Capítulo XXVII

    La noche estaba en su mejor apogeo, mientras la luna brillaba siendo llena, los pasos de ella eran cautelosos, al ir a una zona apartada de las calles de Ankara; era necesario encontrar la solución de sus problemas nocturnos, que no podían seguir; por casi quince años a batallado el no dormir lo suficiente, su cuerpo lo siente e incluso sus ojos, pero su mente puede más; bloqueando todo lo que de verdad necesita, ni siquiera las secciones de sexo con Liam la ayudaban a estar en un descanso certero.

Conforme ella seguía caminando, su vestimenta consistía en pantalón de cuero negro, suéter del mismo color y una camisa de tiras en blanco finalizando con unas botas negras de punta metálica, algo letales, al momento de ser atacados con ellas. De igual modo, pasó dos callejones más; las calles estaban algo transitadas, pero al ser algo tarde estaban casi desiertas con su mirada de seriedad, se encontraba alerta ante cualquier problema que pudiera haber.

Por lo que al conseguir el local en color negro con luces, algo tenues en rojo; se detuvo delante del establecimiento, respiró un poco y detallo la tarjeta que tenía en sus manos, la había recibido de parte de Liam algo que dudo en hacerlo, desde hace meses nunca creyó conveniente venir, para ver qué problema está presentando su mente y el pasado se está cruzando con su presente, sin darle el aviso; piensa que no debe pasar, pero siente que terminará al destruir a los dos últimos que están en su lista de venganza.

Suspiro por lo bajo, viendo nuevamente el lugar y optó por ingresar.

Ya dentro, todo era algo simple con decoraciones sin sentido solo blanco y negro, pequeños adornos de formas metálicas entre círculos o cuadrados; elevo una ceja al respecto, no entendiendo la rara decoración del lugar, hasta que vio a un hombre en un escritorio vestido de forma peculiar; supuso era un travestí, cuando la detalló no dudo en hablar.


— Size nasıl yardım edebilirim (En qué te ayudó) — comento en turco, donde solo respondió.


— Doktor Wen'i görmem gerek. (Necesito ver al Dr. Wen) — comunico y se acercó, para darle la tarjeta que la trajo allí.


El hombre vestido de mujer, detallo la tarjeta y la volvió a mirar; para sonreír de lado dejando que ella enarque una ceja.


— Görmek için randevu almanız gerekiyor ama farklı bir görünüme sahip olduğunuzu görünce sizi geçiştireceğim. (Debes tomar cita para verlo, pero viendo que tienes una mirada diferente te haré pasar.) — dijo, al colocarse de pie e indicarle que lo siguiera.


No dijo nada más, solo se encargó de seguirlo caminando a un amplio pasillo con paredes blancas y otros cuadros decorando el lugar, pero igual de feos para su gustó, no quiso refutar creía que perdería el tiempo si lo hacía. Por lo que; al estar enfrente de una puerta de madera pulida, tocaron dos veces oyendo al otro lado una voz, que los invito a pasar estaba preparada su mente y cuerpo tenía armas secretas como también listas; para cuando deba usarlas nada la tomaría por sorpresa pensaba para así, dentro de la oficina detallo todo rincón, no dudando que era casi igual que afuera, a excepción de una pecera con luces en azul cielo, que brillaba detallando sus peces de diferentes formas, llegó a pensar que el hombre era fanático de la vida marina.

En un escritorio de roble se hallaba sentado, un hombre calvo de color y ojos miel muy atrayente, estaba sumido en sus papeles que al elevar su mirada hacia su asistente, luego la miró a ella fijamente, algo confuso de estar en su oficina.


— Kim? İstişare zamanı değil, kapalıyız (¿Quien es? No es momento de consulta, estamos cerrados) — dijo con tono grave.


— Wen'i biliyorum. Ama kendin gör. (Eso lo sé Wen. Pero obsérvala por ti mismo) — anuncio de forma sería su asistente.


Lo que no dudo en hacer el doctor, llevaba una bata médica pero vestido de forma casual, la detallo de arriba hacia abajo, escrutando cada área de su rostro como de cuerpo, inquietando a Isla por momentos, nunca estaba acostumbrada que fuera tanto tiempo observada por personas, que ella misma no conociera apretó sus puños, mientras sus cejas estaban elevadas, esperando su tan minucioso escrutinio hacia su persona.


— Ve iyi? Beni incelemekle yetindin; Sadece danışmak için geldim ama sorun olursa geri çekileceğim. (¿Y bien? Ya tuvo suficiente de inspeccionarme; solo vine por una consulta, pero si es problema me retiraré.) — recalcó ella cansada de la situación, para darse vuelta y salir por la puerta.


— Beklemek! Adımınızı durdurun, hangi danışmaya ihtiyacınız var? (¡Esperé! Detenga su paso, ¿Que consulta necesita?) — le pregunto el doctor estando de pie, cosa que volteó enseguida a encararlo.

La mirada de ella fue firme, tanto que no dudo en sonreír de lado, de forma sarcástica dándole la respuesta.


— Necesito que me haga una cesión de hipnosis, deseo borrar la causa de mis pesadillas, para poder dormir mejor. Cree poder ayudarme o ¿no? — hablo segura, dejando un silencio en la habitación.

Lo que nunca pensó, es que su respuesta fuera contestada rápidamente.


— ¡Claro! no hay problema señorita...


— ¡Belicosa! solo dígame así, no necesita saber más doctor. — Termino de comunicar, al estar de brazos cruzados.


— Perfecto señorita Belicosa. ¿Desea iniciar cuando? — pregunto al colocarse recostado de su escritorio.


— Cuánto antes, está misma noche, no tengo mucho tiempo y debo volver antes de las cinco AM. — anuncio su tiempo.


— No hay problema. Ahora sígame. — le señaló otra puerta; donde ingresaron sin ningún problema.

Apenas encendió, detallo el cuarto complemente en blanco solo con un mueble sofá del mismo color, una silla de metal con una pequeña mesa del color de la habitación puesto en el mismo una especie de reloj de arena, junto a otro que le parecía extraño siendo en forma de triángulo con otros números, pero la voz del doctor la saca de su ensimismamiento.


— Tome asiento y relájese, porque la sección va a comenzar. — comunico serio al señalar el sofá.

Miro a ambos, para ver cómo él asistente salía de la habitación dejándolos solos; es ahí donde fue hacer lo propio se sentó y recostó su cabeza cómodamente, quedando semi sentada sus ojos alerta a todo, pero al oír al doctor nuevamente se concentro en esa sección que no iba a dejar de lado; deseaba sacar esas pesadillas, para lograr un mejor sueño o eso creía pensar.


— Le diré el uso de esta hipnosis señorita Belicosa, relajará su cuerpo; pero la mente estará en un viaje; donde la llevará a episodios fuertes como buenos, deberá superar los duros para conseguir el sueño que necesita. — añadió de forma apacible, activando el reloj de arena y dando marcha al otro objeto.

Enseguida ella cerró sus ojos, buscando concentrarse en la voz de fondo del doctor, que decía cosas de ciencia y ella buscaba entender hasta que toda su mente se vio trasportada, pero su cuerpo dejo de sentirlo por completo.


(...)

El ambiente fresco de una playa enorme se veía ante sus ojos, mientras se sintió confundida de estar en ese lugar, miro sus manos y cuerpo cerciorándose que estaba todo en orden, al ver la playa imponente como hermosa cierra sus ojos relajando sus facciones de todo lo que ha tenido que pensar y más cuando su trabajo amerita estar alerta ante cualquier circunstancia. Es ahí; cuando detalla un sonido de unas risas de una niña, gira su rostro aún estando sentada en la arena ve tan claro como el agua a su Padre junto a su Madre, abrazar a una pequeña de ocho años que está siendo cargada en los brazos de su Padre.

Aprieta sus puños viendo la escena, frunciendo a la vez el ceño porque ella conoce que ellos, no son reales que están muertos hasta que descubre que la niña es bajada del brazo del Padre para ir corriendo hacia la orilla del mar. Sin embargo al hacerlo, se queda inmóvil tocando el agua y sonriendo feliz por la misma agua eso le impacto en sobremanera, dejando una opresión en su pecho.

Ella se coloca de pie, para acercarse a esa niña, que es parte de su infancia y al estar tan cerca, para casi tocarla en el hombro; sin aún la niña verla, una voz masculina se hace notar en medio de todo.


Babamın prensesi, eve gitmeliyiz. (Princesa de papá, hay que regresar a casa) — comenta de forma amorosa, que al mirarlo se coloca de pie sintiendo una revolución en su interior.


Papi... quiero quedarme en el agua. — hizo puchero la niña, al cruzarse de brazos con su conjunto de verano en color amarillo.


Mañana te traigo nuevamente princesa, ahora vamos a casa. — dijo de nuevo al extender su mano sobre la niña pequeña.


Isla en ese momento se dio cuenta, que no podía ser vista, todo esto era parte del proceso de hipnosis. En el que fue impuesta, no podía entender el nivel, hasta que al ser llevada la niña, por su Padre; ella los siguió en todo momento, tanto que su mente la desplazó a otra escena.

Está vez vio su casa para ser más clara, la sala tal como ella misma la recordaba era tan evidente parpadeo un poco, caminando por todo el lugar, hasta llegar al despacho de su Padre; encontró la puerta algo abierta no dudo en ingresar, detallando a su Padre en ese escritorio trabajando como siempre lo veía desde que era una niña y adolescente, pero el sonido del teléfono personal lo pone alerta al ver el número desconocido le embargo la curiosidad de saber, pero la mirada de su propio progenitor la alerta en sobremanera, al estar apretando sus puños lleno de importancia, cosa que se relaja para responder la llamada insistente que no se detiene.


Yilmaz.


No podía oír la conversación, solo a su Padre conversar; pero al colgar después lo noto estar tensó y tocar el puente de su nariz en forma frustrante le recordó su tío Atticus, pero negó eso, al ver cómo se ponía de pie e iba a un cuadro de la familia, cortesía de un buen amigo que se lo hizo en Italia; según ella recordó que le dijo una vez, pero no pensó que detrás de ese cuadro, había una caja fuerte de una cerradura pequeña, colocó cinco dígitos que guardo en su mente al igual, que el número del teléfono desconocido.

Cuando abrió la caja vio dinero, no tanto pero si el suficiente, era lógico que su Padre no trabajaba como un asalariado normal; su labor como espía le daba ese fruto adicional para darle a su familia, lo cual se sentía orgullosa del Padre que le dio la vida, pero decide cerrar con eso, para no pensar en algo que la llevara a otro rumbo, siendo la tristeza una emoción que no va con ella.

Al ver nuevamente a su Padre, identifica otro cosa un especie de caja en madera con un cerrojo pequeño; frunce el ceño, cuando la toma su progenitor mira hacia todos lado cerrando la puerta de insofacto, luego coloca la caja en el escritorio viendo cómo saca, otra llave más pequeña de su collar, que va acompañado de su crucifijo en plata.

Las emociones que siente Isla ahora la superan, porque eso nunca lo supo y menos la caja fuerte; detrás del cuadro, incluso su Madre era seguro que tampoco lo sabía, la sorpresa mayor llegó al ser abierta, allí saco un objeto pequeño casi como un chip en color morado, se fue acercando para verlo mejor, pero las palabras de su Padre la alertan más.


On ne le trouvera jamais, je m'en occupe moi-même; La tour tombe et je dois être préparé. (Esto no será encontrado jamás, yo mismo me encargaré, la torre se está cayendo y deberé estar preparado.) — las palabras en francés que soltó, la dejaron algo con dudas.


Tanto que la escena del despacho era sustituida de forma rápida, al estar en otro escena y está siendo de noche, miraba la habitación evidenciando que era la de ella por los colores pasteles en la pared, cortesía de su Madre, detallo como su cuerpo de adolescente estaba en la cama durmiendo, solo que la lámpara de lava que tenía iluminaba un poco la habitación.

Miro todo con cautela, sin hacer ruido; pero también se recrimino por pensar que iba hacer escuchada; hasta que unas voces desde afuera logro oír, haciendo que saliera de allí, se encontró con el pasillo amplio de la segunda planta de la casa, bajo las escaleras, para llegar a la sala desde ahí era el ruido y no era una voz eran dos de sus mismos Padres.

Estaban envueltos en una discusión entre ellos, que a medida que se acercaba, podía entender toda la conversación; tanto que su Madre estaba asustada por todo lo que su Papá le anunciaba.


Samira tenemos que irnos.


Piero por favor... Isla tiene sus amigos aquí y hemos estado durante su crecimiento.


Lo sé amor, pero es necesario Isla se pondrá molesta, pero es lo mejor para todos.

Su madre negaba, al tocarse la frente una y otra vez, mientras su Padre la consolaba al abrazarla.


No podemos hacerlo Piero. — anuncio con firmeza, al alejarse un poco.


¿Que dices? ¿Por qué no? —


¡Estoy embarazada! —


Con todo lo que dijo su madre ella sintió, que cayo al suelo soltando una lágrima que en su vida, jamás pensó botar; no desde que ese desenlace marcó el antes y el después de toda su vida, pero al conocer esa noticia solo la expresión de su Padre cambio la decisión que tenía al principio, abrazando a su esposa y besándola con amor disfrutando la dicha de ser otra vez Padres, una gran noticia que nunca llegó a conocer, pero imagino ese día que iban a salir a comer juntos, para contarles de que tendría un hermano en camino.

Su corazón se oprimió más, que lo toco tratando de calmar todo esos sentimientos encontrados que estaba sintiendo; sin embargo la voz de su Padre la hizo prestar atención.


Samira nos quedaremos, solo ten en cuenta que ambos los voy a proteger con mi vida tanto a Isla y a ti. Por favor; necesito que te cuides, debo viajar está noche regreso en dos días será un vuelo rápido. — informó con seriedad.


De acuerdo Piero, solo vuelve a casa. —

El señor Yilmaz asintió besando la frente de su esposa; mientras el cuerpo de Isla estaba en el suelo, de ese espacio tratando de entender todo, pero una voz lejana la llamaba, cosa que cerro sus ojos abrazándose a su cuerpo y dejándose llevar a un bucle de sonidos diferentes en su mente.


***

— Saldrás en tres, dos, uno...

El chasquido de unos dedos, la hizo abrir sus ojos de forma inmediata, colocándose de pie y sacando su pistola 9 mm. Ante el hombre que apuntó, donde solo elevo las manos, buscando calmarla.


— Her şey yolunda? Hipnozdan çıktın. ( ¿Todo en orden? Ya estás, fuera de la hipnosis) — le indicó al ponerse de pie y quitar el sonido del objeto que seguía en marcha.


— Bunu gördüm. Ne kadar sürer? (Eso ví. ¿Cuánto tiempo dure? ) — pregunto, al tocar su rostro reflejando su lágrima, fue real hasta salir de esa terapia.


— Estuviste cuatro horas y ya casi, son las cinco. —


— ¿Que? — añadió algo sorprendida.


— El tiempo es relativo en su mente, pero en la vida real pasa tan rápido que hasta un día completo se llevaría o más. — informo la verdad al anotar todo en una carpeta, que ella detallo.


— Le pediré que está sección sea guardada en secreto, no quiero que nada sea revelado doctor Wen. ¡Ha entendido! — ordenó tajante al colocar su arma en su sitio, detrás de su espalda.

La mirada del hombre de color, le fue extraña al pedir eso, pero decidió guardar la información y romper el papel que antes escribió, para dejar por sentado la cuestión. Mientras Isla, iba saliendo de la habitación en blanco, no dudo en girarse para dejarle un aviso previo.


— ¡Volveré! en dos días, me pondré en contacto con usted doctor, así que esperé mi llamada. —


Con esas certeras palabras, salió por la puerta, para después salir del establecimiento emprendiendo la marcha, dónde se consiguió en el camino un bar cerca, con motos estacionadas; allí detallo una marca jaguar en color roja; sonrió de lado hallando su transporte le tomo un minuto para encenderla, la cadena que llevaba puesta la saco con sutileza, dejando que el motor rugiera y la calle amplia, le diera la bienvenida, cosa que no dudo en acelera para llegar a su destino, sin ser detenida. 


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