Prólogo.

En algún lugar de Seúl hace seis años.

Las fiestas con temática se habían vuelto muy populares estos días, cada fin de semana había una nueva temática más interesante que la anterior. Jungkook, en la flor de su juventud, visitaba todos los clubes con aquella nueva y atractiva moda. Le gustaba camuflarse entre disfraces para así serpentear con tranquilidad, había disfrutado mucho de aquellas noches llenas de excesos entre el anonimato.

Al ser el hijo mayor del magnate más codiciado del país le hacía cargar la responsabilidad y el prestigio de toda su familia sobre sus hombros, tenía que ser cuidadoso en sus noches de diversión, por eso está nueva moda le venía bien al dedo. No se arriesgaba a qué algún omega caza fortuna supiera de sus pasos, o de que la prensa lo viese ido en bebida.

Era perfecto. Más en esta noche donde el tema era mascarada, entre una máscara barata buscaría diversión para así dejar de pensar en sus responsabilidades siquiera una madrugada. Esperaba conseguir aquel calor que solo un par de piernas puede brindarle, estaba estresado.

Así que a través del anonimato de una máscara se adentro con sus amigos, pidieron todas las bebidas que se les habían antojado e invitaron a omegas a su sección, la noche tenía que terminar bien para aquellos alfas magnates.

Entre la nueva compañía Jungkook había puesto su interés en uno. Era un omega de cabello castaño, con máscara roja y un labial brilloso, no le podía ver el rostro pero algo muy dentro de sí mismo le decía que era un muñeco; solo tenía que recorrer con la mirada su cuerpo. Compartían miradas y una que otra sonrisa, después de un shot Jungkook se acercó hacia el misterioso omega para invitarlo a bailar.

“¿Quieres bailar? Te veo muy aburrido aquí.” Le dijo guiñandole el ojo.

El Omega no dijo nada, solo asintió, le sonrió y tomó su mano para que bailarán. Mientras caminaban entre la gente para dirigirse a la pista sus manos se entrelazaron y una sonrisa de lado se dibujó en el rostro de Jungkook, su noche terminaría bien entre las piernas de aquel misterioso omega.

En cuanto se unieron a la pista de baile las manos del alfa fueron hacia la cintura del omega, lo apretó con su cuerpo y le sonrió mientras bailaban, ambos se entendían bien, sus cuerpos se seguían el uno al otro y tocaban cada nota de la música que sonaba.

“¿Cómo te llamas?” Preguntó el alfa acariciando la cadera del omega.

“Jimin.” Le respondió enredando sus brazos en el cuello del alfa, sonriéndole coqueto mientras balanceaba sus caderas al ritmo de la música.

“¿No quieres saber mi nombre?” Le dijo Jungkook riéndose.

“No por ahora.”

“¿No quieres saber el nombre que suspiraras cuando te lleve a mi departamento?” Le susurro a la oreja apretándolo a su cuerpo.

Jimin se rió y lo beso, fue quien tomó la iniciativa en el beso pero quien lo controló fue Jungkook, imponía su ritmo y lo devoraba entre cada suspiro. Entre besos y arrimones la noche ya se había hecho corta, tenían que irse para continuar con lo que tenían entre sus pupilas dilatadas.

“¿Quieres ir conmigo o te llevo a tu casa?” Preguntó el alfa abrazándolo por la cintura.

“Llévame contigo, quiero saber tu nombre.” Le susurro en la oreja y luego se la mordió, Jungkook sabía que sería una buena noche.

Escribió un mensaje en el grupo de sus amigos y se llevó a Jimin consigo, entrelazados de la mano y besándose en el taxi esperaron con ansias su llegada al departamento del alfa, en el recorrido del ascensor y la puerta principal hubo tantos toqueteos que Jimin tenía la cara roja de ansias.

“Ahora dime tú nombre, quiero tener un nombre que gemir.” Le susurro mientras acariciaba su erección sobre la tela de sus jeans.

“Jungkook.” Dijo besándole el cuello, mordiendo y chupando.

Estaban vueltos dos animales, consumidos por el deseo y la adrenalina, sus ropas cayeron con rapidez para que sus manos reemplazarán la calidez sobre sus cuerpos, los gemidos y suspiros robados eran tan altos que el omega tenía que taparse la boca para conservar algo de su pudor.

La noche fue tan buena y satisfactoria que se durmieron con las piernas enredadas, recostados en el cuerpo del otro.

Cuando el sol golpeó sus rostros se despidieron envueltos en sus sábanas, se dieron un último beso e intercambiaron celulares. Bueno, Jimin le dió su número a Jungkook, eso fue todo.

El omega no saldría de la cabeza del alfa por un muy buen tiempo, había encontrado a aquel muñeco que podría saciar todas sus necesidades, agradeció al destino por haberlo puesto en su camino. Esperaba que noches como la anterior se pudieran repetir seguido.

Jimin. Repitió mientras el agua fría de la ducha empapaba su cuerpo, recuerdos de la noche anterior invadieron su mente y le instalaron las enormes ganas de buscarlo.

Enredó una toalla en su cintura y busco su celular, tenía que volver a hablar con el omega de sus deseos.

Hizo una mueca de descontento, quería creer que se había equivocado al dictar algún número y que no había sido su intención engañarlo, de todas formas, tenía que encontrarlo. No saldría de su cabeza hasta que volviera a poner sus dientes sobre su piel.

Lo encontraría.
































hola amores <3 volví con una nueva historia, la quise hacer hace muuuucho tiempo jejeje espero la disfruten.

la playlist ya se encuentra en mi tablero para que vayan a ver qué tal ;) nos vemos en el primer capítulo.

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