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Cuando llegaron al establo, poco les importó compartir una sola cama, todos cayeron rendidos en ésta ni bien la lograron ver.

Taehyung y Hoseok ya se encontraban totalmente dormidos, ninguno daba un atisbo de querer levantarse y se mantenían abrazados en busca de calor, la noche era fría. Jungkook les veía con una sonrisa mientras les quitaba los zapatos a ambos, divertido e imaginando sus reacciones al pasar un tiempo juntos, riendo y llorando a la par después de haberse declarado odio mutuo.

El cacareo de Carina y el gallo Carlo, junto a ciertos bufidos de Stella, Raggio di Luce y un par de chicharras serían su canción para dormitar a gusto.

—Mierda — se quejaba Yoongi, a un lado del castaño, casi estrangulado al estar preso contra la pared —. Voy a golpearlos.

Notte se siente nervioso al darse cuenta que eran los únicos despiertos, para después ver cómo el mayor se sentaba ansioso y con un rostro molesto, tal vez, fastidiado puesto a que aún sigue con el reclamo de que él debería ser el borracho y no los otros.

El pintor se mantiene fuera de la cama sin saber qué decir, al estar en su hogar, ya tiene varios faroles alrededor y colocados de manera estratégica para que no ocurra ningún tipo de accidente. Mira al contrario, quien también le parecía incómoda la situación y sabe que debe de hablar para agradecer lo que hizo en el bar.

—¿Quiere té? — preguntó rápidamente y, así mismo, Cetti asintió.

Juntos caminaron hasta llegar, donde Kook puso a hervir agua y sacaba manzanilla y canela, las cuales mostró al pelinegro a la espera de una respuesta.

—Manzanilla.

Nunca se habían quedado completamente solos, siempre estuvieron acompañados de cualquiera de sus amigos, e incluso en esos casos, no tenían conversaciones directas más que preguntas cortas y asentamientos de cabeza.

Conoce que Yoongi, por lo general, es una persona callada si no se encontraba en el despacho de Taehyung o al lado del mismo, gracias a su altura y que se esconda detrás del castaño no le hacía parecer un hombre amante de la violencia. Es más, varias veces ha dicho que odia los golpes, armas de fuego – aunque no sea común verlas por ahí –, gritos y todo lo que se le asemejara.

Su premisa es un padre amoroso al sólo hablar de su hijo, a esas alturas, hasta Jungkook le tomó cariño a la niña sin ni siquiera conocerla. Espera hacerlo algún día y no asustarla.

Sin embargo, también está aquella parte malhumorada y molesta en la que se empeña ser a veces, comportándose como un niño al reclamar por atención, se le hacía divertido cada que conversaba con su amante y éste le daba miradas cada tanto, sin importarle mucho lo que digan a su alrededor. Disfrutaba su compañía en esos casos, también puede afirmar que en ocasiones notó un adorable sonrojo en sus mejillas.

Con ello, se le hizo extraño verlo totalmente enojado y amenazando a alguien, le dio miedo al no encajar con su aspecto y tacto medianamente dulce. En silencio, de manera discreta, les protegía de una manera un tanto extraña.

Intercala miradas hacia el contrario mientras sirve el agua en dos tazas de barro, no han dicho nada todavía y estaban seguros que esa madrugada iba a ser larga, cada uno tenía algo que decirle al otro.

—Aquí tiene — murmuró acercando la bebida a Yoongi. Él optó por canela puesto a que el aroma le tranquilizaba, la tensión se quería apoderar de su cuerpo —. Disfrute.

—Lo haré, gracias — el pelinegro sopla la manzanilla para enfriarla al ver que aún salía vapor de ésta, desconcertándole que el menor haya tomado con tanta tranquilidad —. ¿Tus brazos están bien? ¿Tus muñecas?

Jungkook vio las susodichas sin mucha importancia, notando un leve ardor no sólo en esas extremidades, sus rodillas también dolían.

—No pasa nada, ¿su cuerpo cómo está? — el mayor negó con la cabeza, haciéndole entender que eso no era muy importante — Dígame, si tienes una herida debo de tratarla o se infectará.

—En ese caso... — dice, empezando a deslizar el cuello de su camisa a un costado para dejar ver sus clavículas — ¿P-Podrías revisar mi hombro izquierdo? Me duele.

Notte asintió, dando sorbos más grandes de su canela hasta situarse detrás del mayor. Inspeccionó su espalda con rapidez, agradeciendo internamente el hecho de que no haya ningún rastro de sangre, eso era buena señal.

—¿Aquí? — preguntó, pasando su mano firme por donde se le fue indicando, arrancándole un gemido de dolor al pelinegro y eso le asusta — ¿Qué pasó?

—Creo que caí encima de mi hombro, pero no me di cuenta hasta que estuve en el caballo y Hoseok estuvo apoyando su cabeza ahí desde que salimos.

—Ya veo... Quítese la camisa — en ese instante, Yoongi le miró como si fuese la criatura más extraña que alguna vez haya pisado la tierra y negó con su cabeza —. El dolor en las extremidades es peligroso y deben atenderse de inmediato. Estoy seguro que Seokie sabe más que yo, pero por lo menos recuerdo algunos masajes para aliviar tensión muscular.

Dicho esto, el pelinegro pareció resignarse para terminar aceptando. Después de todo, su cuerpo dolía como un infierno y, si aquel pintor lograba aliviarle, no se negaría a ello.

—Está bien, sólo no digas nada — el menor asintió, empezando a pensar en mil y un posibilidades en las que el mayor no quería desnudarse el torso —. Y ayúdame, por favor. — pidió al darse cuenta que ni siquiera podía mover el brazo.

Él, por su parte, tampoco le gustaba que otras personas vieran su piel, ya que la mayoría tenía cicatrices. En su espalda aún yacen las marcas de latigazos, en sus piernas casi estaban limpias puesto a que solía defender y cubrirse con sus brazos. No diría que tiene problemas con su apariencia más allá de eso, está seguro que, si no tuviera esas marcas, le agradaría todo de él con una sonrisa, lo cual evidentemente ya es imposible, a menos que las cubra.

Una vez quiso esconderlas con su brocha y casi lo logra, pero Jin le dijo que no lo hiciera al saber que la pintura podía ayudarnos a hacer imágenes vívidas y llenas de color, pero tóxicas para el consumo humano.

No dijo nada mientras le ayudaba a Cetti a sacarse la camisa de lino, con su brazo derecho tapó rápidamente su estómago y pudo notar cómo se les hacía algunos pliegues a sus costados, no pensó que eso era algo raro, feo o malo. Era adorable, hasta cierto punto, hace mucho se dio cuenta que a Taehyung le sucedía lo mismo y él sólo podía pensar en cuán cómodo es su abdomen para recostar su cabeza y estrecharlo entre sus brazos.

Yoongi maldecía en su cabeza, sintiéndose cohibido y pequeño, débil, algo que odia en demasía. No puede voltear sus ojos con fastidio cuando el menor se da cuenta de lo que adorna su piel.

—Espere, deje hiervo más agua. El té de manzanilla es bueno para el sarpullido.

—Sólo revisa mi hombro, por favor — Kook no le hace caso y hace lo que dijo, sin darle mucha importancia, todos alguna vez han tenido dichas erupciones e irritación y aprendió que, agua tibia con esas flores, ayudaban a aliviar el ardor —. Es inútil, Notte. Volverá a salir.

—Entonces debe cuidarse.

—Tarde, ya estoy enfermo.

—El sarpullido no es una enfermedad. — dejando la olla de lado, vuelve hasta al mayor para comenzar a colocar ambas manos, anteriormente lavadas, en su piel. Dio algunos movimientos suaves y tersos, buscando destensar cualquier cosa que le parezca poco usual —. Normalmente, viene por una real o la exposición solar. Los días han estado calurosos últimamente mientras que las noches frías, ¿no cree?

Cetti suspiró y gimió nuevamente del dolor, ignorando la pregunta. Quería arrancarse el hombro, aunque el masaje ayudaba con lentitud.

Permanecieron allí unos cuantos minutos hasta que el agua hirvió, el pelinegro menor preparó un nuevo té, pero esta vez sumergió en la bebida unos paños limpios que tenía a la mano para colocarlas en las erupciones con cuidado. Estaba casi seguro que, aunque nadie diga nada, ambos sabían que sus cuerpos dolían.

Casi de inmediato, el pálido sintió alivio en aquellas partes rojizas que tenía repartidas por el cuello y espalda baja. Notte aún no lo decía en voz alta, pero ya expresaba el agradecimiento que sentía.

—Puede dormir con esto — murmuró, inclinando hacia delante la espalda contraria para inspeccionarla mejor. El mayor se dejó someter —. Y en la mañana cambiaré los trapos por unos nuevos, la manzanilla es barata y planeaba cultivarla por aquí cerca. Le diré a Hoseok que lo revise también.

—Gracias...

—Gracias a usted — viendo que su trabajo estaba hecho, regresó a su asiento e hizo una mueca al notar su taza de canela fría. Yoongi se sostenía de la mesa y, por el farol a su lado, pudo ver unos cuantos vellos que están destinados a crecer como una barba —. Por defendernos en el bar. Lamento no haber sido de ayuda.

—No es tu culpa, esos hombres nos doblaban el tamaño y te tenían sujetado al igual que todos — ambos asienten, buscando conformarse con esas palabras —. Además, estabas muy ocupado viendo a Taehyung.

—Ah, ¿s-sí? — Yoongi vuelve a asentir — Me preocupé por él desde que ya empezó a estar medio mareado. Lo he visto tomar y una vez lo hicimos juntos, pero nunca se comportó así. Fue un poco extraño.

—Yo también estoy preocupado por él, la verdad, desde que llegué. Se ha comportado muy raro, parece estar pensando en otra cosa cuando le hablo, se pone nervioso sin razón aparente y suspira cada tanto como un estúpido — Kook se sonroja ante lo dicho porque está consciente que él es la causa de aquel comportamiento, lo cual hace que sienta su pecho cálido —. Y esta noche fue la gota que derramó el vaso.

—¿Disculpe?

—Sí, como escuchaste. No vine desde Bari y crucé todo el maldito país de Italia para verlo actuar igual que un idiota. No me creo sus mentiras de estar bien, no después de verlo llorar tan desconsoladamente — el pálido estaba molesto y, como dijo, intranquilo por el bienestar su amigo —. No sé si siga actuando como un hombre que no tiene emociones, la última vez que nos vimos al dirigirnos a Grecia seguía igual, pero él no es así.

» Espero que seas alguien que escucha y no juzga o, al menos, lo hace en silencio. Porque lo que te contaré no podría catalogarse como algo bueno — Notte asiente rápidamente —. Pero primer quiero saber qué relación tienen ustedes dos.

—¿Relación? — le mira incrédulo y muy nervioso, Cetti asiente sin despegar sus ojos en los del contrario — P-Pues... somos a-amigos.

—¿Qué tipo de amigos? ¿Casi conocidos? ¿Cercanos? ¿Íntimos?

—No sé a qué se refiere con íntimos y, si es algo con connotación sexual, diré que esta conversación es incómoda.

—A Taehyung no le gustan los hombres — el pintor traga grueso y un par de palabras contradiciendo eso se ahogan en su garganta, provocándole una pequeña tos —. E íntimos hace alusión a cuánto sabes de él, sobre sus padres, hermanas y su enamoramiento porque, y hasta donde supe, está loco por encontrar a una mujer. Creo que esa es la raíz de todo su comportamiento hilarante.

—No–. No sé nada sobre ninguna mujer.

—Sí lo sabes.

Jungkook no puede evitar fruncir su ceño ante la reciente declaración. ¿Taehyung gustando de una mujer? ¿Enamorado? Eso es imposible puesto a que él mismo fue quien le enseñó el verdadero significado del amor y con quien fue caminando por ese hermoso sendero donde ahora ambos comparten cariño.

Y ahí, no existía nadie más que ellos.

» ¿Mi día enamorado de otra noche? Cómo no. «Pensó con sarcasmo para sus adentros, causándole gracia el asunto.

—Él la describía como una bella mujer. De facciones delicadas, cabello sedoso y piel blanca. Era realmente cansado leer sus cartas expresando su enamoramiento, perdí tiempo valioso leyendo sobre ella para que, al final de cada escrito, empiece a lamentarse que no conocía ni siquiera su nombre. Sólo su apariencia.

—Es estúpido que alguien se enamore de otra persona sólo por un rostro, señor Cetti. Y sí, se puede decir que somos amigos íntimos.

—Lo sé y ahí está el problema — el menor seguía sin entender —. Verás, Taehyung es una persona... especial y necesitada de afecto. Es como un animal sediento, pero en busca de amor. En sencillas palabras, él se aferra al mínimo cariño que le muestran y, muchas veces, esto ha sido un problema.

» Cuando era más joven, adultos con la edad suficiente de ser su padre se le acercaban con el fin de dañarlo y quitarle lo que tanto esfuerzo le ha costado conseguir, los viñedos y la marca de vinos Marcini. Él claramente se dejó influenciar como el pequeño que era, no lo culpo, él fue la víctima de eso. También, tiende a creerse el guardián de quienes lo rodean cuando eso no le concierne a él.

» A lo que quiero llegar es que temo que ese comportamiento vuelva a repetirse y que salga lastimado, aunque creo que lo hará.

Yoongi lo sabía y lo conocía. Obvió algunos detalles como que realmente estaba preocupado en exceso y de manera insana, sobre todo por el tema de los matrimonios de la familia Marcini, simplemente iba a impedir cualquier cosa que le haga daño a su menor porque no quería verle sufrir como él.

No lo soportaría, a veces se comportaba como alguien de menos edad y eso le llevó a verlo como su propio hermano e hijo, aunque sepa todas las cosas malas que ha estado haciendo a sus espaldas. La estafa era algo serio en lo cual nunca debió meterse, pero tuvo que al verse acorralado entre la espada y la pared.

—Sigo sin comprender qué quiere decir y qué tengo que ver en esto, según usted.

—Sé que está enamorado o cree estarlo — el pálido hizo una corta pausa en su diálogo, viendo la reacción nerviosa del contrario —. Porque lo que escribía era totalmente patético, absurdo y era lo mismo de siempre. A palabras de él, declaró haber caído en el encanto de una bella mujer que estaba siendo retratada con tristeza en unos lienzos. Tus pinturas, él quiere a la mujer en tus pinturas.

Jungkook palideció.

» Desgraciada, no haces nada y aun así siempre jodes todo. «Pensó en Antonella, no la había pintado desde hace algunos meses porque no le apetecía hacerlo hasta el punto de ya no tener ningún tipo de sentimiento hacia ella. Le era indiferente su existencia.

—Y, como suele pasar, él sentirá la necesidad de estar con la mujer todo el tiempo mientras espera que se le entregue más y más amor — siguió hablando el mayor —. Mi conclusión es simple. Taehyung ahora mismo sufre por un corazón roto e intenta negármelo, pero no sabe que yo soy más listo y tú me ayudarás.

—¿Yo? — vuelve a preguntar, empezando a cansar al contrario con su, también, extraño actuar.

—Sí, es más que obvio. Tae quiere a la mujer de tus pinturas y, según lo que dijo, sólo tú conoces quién es y dónde se encuentra. Lo que quiero saber es si él ya lo sabe o la sigue buscando como un maldito desesperado, lo ayudaré a poner los pies sobre la tierra para que deje de estar imaginando una vida perfecta junto a alguien que no lo quiere.

» Bella mujer. «

Había mucha información y a Jungkook se le estaba olvidando respirar por pensar en ello porque, realmente, su cabeza quedó en Taehyung y su supuesto interés en alguien que no conoce.

Lo encontró extraño por un momento hasta recordar sus insistencias sobre ella en un inicio, el castaño hablaba de ella con poco interés ahora, pero antes sí hasta que tuvo que decirle que era su prometida para que tome cierta distancia.

» ¿Quién es ella? «

Si lo que dice Yoongi es cierto, más el hecho de que el Marcini tiene esa sed de amor que no se le fue dado nunca, pequeños acontecimientos en su relación empiezan a cobrar sentido como la vez en la que le pidió no irse, aun si su excusa para hacerlo era el miedo a la iglesia. O tal vez sólo estaba viendo cosas donde no existían, quizás estaba volviéndose loco.

No piensa en la posibilidad de que los sentimientos de Tae hacia él sean falsos, no, una farsa no le permitiría decirle cosas tan lindas como que era su noche o que lo amaba, eso sería muy cínico de su parte. Pero tampoco niega la posibilidad de que se haya interesado en la fémina primero para después dirigir su atención hacia él después de mostrarle un poco de cariño.

Estaba confundido, muy perdido. No entendía nada.

—¿Y bien? — la voz del mayor logró sacarlo de sus caóticos pensamientos — Espero mi respuesta. ¿Taehyung ya conoce a la mujer o sigue jugando a buscarla? Porque hace unos meses que dejó de hablarme de ella.

—E-Eso... — no estaba seguro de hablar, es decir, ¿cómo podría hacerlo con la posibilidad de estar sus más oscuros secretos? — Eso no le concierne a u-usted.

—Lo hace, Taehyung es como mi hermano y quiero lo mejor para él.

—Usted mismo dijo que le preocupó ver a Tae en ese estado en el bar, tan miserable después de decir que los padres quieren lo mejor para sus hijos cuando sólo buscan su propio beneficio. Si fuera como su hermano sabría el aborrecimiento que tiene a que otros tomen decisiones en su nombre, aunque en algunas ocasiones tiene que desistir y dejar de lado su orgullo. O que crean que no puede hacer las cosas por su cuenta porque sí, le toma un poco más de tiempo del que le gustaría, pero igualmente lo hace.

—Él es un idiota.

—No, usted es el idiota — sabía que era de mala educación señalar a alguien con su índice, pero de todas formas lo hizo al sentirse ofendido por lo que decía Yoongi, como si él fuese el agredido —. Pensando así de él, ¿qué se cree?

—No lo pienso, es la realidad. Tú no eres quien lo conoce desde su niñez, no lo viste llorar por la muerte de su padre e indiferencia de su madre, cómo intentaba agarrarse de cualquier palabra dulce que susurraban en su oído, no fuiste tú quien quiere protegerlo.

—¡Claro que quiero hacerlo!

—¡Entonces dime si conoce a la mujer o no! — exclamó con voz más grave el mayor, soltando a su vez una maldición entre dientes — No puede estar toda la vida así, enamorado o lo que él cree estarlo. El amor no es dependencia y él puede tenerla con quien se le atraviese en frente.

—De acuerdo, sí. La conoce, la conoce muy bien. Demasiado diría yo — aunque el tono de su habla fue calmado, su ceño fruncido no se fue en ningún momento, pues seguía molesto e indignado —. Pero me aseguraré que no le diga nada de ella porque es un tema personal mío y usted y yo no somos amigos. Y quédese en calma por si se pregunta si su amado hermano está enamorado, él ya está demasiado grande para aprender sobre el amor y no necesita una sombra que lo vea como un niño. Le aseguro que Taehyung puede estar sufriendo de cualquier cosa ahora mismo, menos de un corazón roto.

—¿Cómo estás tan seguro? ¿Eh? ¿Tan íntimos son que ya pueden saber lo que el otro piensa?

—No, lo sé porque me dedico a escucharlo, maldito estafador con complejo de padre. Tenga buena noche. — dijo, para encaminarse fuera de la cocina, sin los ánimos de soportar a tal hombre.

Pensar, necesitaba pensar y hablar.

Taehyung tenía un muy mal sabor de boca y un pésimo presentimiento.

No solía dejarse llevar por su intuición, sin embargo, ahora era inevitable al ver que su pequeña noche se iba alejando a medida que pasaban los días. No entendía, aún si el menor le haya aclarado que necesitaba espacio a solas.

—Cuando la luna se encuentra en el centro del cielo a la media noche, todos damos un respiro para dar por terminado el día — habló con sus características y amadas comparaciones, de a poco y en silencio, el castaño también las había empezado a hacer en su cabeza —. Puede parecer que sólo son escasos segundos en los que la gente cierra sus ojos, pero cada uno lo siente diferente y puede durar el tiempo que crean necesario para aclarar sus pensamientos.

—¿De verdad no puedo estar contigo? ¿Hablo mucho en el despacho? Me callaré si es así.

Y, aunque no lo quiera admitir, también comenzó a necesitar más del pintor. Lo buscaba con su mirada en la residencia sabiendo que perfectamente que estaba allí y, cuando estaban juntos, era imposible no preguntarle su opinión sobre sus diversos temas de trabajo para obtener respuestas simples al no saber mucho de ello.

Quería tener más momentos juntos y a solas, su cuerpo quemaba con extrañeza para que sea tocado por la piel del contrario. Un agarre en sus manos lograba bastar en escasas ocasiones, él anhelaba que sus labios estén tomando los de Jungkook y que éste agarrara su cintura con la delicadeza que sólo él poseía.

Asumió su actos y sentimientos a su enamoramiento, mismo que iba creciendo con el pasar de los días.

—No, mi Giorno — Notte le dio una sonrisa cansada, lo notó porque sus ojos se mantuvieron casi cerrados y no se les hizo aquellas arrugas cuando de verdad sonreía —. No es nada malo, prometo que, después de esto, estaremos mejor y alegres.

—¿Cómo estás tan seguro? — preguntó, no porque no confiase en sus palabras, sino por la curiosidad de saber qué hará.

—Porque acabaré con las mentiras, los secretos y cualquier duda que tengas de mí. Desnudaré mi alma rota, pero sólo pido una cosa — un jadeo salió de sus labios cuando el contrario los rozó con los suyos, asintió con su cabeza, expectante a lo que diría —. Cuídala y no la termines de destruir, por favor.

—Me aseguraré que no tenga ningún rasguño más, mi amor.

Lamentablemente, no estaba seguro de ello.

Era una persona bruta y tosca, Yoongi se lo confirmaba y casi todos a su alrededor. El tacto ni las palabras no son lo suyo, sin embargo, jura con una mano en su corazón que está haciendo su mayor esfuerzo en la comunicación con quienes le importan, pero el miedo a seguir haciendo daño sigue vigente y le persigue en pesadillas.

Siente impotencia al saber que es inútil en eso y un peligro porque su Noche estaba rota, todos estaban consciente de ello y él no quería terminar por dañarla más.

No quería que gastara más lágrimas en él, no quería verlo más intentando suicidarse porque ahora le dolía más que nunca.

Su rostro volvió a la normalidad con el pasar de los días, los moretones en sus costillas no fueron más que eso, manchas que ya no tenía y que le dijo a su familia que fueron porque les robaron en el bar. Veía las cicatrices de Kook cada vez que se acercaba su rostro para besarlo, así mismo cuando acariciaba sus manos y trazaba esas líneas con la punta de sus dedos como si aquello las hiciera desaparecer.

» Ahora son sólo cicatrices. «había dicho el pelinegro, que sus recuerdos eran los que más sufrimiento le traían, pero él deseaba evitar cualquier tipo de dolor en su amante. Quisiera poder esconderlo de todo lo que le haga daño y encerrarlo en una habitación con lo que y quienes ama para que sea feliz por el resto de la eternidad.

Pero no podía hacer eso, también como lo había mencionado, el Ying y Yang debe de existir en la vida, eso los volvía humanos y él estaba agradecido de que estuviera aprendiendo mucho con y sobre el menor. Era satisfactorio entender la manera en la que pensaba y adentrarse en su mundo.

Un carraspeo a su lado logra sacarlo de sus pensamientos, con sus labios fruncidos en un leve puchero ve a su hermana, Rosé, quien le había llamado la atención al verlo tan perdido en medio de una conversación.

—Hermano — le susurró, estaba sentada a su lado derecho de la mesa donde él era la cabecera. En cambio, en el otro extremo, su madre y Francesca hablaban con tranquilidad —. ¿Estás bien?

—S-Sí. Sólo estoy pensando.

—¿En qué?

» En Jungkook. «

—Nada importante, linda — respondió para después tomar un poco de jugo de mandarina, regalo de bienvenida por parte de Berenice hacia Yoongi, quien ha almorzado en su despacho desde que llegó puesto a que se rehusaba compartir mesa con su progenitora —. Hace mucho que no me dirigías la palabra, pensé que te habías olvidado de mí.

Llevó una mano a su pecho simulando que le dolía, lo cual logró sacar una leve risa en la menor.

—Mamá ha estado resentida contigo y no ha dejado que nos acerquemos mucho — murmuró —. Pero se va olvidando de eso, ya me deja estar en casa mientras ella se va, aunque aún obliga a Fran a que le siga el paso.

Tae lamentó y se decepcionó de sí mismo. Es decir, su estadía en Firenze era únicamente para cuidar a sus hermanas y, ¿qué hace? Se distrae para que Fiorella tenga el camino libre para que haga con ellas lo que quisiera.

—Tampoco quiere que hable con Notte, pero lo extraño... — el castaño vio con el ceño fruncido a la menor —. No intercambiábamos muchas palabras, pero su compañía es agradable.

—Lo es.

—Me pregunto si estará bien, hace un par de días que no lo veo por los pasillos — era cierto, Jungkook había dejado de ir a la residencia en cuanto dure su respiro de media noche —. ¿Debería ir a verlo a su establo? Puedo llevarle frutas.

—Mamá se enojará si sabe que fuiste a su establo. — habló rápidamente, afortunadamente, se le ocurrió poner a la mayor como excusa e impedimento para detener cualquier idea que a Rosé se le pueda ocurrir.

—Me he escapado de casa antes, no lo notará. Sólo será unas horas.

—¿Qué planeas hacer con él?

—Uhm, ¿hablar? — un sonrojo notorio se hizo presente en las mejillas de la chica, esa no era buena señal para nadie — Será una visita cualquiera.

—No — ella le miró sin entender sus palabras —. No irás a su establo.

—Vamos, Tae. No es para tanto.

—No. — volvió a decir, cegado por el extraño sentimiento de molestia al saber que su hermana estará a solas con la persona que ama.

—Quiero saber si está bien.

—No son amigos como para que estés preocupada por él.

—P-Podríamos serlo...

—La respuesta sigue siendo no. — de acuerdo, a Taehyung ya no le agradaba su comportamiento y los pensamientos sobre su hermana teniendo sentimientos hacia el pintor.

—No estaba pidiendo tu permiso.

—Le diré a mamá — Rosé no pudo creer lo que escuchó, el castaño dirigió su mirada hacia el frente, donde la nombrada les miraba con curiosidad y reproche —. Termina de comer, rápido.

—Pero, Tae–

—¡Dije que no!

Las pocas sirvientas que merodeaban por el pasillo y el comedor mirar al dueño del inesperado grito, al igual que el resto de la familia. La castaña tragó grueso con rostro afligido y, sin decir más, se levantó de la mesa, ganándose un regaño de Fiorella al ver que esos no eran comportamientos dignos de una señorita de su edad, según ella y sus ideales.

—Yo también me retiro — dijo para después limpiar las comisuras de sus labios con una servilleta de lino, de inmediato, sus platos estaban siendo recogidos —. Disfruten de su comida y con permiso.

No esperó la reacción de nadie para empezar a caminar por los pasillos, no era común para nadie que entre hermanos exista alguna disputa, consideraban mucho más normal el hecho de que una pelea sea provocada por la señora Marcini mientras que sus hijos la encaraban unidos.

Se sintió mal con su trato hacia Rosé, se arrepintió de ello tan pronto la vio salir con sus ojos cristalizados y se planteó la incógnita de ser una buena persona. Tal vez no lo era y, por eso, siempre terminaba hiriendo a quienes le rodean mientras se creen amar.

Fue hasta su despacho con paso lento, en el trayecto, vio a una mujer con platos vacíos y dedujo que su amigo había terminado su almuerzo. Sonrió por ello, ahora no tenía muchas ganas de trabajar, por lo que hablar con el pelinegro le haría bien y despejaría su mente.

—¡Yoongi! — exclamó con fuerza ni bien abrió la puerta, vio al nombrado sobresaltarse en el sofá — ¿Vas a dormir ahora?

—Maldito seas, Taehyung — Cetti tomó asiento mientras tocaba su pecho, sintiendo cómo éste latía con demasiada fuerza por el susto. El menor se rio hasta quedar a su lado —. Sí, quería dormir, ¿algún problema?

—No, sólo me sorprendió un poco. Sé que te gusta dormir, pero nunca tienes siestas en la tarde porque luego te quedas despierto toda la noche.

—Eso es cierto. Gracias por despertarme, supongo — talló sus ojos con sueño —. Me alejé de Brina, pero me llevé todos sus hábitos.

—¿Hábitos? — preguntó, a lo que el mayor asintió, aún un poco desorientado.

—Sí, suele dormir en la tarde todos los días. Ya sabes que comemos arroz crudo y tiende a tener varios tazones de eso regados por la casa, al igual que otros bocadillos pequeños. Hablando de arroz, ¿dónde dejé el mío? — Yoon murmuraba para sí mismo, buscando un tazón que contenía dichos granos hasta encontrarlo a un rincón del sillón, ya no se cohibía a mostrar su extraño gusto — Y ni hablar de su humor de los mil demonios, ugh.

—¿Y si está mens–? —sus labios fueron sellados por una pálida mano antes de que pudiera seguir hablando.

—Cállate, no te atrevas a mencionar eso sobre mi esposa.

Taehyung asintió, algo avergonzado por si quiera haber pensado en el tema, puesto a que en ese entonces la menstruación era un estigma para todos, dejando a la mujer que lo tiene como enferma y débil, aunque tampoco muchas personas dialogaban al respecto, ni siquiera sus hermanas y madre, de quienes no tiene idea si les pasa lo mismo.

—Sólo está actuando raro — el menor volvió a asentir, no muy convencido de sus palabras, pero igual lo hizo. Yoongi no quería que nadie dijera eso sobre Brina, por más indiferente que sea con ella —. Ya se le pasará.

—Si afecta en la salud de alguien, eso espero — susurró y recompuso su compostura, recordando que quería tratar un tema serio con el contrario —. Debo preguntarte algo.

—Hazlo. — dijo, llevándose arroz a la boca para escuchar el crujir en su boca.

—¿Es normal no querer que una persona no se acerque a la persona que amas, sabiendo que ésta tiene sentimientos románticos hacia ella? — soltó de golpe, lo cual se arrepintió — Es un caso hipotético, se trata de... un amigo.

—Soy tu único amigo.

—También tengo a Donati. — infantilmente, Tae le sacó la lengua en modo de burla, aunque no supo por qué mencionó al pupilo de su amante.

—Hoseok, claro — después de esa desastrosa noche de borrachera, ambos parecieron quedar en buenos términos con el rubio, cuando se despertaron ya nadie insultó al otro y creen que eso fue un avance —. Haré que te creo, aunque esté sacando mis propias conclusiones. Y, respondiendo a tu pregunta, es normal sentir celos, pero es malo. Deberías hablar al respecto con quien dices amar por tu falta de confianza, no conmigo.

—No desconfío de ella, sino de la otra, del que mundo le haga daño.

—Sigue siendo falta de confianza y en su capacidad de enfrentar a las personas.

Yoongi lo sabía, por eso le recomendaba al menor. Para él, es común tener ese tipo de sentimientos y ardor en el pecho por la idea de posesividad sobre tu hogar, conversaba mucho con su esposa sobre el tema como acordaron, aunque él haya roto el pacto entre ellos de ser fieles.

También, podía incrementar sus celos cuando alguien más que no eran él o Brina se acercaba a su hija con un tono de voz dulce o juguetón como sus propios suegros. No le gustaba eso puesto a que es posible que Mia pueda ver como figura paterna a otro hombre y él no quería eso, él es y será su único padre hasta que fallezca.

—Sólo es... difícil. Esa persona ha pasado por mucho y aún no sé todo lo que sufrió, pero se me estremece el corazón al pensar en su dolor. Es raro, quiero cuidarle y apartarle de lo malo para que no vuelva a llorar. Es... triste y feo verle llorar, saber que su mente es frágil y tengo miedo a perderle.

—Lo entiendo — el pelinegro suspiró y se acomodó en el sillón, dispuesto a escuchar lo que, según él, eran problemas amorosos y tan equivocada no estaba —. Adelante, suelta lo que tengas que decir sobre ella. Aquí nadie juzga.

Los ojos del castaño brillaron con ilusión.

—¿De verdad no me vas a juzgar?

—No lo haré, aunque creo que es mi deber cuestionarte si veo que estás haciendo cosas indebidas.

El brillo se apagó.

» No. «pensó el menor rápidamente» Lo que hago y siento no es indebido, es hermoso. Además, él dijo que es bueno que respetara a las personas homosexuales, que... me respetara y él también lo hace. «

Aún es difícil aceptar que le gusten los hombres, no porque lo vea como algo erróneo, sino porque la única persona que le ha atraído es Jungkook y él es hombre. Sin embargo, aún si el mayor dice que no juzgará sus actos, no está seguro de mencionar a un» él «.

A veces, se pregunta si el mundo está preparado para ellos, si está hecho para que puedan existir en paz. Tal su Noche y él sean los equivocados, quizás sean las miradas acusatorias o la capilla, ya no estaba seguro de lo que sucedía a su alrededor, pero de algo sí estaba convencido.

Y eso era llevar a Jungkook a un lugar donde pueda ser él mismo.

Los bares que el mayor mencionó no dejan de pasar por su cabeza una y otra vez, nunca había escuchado de ellos y tiene que ser así, puesto a que él no estaba relacionado con nada a aquellas comunidades, aunque sigue sintiendo curiosidad a cómo Yoon descubrió dichas posadas.

No parecía una mala idea ir, estaría más que feliz que su pintor se relacione con gente como él y, a su vez, él aprenda de lo que es, conocer más de las cuatro paredes de su despacho y la imagen de lo que creía del exterior. Sería interesante para ambos.

No va a admitir que le aterra también, pero de cierta forma cree que debe hacerlo, puede ser un respiro para ambos y para el propio Notte. Abrazarse en compañía de otros que no se acerquen a golpearlos ni insultarlos, les haría bien un cambio de ambiente.

El único inconveniente que veía, era que el bar estaba en Roma.

Tampoco quiere exponer al menor a recuerdos viles, debe de preguntarle primero, aclararle que la posada está a las afueras de la ciudad y, si se mantenían al margen, podían evitar a toda costa cualquier persona que le incomode. El viaje sería un respiro, nada de estrés o dolores de cabeza.

Además, y espera no verse como un total apresurado, la ciudad natal de su amante no debe ser su primer y último destino. Deseaba recorrer toda Italia junto a él.

Podrían visitar Bari, conocer a la que considera su sobrina. Venecia era sumamente hermoso, la sola imagen de su Noche y él recorriendo las aguas en un bote hacían sentir cálido su corazón, comerían pasta en Milán y verían aquella torre inclinada en Pisa. Está seguro que el menor querrá pintarla.

Ir donde no los conocen parece un sueño porque no había ningún Taehyung, dueño de viñedos y marcas de vino o un Jungkook, pintor que oculta su rostro y es misterioso. No, sólo serían Taehyung Marcini y Jungkook Rossi, adultos con almas jóvenes disfrutando de sus compañías y amor mutuo.

Incluso otros países estaban en la lista, como Francia, Grecia y Escocia. ¿Será cierto que los griegos eran más benevolentes con personas como ellos? No tenía cómo saberlo y no sabe dónde Notte leyó que sí lo son, ha ido varias veces allá, pero nada más por cuestiones de trabajo y poco y nada sabe del lugar.

¿Él aceptaría?

Realmente anhelaba escapar por unos días de lo que les rodeaba, de los problemas, de las miradas y acusaciones. Puede que esté volviéndose paranoica al estar ocultando un secreto, pero ahora sentía cómo todos le acechaban con los ojos a la espera de cometer algún error para restregárselo en la cara.

Quiere tener donde más compartir sus besos y toqueteos que no sean el despacho o el establo, por un momento pensó llevarlo a su habitación, pero los sirvientes se paseaban por el pasillo todo el día limpiando, además de que su familia se pasaba en sus respectivos dormitorios.

Por ahora, se limita a sentirse alegre con tal de imaginar a su pintor y él riendo juntos. Descubriéndose mutuamente para seguir amándose en su historia de la cual no está preocupado por ver el final.

Además, él dijo que pronto dejarían de haber secretos y confiaba en su palabra, así el sabor agrio en su paladar se iba disipando.

—Tae — le llamó la atención el pálido a su lado, al parecer, había empezado a divagar nuevamente —. Oye, no te pierdas.

—Ya volví, ya volví — comentó con una sonrisa mientras palmeaba sus mejillas con el fin de espabilarse por completo y que su mente regresara —. Es que, Yoongi~ — contuvo un chillido de felicidad al cerrar sus ojos y suspirar, alargando la última letra del nombre —. Dentro de lo posible, no sabes cuán feliz soy ahora.

—¿De acuerdo? — el castaño volvió a chillar con una sonrisa bajo la atenta mirada del contrario — Me alegro por ti, creo. No sé de qué estás hablando.

—Gracias. La situación en la que estoy es algo complicada, pero espero que seas parte de ella cuando todo se arregle y sé que será pronto.

—También quiero conocer a la persona que vuelve tan distraído a mi amigo — Tae logró sonrojarse y soltó un suspiro decaído, él también lo deseaba, pero debía esperar —. Dime, ¿piensas casarte con ella?

—No creo que eso sea posible.

—¿Por qué?

—No nos interesa el compromiso. —» El mundo no está hecho para personas como Jungkook y yo. «quiso decir, encogiéndose de hombros.

O, tal vez, Firenze no estaba hecho para ellos y él se encargaría de eso, al menos, por unos cuantos días.

En dos semanas sería la boda de Francesca.

El tiempo pasa demasiado rápido y eso le aterra en la soledad del establo, se había alejado de su hogar esos últimos días para pensar porque empezó a sentirse asfixiado, aun si escuchaba las insistencias de su pupilo, amante y hasta de aquel estafador en que no debería encerrarse en sí mismo. Todos se dieron cuenta que algo andaba mal.

Pero fue inevitable no cerrar las puertas de su corazón, nuevamente se estaba ahogando.

—No le digas nada, ¿está bien? — le había dicho a Taehyung el día siguiente de su visita al bar, hablaban sobre Antonella, le hizo prometer no dejar que Yoongi se entrometa en asuntos que no le concernían. Aún estaba molesto con él y el castaño lo notó, mas no mencionó nada al respecto — Es un asunto tuyo y mío.

—Me preocupas, Jungkook. ¿Estás bien? ¿Pasó algo grave?

—Lo estaremos. — aseguró.

No ha comido, mucho menos descansado, su torso estaba desnudo y sus pies tocaban la fría madera, desde la mañana se sumergió a ver y recordar cada una de las pinturas que tenía. La primera, fue el retrato incompleto de Tae.

Pasó sus dedos sobre él, aún faltaba de pintar los labios, aquellos que ansiaba probar. La mitad superior de su rostro estaba hecha y se enorgullecía de ello, le quedó hermoso y no sabría decir si fue gracias al amor y dedicación que le puso o a la belleza de ese hombre.

Aunque, inmediatamente al pensar en él, sus ojos se inundaron de lágrimas.

—¿De verdad eres así? — pregunta, como si la obra le fuese a responder — ¿Realmente te acercaste a mí para saber de ella? ¿Te aferras al amor que te profeso porque estás necesitado de él? Si alguien más lo hubieras hecho, ¿no te habrías enamorado de mí?

A su lado, reposaban varias de sus creaciones, la mayoría eran momentos que considera importantes en su vida desde que conoció al mayor, mismo que hizo cuando nadie le veía.

Estaba el viñedo, aquel que le dijo a su amante que le vendería, pero parece que ambos de olvidaron de ello. También quedó grabado las primeras veces que hablaron, cuando probó el whisky y acordaron precios de su trabajo detrás del mercado, la noche en la que bebieron el vino griego, incluso estaba esa tarde en la que Taehyung Marcini le confesó gustar de su compañía.

Le gustaban sus recientes recuerdos en Firenze, eran bellos al igual que las personas en ellos como Hoseok, Jin y, aunque aún le duele, Namjoon. Todos conformaban parte de su colección privada del mundo como la historia que ha hecho sin pensarlo.

Sólo su maestro lo sabía, pero antes se dedicaba a plasmar lo que le hacía daño a recomendación del mismo. Empezó dibujando capillas, a sus padres y los objetos con los cuales era golpeado, no fueron hechos con la mejor técnica puesto a que salían de lo más profundo de su ira, tristeza y resentimiento, del pequeño joven adulto que se preguntó tantas veces si realmente él era el problema de todo.

La muerte, al igual que la sangre, eran los mayores protagonistas. Su anhelo de descansar eternamente también, en la actualidad, no sabe cómo sigue vivo tras tal martirio y lo agradece enormemente porque puede decir que, de a poco, está aprendiendo lo que es una buena vida, a explorar el amor fuera del campo fraternal.

A medida que iba sanando y logrando salir a la superficie del mar en que se ahogaba, sus pinturas dejaron de ser tan grotescas, pensó que era buena señal. Ahora todo eso está guardado en el cobertizo que se niega a abrir para volver a dar un vistazo más profundo a su pasado porque, si bien Taehyung le dijo que debe aceptarlo, aún era difícil, pero está seguro que lo hará más pronto de lo que se imagina.

A su vez, el rostro de esa bella mujer apareció.

Ya no la retrataba con tanta frecuencia como antes, ni siquiera quería pensar en hacerlo al sentir un odio hacia ella, tanto que hace odiarse a sí mismo. La mayoría de lienzos donde aparecía ya fueron vendidos y, los pocos que quedaban, quedó oculto con su historia en Roma.

Jamás se imaginó que aquella castaña le daría el reconocimiento que tiene ahora, en parte lo agradece, pero también lo aborrece. Jin desde un inicio le trató de convencer que era una mala idea, sin embargo, su terquedad le hizo ignorarlo hasta que falleció y las insistencias cesaron.

No quiere pensar más de la cuenta como usualmente lo hace, sabe que debe hablar con su amante para aclarar cualquier posible malentendido, lo reconoce y, aun así, le alejó.

Terminó por recostarse en el suelo y suspiró con cansancio, sus párpados pesaban, quería dormir por unos cuantos días hasta que pudiera tener las fuerzas necesarias para encarar a su amante.

Esos momentos, donde su cabeza parece a punto de explotar, se arrepiente de haber conocido a Taehyung.

Sólo un poquito por lo que ya ha dicho, es una persona miedosa y para nada fuerte, aunque los demás piensen lo contrario. Si le hubieran dicho que, aceptar el trabajo que aquel viticultor le propuso, le llevaría hasta ese instante, una parte de él no habría aceptado. No pasaría de nuevo por las infinitas incógnitas y temores que albergaba desde hace muchos años.

Pero aún estaba esa satisfacción y gratitud por haber dicho que sí, por no negarse al trabajo que ese hombre le dio porque ahora ama a ese hombre por encima de todo, le da los impulsos necesarios para poder florecer y ser simplemente él.

Y, también, por amarlo.

Cuando sus declaraciones y acercamientos comenzaron, era extraña la manera en la que volvió a sentirse querido. Aún debía acostumbrarse a la existencia de alguien lo ame por lo que muestra ser, una persona que le agrade sentir los latidos de su corazón y el dulce sabor de sus labios.

Por muchos años pensó que era alguien indigno de recibir cualquier muestra de afecto, un ser defectuoso que no merecía ni siquiera vivir. Que su único valor era satisfacer a otros, ya sea obedeciendo a órdenes o dejando su cuerpo a la potestad de quien se creía dueño de él.

No se habría sorprendido si Taehyung le adulaba con un único valor sexual como lo hizo Jimin o si buscaba convertirlo en un sirviente más como sus padres, le dolería más si aquellas dulces palabras que susurraba iban intencionadas con una de las dos opciones. Mas no fue así.

Y lo siguió pensando hasta hace unas semanas, hasta después de su intento de suicidio. Ya no estaba solo. He allí otra de las razones por las cuales quiere terminar de sanar su corazón, para no hacer daño a quienes ama, para dejar de ser un peligro para ellos

Aunque ahora, según lo que dijo Yoongi, su finalidad era saber quién es la mujer de sus pinturas. Aún si ese era su principal propósito, no duda del amor que le profesa.

¿Todo esto era por tal incógnita? ¿Por alguien que ya a nadie le importa? Ya ni siquiera vendía sus pinturas para decir que le servía de algo, ahora buscaba sólo olvidarse de ella.

Se quedó así por un corto tiempo, la madera fría le hizo doler la espalda hasta que tuvo que levantarse por unos insistentes golpes en la puerta.

—Dije que no quiero ver a nadie. — habló lo suficientemente fuerte para que le escucharan.

Ignoró a quien sea que se haya dignado en ir cuando le dijo a Hoseok, Taehyung y hasta Yoongi en la cara que quería un tiempo a solas. Volvió a acostar y puso su diestra encima de su pecho, viéndolo subir y bajar por su respiración calmada.

La puerta se abrió con un fuerte ruido.

Frunció su ceño mientras giraba su cabeza, ni siquiera se inmutó cuando vio a Namjoon avanzar hacia él mientras le extendía un papel.

—¿Qué es lo que intenta hacer Marcini? — su tono de voz fue grave, estaba molesto y el menor muy confundido, sobre todo por no poder bien qué era lo que el hombre tenía en sus manos — Notte, creí haberte dicho que no quería involucrarme con ninguno de los dos.

—Puede decirme Jungkook.

—¿Por qué invitó a mi familia a la boda de su hermana?

El mayor bufó molesto e intentó que su semblante no cambiara cuando vio el pecho desnudo del contrario, el cual tenía unas cuantas cicatrices, unas más grandes que otras, pero fue inevitable mostrar un atisbo de preocupación en su rostro por encima de su molestia.

Kook vio su propio cuerpo, no se sentía tan cohibido al respecto, mas sí avergonzado. Ladeó su cabeza y aclaró su garganta, para que el par de ojos dejen de inspeccionarlo sin disimular.

—Este fue mi castigo... Cuando estaba en Roma — aclaró rápidamente, quería que su abuelo Galli conozca su pasado paso a paso, no iba a adentrarse mucho en él en ese momento —. Por eso escapé.

—¿Por lo que te gusta?

—Sí, por lo que soy — rio con lágrimas en sus ojos —. Me sentenciaron a muerte y sólo pensé en vivir. Aunque es irónico porque vine a Firenze sólo para suicidarme y ahogarme en alcohol.

—¿Jin lo supo? — preguntó el peligris, a lo que recibió un asentamiento de cabeza — ¿Y no te dijo nada al respecto o algo más?

—No sabía que me gustan los hombres, pero he de suponer que tenía una cierta idea de ello. En realidad, murió con una imagen errónea de mí, no una mala en algún ámbito moral, sino equivocada dicha por mí mismo y en lo que creía en ese entonces. Aun así... — sonrió, siempre lo hacía cuando pensaba en su maestro — Jamás me juzgó. Sí me cuestionó y aconsejó de varias cosas, pero nunca se interpuso en lo que hacía.

—Él te veía como un hijo y sé que tú a él como un padre. Créeme que de verdad llegó a amarte como no tienes idea.

—L-Lo sé — el menor limpió sus mejillas húmedas, lamentablemente y aunque no lo admita en voz, aún no supera su partida —. Por eso dije que él m-me aceptaría, estoy seguro.

Esa conversación estaba tocando una de las pocas heridas que tiene sin cicatrizar.

—También estoy seguro de eso.

—¿Y por qué usted no?

Kook tomó asiento nuevamente en el piso con la cabeza alzada, viendo al mayor con una postura rígida, quien ya no mostraba ninguna emoción en su rostro. Quiso tocarlo, por lo que se aferró a los pantalones café del hombre mientras repetía la misma pregunta en susurros.

La última vez que se vieron, intentó no demostrar que necesita su aprobación para seguir adelante, pero no cree que pueda seguir haciéndolo.

—Por favor, a-abuelo Galli. Acépteme, mire que no hay nada de malo conmigo, ¡estoy bien! — la desesperación que emana no ayudaba a esa confirmación, tampoco los espasmos de su cuerpo —. No e-estoy enfermo, no estoy dañado... Sigo siendo Notte y usted, mi abuelo Galli.

—Notte, suéltame — el nombrado se aferró más a las extremidades ajenas — ¡Jungkook!

Aún le duele no haberle dicho a Jin su verdad y ahora anhelaba urgentemente que alguien más le diga que todo estará bien, que él es un buen hombre.

A la mierda, se arrastraría de ser necesario.

—¡Quiero a Jin de vuelta! — proclamó con más enojo que tristeza, tal niño pequeño — ¡¿Por qué me lo quitaste?! ¡Él sabría qué hacer!

—Notte, yo no te quité a nadie. Él murió por–

—¡Es mentira! ¡Me lo quitaste!

—Jungkook–, no. Jin murió por causas naturales, no era eterno.

—¡¿Y por qué tú sigues viviendo?! ¡¿Por qué él tuvo que morir y tú no?! — Nam se trataba de alejar del menor, pero éste seguía aferrado a su ropa. Sus palabras dolían, mas no decía nada. De algún modo, cree que se las merece y hace lo posible para no hablar, porque está seguro que él también diría cosas hirientes — ¡Trae a Jin conmigo! ¡Yo soy su hogar, su lugar es a mi lado!

—Sabes que no puedo hacerlo, murió. — el mayor tampoco se caracterizaba por ser una persona con mucho tacto. Era torpe, como le dijo alguna vez aquella persona que el pintor reclamaba.

—¡Sigues mintiéndome! ¡¿Dónde está?! — ahora, el joven empezó a buscar por todo el lugar con la mirada a alguien que no iba a aparecer. El peligris estaba al tanto de ciertos arranques de desesperación por su parte, aunque nunca ha presenciado uno — ¡Dile que lo estoy esperando! ¡Debe hablar contigo!

—¿Conmigo? ¿Por qué?

La verdadera razón de su presencia en el establo era para disculparse con el chico. Si bien aprovechó en ir para rechazar la invitación a esa boda que le da mal presagio, también quería pedir perdón por cómo llamó a quien lloraba desconsoladamente. No lo pensaba aceptar o darle falsas esperanzas de que lo haría, sus ideales aún tienen raíces fuertes en su alma que le hacían ver aún a Jungkook como un pecador.

Sin embargo, se arrepintió tanto los días en los que estuvieron alejados. Recuerdos agrios pasaban por sus pesadillas en las noches hasta el punto de no dejarlo dormir a causa de su llanto, mismo que muchas veces su esposa trató de consolar sin saber la razón de éste.

Porque Notte no era el único con secretos.

—¡Para hacerte ver que no hay nada mal en mí! ¡Para que me aceptes!

—Jungkook — le llamó e intentó que su voz sea más dulce, aunque se escuchó más cansada y hastiada. Tomó asiento frente a él y secó sus lágrimas con la manga de su camiseta —. Lamento mucho por todo lo que te dije y me he comportado contigo, pero no me pides algo imposible para mí.

—P-Pero, abuelo...

—No puedes cambiar mi forma de pensar, así como yo no puedo hacerla con la tuya. Está bien, te respeto y te respetaré porque lo mereces como persona, pero no puedes obligarme a aceptarte cuando mis creencias en Dios dicen que, lo que sea que tengas con Taehyung, es malo y debe de corregirse.

—Pero le digo que me mire, ¿acaso ve algo malo en mí? — el mayor suspiró y atrajo sus manos hacia su propio pecho, pero fueron tomadas con rapidez de nuevo — ¿Sería egoísta decirle que deje de creer en el Dios que tanto daño me hizo?

—Dios es bueno, Jungkook.

—Entonces, ¿p-por qué l-las personas que creen en él me han lastimado tanto? ¿Por qué dicen que no puedo a-amar a Taehyung? ¿Por qué acusaron a Jin de brujería? ¿Por qué m-me tratan como un error? ¿Por qué alejan todo lo que amo?

Él ya no era un niño que podían tratar como muñeca de trapo, ya no se dejaba manipular con facilidad y mucho menos dejará que alguien siquiera lo intente. Está seguro de sus sentimientos hacia aquel castaño, hacia su día y nada podrá cambiar eso.

Es más, lo que realmente teme es que su amor de Tae hacia él sean los que logren cambiar después de entregarle su alma como había prometido. Tiene miedo de alejarlo por la caótica tormenta que se desata en su interior y que podría alejar a cualquiera.

—¿O soy yo el que aleja a todos? — sus ojos oscuros brillaron nuevamente, como si miles de estrellas están guardadas allí, por más lágrimas — ¿Es mi culpa?

—Jin diría que eso no es cierto.

Cuando el hombre de hombros anchos murió, los dos lo tomaron de una manera muy distinta.

El joven lloró, demasiado que pensó que algún día se secaría como una flor marchita. Pero no fue así, sólo se dedicó a hacerlo lo que su maestro le había enseñado, llevando la memoria de su rostro a grandes, pequeños y medianos lienzos para no olvidarlo.

En cambio, Namjoon ya se iba haciendo la idea de lo que sería su vida sin aquel que pasó a su lado casi toda su vida, quien vio crecer desde que eran un par de niños jugando en el mercado hasta estudiar y trabajar juntos. Pensó que su existencia ya no tendría sentido con su ausencia.

Y tuvo un poco de razón.

Sus mañanas eran monótonas y, aunque ame a su pequeña familia, no puede dejar el sentimiento de vacío en su corazón. En la soledad de su tienda, aún sigue imaginando que el castaño de gran sonrisa y labios gruesos atraviesa la puerta para invitarlo a cenar, ir hasta él en busca de compañía o simplemente a pedirle que masajeara sus dedos.

—¿Cuánto tiempo estuviste pintando? — era la pregunta que más salía de su boca cuando acariciaba sus manos con delicadeza.

—Empecé antes de almorzar y ya se ha ido el sol, creo que te darás una idea — el hombre soltó una carcajada como si antes no hubiera estado casi llorando del dolor —. Pero debes ver mi nueva creación. Te encantará y estoy seguro que ésta sí la querrán.

Jin Parisi era un excelente pintor y sus cuadros siempre lograron transmitir sus sentimientos, así como Jungkook lo hace ahora, sin embargo, los rumores en el pueblo sobre su persona eran más grandes que su pasión por el arte. Por lo que terminaba yéndose a pueblos vecinos con el fin de vender lo que tanto le costó hacer.

—Debes cuidarlo, Namjoon — le dijo en su lecho de muerte, aun si su rostro estaba pálido, una pequeña sonrisa no lo dejaba —. ¿Me lo prometes?

—Cuidaré de él, Jin. N-No debes preocuparte... — hablaban de Notte, en ese entonces, no le tenía tanta confianza. A veces ni le dirigía la palabra y no parecía un hombre de veinticuatro años, sino alguien más joven con sus ojos brillosos — Lo cuidaré como mi propio hijo.

—Pero él te llamará abuelo, yo le di permiso para que te dijera así — su risa dolió para cualquiera que la pudiera escuchar —. Lamento si eso llega a molestarte.

—S-Sabes que no t-tengo problema con que tú te burles de mi edad. Aunque s-sea menor.

—Pero eres un hombre fuerte y eso te hace parecer más viejo — Nam rio mientras soltaba más lágrimas, esa noche en la que su amigo murió no dejó de acariciar sus dedos —. También cuida a tu esposa y no dejes que te afecte lo que diga la capilla sobre tu hija, es hermosa, buena persona y no necesita a nadie más para ser feliz.

Recientemente se había descubierto que Alissa sería incapaz de concebir un hijo y ningún hombre estaría interesado en ella para contraer matrimonio, por lo cual volvió a arrastrarse a aquel Padre que tanto conoce para que no lo dijera en frente del todo pueblo y su pequeña no sufra de miradas acusatorias.

—Tampoco lo que digan de ti o de mí.

—P-Pero el P-Padre Conte... Tu padre–.

—No vuelvas a mencionar a ese hombre en mi último día de vida, Namjoon Galli — su voz se volvió hostil al igual que su mueca, aunque fue cambiada de inmediato por una inesperada tos —. Gracias por venir, mi último deseo era estar con quien me importa.

—Notte fue a por más hierbas al mercado, v-vendrá pronto.

—Hablo de ti, torpe — Jin sonrió —. Ah, Namie. ¿Qué haré contigo? Ya no sé si dejar en tus manos a mi pequeño o dejarte en manos de alguien más para que te cuide, también estás chiquito.

—Mierda, ¿cómo puedes decir todas estas cosas a punto de morir? — el menor lloraba arrodillado al lado del contrario, según él, no había lugar para la alegría en ese momento porque, aunque se lo pidieran, no podría ni siquiera simular una sonrisa.

—Creo que es el nerviosismo que nunca más te veré... Me da fortalezas para hablar, reír y volver a hablar de tantas cosas — las caricias en sus manos acabaron porque fue el mayor quien entrelazó sus dedos con los contrarios —. Pero a la vez, siento que las palabras sobran.

—Jin...

—Si pudiera, te pediría de rodillas que cuides mucho a mi hogar y que lo aceptes — el peligris suspiró cansado —. Por favor, hazlo por mí.

—No puedo ir en contra de mis ideales, lo sabes.

—Lo sé, no lo hiciste, pero te pido que hagas una excepción. Lo que sea que sepas de él, acéptalo — llevó la mano morena hasta sus labios para dar un casto beso, casi pareció como si sólo hubiera rozado sus abultados labios con la piel —. Y pórtate bien, el infierno es un lugar muy espantoso para una persona tan linda como tú.

En el presente, Namjoon está seguro dónde encontrará a la persona que le amó y esperó por muchos años.

Miró a Jungkook, quien seguía con el cuerpo temblante y supo que Jin estaría tan decepcionado de él, incluso podría ver el dolor en su mirada.

—Es mi culpa, es mi culpa — seguía repitiendo, apretando la camisa del mayor —. Todos al final m-me dejarán solo porque y-yo lo provoco, siempre soy yo el causante de m-mi soledad.

Lo único dañado en el pelinegro eran sus pensamientos, aquellos viles eran los que se encargaban de terminar por hacerlo mierda y aún no puede creer que no logra controlarlos, pero ellos son más pesados, más hirientes que cualquier otra persona.

—De verdad, perdóname — susurró Nam antes de envolver en brazos al frágil chico que se desmoronaba frente a él —. No tienes la culpa de nada, Kook.

—S-Sí la tengo, p-por eso ya no tengo a Jin y a-alejaré a Taehyung — el peligris obvió lo último al no saber a qué se refería —. Y t-también te alejé a ti.

—Perdón, perdón.

—Merezco ser castigado — nuevamente, Notte no recibió ninguna respuesta —. P-Pero también merezco ser amado.

—Jin también te aceptaría, tienes razón. Lo haría sin dudar. No lo olvides y te haría saber que también eres digno de recibir todo el amor del mundo, de él, de... Taehyung y Hoseok. —» Y el mío también. «le faltó decir, pero se hubiera sentido hipócrita.

—Sólo quiero que mi hogar no se siga reduciendo.

Ambos esperaron que así sea.

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