Alejandría y uno en Atenas, sus nombres eran Pablo, Camila, Esteban, Sergio, María, Helena y una chica llamada Lucía; el problema es que solo podíamos escoger a cinco de ellos, al final decidimos excluir a Helena y a Lucía.

Al tercer día, decidimos que iríamos primero a Atenas, luego iríamos a Roma en donde terminaríamos con esta búsqueda. La misión estaba prácticamente terminada. Pero nadie pudo imaginarse lo que pasaría al final de la que pareció la misión más sencilla que he tenido.



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