➢Detalles. Su primer cartel.
"—¿Segura que quieres tomar ese camino?—Preguntó el peliblanco—Creí que querías ser pirata, ha sido tu sueño desde niña.
—Pero ya no soy una niña, debo de dejar de estar en las nubes y poner los pies bien firmes en la tierra—Los varones la miraron con atención—Y sabes el motivo por el cual estamos haciendo esto, debo de dejar de lado eso y enfocarme en lo que de verdad importa.
—A mamá le hubiera gustado ver a sus tres hijos cumplir sus sueños"
—Inna, ¿me estas escuchando?
Parpadeo varias veces, saliendo del ligero trance que sus pensamientos habían provocado. Franky la miraba con una ceja alzada.
De nuevo esa conversación rodaba en su cabeza.
—P-perdón, me quede pensando en algunas cosas—Se disculpó, rasco su nuca en el proceso mostrando una ligera mueca—¿Podrías sacarlas del horno?
El ciborg asintió, aun mirándola extrañado por su anterior trance, no quiso darle más vueltas al asunto y se encogido de hombros.
—Ya las saque—Inna sonrió levemente, limpio con el dorso de su mano el sudor que había en su frente y palmeo el hombro de su compañero—Estos cuchillos te están quedando SUPER bien.
—Los dejare ahí para mañana terminarlos—Comenzó a recoger el material que había estado usando—Cuando estés aquí abajo, no dejes que nadie las toque.
Franky asintió—Descuida, por cierto ¿hoy no te vas a encerrar en el gimnasio con Roronoa?
Desde su pequeño combate, Zoro se había interesado en su estilo de pelea junto con el armamento que cargaba. Había dejado el orgullo de lado y la había dejado entrar al gimnasio para así entrenar.
A veces duraban un día entero encerrados ahí.
La peli negra se quedó quieta en su lugar—No, ¿Por qué?
—A veces dudo que estén entrenando ahí ustedes dos, solos.
—Eres un maldito pervertido—Sus mejillas se habían teñido de rojo. El simple pensamiento de ella y Zoro..—Iugh.
Una gran carcajada brotó desde el pecho del mayor, Inna simplemente rodó los ojos fastidiada, teniendo en cuanta el calor que sentía en sus mejillas y el color rojo en ellas.
—Solo entrenamos, el me enseña y yo le enseño—Respondió.
Franky sonrió divertido y comenzó a mover las cejas—¿Qué te enseña?
—¡Franky!
(**)
"—A mamá le hubiera gustado ver a sus tres hijos cumplir sus sueños"
Y aquello volvía a repetirse en su cabeza mientras observaba su cartel de recompensa.
—Mi primer cartel..—Murmuró.
A pesar de que el jaleo de Ennies Lobby ya había pasado, aun había una especie de conflicto en su interior; desde haberse involucrado en una banda de piratas, ayudarles, interferir contra la marina, ser ahora un miembro de ellos y por último, el tener su primera recompensa.
Su yo de 8 años estaría tremendamente feliz por ese primer logro, algo que a su edad deseaba demasiado y esperaba cumplir apenas tuviera la mayoría de edad.
Simplemente un pequeño conflicto que tenía consigo más y que aumentaba mientras más convivía con esa gente. Y creía que faltaba poco para que terminara abriéndose a ellos.
—A este paso me volveré loca—Volvió a guardar el cartel en uno de los cajones del mueble que había al lado de su cama.
Observó su interior por unos momentos, otros dos carteles ya hacían en su interior.
—¡Oye Ia!—Con una velocidad sobre humana, introdujo su cartel ahí y lo cerró de forma rápida. Se giró a tiempo para ver a Luffy y a Zoro en el marco de la puerta de su estudio. Ambos hombres la observaron curiosos.
—¿Qué quieren?—Habló rápido, había sentido como su alma casi salía de su cuerpo.
Un Luffy sonriente alzo una hoja de papel, la cual Inna identifico de inmediato como el dibujo que se había llevado Usopp hace unas semanas.
—¿Qué con eso?—Con un movimiento de manos les indico que entraran y ella lentamente se alejó del mueble.
—Hice uno igual pero con otras cosas más geniales que deberías de añadirle—Del bolsillo de su pantalón sacó otro, la pelinegra tuvo que aguantarse las ganas de reír al ver el "dibujo".
—¿Solo vinieron a eso?—Ahora miró a Zoro—¿O tú también me vas a mostrar un dibujito?
El espadachín rodó los ojos, prefería prestarle atención a las cosas que había a su alrededor que a la pelinegra.
El espacio se veía tal y como había dicho Robin: algunas hojas dispersas en la mesa, planos y dibujos pegados a la pared y la vitrina que contenía en su interior sus espadas y otras armas. También se percató del olor a tinta combinado con la fragancia de algunas flores, olor que pudo percibir como el de Inna. El tiempo que llevaban conviviendo juntos fue suficiente para que se diera cuenta de que la ex caza recompensas tenía un ligero olor a rosas, ese y el que también se diera cuenta de algunas cicatrices que había en su espalda.
Pequeñas cosas que comenzaban a captar su atención.
—Te he repetido miles de veces que esas cosas no son un juguete—Y ahí estaba de nuevo regañando a su infantil capitán.
Le arrebato las Sais que había sacado de la vitrina, Luffy solo hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos.—Si solo han venido a husmear deberían de irse.
El pelinegro pareció acordarse de algo, pues volvió a sonreír—¡Ah sí!, Sanji preparo un postre pero dijo que primero las señoritas podían comerlo.
Inna alzó una ceja—¿Y quieres que vaya para que tú puedas comer?
Él asintió, la sonrisa aun no desaparecía de su rostro.
¿Enserio lo respeto?
(**)
El olor del tabaco combinado con el del fuerte alcohol inundaba el ambiente en compañía de la música y risas de algunos hombres.
Unos orbes oscuros observaban el ambiente con total cansancio, sentía que en cualquier momento sus ojos se cerrarían para caer dormido, sino fuera por la presencia que había al lado de él y le dio un ligero golpe en el hombro para despabilarlo.
Un sonriente pelinegro lo observaba, la emoción se notaba en sus oscuros ojos.
—Lo conseguí~—Habló.
Del bolsillo trasero de su pantalón saco un papel doblado, poco a poco comenzó a desdoblarlo mostrando el interior de este: un cartel de recompensa.
—¿55.000.000 berries? Nada mal, saco más que tú en tu primer cartel, Ryu.
—Cierra la boca, Raphael—El pelinegro gruñó, a lo que el otro rió.—Aunque para ser su primera vez le fue bien.
—Más que bien, alguien estará furioso cuando vea esto—El tal "Raphael" pasó su mano por su cabellera blanca ante la atenta mirada del pelinegro.
Un silencio se formó entre ambos, la música y los gritos aún continuaban de fondo tras de ellos.
—¿Crees que deberíamos de ir a verla?—El peliblanco observó al de hebras oscuras—Ya sabes, pasaron 4 meses desde la última vez.
Lo meditó por unos segundos, un suspiro abandono sus labios—Creo que sí, le causara felicidad que le llevemos sus cosas, digo, tal vez y Mugiwara no le dio ni tiempo—El brillo de felicidad aumento en los oscuros ojos de Ryu—Además, debemos de ser los primeros en felicitarla.
—¡Esa es la actitud!—Ryu sonrió con más ganas—¡Tendremos reunión!
Ambos chocaron sus hombros emocionados y el cartel que ambos habían estado observando con tanta emoción fue dejado en la mesa, destacando de ella la foto de cierta pelinegra.
*
Nota
Solamente diré esto:
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