Prólogo

Hola a todos, mi nombre es Bell Cranel.

Vivo en Orario, y aunque no me creáis, estoy teniendo una vida pacífica en esta ciudad donde casi el 100% de las personas arriesgan sus vidas en el Calabozo.

Soy un exmiembro de la Familia Zeus desde hace 3 horas y parece que la gente no sabe que yo también soy miembro de esa Familia.

He de decir que me siento ofendido porque hayan desterrado a esta Familia tan fuerte de Orario, y no es porque sea mi Familia, de hecho, casi nadie más caía bien de ahí.

Me siento ofendido porque luego, el día que alguien me pregunte de dónde vengo, y le diga que soy de Orario, seguramente se reirán de mí.

¿Qué clase de tontos destierra a la antigua Familia más fuerte de Orario bajo el pretexto de: "Se harán con todos los pretendientes a aventureros, nosotros también queremos"?

Esto es de tontos, para empezar, desterrar a la Familia más fuerte de Orario no arregla nada, si ellos no son la Familia más fuerte, otros lo serán, y todos los pretendientes querrán ir con ellos.

Agregamos que después de haberlos desterrado, los únicos aventureros más fuertes son de nivel 6 y uno de nivel 7 que para colmo, se odian los unos a los otros.

Y para terminar, el dato y pregunta que se me ha quedado en la cabeza desde que llegué a Orario.

¿Qué es lo que hay en el Calabozo que hace que sea tan importante explorarlo?

¿Por qué las personas arriesgan sus vidas allí, qué propósito tienen para completar el Calabozo?

Sinceramente, yo no tengo ninguno, antes yo quería hacerme fuerte, para proteger a mi familia y poder llegar a ser tan fuertes como ellos, pero ...

La única gran amenaza: Évilus, está dando su último suspiro, Rakia tiene unos soldados de tan poco nivel que hasta los aventureros restantes pueden acabar fácilmente con ellos.

Entonces, ¿qué razón le quedaba para seguir yendo a aquel lugar?

Lo único en lo que podía pensar sería en visitar a los Xenos, quizá también buscar algunos materiales para las pociones.

¿Eso era todo?¿La razón por la que tanta gente muere es, por mejores medicamentos o es otra cosa?

Ojalá pudiera saberlo, pero dejando eso de lado, volvamos a lo que estoy haciendo.

Zeus me expulsó de la Familia para que pudiese vivir una vida cómoda y tranquila en dónde estoy.

La Era Oscura está terminando y no hay nadie dispuesto a luchar contra Orario a excepción de Rakia, no suena tan extraño pensar en una vida tranquila, ¿no?

Bueno, pues resulta que se cómo puedo hacerlo, hay un Dios que conozco, es amigo mío, él sabrá qué es lo que quiero, me uniré a su Familia para que no sospechen que soy de la Familia Zeus.

Llegué a paso lento a la farmacia a la que siempre acudía en busca de algún descanso o algún consejo.

La Farmacia Azul

Pero, para mí desgracia, justamente hoy, había pasado algo horrible.

Al abrir la puerta, fui recibido por un grito de dolor de una amiga y los sollozos de los demás miembros de la Familia Miach, incluyendo al Dios mismo.

-Nazza: ¡AAAAAH!

Nazza, una de las personas con las que mejor me llevaba en todo la ciudad, había perdido una extremidad y ahora se encontraba gritando en el suelo.

-Bell: ¡Nazza!

Todos me miraron y yo me acerqué rápidamente al lugar donde se encontraba mi mejor amiga.

Saqué una poción de alta calidad que llevaba en el bolsillo, con esto podría curar cualquier infección, maldición o herida de muerte si se llega a tiempo.

Rocíe el frasco al completo sobre el brazo de la semihumana, y está dejó de gritar y se calmó un poco.

-Bell: ¿Qué ha pasado?

-Nazza: L-Los-Los monstruos nos rodearon ... ma ... mataron a ...

Nazza empezó a llorar sin contenerse, ella tenía un grupo de amigos, solía seguirles al Dungeon, aunque ella suele mostrarse un poco reacia a ir.

Hoy, sus decisiones les cobraron factura y sus compañeros murieron, es algo totalmente normal en estos tiempos pero ...

Duele ver y saber que tus seres queridos mueran por tus acciones, eso lo sabe hasta la persona más tonta.

-Bell: Ya veo, Miach-sama, ¿qué hacemos?

-Miach: Bell, tienes que ...

Interrumpí a Miach-sama poniendo mi dedo índice en su boca, él y Nazza-san son los únicos a los que les conté sobre a qué Familia pertenezco, por lo que está preocupado por mí.

-Bell: Estoy bien, no hay ningún problema con eso, ya me he encargado, ahora céntrese en lo importante.

-Miach: E-Está bien, hay que ... conseguirle una prótesis.

-Bell: ¿En dónde?

-Miach: En cualquier lugar, solamente quiero que recupere el brazo.

Levanté a Nazza con mis brazos, y la cargué en estilo nupcial hasta dónde sea que Miach-sama me estuviese llevando.

Miach-sama me llevó por cada lugar de Orario, buscando por alguien que pudiera ayudarle.

-???: Pareces desesperado Miaf.

-Miach: No tengo tiempo ahora Dian, necesito saber si podrías darnos una prótesis.

-Bell: Miach-sama tranquilícese, Nazza ya no corre peligro.

-Nazza: Miach-sama, no se preocupe por mi brazo, estaré bien.

-Miach: No, esto es mi responsabilidad, si uno de mis niños es herido de esta manera, tengo que hacerme responsable. Puede que no sea imprescindible, pero si no lo hago, nunca podré perdonarme por esto.

-Nazza: Miach-sama.

-Bell: ... Miach-sama, ambos sabemos que ni con tus ahorros y los míos juntos podemos permitirnos esa prótesis, viniendo de Dian Cetch, costará incluso más.

-Miach: Lo siento Bell, pero esto es cosa mía, tengo que hacerlo, y solo.
Gracias de todos modos.

Miach-sama me sonrió agradeciendo mi ayuda y apoyo, sin embargo, yo ya me esperaba que hiciese esto, este es uno de los pocos Dioses que se ha ganado mi respeto.

De hecho es al único Dios al que le añado el "-sama", y esto es porque es alguien que lo merece.

-Miach: Dian-kun, ¿tienes una prótesis?

Bueno, la Familia a la que tengo pensado unirme ahora tiene una deuda, esto no será fácil, pero creo que no hay una Familia mejor que está.

-Nazza: Bell.

-Bell: Hola Nazza, ¿qué tal la prótesis?

-Nazza: Es ...

Nazza miró su nuevo brazo con amargura, seguramente está arrepentida de lo que ha pasado, y pensará que todo es por su culpa, desde que la conocí ha sido así.

-Nazza: Se nota muy pesada.

Pesada ... creo que le pesa más el cargo de conciencia.

Miach-sama volvió con nosotros, ya había terminado de hablar con Dian Cetch supongo.

-Bell: ¿Qué tal ha ido?

-Miach: Estamos endeudados, ya no hay nada que hacer, Nazza-san, ¿estás bien?

-Nazza: Si ...

Sus orejas estaban muy décadas, estaba triste, no podía ocultarlo aunque quisiese y Miach-sama se dio cuenta de esto.

-Miach: No pasa nada Nazza, de verdad, nada de esto ha sido culpa tuya, esto pasa a veces, pero no tendrás que preocuparte más por eso.

-Bell: ¿A qué te refieres?

-Miach: Quiero decir que nuestra Familia ya no hará expediciones al Dungeon.

-Bell: ...

En una ocasión normal, me alegraría por ellos, pero teniendo en cuenta la inmensa deuda que tienen encima, esto no les ayuda tanto.

Por suerte para ellos, para eso estoy yo.

-Bell: Miach-sama.

-Miach: ¿Necesitas algo?

-Bell: Quiero unirme a su Familia.

Fin del Prólogo

Vale, ya he terminado con este prólogo y quería avisaros de que esta historia quizá no la actualice tanto como a mí otra historia Un Argonauta Diferente, pero intentaré actualizarla si puedo.

Siento que el prólogo sea tan corto y quizá algo raro, pero como es el prólogo, he decidido hacerlo así.

Hasta el próximo capítulo, adiós.

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