Capítulo 1

Susurros

Magias, habilidades y cosas importantes

Pensamientos del protagonista


-Miach: ¿¡Qué!?

-Bell: Quisiera unirme a tu Familia, eres un gran Dios Miach-sama, por eso quiero estar en tu Familia.

-Miach: ¿Estás seguro? Acabamos de endeudarnos con Dian Cetch y tú no tienes tanto dinero.

-Bell: Quizá no ahora, pero te prometo que lo conseguiré ... tarde o temprano ... más tarde que temprano, pero da igual.

-Miach: Pues, bueno ... si tú quieres unirte, yo no soy quien para negarte la entrada.

-Bell: Gracias Miach-sama, haré todo lo que pueda para sacaros de este embrollo.

-Miach: Si, gracias a ti también Bell.

Bell dio una gran sonrisa porque ahora formaba parte de una Familia que de verdad valía la pena ayudar.

En la Familia Zeus él nunca estuvo contento con sus compañeros o camaradas, debido a que nunca coincidieron sus ideales.

Ellos querían fama, reconocimiento, mujeres o poder.

Pero Bell no quería nada de eso, él quería ayudar a quienes quería, y en la Dungeon guardaba el secreto más importante de todos.

Los Xenos.

Los Xenos eran la razón por la que Bell siempre volvía al Dungeon, ellos son los únicos que merecen ser salvados de vivir en un mundo sin luz.

Bell les prometió sacarlos de ahí, y eso fue solo cuando era nivel tres, y todavía tenía pensado cumplir su promesa.

Ahora estaba en la Familia de las dos únicas personas a quién les contó sobre esta promesa.

Ya no tendré que poner excusas cada vez que salga.

-???: ¡¡BEEELLLL!!

La voz de un viejo le trajo devuelta al mundo real y Bell recordó que su Dios podía ser tan pesado como se lo propusiese.

Aún siendo perseguido por varias Familias de Orario, Zeus no fue detenido hasta que llegó con Bell.

-Bell: ¿Qué ocurre Zeus?

-Zeus: Tienes que ayudarme, estas Familias quieren sacarme de Orario.


-Bell: Ok.

Bell se quedó quieto sin hacer nada hasta que los perseguidores llegaron.

-Zeus: ... ¿Eh?

Los demás Dioses y aventureros se llevaron a Zeus arrastras por todo Orario hasta la salida.

No es que te odie Zeus, pero me vales más fuera de Orario que dentro de este, tu sacrificio no será en vano.

-Miach: Eso ha sido extraño.

-Bell: No para mí, Miach, iré a la Dungeon a saludar.

-Nazza: Dales saludos de mi parte.

-Bell: No lo dudes, nos vemos.

Bell corrió algo entusiasmado por tener un buen día, hoy podría quedarse con los Xenos tanto como quisiese y no tendría reparos en el futuro.

Podría jugar con Mary tanto como ella quisiese, podría tener algunas batallas con Lyd y pasar tiempo con Ray.

Ayudaría a Gros con sus problemas con los humanos y podría buscar a más Xenos.

Hoy su día iba cada vez mejor, o al menos eso pensaba, pero no todo saldría como él tenía pensado.

Al llegar al Dungeon, Bell salió corriendo para encontrarse con los Xenos, pasó por los pisos inferiores hasta llegar a los pisos intermedios.

Desde los pisos intermedios llegó al piso 27 y ahí se encontró con la Familia Íkelos.

Bell sabía todo sobre ellos, su líder, el hijo de Dédalo, sus intenciones con los Xenos y también sabía sobre Knosos, pero los dejaba ya que los utilizaba para encontrar a nuevos Xenos.

La razón por la que no dijo nada sobre Knosos a nadie fue que tenía pensado establecer ese lugar como un futuro refugio para los Xenos.

Si la Familia Íkelos estaba aquí, Bell tendría que desconfiar y buscar por un monstruo.

-Dix: Vaya vaya vaya, pero si es mi peliblanco favorito.

Bell había tenido encontronazos con Dix Pardix alguna vez, pero él no sabía lo que hacía Bell.

Bell se hacía pasar por un cómplice suyo, con ello lograba tener más información y conseguir infiltrarse en sus filas, pero se daba asco a sí mismo.

-Bell: Hola Dix, ¿ha habido suerte hoy?

Dix sonrió de lado y se dio la vuelta.

-Dix: Acércate, esto es único.

Los secuaces de Dix empujaron a una chica monstruo, una Xeno, hacia nosotros.

Era una Vouivre, parecía una niña pequeña incapaz de defenderse.

-Dix: Hemos tenido que perseguirla por un rato hasta poder atraparla, la mataré en cuanto la llevemos a Knosos.

La última parte no cuadraba en los planes de Bell.

-Bell: Espera Dix, no podemos matarla, todavía hay mejores cosas que hacer con ella.

-Dix: ¡NO! Llevo mucho tiempo sin matar a ninguno, ella me servirá para calmar mi sed.

-Bell: Pero ...

-Dix: Vuelve a contradecirme y te cortaré la lengua.

Dix con una mano agarró a Bell de la boca para que se callara, Bell dio un asentimiento y fue liberado del agarre.

-Bell: *Suspiro*

Bueno, tarde o temprano esto iba a tener que pasar.

La Familia continuó su marcha, pero mientras andaban, Bell tomó la mano de la Vouivre y comenzó su retirada.

Cargó a la Xeno al estilo nupcial y salió corriendo con sus estadísticas siendo mucho mayores que las de la Familia Íkelos.

-Dix: ¡ATRAPADLO YA!

Toda la Familia Íkelos intentó perseguir a Bell, pero ninguno le podía seguir el paso.

Bell escapó de su vista y escondió a la Vouivre en la rama más alta de uno de los árboles, siendo ocultada por la niebla.

Bell iba a saltar para enfrentarse a los que se atreviesen a venir aquí, pero la pequeña chica monstruo sujetó su manga todavía asustada.

Bell se dio la vuelta para ver a la Xeno, en sus ojos se podían apreciar sus pensamientos y sus temores a la perfección.

Bell se arrodilló y puso su mano en uno de los mofletes de la niña.

-Bell: No te preocupes, ellos vendrán a recogerte, y en caso de que no sea así, yo mismo volveré contigo.

Bell sabía que la base de los Xenos se encontraba cerca de aquí, por lo que esperaba que pronto pudiesen venir aquí.

No, más que esperar, sabía que vendrían aquí, ellos eran muy independientes y no le necesitaban para salvar a los de su especie de personas como Dix.

-Bell: Te veré pronto.

Bell saltó y corrió devuelta con el grupo de Dix, ellos estaban separados, por lo que sería aún más fácil derrotarlos.

... O quizá ... Matarlos.

Todo depende de su líder.

-Secuaz de Dix: ¿Dónde se ha metido el bastardo?

-Bell: Estoy justo aquí.

El miembro de la Familia Íkelos recibió una patada que lo dejó estampado en la pared como si fuese un cuadro abstracto.

Bell se tronó sus nudillos y continuó con los demás.

Al cabo de poco, todos se encontraban inconscientes, con la marca del puñetazo de Bell en la cara.

Bell no los mató por compasión, pero los que no se enfrentasen a él no tendrían tanta suerte.

Ya que si no se enfrentaban a Bell, se enfrentaban con su rival.

Bell iba a seguir a buscar a los siguientes, pero fue detenido por ...

-Alise: Alto, dejarlos ahí es lo mismo que matarlos, no puedes hacer esto a la Familia Íkelos.

-Bell: ¿Eh? Bueno, yo creo que les estoy dando una oportunidad de supervivencia, si no los matan los monstruos, sobrevivirán.

-Alise: Esto no funciona así, ¿por qué los quieres matar?

-Bell: Eso es personal.

-Alise: Entonces tendrás que decirle eso a mí Diosa.

Alise se lanzó con su espada a atacar a Bell, pero no logró ni hacerle un rasguño, Bell esquivaba todos y cada uno de los cortes de su espada.

Alise en un momento lanzó su espada hacia Bell, Bell esquivó el ataque y se quedó mirando la espada clavada en la pared detrás de él.

Alise en ese momento se acercó a toda velocidad hacia el peliblanco y logró conectar un gran puñetazo en su cara.

Pero para su sorpresa, Bell no se movió ni un centímetro, aún con el puño de Alise en su moflete, le tomó de la muñeca y apartó su mano.

-Bell: No quiero tener una batalla contigo, con ellos tampoco hubiese querido tenerla, pero si me obligas, lucharé.

Alise se separó del peliblanco y esperó antes de atacar.

-Alise: ¿Entonces no puedes decirme qué hicieron?

-Bell: ... Podrías decir que traficaban con vidas.

-Alise: ¿Qué?¿Por qué no lo has dicho antes?

-Bell: Como ya he dicho, es personal, y si indagas más en el tema, no podré permitirme dejarte suelta con la información.

-Alise: ¿Qué pasa, tú también has hecho algo malo con ellos?

-Bell: No.

-Alise: Bueno, si no es nada malo, creo que podría ayudarte.

Una gran sombre se cernió sobre la chica pelirroja, ella miró atrás y se encontró con un gran minotauro negro apunto de bajar su hacha para matarla.

Al hacerlo, Alise no tuvo tiempo para reaccionar, pero Bell si pudo hacerlo.

Clank

El sonido del hacha del minotauro y el brazalete de Bell chocando llegó a los oídos de Alise.

Las protecciones de Bell consiguieron parar el gran hachazo, pero después de este ataque, vino otro.

Bell dio una patada al brazo del minotauro y consiguió parar el segundo golpe también.

-Bell: Ella no es de la Familia Íkelos, es inocente, pertenece a la Familia Astraea.

El minotauro paró un momento y se giró para desaparecer del lugar.

-Bell: Perdónale, tiene un poco de mal genio cuando atacan a-...

Alise le sujetó del cuello de su camiseta y lo acercó a su cara, Bell se sorprendió por la acción de la capitana de la Familia Astraea.

-Alise: ¿¡Qué era eso, cómo te ha hecho caso!?

-Bell: E-Espera, te explicaré todo, pero tienes que tranquilizar-...

-Alise: ¡Dímelo ya, ya, ya!

Alise zarandeaba a Bell de un lado a otro sin ningún tipo de compasión, aunque era más como una niña entusiasmada por conseguir sus chuches.

-Bell: P-Para, me estás mareando.

Alise se dio cuenta de su error y paró de zarandearlo, tosió un poco y se relajó intentando aparentar una postura más madura.

-Alise: Está bien, te dejaré hablar.

Bell se tuvo que relajar un poco y parar para que su equilibrio volviese a la normalidad.

-Bell: Ven conmigo, confiaré en tí, capitana de la Familia Astraea.

-Alise: Bien.

Alise siguió a Bell por el piso 27 hasta llegar a un lugar que ella no conocía, la guarida de los Xenos.

-Bell: Me acabo de acordar de algo, sigue tú, diles que venías conmigo y que no quieres hacer nada malo, ahí dentro hay más como ese minotauro, serán pacíficos si les explicas todo y no les atacas.

-Alise: Vale.

Bell se largó del lugar y fue corriendo al lugar donde había dejado a la pequeña Vouivre.

Alise por otro lado se tuvo que armar de valor antes de entrar al escondite de los Xenos, el pensar que habría más monstruos fuertes ahí le hacía sudar un poco.

Al entrar, Alise vio a un lagarto rojo, Lyd.

-Alise: H-Hola, soy Alise y-...

Lyd atacó a Alise antes de dejarla terminar su oración, sus espadas chocaron y rechinaron por el contacto.

-Alise: Espera, vengo en son de paz.

-Lyd: ... Pruébalo.

Lyd aflojó el ataque y se retiró un poco.

-Lyd: Prueba que no serás una amenaza.

-Alise: Bell es quien me ha traído aquí, él me dijo que no atacarían si se los decía.

-Lyd: Está bien, con eso es suficiente, bienvenida al grupo de los Xenos, Alise.

-Alise: ¿Los Xenos?

-Lyd: Así nos llamamos, somos monstruos con inteligencia, te haré un tur por aquí y te explicaré todo, por cierto, mi nombre es Lyd.

-Alise: Gracias Lyd.

El lagarto de ojos ámbar sonrió e hizo de guía a Alise por todo el escondite, mientras Lyd le explicaba lo fundamental sobre los Xenos, Bell volvió al lugar junto con Asterious.

Y en los hombros de Bell se encontraba sentada la Vouivre que antes había salvado, Wiene.

-Bell: Hola Lyd, ¿qué tal vas con Alise?

-Lyd: Bell-chi, estoy enseñándole lo principal, ¿quieres seguir tú?

-Bell: Claro, no hay problema, Asterious, lleva a Wiene con los demás por favor.

El minotauro asintió y se llevó a Wiene quien todavía tenía sus ojos puestos en Bell.

-Alise: Esto es increíble, nunca pensé que existirían monstruos parlantes.

-Bell: Entonces te debes de haber dado cuenta de cual es el problema aquí, ¿verdad?

-Alise: ¿Eh, a qué te refieres?

-Bell: Me refiero a que ellos son como humanos en cautividad nacidos en la Dungeon, ellos no saben lo que es la luz del Sol, ni tampoco saben lo que es vivir una vida en dónde no estén en peligro constante por nuestra culpa.

-Alise: ... Dicho así, suena fatal.

-Bell: Es lo que es, esto no es la forma de vida que se merecen, ellos son mucho mejores que cualquier persona de Orario.

-Alise: Aún así, Orario no los aceptará.

-Bell: Ese es el problema que intento solucionar.

Alise se me quedó mirando pensativa, parecía estar tomando una difícil decisión en su cabeza ahora mismo.

Al final volvió en sí y se puso enfrente de mí con una actitud entusiasta.

-Alise: Yo te ayudaré, no, la Familia Astraea te ayudará en todo lo que pueda.

Me la quedé mirando por un momento hasta ver que no había ni una pizca de mentira en su sentencia.

Después de eso no pude evitar reírme un poco.

-Bell: ... Pff-jajajaja.

No pude contener mi risa, ayuda era algo que nunca faltaba, pero creo que más ayuda de la que tenemos ahora mismo es innecesaria.

Tenemos a gran parte del Gremio de nuestro lado, la Familia Ganesha, nuestro poder y también tenemos a la Familia Miach.

¿Qué puede hacer la Familia Astraea para ayudarnos?

-Bell: Sabes, no deberías de hacer decisiones sin tu Familia enfrente, además, vosotras impartís justicia, creo que eso es más que suficiente trabajo para tan pocas personas.

-Alise: Ugh, bueno, esto se podría considerar parte de mi trabajo, ¿no?

-Bell: Mmm, supongo que tienes razón, pero, ¿cómo me podríais ayudar?

-Alise: Seguro que se nos ocurre algo, ya hemos derrotado a la mayor parte de Evilus después de todo.

No, ella todavía sigue por ahí suelta.

-Bell: No deberías bajar la guardia, todavía hay más de ellos, y aunque sean pocos, pueden ser fuertes.

-Alise: Vaya, ¿alguna vez has tenido batallas con ellos o con otras personas?

-Bell: Si, y no es bonito como ya sabrás.

-Alise: ... No, no lo es para nada ... te haré caso entonces, tendré cuidado.

-Bell: Bien, así me gusta, toma esto por cierto.

Bell le entregó un colgante, el colgante tenía un colmillo de un Hellhound.

-Bell: Es una especie de amuleto, y también, si los Xenos te ven con esto, sabrán que estás de su parte.

Alise aceptó el regalo encantada de poder ayudar con esto, ahora quería ayudar a todas las personas o monstruos con buenas intenciones.

-Alise: Es un placer hacer negocios contigo ...

-Bell: Bell Cranel.

-Alise: Es un bonito nombre para un conejo.

-Bell: Eso es un golpe bajo.

-Alise: Jajaja, dime Bell, ¿a qué Familia perteneces?

-Bell: Soy de la Familia Miach, no nos causes problemas, acabamos de endeudarnos.

-Alise: Entonces podría-...

-Bell: No, no quiero que nos ayudes con dinero, de eso me encargo yo.


-Alise: Deja de encargarte de tantas cosas y deja algo para los demás.

-Bell: Esto no es tu asunto, es asunto mío, ni siquiera forma parte de tu trabajo de hacer justicia, ¿por qué ibas a ayudarme con eso?

-Alise: Eeeeeh ... porque me has caído bien.

-Bell: Eso no es una razón válida.

-Alise: Entonces, ¿qué razón tienes tú para ayudarles a ellos?

-Bell: Ellos son como mi familia y he vivido mucho con ellos, la razón principal por la que les ayudaba antes era porque ellos me salvaron en una ocasión.

-Alise: ... Eso es una buena razón.

Alise se cruzó de brazos e infló un moflete por no haber ganado la pequeña discusión que tuvieron.

Bell sonrió nerviosamente mientras una gotita bajaba por su nuca.

-Bell: Está bien, te dejaré ayudarme con una cosa.

Alise giró la cabeza para mirar a Bell a los ojos.

-Alise: ¿Y bien?

-Bell: Puedes ayudarme a remodelar a Orario.

-Alise: ¿Remodelar Orario?

-Bell: Como tú has dicho antes, Orario no aceptará a los Xenos tal y como has hecho tú, pero eso podría cambiar.

-Alise: ¿Y cómo hacemos eso?

-Bell: La Familia Ganesha nos ayuda con eso, ¿conoces la Monsterphilia?

-Alise: Claro que sí, es un coliseo donde unos aventureros doman a algunos monstruos.

-Bell: Exacto, eso acostumbra a la gente a ver a los monstruos, y en algunas ocasiones, mandan a algunos Xenos para que ellos también puedan ver el exterior.

-Alise: ¿Qué? Eso es genial.

-Bell: Mejor que eso, la Familia Ganesha pretende hacer la Monsterphilia más a menudo para que esto se vuelva más efectivo.

-Alise: ¡Es perfecto!¿¡En qué puedo ayudar!?

-Bell: Puedes llevar a los Xenos contigo, aparecer como una domadora, si tú los visitas aquí, ellos tendrán más confianza contigo que con cualquier otro.

-Alise: Me parece bien, pero, ¿cómo lo haré?

-Bell: ... Suerte.

Bell se marchó del lugar y dejó a Alise con muchas preguntas sin responder, aunque a decir verdad, ya había dicho suficiente.

Bell fue al lugar donde se encontraba la nueva integrante del grupo, quién ya tenía el nombre puesto y se lo había aprendido.

-Bell: Hola Ray, ¿qué tal está nuestra nueva amiga?

-Ray: Bell, ella se llama Wiene, parece estar cansada después de huir de los cazadores de la Familia Íkelos.

-Asterious: Ellos no darán problemas nunca más.

-Bell: Eso es cruel, pero cierto, no debe de haber supervivientes, dejé a los vivos tirados en el suelo mientras otros monstruos se acercaban.

-Ray: Problema resuelto.

-Bell: Tendremos que mudarnos a Knosos sin que nadie nos vea.

-Ray: Y uno nuevo empieza.

-Asterious: Bell tiene razón, es el lugar más seguro que conozco, solamente los remanentes de Evilus conocen el lugar.

-Bell: Correcto, mientras ellos no vengan estaremos bien, de hecho, en caso de que viniesen, podríamos matarlos.

-Asterious: Atraparlos.

-Bell: ¿No acabas de matar a una Familia al completo hace nada?

-Asterious: Ella está ahí, ¿no te importa?

-Bell: Dejó de importarme en el momento en el que me abandonó y se unió a ellos.

-Ray: Yo no entiendo.

-Bell: No es nada, no te preocupes, lo importante ahora es el estado de esta pequeña, voy a despertarla, ¿pueden salir un momento?

Ambos asintieron y dejaron a Bell solo con Wiene, estaban en una gran tienda de campaña que en un momento les dio Fels.

Bell tocó la frente de Wiene, ella se no pareció moverse ni dar signos de haberlo notado.

-Bell: Se que estás despierta, abre los ojos.

Wiene se movió un poco y después abrió los ojos, se veía un poco reacia a acercarse a Bell mucho.

-Bell: ¿Por qué te hacías la dormida?

Bell preguntó dulcemente para calmar un poco los nervios de Wiene, es posible que esté así por haber tenido que ser perseguida por esas personas.

-Wiene: ... No ...

-Bell: Claro, se me había olvidado que no sabías hablar todavía, perdona.

-Wiene: Perdona ...

-Bell: Jeje, dime una cosa Wiene, ¿me tienes miedo?

Wiene negó con la cabeza con nerviosismo, era muy tímida, pero a Bell no le importaba, era mejor que tratar con Gros cuando se conocieron.

Bell iba a preguntarle otra pregunta de "si o no", pero fue interrumpido por alguien muy impaciente.

-Alise: ¡Bell, explícame qué-...!

Paró de hablar justo cuando sus ojos esmeralda se posaron en la figura de Wiene, quién se escondió detrás de Bell.

-Alise: Es bellísima.

-Bell: ¿No sabes lo que es la privacidad?

-Alise: ¿Y tú qué, no sabes lo que es ayudar a una amiga?

-Bell: Nos acabamos de conocer, como mucho somos conocidos, te ayudaré cuando demuestres que nos ayudarás en el futuro.

-Alise: Que frío, de todas formas te lo perdonaré si me dejas abrazar a esa lindura.

-Bell: Es nueva, todavía no se ha acostumbrado a estar aquí, y después de ser perseguida por-...

-Alise: Si, si, si, ahora déjame al menos verla.

Bell giró su cabeza hacia Wiene y preguntó por su permiso, ella asintió y se agarró aún más fuerte a su ropa.

Bell se dio la vuelta hacia Alise y Wiene miró a la persona que quería conocerla.

Alise le dio una cálida sonrisa que contrastaba con sus ojos que brillaban con estrellitas en ellos.

-Alise: ¡Quiero abrazarla!

-Bell: ¡NO!

-Alise: ¡No es justo, ella te está abrazando a tí!

-Bell: ¡Yo tengo cuidado!

-Alise: ¡Yo también, lo prometo!

-Bell: ¡No!

Wiene veía la cómica discusión entre su salvador y la chica que quería abrazarla hasta que sus huesos crujiesen, y no pudo evitar reír un poco por lo bajo.

Wiene se decidió por aceptar a la chica y se bajó de los brazos de Bell para corriendo saltar a darle un abrazo a Alise.

Alise le devolvió el abrazo con lagrimitas en los ojos, conmovida por su ternura.

-Alise: Es demasiado, me va a dar diabetes.

Alise apretó más el abrazo y a Wiene se le dificultó respirar, Bell se dio cuenta al segundo y le dio un coscorrón a Alise.

Alise paró de abrazarla y se sobó la cabeza, Wiene aún sonriente se fue a los brazos de Bell y le dio otro abrazo.

Alise sentía envidia del peliblanco, pero no pudo evitar contemplar a tierna escena que estos dos estaban dándole.

-Alise: Perdona por haberte asfixiado un poco, no puedo medir mucho mi fuerza.

-Bell: Yo te ayudaré con eso de ahora en adelante.

-Alise: No creo que puedas ayudarme, aunque, ¿de qué nivel eres?

-Bell: Eso es irrelevante.

-Alise: ¿Juju?¿Acaso te da vergüenza decirlo?

-Bell: No es eso, pero eso es algo que prefiero no decir, pero te diré que soy tan fuerte como el minotauro negro que te ha atacado antes, de hecho, él y yo somos rivales.

-Alise: ¿Oh? Entonces eres más fuerte de lo que pensaba.

-Bell: Si, bueno, será mejor que vuelvas con tu Familia, te deben de estar buscando.

-Alise: ¡Es verdad! Astraea-sama me va a matar.

-Bell: Wiene, ¿por qué no le dices adiós a Alise?

Alise que estaba apunto de salir, paró en seco y esperó a que la pequeña Xeno hablase.

-Wiene: Adiós Alise.

Alise sonrió.

-Alise: Adiós Wiene.

Con eso, estoy seguro que no dirá nada.

-Bell: Bien hecho Wiene, ahora seré yo quien te enseñe este lugar, ¿te apetece?

-Wiene: ... Lyd me lo ha enseñado, dice que me ha dado un tur.

-Bell: Jejeje, si, pero todavía queda una cosa que no te ha enseñado seguramente.

-Wiene: ¿Qué es?

-Bell: Aprendes muy rápido el lenguaje, creo que podrás hablar sin problemas en un día.

Wiene se sintió orgullosa de su inteligencia y sonrió más, con una sonrisa muy graciosa.

-Bell: Te enseñaré el lugar en donde los Xenos aprenden todo sobre los de arriba.

-Wiene: ¿Los de ... arriba?

-Bell: Me refiero a los humanos, allí puedes aprender sobre el mundo exterior y los que habitan allí.

-Wiene: ... ¿Allí podré saber sobre tí?

-Bell: Claro que sí, de hecho, estoy orgulloso de decir que yo soy el que enseña a los Xenos.

-Wiene: ¿¡Tú vas a enseñarme!?

-Bell: Cuenta con ello.

-Wiene: ¡Bieeeeen!

Wiene agitó sus brazos y piernas en júbilo porque le gustó la noticia de que Bell le enseñaría sobre los de arriba.

Wiene se estaba encariñando mucho de Bell.

-Bell: Bien, te enseñaré el lugar y me tendré que ir, tengo que ejercitarme en los pisos profundos.

-Wiene: ¿Eh?¿Ya te vas?

-Bell: Lo siento, la próxima vez volveré con algunas personas más, y te prometo que me quedaré más tiempo, ¿vale?

-Wiene: Si.

Bell caminó de la mano con Wiene y entonces apareció Asterious, Wiene se asustó y se escondió detrás de Bell, no es ningún secreto que Asterious se vea amenazante siempre.

Pero por otra parte, Asterious era como el segundo padre de la Familia junto con Bell.

El minotauro se acercó a Wiene y la atrajo hacia él, Wiene se asustó si se agarró más a mi ropa, pero Asterious era más fuerte.

La atrajo hacia él y la acunó en su pecho, Wiene se sorprendió, pero se quedó dormida muy pronto debido a la comodidad que sentía.

-Bell: Vaya, supongo que será para otro momento.

-Asterious: La próxima vez que vengas, quiere tener otra batalla contigo.

-Bell: Bien, no lo dudes.

Asterious, su rival, le instaba cada día a que mejorase y tuvieran otra batalla una vez que hayan avanzado mucho.

Han tenido muchas batallas y el contador marcaba un empate.

Voy a tener que actualizar mi estado, si no, no podré estar a la altura de Asterious, no puedo defraudar a mi rival.

-Bell: Asterious, cuida bien de todos mientras no estoy, te lo encargo.

-Asterious: No necesitas decírmelo.

Bell se marchó del escondite de los Xenos, no sin antes darle saludos de parte de Miach.

La cosa es que Bell comenzó a escalar más pisos, y más, y más, y más aún, al final, consiguió llegar al lugar donde hacía sus calentamientos.

El piso 44, en este piso podía conseguir muchas cosas, entre ellas, los Kaenseki, unas piedras de fuego que podían crear grandes explosiones.

Bell solía tomar algunas de estas piedras explosivas para después explotarlas para generar daño al Dungeon y conseguir varias horas de descanso.

Cabe decir que Bell consiguió llegar allí a tiempo gracias a su gran agilidad y porque no se enfrentó a ningún monstruo por el camino, de lo contrario, podría tardar varios días en llegar.

Continuando con lo que decía, los Kaensekis eran items que soltaban los Flame Rock, que eran monstruos de roca.

(Esa es la descripción que les da la Wikipedia, no me culpen)

Resultaban ser difíciles de matar para aventureros de nivel cinco iniciales, pero Bell podía matarlos sin preocuparse mucho por lo que pasara.

Después de matar a unos 17 Flame Rocks, Bell recogió los Kaensekis y emprendió el camino devuelta.

Bell se llevó los Kaensekis, no para venderlos, sino que era para no necesitar matar más monstruos para la próxima vez.

Siempre hacía lo mismo, era el camino más seguro de todos, tomar Kaensekis para usarlos en caso de emergencia.

No pelear o subir más alto si estás cansado, volver vivo era siempre lo más importante.

Esa era la manera en la que Bell se enfrentaba al Dungeon.

Y por ahora, no había fallado ni una sola vez.

Después de subir los pisos suficientes, los Kaensekis podrían ser más peligrosos que antes, al explotar, atraerán a muchos monstruos y no serán tan efectivos como antes.

Pero todavía podían servir a modo de distracción, podías alejar a muchos monstruos de tu posición gracias a esos cristales rojos.

Por eso es que Bell siempre tenía uno o dos para cada expedición profunda.

Bell tuvo que aligerar la marcha, había tardado dos horas en llegar allí a la máxima velocidad, tenía que hacer lo mismo a la vuelta o preocuparía a Miach-sama.

Con eso, Bell salió del Dungeon, pero parecía estar más muerto que vivo debido al cansancio.

-Bell: Ya he ... salido.

Fin del capítulo 1

Vale, he de decir que estoy bastante alegre de que esta historia y mi nueva historia "Este no es mi Reino" estén siendo muy apoyadas.

Gracias por los ánimos.

Estado de Bell

Raza: Humano

Nombre: Bell Cranel

Sexo: Masculino

Nivel 8

Estadísticas

Fuerza: 1232  SSS

Destreza: 1228  SSS

Vitalidad: 1206  SSS

Agilidad: 1483  SSS

Magia: 1474  SSS

Habilidades

Suerte

Liaris Freeze

Está habilidad provoca que las estadísticas suban de manera explosiva conforme más determinado esté el usuario a cumplir sus metas y objetivos.

Resistencia anormal

Tu cuerpo se vuelve más resistente a los venenos.

Magias

Firebolt:

Lanza un rayo de fuego que calcina a tus enemigos.
Canto: Firebolt.

Hay más cosas, pero por ahora lo dejaré así para ir implementando las habilidades poco a poco.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top