Capítulo 54

Askar

Los pájaros cantan y la mañana es perfecta para disfrutar, sin embargo mi esposa sigue en la cama, mirándose las manos de manera confusa.

—Rebecca, por favor, me preocupas.

—Tú no lo entiendes, nunca lo comprenderás. —Suspira—. Solo necesito estar sola.

—No, ya fue demasiado tiempo —expreso enojado y me acerco a sentarme junto a ella, detengo sus manos—. Por favor, para, te lo pido, no está bien.

Se inclina a sentarse también.

—Tú no entiendes el vacío que siento. Sé que Océano era un ser despreciable, pero también era una gran parte de mí. Cielo me la quitó y es como si me hubieran sacado algo importante, como el alma.

—Yo lo veo más como si ahora fueras un ser único y nuevo, ya no la necesitas.

—No, es algo diferente y difícil de explicar. —Mira hacia un costado.

—Rebecca, ya está, olvídalo, seguro puedes llenar ese vacío de otra manera.

—No lo sé —expresa triste.

—¡Yo tengo la solución! —Se abre la puerta de los aposentos de repente—. ¡Hagan bebés!

—¡Jacky! —gritamos Rebecca y yo al mismo tiempo.

—¿No, Selim? —Le mueve la manito a su hijo en brazos—. ¿Tú quieres un amiguito? Sí que sí. —Vuelve su vista a nosotros—. Ya lo dijo mi niño, así que se me calman.

—Aunque la idea me encanta —exclamo sonriente—, no me parece buen momento.

—Lo sé, es mucha responsabilidad, pero te ayuda a no pensar en otra cosa ¿Por qué? Porque esta cosita es lo más importante. —Levanta un poco a su bebé y le hace caras, así que el pequeño se ríe, luego lo vuelve a sostener en su pecho—. ¿Ya entendieron a donde voy?

Miro a Rebecca sonriéndole y ella frunce el ceño.

—No, no va a haber bebés por ahora —contesta enojada.

Hago puchero.

—Ufa, pero Jacky ya me había convencido con ese buen discurso —expreso decepcionado.

La rubia se acerca con su hijo.

—¿Cómo sigue la investigación del castillo? —consulta dándole otro motivo para animarse.

—La abandoné —responde mi esposa—. No lleva a ningún lado.

—Mm, tienes razón, entonces tendré que darte otro trabajo. —Busca entre su ropa y le entrega una piedra.

—¿Qué es esto? —pregunta Rebecca.

—Se lo debí haber dado a Cielo hace mucho, pero no lo hice, es un mensaje de Isela que me dio Ketran.

—¿Y qué quieres que haga con esto? —Enarca una ceja.

—No sé, tú eres la inteligente. —Jacky sonríe de manera amplia a propósito.

Rebecca se ríe.

—Ya recordé porque eres mi mejor amiga.

—¡Gracias! —digo emocionado y abrazo a Jaelyne, luego me aparto rápido para no parecer indecoroso—. Estoy emocionado, la hiciste sonreír.

—Oye, oye, no te saques el mérito. —Jacky me da dos palmaditas en el hombro—. ¡¿Y bien?! —Pasa su mano libre a su cintura de manera entusiasta—. A levantarse, hay que investigar.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top