Capítulo XVII
Turquía (Ankara)
Ya Isla se preparaba para su otra misión y está con destino a un país latino, que pudo investigar ganándose buenas cosas, de su costumbres junto a su gente que siempre es alegre; sin importar lo duro que su gobierno corrupto pueda ser; a pesar de tanto, han salido adelante por la gracia de Dios; es verídico como sus vidas no se arruinan tan fácil, siempre teniendo fortaleza. Justo ahora, está dando las órdenes a sus veinte soldados que irán con ella, incluyendo a Nohán mientras dice, ordena y deja claro pautas, que después no desea que sean desobedecidas hacia su persona, da por culminada la reunión y en solo quince minutos, logran salir cada cadete, quedando solamente Isla junto a Liam, que están viendo en la pantalla digital todo el mapa de Venezuela, las posibles entradas o salidas que hay alrededor de diez, pero las más especiales usarán cayendo de sorpresa hacia la capital, dónde el blanco a aniquilar, es un militar de alto rango, casi mano derecha del presidente de esa nación, sin embargo unos brazos fuertes la toman de la cintura alertándola enseguida.
— ¿tüm iyi bellicosa? (¿Todo bien Belicosa?) — Hizo la pregunta, pero ella se giró a verlo, con su semblante frío.
— Normal, ¿Neden endişe edeyim? (Normal ¿porque debería preocuparme?) — contraataco con otra pregunta y el semblante alegre se cayó rápidamente, tomando distancia.
Ella pudo notar, que sus palabras fueron duras, pero en su mente era lo mejor que podía hacer, por ahora no necesita una pareja, sólo un amante que le pueda dar las mejores folladas de su vida, para así olvidar muchas cosas del pasado, que cada día trabaja y lucha por no seguir recordando.
— Me disculpó líder, la imprudencia no es parte de mis preguntas. — Dijo de forma automática, dejando que ella analice cada parte de su cuerpo, como su rostro.
Por dentro solo sentía satisfacción al saber que, podía tener el control y más en él, que sólo la desea, como también la quiere lo pudo apreciar, hace tres días que durmieron juntos, para ver cómo la tenía muy abrazada, dejando a esos brazos que les está comenzando a fascinar, al tenerlos alrededor de su cuerpo de forma protectora.
— No debes disculparte Nohán, solo cuando sea necesario, además eso me vale lo mismo ¿Si lo haces o no? Porque solo requiero de ti es tu trabajo como mi mano derecha, y siendo mi amante cada noche que vaya a dormir. ¡Estamos claro! — Dio a entender con seguridad, dejando que la mirada de Liam se quedará, sin que objetar.
— Estamos claros Belicosa; ahora me retiro, para estar listo y partir a la medianoche para llegar, sin problemas a un país tan pequeño. — Agrego al darse la vuelta, para tomar el pomo de la misma que está a solo un paso de tomarla.
Pero sin verlo venir, ella lo aborda desde atrás, saltando a su espalda como si fuera un mono, cruza sus piernas con las caderas de él, colocando sus brazos alrededor de su cuello para lograr ahorcarlo, pero su plan no era hacerle daño, sino buscar solucionar su deseo, dónde Liam gira su cuerpo hacia la pared, con algo de dureza; dejando que ella se baje de su cuerpo, pero continúo colocando ambos brazos a cada lado de su cabeza, encontrando la sonrisa de suficiencia a través de las iris avellanas de ella.
— ¿Qué quieres? Deseas morir. — la escruto con molestia, mientras ella seguía sin tener, ningún atisbo de temor.
— Yo busco algo; y no me interesa morir ya lo hice una vez, otra no podrá nunca conmigo. — Confesó con seguridad, al poner una mano sobre su pecho, tocándolo con deleite al sentir como se tensa por su tacto.
Las palabras que soltó, lo hicieron meditar otra vez, formando las piezas del rompecabezas que pronto va a resolver, sin importar lo que le cueste. Por la magnitud que iba su mano, llegando ya a su entrepierna logro vislumbrar en la dama delante de él, como su ansiedad de placer era mayor, algo que sonrió de lado comprendiendo su necesidad, donde su cuerpo tampoco le era indiferente.
— Te voy a follar, si sigues tocando mi virilidad de ese modo. — Le advirtió, aunque no hubo atisbo de su parte de apartarse.
— Primero lo quiero en mi boca, antes de que me penetres con buen gusto, pero sobre esa gran mesa. — Pauso, para volver a decir. — ¿Aceptas Liam? —
— Te voy a dar duro, por pedir algo que sabes, que te voy a complacer mi Belicosa. — Termino de hablar, para alejarse de ella dejando el seguro puesto en la puerta.
Sin perder tiempo; se colocó cercano a la mesa, dónde de inmediato con su uniforme negro militar, colocó su mano sobre el cinturón del mismo, para desajustar sus pantalones dejándolos caer sobre sus tobillos sin ningún problema. Es cuando la mirada de ella, fue hacia todo su cuerpo, para llegar al punto, dónde quiere y desea explorar con su boca; acto que la hizo tragar grueso, al ver ese miembro bien dotado, y erguido en su punto, las pupilas de ambos se intensificaron, le bastaron solo unos tres pasos, para llegar al cuerpo de Liam.
— (Es todo tuyo reina mía) —
— Cállate.
La forma fría de expresarse, fue la detonación para Isla tomar su miembro con agilidad, masajeándolo por toda su longitud sin detenerse, ella nunca hizo antes una felación, pero algunas pornos que vio, fueron la herramienta para desatar su deseo oscuro de poseer o ser poseída por un hombre de calibre fuerte y sin miedo a nada, por momentos veía el rostro de él relajarse o soltar leves gemidos que nunca detallo el tiempo exacto, al ir metiendo entero en su boca, con una agilidad que pudo realizar por lo tanto el chupar, lamer y succionar le siguieron a pasos lentos y torturantes; al sentir una de sus manos grandes, sobre su cabello por estar suelto, lo fue anudando a su mano dejándolo en forma de puño, incentivando a continuar empujando a su vez más su pelvis, logrando que lo tragué entero en su boquita de corazón, siendo su deseo cumplido a petición de ella.
Pasaron solo algunos minutos, para ver cómo los gruñidos se intensifican con gusto, siendo música para los oídos de la fémina que está de rodillas, delante de su cuerpo degustando su pene, hasta que logra sentir como su cuerpo se tensa más de lo que piensa, anticipando su éxtasis.
— Joder... maldita sea, bonita sigue...
No pudo seguir más, al ver cómo le comía su miembro con deleite, siendo la pose, más erótica que ha podido tener de ella, causando que su éxtasis llegué, de forma arrolladora gimiendo el nombre de su amante. Por consiguiente; se coloca de pie para ver con gran sensualidad como muerde su labio inferior, sacando el líquido blanco que le quedó, fue lo que activo nuevamente su pene, saliendo de sus pantalones, para cargar a la mujer que ríe por ser atacada de forma feroz.
— Encendiste al tigre preciosa mía, ¡Solo mía! — Aclaró posesivo, al dejarla sobre la mesa recostada y bajar sus monos militares siendo brusco.
— Oye...
— Cállate. — le respondió de la misma forma, ejerciendo su autoridad sus bragas fueron destruidas, cosa que odio de su parte.
Teniendo ya su vagina expuesta, ingreso su miembro con rapidez, para así embriagarse con su paredes vaginales, que lo hacían desequilibrar el vaivén, de su pelvis chocando con la de ella, lo hizo más pasional y bestial, dejando en el aire de ese lugar los gemidos sonoros de ambos, cada arremetida la hacía vibrar, mientras que él perdía el control buscando solo poseer y proclamar a Isla como su mujer. Sin darse cuenta de nada la persona, que está siendo llevada a la cúspide del orgasmo puro, la colisión llegó para los amantes, dejando que sus cuerpos reaccionen al mismo tiempo saciándose por igual, logrando entrever en ese deseo, el anhelo que ninguno piensa decir a gran voz.
(...)
Luego del encuentro pasional, se terminan de acomodar su ropa, estando enojada con Liam, por romper su ropa íntima se disculpó con nula razón, ya que estaba feliz de lograr tener ese gran polvo por ambos, su sonrisa se lo daba a entender, así que rodó los ojos, para llegar a la puerta quitando el seguro, llevándose la sorpresa, de que su tío Atticus la esperaba afuera, con dos de sus escoltas.
— Ya terminaron. — Hablo molestó, mientras ella solo se quedaba tranquila, sin afectarle su rabia.
— Señor Atticus. — respondió Liam.
— ¡Tú cierra la boca! Los quiero en el hangar, dentro de una hora. — anunció.
— ¿Y ese cambio? — pregunto ella, siendo observada por los escoltas uno sudando y él otro carraspeando.
— Es una orden cadete Yilmaz, no quiero cuestionamientos. — Respondió furico.
Enseguida los dos se retiraron sin decir nada, dejando el pasillo solo sin nadie en la zona.
— Señor.
— ¿Que quieres? — Se voltio, para ver a sus dos escoltas.
— Perdone que diga esto, pero la cadete es puro fuego. — hablo con toda la razón y mientras el otro asentía estando de acuerdo.
La rabia le creció, que los dos hombres bajaron la mirada por la imprudencia que cometieron y es seguro, que lo castiguen duramente.
— Si vuelven hablar de esa forma, hacia mi sobrina los dos estarán en una caja, mientras le llevo la bandera a sus familias, al decirles que murieron en combate, cuando no fue de ese modo. — Su amenaza les llegó a su piel, que no volvieron a decir nada con respecto a la cadete.
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