[Capítulo 12] Todo estará bien.


- Señor, últimamente le noto más distraído durante las reuniones generales. Se queda mirando a la mesa, o vacila demasiado a la hora de tomar alguna decisión fácil. ¿No le preocupa a usted también la actitud de su hijo?

A Dorephan se le escapó una pequeña carcajada.- Muzun, si le soy sincero, mi preocupación era la contraria.

Muzun, parado en su sitio, no supo bien qué era lo que quería decirle el rey, cosa que éste comprendió.

- Usted que lleva toda su vida cuidando a mis hijos, ¿no te has dado cuenta aún de lo solo que ha estado Sidon a lo largo de su vida?- El contrario se quedó pensativo.- Cuando falleció mi mujer, sólo obedecía a Mipha. Él aún era demasiado joven, con lo que no pudo hacer amigos. Y ahora que ella no está, tiene que hacerse cargo de ser el príncipe de esta región. La única persona con la que ha establecido contacto es con el guerrero Rivan. Además, se le exige demasiado a veces, puesto que yo no estaré aquí siempre.

- Señor, no diga eso.- El zora más bajo le respondió al último comentario.- A usted aún le queda mucho tiempo de vida.

- Vamos, hombre, si no me lo tomo con humor, acabaría amargado.- Volvió a reír Dorephan.- Entonces, ¿ves a dónde quiero llegar, Muzun? El chico por fin se relaciona con alguien más allá de los guardias o su hermana.

Muzun asintió levemente con la cabeza.- Esperemos que no le lleven por el mal camino.

- No lo hará. Confío en él.- La sonrisa del rey se amplificó.

[...]

-Oye, Link.

El rubio despegó su cara del torso del mayor lentamente, y dirigió su mirada hacia arriba, estableciendo contacto visual con él.

Sidon soltó un suspiro acompañado de una leve risita al ver que a Link se le habían quedado mechones de su cabello pegados en la mejilla en donde estaba apoyado.

- Antes de nada, me gustaría hablar de...- Con delicadeza fue quitándole el pelo de la cara, escondiéndolo detrás de su oreja.- Lo que hablaste con Rivan esta mañana.

De estar sumamente tranquilo, pasó a tener vergüenza. Supo perfectamente a lo que se refería con aquello.

Se despegó completamente de su cuerpo y volvió a sentarse en donde se encontraba anteriormente sentado.

- ¿Realmente crees que hay algo que no te haya quedado claro de todo aquello? Creo que fui bastante... específico.

Sidon se puso de cuclillas y apoyó su barbilla en las rodillas del contrario.

- ¿Te parezco generoso?- Dijo sonriendo de lado.

A Link se le subieron las orejas, sorprendido.- Oh, vamos ya sé lo que vas a hacer. No seas así.

-Por favor, quiero hablarlo. Me sorprendiste mucho, Link. Sólo quiero mejorar.

El rubio suspiró, obviamente avergonzado. No comprendía cómo de ser la persona serena y callada sin sentimientos que era, pasaba a sentir arder todo su cuerpo y a confundir lo que sentía.

- Sí, me pareces generoso. Quiero decir... me trataste muy bien desde un principio y mostrabas interés en una persona como yo. Aún cuando era cortante contigo y no te comprendía. Todos los días me sonreías sin razón aparente. Te envidiaba, la verdad. Pero...- Sidon se quedó mirándole fijamente, atento.- Me has cambiado. A bien. Tengo un poco de confianza en mí mismo al ver lo fuerte que eres, y lo fuerte que me haces sentir.- Link sonrió inconscientemente después de hablar.- Y creo que nunca había tenido la oportunidad de agradecértelo.

A Sidon casi se le derrite el alma, y lo transmitió con una enternecedora sonrisa. Eso le había hecho sentirse bien. Muy, muy bien. No tenía delante al chico sin sentimientos que llegó a su región hacía un tiempo. Tenía a Link. Al verdadero.

Al ver que Link le devolvió la sonrisa, se incorporó un poco, acercándose al rostro del hyliano.

- Si no me equivoco... habías mencionado algo de que me merecía algo mejor, ¿verdad?- Link asintió con la cabeza, sintiendo que los nervios volvían a apoderarse de él.-Entonces... dime Link, ¿a quién me merezco?

El hyliano tragó saliva de manera brusca. El zora tenía sus manos sobre las suyas, y cada vez había menos espacio entre ambos.

-A... alguien leal y sincero. Valiente y simpático. - Sidon cada vez se iba acercando más, asintiendo a cada palabra del contrario.- Alguien como tú. Que... no, espera, me he equivocado.- Sidon frenó en seco. ¿Equivocado?- No existe alguien como tú.

La felicidad y vergüenza que creció dentro del zora, fueron tan grandes que llegaron hasta las escamas de sus mejillas, haciendo que se tiñeran de un carmesí suave.

Sidon posó una mano en la mejilla del hyliano, mientras se acercaba peligrosamente a su boca.- Pues... puede que conozca a alguien perfecto para estar conmigo.- Los ojos de Link se abrieron como platos. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué se sentía tan nervioso y feliz? La mano de Sidon en su mejilla... Era una sensación húmeda, pero acogedora. De repente, unas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mientras éstos se cerraban. Por fin había encontrado su felicidad después de tantos años.

-Sidon... te...

Sus corazones no podían ir más rápido. Sus labios estaban rozándose, el contacto quemaba, era demasiado perfecto. Tanto, que no podía ser verdad.

No podía... ser verdad. Estaba a punto de besar... a un hombre.

Avergüenzas a la familia. No puedo creer que tuviera un hijo tan repugnante. ¿Un chico, Link? ¿A este nivel te rebajas?

-¡Oh, por Hylia, déjame en paz!- El hyliano se levantó de golpe, tirando accidentalmente al suelo a Sidon, el cual, estaba aterrorizado.

-Link... no sabía que... perdona, de verdad, actué sin pensar y... yo estaba convencido de que...

El rubio miró al príncipe recostado en el suelo, y cuando estuvo a punto de levantarse, se lo impidió, sentándose en los muslos del contrario.

-No, no, no, no, no. ¿Sabes? He perdido infinidad de cosas y oportunidades por culpa de la voz de mi padre. ¿Y sabes? Me niego a perder otra más.- Lágrimas salían de los ojos del hyliano.- Y menos a lo más importante que me ha pasado hasta ahora.

El hyliano agarró las mejillas de Sidon, mojando sus manos con las lágrimas del príncipe.- Nadie. ¿Me escuchas? Nadie, ni una voz, ni una persona van a separarme de ti. No sé qué demonios es este sentimiento, pero sólo quiero estar contigo. Y... si me entreno para asesinar al más grande cataclismo, puedo luchar contra estas voces. Para... para...

Link empujó las mejillas de Sidon hacia adelante, así pegando su frente con la de Sidon. Después, dejó sus manos en el cuello del príncipe.

-Poder seguir siendo así de feliz contigo, Sidon... eso es lo que quiero.

Limpió las lágrimas del contrario que aún no había dicho una palabra, y con cariño y cuidado, fundieron sus labios en un tan esperado beso.

El labio inferior del hyliano encajaba perfectamente entre los labios de Sidon. Eran húmedos, pero a su vez cálidos. Una sensación a la que Link fácilmente podría volverse adicto.
Apenas se separaban para que hubiera movimiento en el acto, uno deseaba devorar al otro con las mismas ansias.
La lengua de Sidon pintaba los labios de Link, a lo que éste, algo asombrado, se unió a él y ambas lenguas danzaron torpemente.

Cuando el aire suplicó aparecer en el hyliano, se separaron lentamente, aún con los ojos cerrados y las bocas entreabiertas.

-Link... yo...- El zora se encontraba acariciando las mejillas del ojiazul, casi desesperado.- Sabes cuánto tiempo llevo buscando... buscando esto, es... eres maravilloso.

-Sé lo que es. Sé perfectamente lo que es. Me siento igual que tú.-

Dicho esto, abrazó al zora tan fuerte que hasta le dolió. Pero no le importaba. Tanto tiempo queriendo ser como los demás, buscando lo que era sentir algo que le mantuviera vivo, el cariño... y por fin había dado con él.

-Sidon... quédate esta noche aquí, por favor.

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