Morket

Muevo la vara a través de las cuerdas y disfruto de la melodía de mi violín.

—Todavía estás aquí. —Oigo un susurro—. ¿No has frenado?

Esa voz me encanta.

Abro los ojos y me deleito con su pequeña figura, entonces sonrío. Dejo el instrumento, apoyándolo a un costado de la ventana.

—Soy un dios, no tengo la necesidad de descansar —explico—. Duermo solo por gusto.

—Bueno, eh... —Parece nerviosa.

—¿Qué pasa?

De repente alza la mano con euforia.

—¡Vamos a estar juntos y besarnos cuando yo lo sienta o mis plantas se encargarán de destruirte, que te quede claro! —grita muy alto y con mucha energía.

Quedo perplejo y por un momento permanezco quieto por la sorpresa, hasta mis ojos han quedado bien abiertos, cuando termino de reaccionar, muevo despacio mi boca.

—¿Quién te pidió que dijeras eso? —pregunto, porque es evidente que no son sus palabras.

Su cara se convierte en un completo rojo.

—¡Jacky! —Se cubre el rostro rápido—. ¡Ah, qué vergüenza!

Me río fuerte, entonces una sonrisa se forma en mi cara y no me la puedo quitar.

—¿Tú hablaste con Desierto de mí?

—¡Ay no, ay no! —Se va corriendo llena de nerviosismo.

—¡Espera!

No debí haberme reído, pero me pareció demasiado bonita y no lo pude evitar.

Kael

Al fin he podido salir del comité, suspiro con cansancio y esquivo a Aerix que pasa corriendo casi al lado de mí. Las sorpresas siguen cuando veo a Jacky, también corriendo y se detiene justo en frente, sostiene al bebé con una mano y trae a un hombre con la otra.

—¡Es Rojito! —explica directo.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo es posible?

—Yo explico —dice el supuesto dragón—. Soy de un rango alto y puedo cambiar de forma, aunque es porque la creadora del todo está cerca.

—¿La creadora del todo?

—La Diosa de la Creación —aclara.

—Oh —expresa Jacky y miro sus manos.

—Ya lo puedes soltar —expreso celoso.

—¡Pero es Rojito!

—Ahora es un hombre. —Alzo una ceja—. Y si lo piensas así, hasta has dormido con él, no me gusta.

—Perturbador.

El "dragón" se ríe y procede a aclarar:

—Tranquilo, no estoy enamorado de Jacky, solo tengo una conexión con ella, por ser mi compañera de viajes, mi jinete.

—Eso no me tranquiliza —digo molesto.

Frunce el ceño y suelta a Jaelyne, para alzar el puño cerca de mí.

—Bien, porque me caes mal, de hecho todos en este palacio me caen mal, me encerraron por años, qué enojado me pone eso.

—Cambiando de tema, hablando de pretendientes —intercede Jacky—. Pronto me voy a liberar de Morket.

—¿Por qué? —Enarco una ceja.

—Porque encontró el amor correspondido, se terminó el acoso, ahora va a estar con Aerix, lo sé.

O sea que la corrida de recién tiene que ver con algo que dijo Jacky. Espero que no haya hecho lío, ni la haya embarrado. Igual me callaré y no diré nada, porque quizás me mata si comento algo del tema.

Irina

Al fin puedo reaccionar, aunque la que camina con mi cuerpo es Cielo y no yo.

«¡Oye, estoy enojada contigo!», le aclaro mientras avanza por el pasillo.

—¿Qué quieres? —Se agarra de la cabeza, adolorida.

¡Mi cabeza!

«Ya no confío en ti, me hiciste dormir y casi lastimas a Fared ¡No le hagas daño o ya verás!».

—Era para convertirlo en inmortal, no iba a morir, deja de preocuparte. Pareces cobarde disparando tanto miedo en nuestro sistema.

«Escúchame bien, ya me estás hartando».

—¿De qué te quejas? Le devolví a su madre, deberías estar feliz.

«Lo engañaste vilmente, trajiste a su madre para confundirlo y lastimarlo».

Ella sonríe con mi rostro cuando aclaro eso. Sabe que tengo razón. Intentó apuñalarlo en ese mismo instante en que bajó la guardia con su madre. Sin contar que no le trajo a su padre adoptivo, porque tendría que cederle el trono y Cielo sabe perfectamente que Fared quiere irse ¡Hubiera sido la mejor solución para el reino y no quiso por su avaricia! Pude descubrir casi todos sus pensamientos cuando me dejó dormida, y me odio por eso, Cielo realmente es perturbadora.

Una lágrima recorre mi mejilla y ella se detiene en el pasillo.

—Parece que así se siente odiarse a sí misma. Océano ya no tiene que preocuparse por los sentimientos de Rebecca, qué envidia —expresa frustrada con mi boca.

Maldita sea.

Dejo de pensar tanto cuando nos chocamos con Aerix. Cielo se limpia mi lágrima y viendo que la que corre no se detuvo, decide expresar palabras hirientes:

—¿No pides disculpas, juguete de Ketran?

«Oye, eso no es nada bonito».

«No soy buenita», me contesta en la mente «y lo sabes».

Y me duele.

Aerix se detiene y se da la vuelta a mirarnos enfadada.

Y tiene razón de estarlo.

—¿Qué dijiste? —pregunta molesta—. ¿Quién te crees que eres? No hables de lo que no sabes.

—Bueno, juguete de Isela, ¿cuál es la diferencia? De todas formas te usan, ¿no? —Cielo se sigue burlando.

«Ya basta, detente».

«Estoy enojada, es tu culpa», me contesta.

—¡No soy el juguete de nadie, no fue mi elección! —responde furiosa a la provocación, entonces ramas agarran mis pies y caigo al suelo.

Cielo se enfada y mueve la energía, Aerix cae al suelo también, luego mi otro yo trasporta nuestra materia hasta ella, la levanta del cuello, entonces con mucha fuerza la golpea contra la pared.

—¿Cómo te atreves a golpearme? —Mi boca se mueve molesta, emanando energía de mi cuerpo.

Sin embargo algo extraño ocurre, como Aerix sigue enfadada su poder reacciona, aunque no el de las plantas. Runas brillantes aparecen y hay una explosión, ambas caemos al suelo.

—¿Qué mierda? —expresa Cielo sorprendida.

Mareada, Aerix se levanta despacio e ignora lo que sucede, porque camina en dirección contraria a nosotras.

—¡Espera ahí! —La sigue, pero nos tropezamos.

—¡Ups! —Vemos a Isela que nos puso el pie y sonríe de manera amplia—. Creo que te estás metiendo con mis secretos, muy mal, eso no se hace, eres una niña mala, muy mala.

Desaparece y ambas quedamos estupefactas ¿Qué está pasando aquí? Por algo Cielo dice que no lo puede ver todo y ahora se nota que es verdad, porque no tiene idea de lo que acaba de ocurrir, así que yo menos.     

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Espero haberles generado algunas teorías y que les esté gustando la obra, yo la estoy disfrutando mucho ❤

Por otro lado, si no se entienden las partes de Irina avísenme, es muy difícil hacerla narrar con Cielo adentro jaja

Atte: Vivi.