Capítulo 19

Irina

Corro por los pasillos y al fin lo encuentro, otra vez está forcejeando con una ventana.

—¡Fared! —lo llamo y se detiene.

—¿Qué? —dice de malhumor.

—Bueno, no me hables así —expreso molesta.

—Se me acabaron las ideas, parezco un imbécil intentando romper un vidrio.

—Bueno, espero que consigas nuevas, porque necesito que te vayas.

Enarca una ceja.

—¿Disculpa? ¿No estamos escapando todos?

—Bueno, sí, pero... —Uno mis dedos índices algo tímida y nerviosa—. Si encuentras una forma rápida de escapar, deberías irte primero, tú estás en más peligro que nosotras.

Me mira de mala manera.

—No necesito tu lástima, solo porque tú eres una diosa y yo un mísero híbrido.

—No es por eso —digo avergonzada y me abrazo a mí misma—. Es que si lo piensas... Morket tiene el cuerpo de Kael, Askar no sabemos dónde se encuentra, ni si está bien, solo quedas tú. —Bajo mis manos—. Estoy preo...

Me interrumpe.

—Yo me preocuparé por mí, gracias. —Se gira para irse y lo sigo.

—Espera.

—¿Qué? —No se detiene, sigue avanzando.

—¿Me estás evitando?

—Siempre. —Se ríe.

Bufo.

—No te estoy insistiendo con nada.

Se detiene y me mira, así que yo hago lo mismo.

—¿Qué quieres? ¿Quieres hablar de por qué te besé?

Me sonrojo.

—¿Eh? No, bueno, sí, si tú quieres.

—Mm, no. —Vuelve a caminar y lo sigo otra vez—. Tienes razón, te estoy evitando, pero no por lo mismo de siempre.

Enarco una ceja.

—¿O sea que no me evitas porque piensas que vas a lastimarme? ¿No era que ibas a cumplir tu promesa? ¿Y ahora cuál es la razón? Me estás cansando, Fared.

Se detiene otra vez y yo hago lo mismo, aunque en esta ocasión me sobresalto cuando me observa de manera rápida.

—Ya deberías haberte cansando hace mucho tiempo, pero aquí estamos, tú y yo, discutiendo de nuevo por lo mismo.

—¿Y qué es diferente? —cuestiono.

—¿Disculpa? —Alza una ceja.

—Sí, tú mismo dijiste que me evitabas por otra razón.

—¿Prefieres que te responda con palabras hirientes o que te bese? —pregunta de repente y me paralizo.

Mi sonrojo va en aumento.

—¿Eh? ¿Qué?

Sonríe de lado.

—¿Ves? No piensas con la cabeza —se burla.

Frunzo el ceño sin dejar de estar sonrojada, ya que siento aún mis mejillas ardiendo.

—¿Y con qué pienso?

Se me acerca al oído.

—Con la calentura, no sé, usa la imaginación.

Me alejo rápido.

—Cállate, pervertido.

Sonríe con confianza.

—Perdona, soy un animal.

—Siento que me cambiaste de tema —expreso avergonzada.

—¿Prefieres que te conteste con palabras hirientes o con un cambio de tema?

—¡¿Eh?! —Levanto los puños—. ¡¡Eso no es lo que preguntaste antes!!

—¿Quién será el pervertido ahora?

—Los besos no son pervertidos. —Me cruzo de brazos aunque algo nerviosa todavía.

—Depende con qué estén acompañados o quien sea el besador —dice sin importancia.

—¡Fared, por favor! —le grito pero me callo cuando empuja mi espalda hacia una pared y siento su respiración, su nariz está muy cerca de la mía—. ¿Q... ¿Qué?

—Nada —susurra sin dejar de mirarme.

—¿Puedes decirme lo que piensas? —digo preocupada.

—Puedo decirte tantas cosas. —Me mira de arriba abajo—. Hacerte tantas cosas.

Mi corazón corre acelerado y trago saliva, mis mejillas pican por el calor.

—¿Qué estás diciendo?

Apoya un dedo en mi boca.

—Sh, no digas nada.

Su índice baja y sus labios lo sustituyen, tocando los míos, entonces le correspondo. Un tacto suave y húmedo que se intensifica con la llegada de su lengua a mi boca. Es como si no pudiera respirar, hace tanto calor. Sus manos descienden al escote de mi vestido y gimo en su boca. Oh por los dioses, siento como si fuera a desfallecer, mis piernas tiemblan y me agarro de su ropa.

—Fared... —Jadeo sintiendo su cuerpo presionar contra el mío.

Estoy extasiada, pero se aleja, así que no me queda otra que agarrarme de la pared y no de él, como tanto me estaba gustando hacer.

Respiro con agitación, pero lo observo fijo, él está sonrojado y se cubre la cara un momento, ya que no puede ocultarlo fácilmente.

—Fared es un tomate. —Hago una risita, que para que no se escuche tanto, intento cubrir mi boca, pero es imposible, así que desisto de mi movimiento.

—Voy a seguir buscando ventanas —avisa y comienza a irse una vez más, así que de nuevo lo sigo.

—Siempre te sonrojas cuando estás conmigo, así que dime lo que piensas, ¿hay algo bueno en esa mentecita?

—No, solo cosas sucias. —Le vuelve la confianza.

Me sonrojo y me acomodo la ropa recordando lo de hace un instante.

—¿Ya me vas a decir por qué me evitas esta vez?

Frena y espero que esta sea la última, yo hago lo mismo.

—No... no puedo —dice nervioso.

Un segundo ¡Está nervioso!

Parece más avergonzado que yo cuando estoy sonrojada.

—¿Por qué?

—Es que... —Presiona los dientes—. ¡Ah, no importa! —Quiere irse otra vez, pero lo sostengo con ambas manos para que no continúe—. No hagas eso, o me llevo tu honra dándote contra esa pared —amenaza y lo suelto rápido.

Frunzo el ceño.

—Fared, deja de hablarme sucio, ponte serio y explícame ahora.

—Pides muchas cosas.

—¡No seas cobarde y habla! —exijo.

Bufa, mira para un costado y un nuevo rubor crece en sus mejillas.

—Es que... tú no entiendes, yo... bueno, después de pensarlo, si te vas con Morket, que es peor que yo, pues... ¡Ah! Esto no tiene sentido. —Vuelve a irse y yo seguirlo.

—¡Fared, espera! —grito como si se me fuera a salir el corazón de la boca por los nervios—. ¿Lo que dices es que estarías cumpliendo tu promesa si te quedas conmigo?

—No puedes estar con alguien peor que yo. —No me mira, sigue avanzando y sus mejillas continúan rojas—. Rompiste toda la estructura que creí que era cierta, por eso te besé, fue un impulso, pero no puede ser, está mal, pero no debe ser tan malo porque... —Suspira—. Hay peores personas que yo, no puedo mantener todo controlado, maldita sea.

Me detengo y él sigue caminando.

Me voy a morir, quiero gritar, pero de felicidad. Sin embargo creo que estoy siendo muy efusiva, así que le voy a dejar su espacio. Ya lo hostigué demasiado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top