Capítulo 3: Clark
Desperté totalmente envuelta en una de las sabanas. Miré curiosa el techo de la habitación y me giré hacia la izquierda para ver a Adam durmiendo plácidamente.
Una sonrisa tonta se dibujó en mi cara. Me estiré manteniendo la sabana sobre los hombros. Una punzada en el cuello me molestó y me incorporé en la cama. Posiblemente me había torcido.
Y la razón había sido...
—¡Oh Dios! —me envolví más en las sabanas y entre tanto movimiento, me caí de la cama—. ¡Vaya mierda!
Me quedé callada unos segundos, por si había despertado a Adam, y al no escucharlo moverse me puse de pie con mi montón de sabanas.
Corrí hacia el tocador y mientras rebuscaba en los cajones mi ropa, me miré en el espejo.
—¿Pero qué...? —me acerqué demás y miré mi cuello. Toqué la zona morada—. Por lo menos no duele... Parece un moretón. ¿Me golpeé con algo...? —la escena de Adam besando mi cuello anoche regresó—. ¡Oh Dios! ¡No puede ser! ¿Cómo voy a cubrirlo...? No tengo maquillaje... No tengo nada.
—Mm... —se quejó Adam removiéndose en la cama. Tomó mi almohada y la abrazó como un bebé.
—¿A quién le pido ayuda? —murmuré caminando alrededor de la habitación, trayendo conmigo de un lado para otro las sabanas—. ¡Una bufanda! Debo tener... —corrí nuevamente a los cajones.
Encontré una linda bufanda blanca e inmediatamente me la puse alrededor. Y mientras lo hacía, torpemente dejé caer las sabanas.
—¡Mierda!
—Es una linda vista —exclamó Adam. Lo miré asustada y me agaché a recogerlas, cubriéndome con desesperación—. Me refería a la que está en la ventana tonta, aunque claro... No hay nada que no hubiese visto anoche debajo de esas sabanas —me sonrió.
—¡Cállate! ¡No!
—Te levantaste temprano, algo nuevo en ti —rió—. Son las siete y media de la mañana... Solo regresa a la cama y duerme —balbuceó acomodándose para retomar su sueño.
—Quiero por lo menos vestirme —respondí avergonzada.
Antes de que Adam me respondiese mi celular sonó. Miré confundida el aparato. ¿Las llamadas llegan hasta acá? Por lo visto si..
—¿Hola?
—¡Pero si es mi bella Bella! —gritó Gastón en el teléfono. Sonreí ante su saludo y me senté en la cama.
—¡Hola!
—¿Cómo va todo? Ya sabes, si Adam te toca me hablas para partirle la cara. Quiero conservar a mi pura amiga —habló. Y sabía por qué decía eso.
—Hola todos —dije. Se escucharon bufidos y sonreí—. Pobre de Gastón, no lo usen de esa forma...
—¡Bella! ¡Bella! ¡Adivina qué! —gritó Sullivan—. ¡Conseguí unas asombrosas entradas al concierto de Ed Sheeran que es este mes! ¡Segunda fila, mujer!
—¡Segunda fila, asombroso! ¡Sullivan te adoro! ¡No lo puedo creer! —reí emocionada. Escuché a Adam entrar al baño y suspiré.
—Sucedió algo, ¿no? —preguntó Sullivan tomando seriedad.
—¿Eh? No, ¡hip! —mierda.
—Esta bien, solo recuerda que tu primer hijo debe llamarse Ed y que yo seré el padrino —rió—. Y en todo caso el padrastro —agregó bromeando.
—¡No voy a quedar...! —me detuve al darme cuenta de que había alzado la voz y reí—. No voy a quedar embarazada en estos momentos —murmuré.
—Bueno, en un futuro, recuérdalo. ¿Entendido?
—Entendido —asentí.
•
—Hace muchísimo calor —me quejé. Adam suspiró y volvió a quitarme la bufanda.
—Ya te la habías quitado, deja de ponértela.
—¿Adam?
—Mande...
—¿Te gustan los bebés? —pregunté dudosa. Adam guardó silencio mientras pensaba.
—Hm... Siendo totalmente sincero, no. Creo que Sally fue un claro ejemplo, de que tampoco los niños —respondió—. Pero... ¿Por qué lo preguntas?
—No es nada, ¡hip! —carajo, ¿por qué sigo mintiendo si sé qué pasará eso?
—¿Qué es?
—Es que, pensar en Haless como madre... No pude evitar verme en su situación y... —reí nerviosa—, el sentimiento de ser madre, se siente bien —balbuceé.
—Ya veo —asintió. Se detuvo y me miró con cariño—. Por ahora... Sigamos nuestras vidas tranquilamente, ¿está bien? Y cuando terminemos nuestras carreras, o por lo menos tú estés por realizar tu especialidad. Pensemos en ello.
—De acuerdo —sonreí.
•
—Es más que seguro que irá Gastón con su novia, Haless y su novio, Sikha, Sullivan. Mm... Sandra y Andrew —sonreí mientras contaba con mis manos. Adam me miraba desde su lugar y asentía a cada nombre—. ¡Ah! Juliet, su novio y Sally. Mm... ¿A tu padre? —sonreí nerviosa—. Habías dicho que lo invitarías, y solo lo he visto dos veces.
—No —negó Adam.
—Adam... ¿Es por...?
—No es eso —respondió incómodo—. Es solo que, aún no le he dicho.
—¿Eh? ¿No le has dicho qué?
—Que estamos casados.
—¿Disculpa? —lo miré incrédula. ¡No le ha dicho! ¡Ja! ¡Oh Dios!
—No creí que fuese necesario. Clark puede ser mi padre pero no pienso informarle todo acerca de mi vida... —Adam guardó silencio y suspiró—. No irá. Dejémoslo ahí.
—Adam...
—Escucha, por otro lado no quiero que vaya porque eso significaría que se encontrase con Juliet y Sally. Las quiero a ambas lejos de él... También a ti —habló con seriedad. Tenía razón... Juliet podría incomodarse o tener algún ataque como los que solía tener Adam. Pero...
—¿A mi?
—Sí. No quiero que Clark empiece a meterte tontas ideas la cabeza. Es esa clase de hombre.
—¿Clase de hombre? ¿A qué te refieres? —pregunte sin entender—. Ya nos hemos visto antes.
—Clark es... Molesto, solo eso.
—Esta bien... ¡Pero tenemos que decirle! No creo que le agrade la idea de que le escondamos que nos casamos.
—A Clark no le agrada nada si no le favorece —insistió Adam.
—¿Cuál es el maldito problema? —espeté ante su insistencia. Adam soltó un suspiro y me miró a los ojos.—. Está bien, si no quieres que vaya no irá, pero informarle estaría bien...
—La familia de Clark.
—¿Ellos qué tienen que...?
—Clark se los contará... Y empezarán a invitarnos a sus reuniones...
—Creo que me he perdido de algo —gruñí desesperada al no entender.
—La familia de mi padre no me aceptó. ¿Por qué? Porque odiaban a mi madre, por su infidelidad, y al ser su hijo, me odiaban también. Mi tía, la hermana de mi padre, dijo que... Hasta que tuviese una familia, podrían aceptarme —Adam hablaba con la mirada baja y vacilaba—. Tú eres mi familia ahora. Si mi papá se entera les dirá, y encontrarán la forma de que vaya.
—Tu... ¿Les quieres? —me golpeé mentalmente. Por dios Bella... No preguntes eso.
—No los culpo por lo de mi mamá. Tenían sus razones para pensar que yo ni siquiera era hijo de Clark y también para odiarme... Pero no. No los quiero —negó—. Clark y todo lo que tenga que ver con el, en su mayoría, lo desprecio.
—Ya veo —asentí. Resoplé con una sonrisa y tomé su mano—. Sé que no quieres relacionarte más con tu pasado, pero debes saber que nadie puede lastimarte ahora. Porque eres fuerte. Somos fuertes —sonreí y miré el cielo—. Mi padre solía decirlo... Que ambos éramos muy fuertes por poder vivir sin mamá, por perdonar, por olvidar —me encogí de hombros—. El vejestorio tiene razón. Todos somos fuertes por lo que vivimos. Algunos sufren más que otros, pero al final de cuentas todos tenemos momentos duros donde requerimos fuerza emocional.
Adam me miró y rió. Agitó mi cabello y luego beso mi cabeza.
•
—¿Eh?
—Juliet quiere hablar contigo —repitió Adam.
—¿Conmigo? —exclamé mientras tomaba el celular de Adam—. ¿Hola?
—¡Bella, hola! —me saludó con entusiasmo—. ¿Cómo está todo?
—Oh, pues, bien —reí nerviosa.
—¿Si? Genial. Eh... ¡Ah! Disculpa por molestar pero, ¿podemos hablar? Eh, ¿está Adam ahí? Es... Personal —murmuró.
—Oh, de acuerdo —asentí poniéndome de pie y haciéndole una señal a Adam de que estaría en el balcón de la habitación—. Listo.
—Esto... ¿Tienes el teléfono de Haless? —preguntó. Miré confundida el celular y reí.
—Sí... ¿Te lo doy?
—Eh, no. ¡Escucha! Es que, a ver... Adam me va a matar por esto, y pensé que si tú se lo decías sería sencillo. Creo que hay una posibilidad, ligera, de que esté embarazada —chilló—. ¿Sabías que no podía tener bebés? ¡Pues es un milagro! —rió. Tardé en procesar lo que acababa de decir y al realizar que acababa de decirme qué tal vez estaba embarazada solté un chillido.
—¡Oh Juliet! ¡Es asombroso! —reí—. ¿Ya fuiste a revisarte? Eh... ¿Sabes algo?
—Pues, no con certeza. Me he echo una prueba y salió positiva —suspiró con felicidad—. ¡Pero solo me queda ser positiva! ¿No es así? —rió con ternura e involuntariamente sonreí. Era una persona agradable... Y estaba llegando a comprender el por qué tanto cariño hacia ella de parte de Adam—. Pero, ¿cómo les va? ¿Se divierten? Quiero cinco sobrinos —exclamó.
—Oh no —reí—. Eh... Estábamos planeando la lista de invitados para la, eh... ¿Cómo se dice?
—¿Fiesta, intento de celebración de boda? —bromeó.
—Eso —chasqueé los dedos y suspiré—. Pero bueno, creo que ya está... Es solo que, eh, Adam pues... No le ha dicho a su padre de nuestro matrimonio y tengo cierto miedo de que sea porque se avergüenza de mi —reí sin ganas—. ¿Algún consejo?
—Ah, Clark... —murmuró nostálgica. Oh mierda.
—No, no, no. ¡Perdóname! ¡Perdóname no quería...!
—Esta bien, Bella, tranquila —dijo en un tono bajo y tranquilizante—. Adam jamás se avergonzaría de ti, Bella... Él puede ser arrogante, molesto, frío, lo que quieras, pero jamás haría eso. Esconder su relación. Conocí a Clark —suspiró—, y créeme que si no se lo dice es porque Adam teme acerca de cómo él y su familia se lo tomen. ¿Te ha contado lo de la tía Miriam? —preguntó.
—¿La tía que hace reuniones y no lo aceptaba hasta que tuviese una familia?
—Esa —afirmó—, es un horror de mujer. Su familia es un horror, son tan orgullosos y no paran de juzgarte con la mirada... No quiere meterte en esa clase de mundo. Un mundo tan... Superficial.
—Ya veo —asentí. Solté un suspiro nervioso y pase una de mis manos por mi cara—. Es bueno saber que después de todas mis tonteras, Adam no se avergüenza de mi —reí.
—Jamás lo hará, piensa en eso siempre —me aseguró—. Bueno, Bella, me tengo que ir. Debo ir por Sally al colegio... Y ya sabes —rió—. ¡Debo ir!
—Seguro, Juliet, eh, hablamos luego...
Escena extra:
Querido Clark:
Perdón. Arruine tu vida, arruiné la vida de Adam, la de Jordan... La de Juliet. Cometí errores, y traté de ocultarlos, mentí. Pero lo que jamás, jamás escondí, fue el amor que te tuve a ti y a Adam.
Peleamos muchas veces, y aunque sabíamos que nuestro amor se estaba desvaneciendo, quisimos mantenernos juntos para criar a Adam. Era solo un niño, y nunca tuvo la culpa de nuestros errores. Tener a Juliet no fue uno de ellos, ¿sabes? Ella tampoco tuvo la culpa de la idiotez mía y de su padre...
Pero lo que siento más es que no lo entiendas, porque par mi tanto ellos, Jordan y Juliet, como Adam, significan lo mismo para mí. Son mis hijos, Clark...
Lastimé a Adam, esa siempre será la culpa que cargaré. Tanto tú como la culpa de lastimar a Juliet. No podemos arreglarlo, pero Clark... Por favor cuida de Adam, cuídalo como no supe hacerlo.
Cuida de Jordan, de Juliet aunque no quiera verte, asegúrate de que viva bien...
Cuida de mi pequeña Sally...
Arregla el dolor que cause en Adam. Y el dolor que causé en ti.
No sabes cuánto lo siento,
Amira.
Escena extra 2:
Adam escuchó a lo lejos a Bella reír y se acercó para escuchar mejor sobre lo que Juliet y ella hablaban.
—Eso —chasqueó los dedos y luego soltó un suspiro lleno de tristeza—. Pero bueno, creo que ya está... Es solo que, eh, Adam pues... No le ha dicho a su padre de nuestro matrimonio y tengo cierto miedo de que sea porque se avergüenza de mi —rió sin razón alguna—. ¿Algún consejo?
Adam se alejó y resopló. ¿Realmente no podía parar de lastimarla? Miró su teléfono a lo lejos y bufó. ¿Tendría que decirle a Clark o...?
Bella estaría triste si no se lo dice, ¿no?
—Demonios —suspiró Adam frustrado. Tomó el teléfono y marcó rápidamente el teléfono de su padre.
—¿Adam?
—Estoy tan jodidamente enamorado que me casé con Bella. Listo, lo dije, adiós.
Adam colgó y al otro lado del mundo, Clark negaba con una sonrisa.
—Ahí lo tienes, Amira. La felicidad en carne y cuerpo, está con Adam.
Baia, baia... Pues hasta aquí está el capítulo. Algo que quiero agregar es que... En este libro, se toca mucho el pasado de Adam, desde otros puntos de vista. Conoceremos a la familia de Clark y también un poco de... Juliet.
Pero bueno, también está el tema del embarazo, que será pues... En un buen rato (no muy cercano, sorry). Tenemos peleas... Trabajo, estudios, Sella/Bullivan, la amante/no amante de Adam, el engaño de Bella, el engaño de Adam...
Y mucho más...
Pregunta del jodido día: ¿Calor o frío?
Frío, frío, frío.
Recepcionista del manicomio, fuera.
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