Jaelyne

Vemos correr a Askar y Ankor junto con los dragones que siguen en su forma humana, entonces el marido de Rebecca nos avisa de algo espeluznante.

—Un campo de fuerza enorme se acerca hasta acá y está destruyendo todo, tenemos que irnos.

—Nadie se va a ir —dice Fared que viene junto a Kael—. No hay lugar al que huir.

—Se ve que tu deseo se cumplió. —Miro a mi abuela con odio.

Nunca creí que la observaría de esta manera.

—Quizás deberíamos ir al lugar que creó Desierto —sugiere Rebecca.

—No haremos eso. —Visualizo venir a Aerix—. Vamos a salvar Aestian y todos los mundos que resulten perjudicados.

—¿Cómo? —expreso confundida.

—Tú lo harás, Jacky.

—Sigo sin entender.

—Vas a detener a Cielo —dictamina severa.

—¡Nadie puede detener a Cielo, es la Belleza de las Esencias, solo otra que controle las esencias como Isela podría y la verdad no la veo por aquí!

—Isela perdió, necesitamos otra, necesitamos a Desierto.

—Sigo sin entender ¿Cómo vamos a hacer eso?

—Soy la Belleza de la Creación, voy a crear el poder de las esencias para ti. Eres la única que puede detenerla, tú puedes entenderla, tienes una conexión con ella. Mejor dicho, Desierto tiene una conexión con ella, ambas sabemos que eran amigas.

—Desierto no tiene amigos, solo me tiene a mí —le aclaro triste—. Lo siento, no voy a exponerla a algo que pueda fallar.

—Jacky. —Me agarra las manos Aerix—. Sabes que no podemos pedirle esto a Océano.

No, definitivamente no.

Suspiro.

—De acuerdo, pero más vale que funcione.

—Ni crean que los dejaré. —Me apunta con su espada mi abuela.

—Haga un movimiento y la ahogo —amenaza Rebecca, alzando su mano—. Yo no soy Jacky, yo sí me atrevería a lastimarla con mi poder.

Nastia tiene que desistir y tira la espada. Kael hace una seña y los guardias se acercan a atar a mi abuela. Sé que se soltará, pero por ahora no es mi prioridad.

Acepto el gesto de Aerix, ella toma mi mano y cierra los ojos. Su cuerpo se vuelve en un completo blanco, entonces siento el poder de las esencias en mí. Es tan distinto, todo se mueve tan rápido, así que comprendo lo que tengo que hacer. Isela estaba equivocada, no debía deshacerse de Cielo o luchar con ella. Ya entiendo, es cierto, Desierto la conoce. No puedo fallar, debo curar el corazón roto de Cielo, para que se encuentre en paz y ya sé cómo.

Me dirijo a donde me indica mi nueva energía, cruzo el campo de fuerza. Muevo la esencia de Cielo que sufre, la cual se expande y destruye todo a su paso. Veo a Morket desmayado en la arena y a ella volando, agonizando en lo alto. Subo con su poder, empujando cada partícula, entonces llego hasta Cielo. Lo sé, ya estoy cerca de la respuesta.

Nos enfrentamos a Aestian, padecimos el inframundo, nos perdimos en los sueños y ahora toca la respuesta más importante, porque la verdadera belleza está en el alma, el alma de Cielo, la cual voy a tocar para liberarla.

Me acerco, la abrazo y mi cabello cambia a negro.

—Ya se acabó —susurra Desierto—. No necesitas estar sola, porque estoy aquí.

Entonces la suelto, suelto sus almas, las cuales se van y se pierden en el cielo. Tan irónico como hermoso, todo se restaura y la paz vuelve a donde pertenece. Esa belleza que solo se distingue cuando prestas atención, cuando sabes que hay alguien que te tiende la mano y recuerdas que no solo es la compañía, también eres tú. Nunca estás solo si te tienes a ti mismo.

Fin.

⌛⌛⌛

Fue hermoso 💖

¿Preparados para el epílogo?

Llego la hora de despedirse de todos los personajes 💔

Y cerrar los cabos sueltos.

Atte: Vivi.