[Capítulo 3]-La llegada del caballero.
Atención: La historia empieza en el reino Zora.
-Hoy es la llegada del caballero, ¿cierto, padre?- Preguntó el mismo príncipe Sidon a su padre, el rey Dorphan.
-Así es, hijo mío. Recuerda que debes ser educado con él, y dejar que aprenda a su ritmo. No lo mortifiques, el rey Roham es muy buen amigo mío y no quiero que le lleguen quejas de este reino.- Le dijo, casi regañándole.
-Padre, ya lo sé. No tienes porqué adelantar hechos, no me pasaré, lo prometo.- Hizo un pausa para pensar; lo único que me molesta es el hecho de que no lo conozca, quizás sea racista o algo peor...
-Sidon, ¿me estás escuchando?- Le replica el rey, que llevaba hablando con su hijo un rato y este, ni se inmutaba.
-Perdón padre, estaba metido en mis pensamientos. ¿Qué querías?- Respondió rascándose la nuca.
-Debes prepararte, queda apenas una hora para su llegada.
-¡Cierto, casi me olvido de la hora! Gracias, padre. Iré a esperarle.- Dicho esto, salió prácticamente corriendo y lanzándose al agua desde el palacio, con gran estilo y destreza.
Pasados unos minutos, 20 para ser exactos, y Sidon se subió a la torre de luz más alta que vió, para lograr ver al caballero llegando.
A los pocos minutos de esperarle, se puede ver cómo un ser con capucha se acerca cruzando el puente, acompañado de un guardia detrás suyo, y se dispone a hablar.
- ¡Joven! ¡Por aquí!- El chico de la capucha miraba a los lados.- ¡Aquí, estoy arriba!- Finalmente le vio.- ¡Espera!
Sidon bajó de la torre de una forma majestuosa, deslumbrando al guardia que tenía detrás.
-Oye... Tú eres el caballero Hyliano, ¿verdad?- el caballero se bajó la capucha lentamente, dejando ver su rostro.
Sidon se quedó mirándolo petrificado unos segundos. Se podía ver a un chico de enormes ojos de tono azul que le recordaba a las gemas luminosas. Los más bonitos que había visto. Pero sus ojos no poseían ese brillo, esa felicidad. Mostraba un cabello dorado cual oro, que se iba mojando, lo cual resaltaba su brillo. Unos labios finos, con un hermoso toque rosado que los zora no poseían.
Estuvo mirando al chico hasta que éste decidió asentir, al ver que el ojialbar no mostraba ninguna acción más la de distraído.
-Ay, disculpa... Qué modales los míos... Soy Sidon, príncipe de los Zora. ¿Cómo te llamas, caballero?
-Mi nombre es Link, alteza. Será un placer entrenarme justo a usted.- Dijo el rubio, sin cambiar la expresión de su cara.
-Link... Así que así te llamabas. Me gusta ese nombre, confío en que llegarás lejos, Link.- Seguido de eso, dirigió su mirada al guardia que tenía detrás.- Puedes volver, el caballero se viene conmigo.
El guardia hizo una reverencia y se fue cabalgando de vuelta hacia Hyrule.
-¿Vamos, caballero?- Dijo Sidon con una sonrisa sincera. Link simplemente asintió y comenzó a andar. Tampoco quedaba mucho trayecto.
-Y bien, Link... Vamos a entrenar bastante juntos, así que me gustaría saber de ti.-El hyliano lo miró sin ninguna expresión detallada.
-Tan solo soy un caballero que viene a aprender. No me suelo hacer amigos de los que me entrenan.- El rubio volvió a mirar el camino, soltando un suspiro.- No soy demasiado sociable.
-Vaya, veo que eres poco hablador. O eso, o quizás soy demasiado entusiasta.-Volvió a hacer que le mirara- Quizás sea la hora de que te hagas amigo de alguien distinto, puede ser divertido. A todo esto, llámame Sidon, no hace falta que me trates de usted.- El zora sonrió a Link de nuevo, y este le devolvió una leve sonrisa, la cual Sidon no dejó de mirar hasta que volvió a mirar adelante.
-Está bien, Sidon. Sin embargo, vengo a entrenarme. No sé si es del todo sano que seamos amigos.
-Ya lo decidirá el futuro, Link.- a los segundos se podía ver un puente- Mira, hemos llegado. Te llevaré ante mi padre y terminaremos el día con una entrevista rápida. ¿Te parece, Link?
-Está bien.- No dijo nada más.
Link se presentó ante el rey Dorphan, estuvieron hablando de sus entrenamientos y de cómo le sería la vida en el reino Zora durante ese año. Al terminar, Link fue a estacionarse en un apartamento pequeño que le tenían reservado, dejando todas sus cosas, para después, esperar a que Sidon llegara y organizaran la entrevista en el estudio. No se hizo esperar demasiado.
-Buenas, Link, ¿te gustó el apartamento?- Dijo el Zora con una sonrisa en la cara.
-No está mal, gracias. ¿Comenzamos la entrevista ya, por favor?- Dijo el rubio un tanto incómodo por tanta amabilidad.
-Está bien, no te preocupes. Comenzaremos.- Sidon sacó una pequeña grabadora con forma de concha, era bastante simpático de ver.
-Veamos, ¿edad?
-24 años.
-¿En dónde vive?
-En un aposento para caballeros en el castillo.
La entrevista continuó de forma bastante tranquila y fluida, hasta que llegaron a la pregunta final.
-A ver Link... Puede que esta pregunta te incomode un poco, sin embargo es mi obligación hacerla.- El rubio le miró intrigado y asustado.- Es principalmente para controlar las distracciones.
-Adelante, no hay problema...-Dijo un inseguro Link.
-¿Se encuentra ahora en alguna relación amorosa?- Preguntó Sidon, su expresión era bastante interesada, más que todas las preguntas anteriores.
-N-no...- Musitó Link algo colorado e incómodo.
-¿Disculpe, caballero? No se le oyó bien...- Dijo Sidon algo preocupado.
-No, no tengo pareja.- Dijo Link de forma rápida y avergonzada.
Sin saber porqué, Sidon sintió que se quitaba un peso de encima. A lo que no pudo evitar sonreír, algo colorado también.
-Gracias por contestar a las preguntas, Link.- Finalizó Sidon sin quitar la sonrisa.- Ya puedes relajarte en el apartamento. Buenas noches.
-Buenas noches...- Acto seguido, Link se encerró en el apartamento. Lo primero que hizo, fue escribir en su diario;
Al llegar al puente de Inogo, una voz me gritó para llamar mi atención. Estaba situado en una torre bastante alta. A verle, saltó desde arriba y aterrizó de una forma espectacular, aunque no quise mostrar mi sorpresa. El Zora que tenía delante era enorme. Podía pasar de los dos metros fácilmente. Tenía el abdomen bastante marcado, y cicatrices en las aletas de los lados de su cabeza.No entiendo el porqué, se me quedó mirando embobado durante un rato. Examinó toda mi cara perdido en sus pensamientos. Así que aproveché para hacer lo mismo. Era principalmente rojo, me gusta eso. La cara era pálida y sus ojos eran bastante grandes. Tenían el color del ámbar. Me encanta ese mineral apesar de no valer mucho. Vi algo más en sus ojos. Esperanza. Me fijé mientras él miraba mis ojos. No sé muy bien el porqué, pero puso una expresión triste. Resultó ser el príncipe Zora. Tengo miedo de llevarme bien con él. No me quiero distraer, pero es tan... en fin. No importa, mañana me espera un día largo. Me iré a acostar.
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Hola c:
Algo me dice que actualicé demasiado rápido. Pero ñe, no importa, acabé los exámenes y me siento inspirada. Espero que les haya gustado.
Sinceramente no sé si la historia se va a hacer larga, pero espero que les guste hasta el final.
Gracias por votar y comentar, me saca una sonrisa.
Chauuu~ <3
-Nur.
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