Capítulo XIII

   Pasaron tres días; dónde la misión que les fue encomendada a Isla, tuvo el mayor peso para ejecutarse y tal como lo prometió el señor Atticus su compañero fue Nohán, ambos estuvieron trabajando juntos, para encontrar el momento exacto y atacar a su oponente que por dentro ella se regocijaba; al saber que la información que obtuvo del muerto Dupont fue certera en sus planes, algo que desconocía su tío. Ahora se encuentra, en la base de fuego cruzado, armándose con su uniforme en negro dentro del mismo con su chaleco antibalas, en su cinturón lleva dos armas de calibre 35 la mejor de su categoría siendo americana, mientras que en su tobillo lleva dos armas filosas la kunai y Shuriken, una a cada tobillo tapándolo su media y calzado de botas duras con el mismo color de su ropa, se hizo una coleta alta; llegando a su cintura lo largo de su cabellera negra.

Continúo equipándose de armamento, para tener como defenderse en combate; iba hacia la zona Sure la provincia de la misma ciudad, dónde se hallaba el objetivo en una cabaña a las afueras de todo el mundo, sin tener contacto con el mundo exterior algo ilógico, para alguien como él, que piensa que jamás será descubierto, pero gracias a fuentes internas de la organización, pudo hallar al mejor soplón, que al ver dinero americano se le fue la lengua sin dudar.

Por consiguiente; termino de armarse, cuando noto la presencia masculina de su compañero acercarse a su derecha con una mirada ceñuda dando a entender, su desacuerdo por dicha misión.


— Bir kez konuş (Habla de una vez). — Ordeno, al colocarse sus guantes negros con agilidad, para así verlo de frente.


— Planı sevmiyorum (No me gusta el plan). — Dijo, al tomar su arma para equiparlas con balas de forma precisa y rápida.


— Sadece yoldan çekil, ben on beş kişilik gruba önderlik edeceğim ve sen de Nohan'a itaat edeceksin. (Solo mantente al margen, voy a dirigir al grupo de quince, y tú obedecerás Nohán). — afincó tajante, dónde él se colocó el arma en su cinturón y se cruzó de brazos.

La guerra de miradas entre ambos era fuerte, pero la de ella persistió dónde él solo soltó un soplido de molestia, dándose cuenta que no podía mandar en las decisiones de ella, por más que lo quisiera solo se limitaría ha protegerle la espalda, todavía no olvida como la volvió a ver después de tres meses de ausencia, que nunca obtuvo respuesta de su superior para ¿Saber de su paradero? Pero siguió adelante, esperando verla en algún momento.


— Estás aquí Nohán. — hablo claro, aplaudiendo para llamar su atención, que fue sumergida por sus pensamientos.


— Sí. Bueno será una larga noche. — soltó con pesar, al darse la vuelta, donde ella le pasó a un lado.


Sus ojos se oscurecieron un momento al ver su trasero definido, y sus caderas bambolearse con elegancia, como toda una hembra, se tocó la nuca negando para así mismo, no podía dejar que ella nublase su razón y más que no ha borrado el beso, que le dio en su habitación entonces carraspeo, centrándose en la misión que les esperaba. No obstante, al salir llegan a un hangar, dónde el helicóptero militar los esperaba con sus soldados, igual de armados hasta los dientes, la sonrisa se Isla fue notoria, al saber que pronto su objetivo iba a ser eliminado por su manos y más en este día que no le gusta mencionar, pero su familia le daba el mejor amor del mundo consintiéndola en todo lo que pidiera, sin embargo dejo pasar ese recuerdo para mostrarse altiva y fuerte sin nada que le dé temor, para obtener el éxito.

Dentro del mismo despegó con destreza el helicóptero con piloto y copiloto, siendo los encargados de dejarlos en la zona roja de combate y esperar; para después recogerlos a la señal de su líder, mientras ella le dio órdenes precisas al grupo, que tenía a su mando todos asintieron a cada palabra corta que le des dio, después tomo asiento apartado de los demás soldados, se colocó su aparato comunicador en su oído, para así oír la voz ronca y dura de su tío hablarle.


Yilmaz ¿Porque no respondes? — rodó los ojos por su orden automática, solo le respondió.


Hablaba con mi grupo de combate, dígame señor. —


Debes obedecer, al mandato que te doy de siempre comunicarse Isla.

Respiró hondo, para contenerse de no cortarle la cabeza, a veces le hacía pensar en esa posibilidad.


Si señor no volverá a pasar, ahora ¿necesita algo?


Que tengas cuidado el ambiente, no es bueno hay como cincuenta hombres armados, debes ser cuidadosa al momento de actuar.


Comprendo señor; pero le enseñé mi ataque sorpresa antes de proceder confíe en mí.

Logro oír un bufido por lo bajo, que le dio ha entender su preocupación por el plan que ella le dio con anticipación para atacar; pero no contaba es que tiene otro más, para así no verse afectado sus compañeros.


Confío en ti Tebrikler çilek (linda fresa); así que espero el resultado final en mi mesa hoy o mañana.


Si señor. — respondió por último, dando por sentado su comunicación, pero nada la preparo para lo que oyó después.


Feliz cumpleaños fresa.


Se quedó sin palabras, tratando de recomponerse, pero tan solo esas dos palabras, le dejaron un sabor amargo al recordar a sus Padres, así que desvió el rumbo de su mente, concentrándose en el presenté y poder llegar a combatir esa cabaña, llena de sembradíos de marihuana por uno de los mafiosos, que es solo la marioneta del que dicen llamar el León.

Es lo que pudo leer en los documentos, que le fueron entregados para saber más de su objetivo a eliminar y con ello también todo rastro de sembradío de sustancias sicotrópicas, que sólo la llevan a unos contenedores de la zona norte, para ser elaboradas en su mejor mercancía; tanto en polvo como en pastillas y ser transportada a todos los clubes nocturno, dónde es vendida a su mejores clientes o delincuentes.


(...)

Después de tres horas, lograron llegar a la zona de descenso para ellos estar en tierra, y ver cómo se fue el helicóptero, donde les dieron la orden de ir a una zona apartada; del lugar que fueron dejados para que no sean vigilados, si llegan a ser perseguidos al salir del punto central de combate. A continuación; fueron a pie por todo los senderos de árboles y bosque espeso, hasta llegar a la zona de las montañas para ver en su majestad la gran cabaña de lujo, que en la parte de atrás estaba el sembradío de marihuana siendo vigilado por diez hombres armados, sonrió de lado por saber que su intuición no fallaba en esos casos, logra siempre ir delante de su adversario, fue cuando decidió volver a su grupo de combate, que la seguía como su líder.

Los miro con profunda seriedad, dejando ver qué Nohán estaba a su lado y eso le daba cierta calma.


— Quiero un trabajo limpio, solo hagan lo propio que se les indico antes, si es necesario maten; porque mi compañero y yo iremos por ¡El bello durmiente! — remarcó con burla, algo que no pasó desapercibido para cada uno de los hombres a su mando.


— ¡Si Belicosa! — curvo una sonrisa, tras ellos comprender como debían llamarla dentro o fuera de la organización.


— ¡Perfecto! ahora procedan. — dio la orden, volviendo a su seriedad que le es característica.


Los vio ir a sus puntos de encuentro, mientras ella iba con su mano derecha a la parte lateral, que da hacia unos baño de invitados; según el mapa de ubicación de todo el territorio, esta cerca la ventana de madera pulida y roble, pudieron ambos ver qué todo estaba oscuro, muy silencioso, ella le hace una seña juntando sus dos dedos, para que vaya al otro lado para que pueda ingresar allí primero, cuando lo observó irse procedió a hacer su labor.

Detallo toda la ventana, para ver si habrían sistema de alarmas, algo que detallo en un extremo, con su navaja la pudo ingresar y corto el alambre que pudiera activarlo; ahora sí pudo entrar de forma sigilosa su cuerpo; primero una pierna y después la otra, dar un giro leve entrando por completo al baño de huéspedes. Así pues; logro estar en el espacio se puso sus lentes especiales para ver en la oscuridad, una nueva adquisición de su organización todo lo podía ver en color morado cortesía de su amigo de armas, ya después le daría las gracias por realizar un buen trabajo.

En cinco minutos pudo llegar al amplio pasillo, esperando en la zona de la cocina a su compañero, estaba mirando cada detalle todo lo que poseía el imbécil; sin verlo venir, sintió que alguien tocaba su hombro la alertó, pero al apreciar el aroma de su colonia varonil se relajó un poco, también estaba usando los lentes, pero en su caso de color rojo como los demás soldados. Siguieron el camino; dónde se encontraban a cada pasillo un guardia que protegía el perímetro, para ser aniquilado sin armas de fuego solo, con cuchillos más directos y sin sonidos fuertes, para así llegar a la habitación principal, el sabor de la victoria se crepitaba en el cuerpo de Isla, porque su objetivo es estaba al pasar una puerta doble de madera pulida.


— Es aquí. — aviso su mano derecha, ella asintió sin palabras para así prepararse, para lo que venía.


Abrieron con rudeza la puerta doble, contemplando una escena nada grata para los ojos de ambos, pero más en Isla, viendo cómo el miserable hombre se sobre exaltó por el gran susto, junto a dos jóvenes niñas de seguramente quince años de edad, ser abusadas por él y otro de sus hombres que se colocó rápido el pantalón, ya que sólo estaba penetrando a la niña, que estaba tiritando de miedo en la cama inmensa viéndose drogada, al cambio la otra ni se diga, se encontraba dopada haciéndole sexo oral por el líquido que salía de su boca, algo que le asqueo de forma inmediata a ella, que no dudo en elevar su arma disparándole entre ceja y ceja al soldado del objetivo, que estaba en el extremo derecho, cayó al suelo sin ni siquiera parpadear; dejando el ambiente frío y tensó.

Sin dudar los gritos de una de ellas, se hizo presente ocultándose en el suelo; mientras que la otra niña ni siquiera se movía, dónde solo se precipito a dar la orden a su mano derecha.


— Git onları al, dışarı çıkar ve dışarıda kal bu boku halledebilirim. (Ve por ellas, sácalas y quédate afuera yo puedo con esta basura). — indico con seriedad, sin dejar de apuntar al miserable, que tenía del lado izquierdo, desnudo completamente mostrando miedo y burla a la vez.


— Seni bekleyeceğim Belicosa, ama ne kadar sürdüğünü görürsem senin için geleceğim. (Te esperaré Belicosa, pero si veo que tardas vendré por ti). — añadió al verlo llevarse, a una cargada como costal y la otra ser jalada del brazo, ya que no quería cooperar.


Conforme estuvo sola con el objetivo llamado Hasan Orhon; pudo sacar su sonrisa fría y siniestra, para el hombre que sólo se oculto sus parte íntimas, como si no conociera después de tantos años, el haberlo usado hace veinticinco años, su cabello pelirrojo estaba casi sin cabello y con canas que lo hacían ver más viejo, seguro por la droga que ingirió por muchos años, sabiendo que esa misma tarde de ese tiempo, se le notaba su adicción por sus ojos rojos, que ahora se ven más notables por una cantidad que tuvo que ponerle a su cuerpo, no por algo tenía un sembradío lleno de eso.

Se fue acercando a su enemigo, hoy se cumpliría una parte de su venganza y era ver morir a cada uno de los que participaron en consumir su alma inocente, pero la voz del abominable desgraciado, se notó dejándola más colérica.


— ¿Quien eres? Y porque vienes a irrumpir mi morada. — soltó en orden, algo que la hizo voltear los ojos con cansancio.


— Eso ni te interesa Orhon, más bien date cuenta, que hoy tu muerte será recordada por los otros cuatro cobardes que trabajaron contigo; esa trágica tarde de hace veinticinco años. — Hablo con hostilidad una verdad, que hizo fruncir el ceño a su enemigo.


— ¿De que hablas?

Bufo por lo bajo, que sólo le disparó en la pierna, para que su cordura volviera, dejando entrever los gritos que hizo como la mamita que era, su cuerpo estaba en el suelo con una pierna desangrándose; mientras la tapaba con sus manos para no morir desangrado, algo que ella gozaba por verlo retorcerse de dolor, dejando ver por un momento en su mente ese recuerdo de disfrutar su cuerpo y más al morderla; dejando heridas y sangre en el proceso, apretó los puños, para así acercarse e inclinarse solo un poco, notando el miedo tangible en sus ojos.


— Duele. — dijo en ironía, logrando ver su odió.


— Maldita vas a pagar esto, no sabes ¿Quién soy? Ni para ¿Quien trabajo? Mejor piensa bien, antes de matarme.


— No tengo nada que pensar, vas a morir y dejaré un recordatorio de lo que le hiciste a esa pobre joven; llamada Isla Yilmaz Sánchez. — puntualizó, al sacar su arma del tobillo derecho, dejando ver su arma filosa y pasarla con suavidad por el cuello del hombre.

Ver cómo pasas un arma filosa, como la Kunai en la garganta de tu peor enemigo, es la mejor diversión de todas y más sobre Isla que sonríe con suficiencia al contemplar el miedo y como traga seco, dejando su respiración agitada además de la herida que no deja de sangrar.


— No me mates.


— ¿Porque no debo hacerlo? — respondió devuelta.


— Te daré dinero hermosa, mucho tanto que no podrás gastar... vamos y solo dejaré pasar esto y te pondré como mi guardiana. — dejo su oferta, que con rapidez llegó su negación.


— Tal vez lo hubiera aceptado Orhon, pero resulta que yo soy esa niña y vas a morir.


— Que dices...


La incredulidad de saber que era esa joven no le cupo en su mente, dejando la valentía a un lado, para dejar solo el miedo puro; sobre cada poro de su ser, algo que ella saboreo al pasar la Kunai sobre su cuello dando el corte certero, para ver cómo se ahoga con su propia sangre. Puesto que no dejo solo esa herida, al caer inerte al suelo, le cortó su miembro dejando su inicial, como adversaria potente en el mismo a un lado de su cuerpo.

Se colocó de pie, dándose cuenta que tenía gotas de sangre, que no eran de ella, en su mejilla y ropa de combate, siendo gotas por algunas partes, le dio lo mismo; para salir de esa gran habitación, siendo su mejor regalo de cumpleaños matar a uno de sus violadores, dejando un claro mensaje a los demás, cuando se les presente a cada uno; derramando sus sangres en el suelo o cualquier otra parte de toda su venganza.


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