ventuno

Yoongi no sabe si es una maldición o bendición que logre percibir los ambientes tristes o pesados.

Es decir, no es como si le ocurriera siempre, no es un brujo para que esto le pase o lo haga con voluntad, tampoco es como si mencionara algo al respecto, no quiere que se le acuse de nada. Una vez se lo comentó a su madre, pero ésta decidió por ambos a que aprendieran a ignorarlo y lo hizo.

No tiene fe en que tiene un don que le ayuda a premeditar escenarios o acontecimientos trágicos, de ser así, podría haber previsto que algo malo pasaría la noche que fue al bar con los demás.

O, tal vez, estuvo muy concentrado en que Hoseok no tome de más.

Sin embargo, y desde que llegó a la residencia Marcini, siente una opresión en su pecho que lo hace estar alerta, como si estuviera en la mira de un gran depredador acechando a su presa.

Puede que sea el desprecio que Fiorella le tiene, por ello trata de esconderse en del despacho de su amigo, donde nadie más que él – y Jungkook – pueden entrar, también el que sus padres sigan mandando recados mediante sirvientes para solicitar su presencia es de avergonzarse y decepcionarse en demasía.

Pero, ahora, incluso en el despacho no se siente del todo cómodo.

Quizás sea también la enfermedad atacando su cuerpo. No lo sabe y tampoco es como si quisiera hacerlo.

Cree estar paranoico cuando revisa todo el lugar con sus ojos, no encontrando nada fuera de lo normal. Aprieta su puño donde sujeta una pequeña bolsa con arroz. Ve debajo de los sillones, entre medio de los estantes de libros y por la única ventana del lugar. Traga grueso al ver unos sirvientes por el jardín, uno que otro lo ve antes de volver a sus actividades y de que él cierre la cortina.

Regresa hasta la puerta para abrirla y ver el pasillo, no hay nadie a excepción de una sirvienta que camina sin prestarle atención. Aun así, vuelve a cerrarla y darle traba, no queriendo que alguien lo espante mientras se relaja unos minutos y come con mil y un cosas dentro de su cabeza.

Da una vuelta en su propio eje, el bocadillo que le ha dado madre Berenice se ve dejado de lado, encima de una mesa de centro frente a los sillones, pues la ansiedad hace que su cuerpo empiece a picar con mucha intensidad.

Pero se atraganta cuando, inesperadamente, Taehyung aparece por la puerta.

—¡Yoon– Oh, ¿estás bien? — se preocupa el castaño al ver al contrario toser con fuerza, se asoma hasta a su lado para dar unos leves golpes en su espalda — ¿Quieres un poco de agua? Te he dicho que no puedes comer sólo arroz crudo, no sabemos si eso te hace daño. A tu edad, debes aprender a cuidarte más.

—Tenemos casi la misma edad.

—Pero yo me veo más joven.

Yoongi quiso replicar, sin embargo, optó por irse a sentar en los sillones, aún con su bocadillo en las manos, apretándolo contra su pecho – el cual palpita con fuerza – como si se lo fuesen a arrebatar.

—Estoy bien, sólo he estado nervioso — y, antes de que Tae pudiese hablar más, volvió a hacerlo él —. Vi a tu madre furiosa por los pasillos, ¿qué hiciste?

—Quería que me quedase más tiempo con Irene en el desayuno — el menor suspiró y tomó asiento a su lado —. Pero está todo bien, eso creo. Hablamos un poco sobre que nuestros padres están ensimismados en volver a unir a las familias y ya. Ella es... particular.

—¿Te casarás con ella? — preguntó y, sinceramente, no esperó tener esa respuesta.

—No lo sé — el pelinegro frunció su ceño —. Tal vez.

—¿Cómo que tal vez? — el castaño se encogió de hombros.

—Es una decisión que debo pensar muy bien. De todos modos, no quería hablarte de ella — Taehyung fue hasta su escritorio con rapidez y buscó entre los papeles esparcidos frente a él dos sobres en específico, de color blanco con pequeños detalles dorados en las esquinas —. ¿Puedes entregarle esto a Jungkook y Hoseok, respectivamente?

Yoongi le miró con una ceja alzada, ojeando lo que le fue entregado, no sin antes dejar a un lado su arroz. Iba a aceptar el favor, pero lo único que salió de su boca fue un: — A tu madre no le va a gustar esto.

—Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ellos como para ti, esto es sólo para mantener formalidades — el pelinegro le siguió viendo con desconfianza —. A mis hermanas y a mí nos agrada Notte, invité a Hoseok porque entre él y yo no hay ningún conflicto y es importante para Jungkook, se sentirá más seguro si están los dos juntos. También, le entregué un sobre a Namjoon para que venga con toda su familia y–.

—¿Desde cuándo eres tan altanero con las decisiones de tu madre? Yo estuve presente cuando ella le prohibió a Jungkook la entrada a la residencia y eso pasó hace unas noches.

Marcini suspiró. Esa era la verdad que quiere ignorar de su progenitora, pues sólo hace unos días, Fiorella volvió a sacar el tema de las relaciones que tiene la familia con aquel joven pintor, alegando que pertenecía a una clase social diferente a la de ellos y que sería mal visto que los demás les vean juntos.

Claro, hizo caso omiso a su postura.

—¿Y a ti desde cuándo te importa lo que ella diga? — le preguntó de vuelta — Decidí ser más egoísta a partir de ahora, de lo que quiero para mí y mi futuro. Amo a mi familia, pero necesito ser firme con lo que digo y mis propias convicciones.

—Egoísmo... Desde esa perspectiva, suena bien para mí. ¿A qué se debe el cambio?

Y, aunque Taehyung estuviera sonriendo, el miedo logró causarle un frío en toda su espina dorsal. Sin embargo, no se inmutó y, finalmente, lo dijo.

—A Jungkook — sin evitarlo, sus mejillas se tiñeron de rojo —. Y-Yoongi, yo lo amo. De verdad. Él... me ha enseñado tantas cosas y esta es una de ellas, es mi inspiración a ser un mejor hombre y a aceptar quién soy.

» Me da valentía para tomar este tipo de decisiones y sé que un romance como el nuestro puede ser repulsivo para muchos, sin embargo, yo no lo siento así. Amarlo es tan lindo y le da tanta paz a mi corazón. Es mucho lo que causa en mí como para decirlo ahora. Tengo que arreglar un poco nuestra relación, si todo sale como lo planeo, te contaré todo con más detalle.

» Si piensas que lo que hacemos está mal o que somos unos pecadores sin salvación, déjame decirte que no me importa nada lo que digas o hagas. Sólo no te interpongas entre–.

Sus palabras fueron cortadas por el inesperado abrazo que le dio el mayor.

—¿Eres idiota, acaso? — y, aunque Yoongi ya conociera la verdad desde antes, es gratificante escucharla del mismo Taehyung — Eres un hermano para mí, sólo no intentes hacer algo estúpido que los ponga en peligro. Tienes todo mi apoyo, niño. Cuídate, cuida a Jungkook, que él te cuide o como sea que funcione su relación.

—Gracias, Gi — el castaño abrazó con fuerza la pequeña cintura del mayor, quien esta vez no se quejó de ello —. Nos cuidamos mutuamente, en realidad. Y él es la razón por la cual estoy pensando en aceptar la propuesta de casarme con Irene. Hace un tiempo le sugerí usar mi matrimonio como una fachada para estar juntos sin que nadie sospechara porque ya lo saben muchas personas, entre ellas, mi madre incluida.

—¿Q-Qué? — rompieron el abrazo para verse de frente con una evidente muestra de preocupación — ¿Desde cuándo?

—Exactamente, no lo sé. Pero estoy consciente que lo sospechaba desde antes que volviera en febrero, hace un rato se lo confirmé y creo que me escuchó Jieun, aunque de ella no me preocupo. Ambos estamos en una situación vulnerable, no nos conviene atacarnos sin razón aparente y tampoco quiero hacerlo — y, por el rostro confundido de su amigo, aclaró: — Está embarazada.

—Oh. — murmuró el pelinegro sin saber qué más decir, puesto a que ni siquiera recordaba a la muchacha.

—Es muy probable que mis hermanas y Hoseok lo sepan en algún momento, pero no sé si ellos serán capaces de delatarnos — siguió divagando —. Namjoon lo sabe y le dijo unas cosas espantosas a Jungkook cuando se lo hizo saber, aunque quedaron en buenos términos o algo así. Estoy casi seguro que no lo expondría a una condena si conoce el pasado de Jungkook en Roma, no por su benevolente corazón, sino porque Jin le pidió que lo cuidara antes de morir.

—Espera, me perdí. ¿Quién es Jin y qué tiene que ver con Namjoon? ¿Qué pasó en Roma?

—SeokJin, fue el maestro de Kook cuando llegó a Rocce — Yoongi negó con su cabeza, aún sin saber de quién hablaba —. El hombre que practicaba brujería o eso decían. Namjoon y él eran muy amigos y, hasta donde sé, ambos tenían cierta influencia sobre la iglesia de aquí y el padre Conte. Lo que pasó en Roma es un asunto privado de Kook.

—Ya veo...

—El punto es que esto se estaba volviendo más grande a como lo había imaginado en un inicio — Taehyung fijó la mirada en su escritorio con las manos en su cintura, pensando —. Pensé que sólo se trataba de escabullirse por ahí con él y ya, pero me hizo saber que, lamentablemente, es más difícil en nuestra situación. Por ello, le sugería lo del matrimonio y él se negó porque me estaría aprovechando de una mujer.

—Tiene sentido.

—Ahora es diferente — el pelinegro le miró, alzando una ceja —. En resumidas cuentas, sólo acordamos que yo me casaría para que mi madre dejara de molestarnos un rato y para que, a largo plazo, no me quede solo, aunque yo no tenía planeado aceptar estos años. Pero la situación cambia cuando Irene es la que me propuso un matrimonio por conveniencia únicamente para los dos y mis hermanas.

—Y Jungkook. — Marcini asintió.

—Y Jungkook — volvió a repetir —. Pero ella no lo sabe, primero necesito asegurarme que es de fiar y hablar con él y arreglar unos cuantos problemas que tenemos pendientes ahora... — sacudió su cabeza —. Ayúdame con esas invitaciones y asegúrate a que asistan, realmente, necesito que estén presentes porque debo arreglar esto lo más pronto posible y no tendré tiempo hoy por los preparativos de la boda. Además, tengo que ir con Fran, no ha dejado de llorar desde la mañana.

—Está bien, déjamelo a mí.

—Muchas gracias, Gi.

—¿Discutieron? — Hoseok asintió mientras limpiaba el desorden del establo — ¿Y esa ropa?

Volteó un momento hacia Jungkook, quien se encuentra en su cama con los ojos cerrados y rostro pacífico, abrazando su vestido favorito y con un rastro evidente de lágrimas en sus mejillas, cubierto de sábanas.

—No lo sé, realmente. Llegué en la mañana y sólo lo vi llorando en la cocina. Después... sólo se durmió. — obvió la marca de besos que el mayor tiene en toda la extensión de su pecho, por mera privacidad.

—Qué extraño, a Taehyung se lo ve más animado que de costumbre... No, me corrijo, lo vi más intrépido con lo que sea que esté pensando en hacer y no dijo más nada — Yoongi abrió el pequeño bolso de tela que llevó con él donde guardó las invitaciones y un par de frutas para el pintor, además de unas guarniciones que Berenice hizo para el almuerzo y que pidió a petición de su amigo —. Su madre y la familia Vitale le pisan los talones para que todo salga perfecto mañana.

—¿Ya te dijo sobre ellos? — el pelinegro asintió y Hoseok sintió un poquito, realmente, un poquito de envidia porque Kook aún no le hacía saber nada, aunque todo era más que evidente — Deberías avisarle que mi maestro está así, por si puede venir a consolarlo o yo qué sé. No tengo referentes de un lindo romance, pero estoy casi seguro que uno no debe llorar tanto por ello.

—¿Crees que el amor pueda herir de esa manera?

—No lo sé y no pretendo averiguarlo — rápidamente, el rubio se encogió de hombros y simuló un escalofrío exagerado que le provocó una risa a su acompañante —. Pero si me da la mínima oportunidad de lastimarme, prefiero negarme a todo.

—Cobarde — dijo Yoongi con un tono burlesco, sin la intención de que sus palabras lastimaran —. Pienso igual.

—¿Nunca te has enamorado? — el mayor negó — ¿De verdad? En todos tus cuarenta años de vida, ¿nunca?

—Tengo treinta y cinco, niño — le corrigió —. Y puede que me haya gustado una mujer hace algunos años. No la he visto en mucho tiempo, pero era una buena amiga. A veces me pregunto qué será de ella o si está bien, me preocupa — Hoseok sonrió —. ¿Y tú? ¿Alguien que te haya llamado la atención?

—Nadie, los mortales no me interesan — Yoongi rio con ganas —. No tengo una vida tan interesante. De las clases iba hasta la casa de mi padre a estudiar más.

—En serio... Odio mucho a tu padre y ni siquiera lo he conocido.

Donati iba a responder, pero su atención fue de inmediato al bulto entre sábanas de la cama que empezó a removerse con lentitud.

Jungkook abría los ojos por los suaves murmullos que escuchó a la lejanía, pues su mente aún estaba en un estado de alerta y muy difícilmente saldría de allí. Dio un sonoro suspiro, como si quisiera recuperar el aire perdido en medio del mar de sus pensamientos cuando se sentó en la cama.

Tosió y su rostro se volvió rojo cuando vio que Yoongi y Hoseok estaban a unos pasos de distancia de él, rápidamente cubrió su pecho, lo cual fue inútil porque el otro pelinegro ya había visto su cuerpo.

—Esas no parecen marcas de una discusión. — murmuró el pálido, ganándose un golpe.

Notte cerró nuevamente sus ojos con fuerza, el cuerpo le dolía como si hubiese sido apedreado. Maldijo al ver la puerta del establo abierta, donde la luz del sol se asomaba, lastimando su visión.

—Maestro — le llamó el rubio, captando su atención —. ¿Estás bien?

—¿Ah? Sí, sí — susurró de inmediato, miró con recelo al mayor, quien también lo veía con curiosidad —. Yoongi, disculpa, ¿qué estás haciendo aquí? Taehyung–. Taehyung no está aquí.

—Lo sé, vine a dejarles esto.

Jungkook ni siquiera hizo amago de ver qué eran, en cambio Hoseok, miró con curiosidad los sobres y su boca se abrió un poco en señal de sorpresa al ver a su nombre escrito con una linda caligrafía, junto a que esperaban su presencia en la residencia Marcini el día de mañana a mediodía.

—Caballeros, están cordialmente invitados a la boda de Santino Vitale y Francesca Marcini, desgraciadamente, próxima a convertirse en una Vitale.

—Vaya, el viticultor mencionó una vez que me invitaría, pero nunca pensé que su madre le dejaría hacerlo.

—Es que no le dejó, sólo lo hizo. De allí el por qué te dije que lo vi más intrépido — Yoon dirigió su mirada al pintor, hablándole directamente, aunque éste siga observando sus manos unidas encima de su regazo —. Puede que no parezca mucho, pero cuando se trata asuntos de desafiar autoridades como lo es la señora Fiorella, suele hablar y no actuar. Es un gran paso.

Y Notte lo reconoce. Taehyung suele ser extraño, a veces, o muy diferente en muchos aspectos.

—A ti en especial, necesita hablar contigo.

—No seas estúpido — espetó el pintor con voz grave, acomodando su cabello detrás de sus orejas, el cual ya le empezaba a llegar hasta por debajo de los hombros —. No soy bienvenido allí y, lo más seguro, es que Tae ya n-no–. Ya no quiera verme.

—Oh, ¡por favor! ¡Es una fiesta! — exclamó su pupilo, quien ya se había emocionado de la idea de ir.

—Escucha, Jungkook. Seamos honestos que ya no hay mucho misterio entre nosotros — el nombrado le miró con el ceño fruncido y el corazón latiendo con un gran eco —. Si te digo que Taehyung necesita hablar contigo, es porque él mismo me mandó de mensajero.

—No lo entenderían.

—¿El qué? Ya sé que ambos tienen un amorío, Hoseok también y estamos de acuerdo con ello. Es más, tienes todo mi apoyo y disculpa si alguna vez te lastimé con lo que sea que haya dicho.

—También tienes mi apoyo, maestro Kook.

—Si dependiera de Taehyung, él mismo estaría aquí, pero está consolando a su hermana y tratando de ignorar a esa espantosa familia con la que su madre decidió aliarse. Porque al señor Massimo se le ocurrió la gran idea de concretar los tratos que el matrimonio traería ahora, tiene miedo a que Francesca saliera corriendo de la boda.

Pero Jungkook estaba ocupado tratando de no ahogarse.

Nuevamente, se encontraba en el mar de sus pensamientos. La fuerte marea azotaba su cuerpo con fuerza, el agua tenía un amargo sabor a dolor, miedo e incertidumbre. Trata de llegar a la orilla, donde una flor blanca con destellos azules es iluminada con la poca intensidad de la luna.

Es fuerte, él quiere ser más fuerte para alcanzarla y a una paz que piensa ganará una vez lo haga. ¿Qué era, aquella flor? ¿Quién es? ¿Qué podría significar? No lo sabe, pero parece ser la salvación a su alma rota.

—¿Taehyung de verdad quiere hablar conmigo? — preguntó en un susurro, a lo que Yoongi asintió.

Él lo único que quiere es... redención.

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