Capítulo VII

Mucho tiempo después; transcurrió de su celebración dónde volvió a Turquía con la sola misión de ser la mejor en su categoría, como espía para lo que ella misma se digno y esforzó en ser para esa vida, de gran exigencia absoluta. Sin embargo; tuvo que ir escalando cada eslabón para estar en las más grandes misiones, su tío Atticus no podía intervenir, era parte del proceso, que debía Isla obtener sin tener una palanca fácil para llegar.

Ahora mismo; se encuentra en una habitación preparándose, para una misión, que el mismo Atticus le mando hacer; su vestuario es simple siendo una ciudadana del país de Francia, usando un jeans color azul marino, blusa de tiritas en amarillo y tacones de plataformas blancos, junto a una chaqueta del mismo material del pantalón; su maquillaje es natural solo brillo, a parte tiene en su interior del brazo derecho, sin ser visto un localizador para conocer su paradero, y dar señal de (Auxilio), si es requerida.

Con solo un bolso pequeño de color blanco, se lo puso de medio lado allí tenia un arma de calibre N. 22; pero era seguro que no podía usarla, por más que lo deseará el objetivo que debe enfrentar; estará cerca del monumento de la torre Eiffel y no puede fallar. Por su parte; logro salir de la habitación de un apartamento pequeño, cerca de la avenida que debe tomar, solo se puso unos lentes de sol oscuros, tratando de pasar desapercibida siguió el curso de su caminar al lugar exacto, que debe ponerse se quitó los lentes por breves momentos y pudo detallar muchas personas visitando, tomándose fotos o incluso dando direcciones a los turistas nuevos, que no tiene ni la remota idea, de poder llegar a su destino.

Situada en su puesto, observó el reloj de muñeca; marcando las 10:00 AM, sonrió de lado esperando la llegada de su objetivo, que entraría en dos minutos los mismos que Isla va a disfrutar al máximo; pero una voz de su vigilante sobre su oído, le hizo prestar atención.


— Halcón 1... espera confirmación, el objetivo se está acercando en un auto de lujo gris y las placas son CD*****. Estará en la parte de atrás, con la ventanilla abierta, debes proceder a un ángulo exacto, pero certero. — Termino de informar su vigilante.


— ¡Entendido! Cuadrante 2; está llegando. Voy a proceder. — Dijo, mientras el informante le dio la confirmación.


Al tener su objetivo a la vista; se puso en marcha sus pasos fueron rumbo a un espacio, que ella anticipo con tiempo; llegando a un espacio abierto lleno de árboles, mientras las personas estaban disfrutando el día como si nada, ella activo el conteo en su reloj, saco con cuidado su arma de su bolso blanco detallo el parámetro antes; dejando espacio de ella obtener su tiró lo cual fue exacto, al tener su tiempo ya activado su arma fue preparada cuando la cola seguía en la vía de su objetivo.

Respiró hondo, cerró sus ojos y al abrirlo después, detallo todo a su alrededor y más al frente de su punto medio, el gatillo fue activado y con ello la bala de calibre N. 22, fue exacto el tiro dejando a su víctima, que fumaba un puro relajado, recibiendo la bala en su cabeza del lado izquierdo dejándolo muerto al instante; algo que ella pudo constatar regreso el arma a su lugar, para así ponerse sus lentes saliendo del lugar de tiró.

Detallo que los gritos de personas, se oyeron potente al saber que alguien mataron y más que su arma tenía silenciador incrustado no dejando sonido a la vista, para ningún transeúnte, que allá pasado por dicho parque.

Estando en camino; devuelta a su departamento, habla con seguridad al colocar su mano derecha sobre su oído.


— Cuadrante 2, trabajo completado, espero mi helicóptero dentro de cinco minutos. — Le Informó con soltura, siguiendo su camino.


— ¡Confirmado! Halcón 1, helicóptero llegará en ese tiempo en la azotea del edificio, que se encuentra. — Devolvió el mensaje; lo que hizo que asintiera sin dudar.


Recorrió cuadras y veredas seguras, dónde pasaban personas a distintas partes, logrando llegar al ansiado apartamento, ingreso tomando el ascensor que estaba activo. A pesar, de estar en baja categoría mantenía las instalaciones competentes; en dos minutos llegó a la planta de arriba, se quitó la chaqueta para dejar su prenda a la vista realzando su figura hermosa, el helicóptero estuvo presente en el aire, como pudo por el aire fuerte, logro llegar al centro, allí le fue arrojada una escalera, que cayó delante de ella, dónde comenzó a escalar, para llegar arriba con fluidez y sin distracción.

Ya montada, detallo a tres hombres que eran agentes, la esperaban dónde detallo al cuadrante 2, que piloteaba esa cosa; sin perder su tiempo tomo asiento y se colocó los implemento auditivos que daba órdenes y permiso para salir sin verse afectados; salieron con éxitos del punto de encuentro, para así volver a su base de operaciones que está en la ciudad central de París.


(...)

Comando central sede (París)

Pudieron llegar sin problemas, a la base al descender con éxito le dieron el pase para salir ella, dónde los demás hombres la siguieron junto con su compañero, que estuvo digiriendo su misión desde la distancia. Sin embargo; fueron directo a la base de reunión un salón inmenso y especial, para las reuniones de toda índole, que sean llevadas en el camino había personal trabajando sin parar ella solo siguió el ritmo; hasta ver a dos guardias custodiar las puertas, que a los segundos fueron abiertas sin perder tiempo.

Fue cuando los recibió un grupo grande de quince perdonas, más cuatro que eran lo que ingresaron; tomaron asiento del lado posterior para así comenzar la reunión, que fue pautada. Dentro de las quince personas; eran compuestos por cinco mujeres de índole militar, forense, y criminalística, al cambio los diez caballeros eran agentes especiales o militares entrenados desde hace tiempo; la mayoría eran residentes del país; mientras que el grupo de Isla eran latinos o estadounidense.

La charla dio inicio, con parámetros de ideología, que fue el desarrollo, de como su objetivo cayó, en una trampa que antes fue vigilada por quince días, por los cuatro soldados que ingresaron allí, ella observó con seriedad cada rostro del personal que trabaja en esa organización dando como resultados a su observación, siendo todos frívolos o jactanciosos de cada trabajo realizado; ganando ellos a costillas del espía, que se introduce en la escena para lograr su objetivo de cerrar el caso.

La hora pasaba y ella solo se encargó de hacer sonar sus uñas en la mesa de cristal, en señal de querer salir, para volver a su guardia que le tocaba en un edificio alto y lujoso, otra misión que le fue encomendada para culminar su trabajo; buscando volver a Turquía y ser parte del equipo gris, el cual dirigía su tío.

Comprendió durante el período de tiempo, que estuvo en la agencia, que eran un grupo subordinado y organizado que se movía por la orden de su superior, además que al no tener una orden; buscaban la solución de dicho problema; obteniendo la victoria en el proceso, así que volvió su concentración en la odiosa reunión, captando la voz de una mujer rubia con facciones duras, dando el punto final de su trabajo.


— El examen estuvo bien; pero esperaba algo más. Dio en el blanco, pero sentí, que no hubo trabajo en equipo, todos deben cooperar no uno más que otros. ¡Han entendido! — Ordenó, mirando a cada espía, que estaba sentado del lado contrario.


Enseguida todos asintieron; recibiendo la reprimenda de uno de sus superiores; cosa que Isla miro sus manos, dejando de hacer el sonido y se juntaron entre sí, optando una postura erguida y fuerte; dónde la mirada de los hombres no paso desapercibida ante la belleza de ella, allí pudo ver como más de uno carraspeaba o se arreglaban sus corbatas para hacerse notar, algo que ella negó en su interior.

— ¡Permiso para hablar! — Dijo seguro y potente.


— ¡Concedido! señorita Yilmaz. — hablo, un caballero calvo del extremo derecho del lado opuesto.


— De todo lo que hoy pudimos hacer, me di cuenta que fue fácil de liquidar a ese objetivo; tal vez fue un señuelo porque detalle el expediente de ese hombre francés, y como tal la marca de su cuello de una mordida de perro, ¿no se encontraba? en el extremo izquierdo. — Fue el argumento de información, que ella les brindo y más de uno en el espacio se miró entré sí.


— ¿Cómo puedes estar segura de eso? — Hablo la rubia, ganando su atención y los demás esperar igual.

Ella solo respiró un poco, colocándose de pie, siendo observada en todo momento, se puso a caminar rodeando cada puesto de la mesa redonda en la que estaban.


— No suelo dejar cabos sueltos; así que ese fue mi punto y seguro el hombre debe estar divirtiéndose en algún club, por habernos engañados o eso ¿Cree él? — Indicó con seguridad, colocándose en una esquina cruzada de brazos, mostrando su seriedad.


El silencio, se pudo notar en el ambiente cada persona; se puso a verificar sus documentos y otros sus celulares; buscando algo que pueda aclarar sus dudas y es cuando él caballero pelirrojo, compañero de Isla hablo al hallar información concreta del caso.


— Permiso para hablar. — Se hizo notar, dónde le fue concedido hablar.


— Adelante.


— Mi compañera ¡tiene razón! Porque detallando una grabación que hice, al momento de su ejecución; allí se pudo detallar que su marca no está, y más si es una cicatriz. — Termino de hablar, mostrando en su Tablet, que lleva con él a todos lados, pudo revelar dicho vídeo.


Todos quedaron sorprendidos, por como el vídeo detallo todo siendo la evidencia de la duda, en cuanto a la persona no parece ser la real; así que comenzaron a armar un nuevo encuentro; pero otro de los hombres uno de cabello rubio, le dijo que tenía otra idea, de cómo llegar a ese objetivo nuevamente, les mostró una dirección a través de la pantalla de la tablet de su compañero; algo que el hombre calvo siendo el líder de la organización observó a la mujer joven que se mantenía a una distancia observando todo, le dio información de lo que iban hacer.


— Bueno equipo; ya tienen una dirección pero el lugar es cerrado. — hizo una pausa y juntó sus manos entre sí. — El objetivo debe estar liquidado antes del amanecer, quiero su expediente en mi escritorio con el sello rojo. —

Las últimas palabras del jefe; hicieron que las cuatro personas se activarán para ponerse de pie excepto Isla; que estaba llegando a la puerta doble para irse y cumplir; pero la voz del jefe francés la detiene y ella se queda de espaldas esperando.


— ¡Señorita Yilmaz! Al terminar con éxito, recibirá una llamada inesperada, solo cerciórese de atenderla. — Con eso, solo recibió de su parte un asentimiento de cabeza, para luego verla marchar.


...

Media hora después; el equipo se encontraba en la dirección que le fue suministrada, cada uno llevaba su uniforme con chaleco antibalas; menos Isla que estaba solo con un vestido rojo ajustable, escote corazón arriba, cerrado y liso llegándole hasta la rodilla, cabello recogido en una coleta alta maquillaje con buen delineado y labios rojos, luciendo sensual para la ocasión; ella tenía muy oculto un micrófono para grabar todo lo que le diera la evidencia.

Por su parte, la noche estaba en su apogeo; cada uno estaba en la camioneta grande y negra, se preparaban para el momento de atacar, siempre que le dieran el pase; pero Isla es la que debía dárselos, porque su plan es llegar a su objetivo y seducirlo. Supo por un informante de adentro, que estaba en su zona de confort alejado, pero tiene la vista más notoria para ver a cada uno de sus clientes o personas nuevas, que ingresaban a su club apodado (Dulce noche).

Enseguida se pusieron en marcha, quedando dos esperando en la camioneta por órdenes; mientras que el pelirrojo y ella que estaban elegantes para ingresar, llegaron al club que lo tenían a la vuelta un poco apartado del lugar eran concurridos por personas de toda índole turistas o no; la fila era grande; pero ellos fueron directo al guardia de color, fornido y alto lleno de testosterona que estaba dejando ingresar o no a la gente; su acompañante le dio una tarjeta negra, que el mismo hombre detallo; observando claramente que eran clientes especiales; no dudo en dejarlos pasar, más de uno se quejo porque entraron ellos, obviaron la cuestión ingresando por las puertas dobles de acero en color negro.

El ambiente y el lugar, era todo llenó de lujos en color plateado, piso pulido de madera, la música de fondo era electrónica con toques de seducción; ambos se miraron entre sí, ella le indico que debía entrar en el papel de gay, cosa que al pasar por los pasillos, pudieron llegar a la zona de disfrute para el público, una inmensa multitud bailando en la pista, el bar estaba al fondo con sillas cómodas, habiendo más de uno bebiendo y otros buscar privacidad en la zona roja, que eran de disfrute para tener sexo sin problemas.

No obstante; fueron directo al bar ambos y buscaron pedir, cada uno la bebida de alcohol preferida, al ella tener su Martini de color azul; siendo tropical esa bebida la tomo con elegancia; donde su amigo prefirió un mojito cubano, llevándolo a sus labios disfrutando del gran sabor.


— Ahora que estamos aquí; ¿cuál es tu proceder? — Dijo el pelirrojo, llamando su atención.


— Sencillo solo observa lo que hago, el objetivo debe estar en esas ventanas polarizadas ante el público; pero tan claro para ellos ver cualquier situación que se presente. Solo debes esperar aquí en el bar, mientras voy a la pista y busco ser el alma de la fiesta cosa que el pez gordo caerá. — termino de contar parte del plan, algo que su compañero asintió respetando su idea, no por algo era la mejor en su organización.


— Bien espero tu confirmación, solo no olvides que somos un equipo. — Le hizo entender, para verla beber su trago completo e irse a la pista.


Su caminar era digno de una dama, más de un hombre la miro y otros eran regañados por sus acompañantes; algo que la hizo sonreír de lado, se abrió paso en la multitud de personas aglomeradas bailando entre parejas, que pudo llegar a su punto, miro de nuevo las ventanas grandes compuestas de cristal reforzado, luego bajo la mirada cerrando los ojos sumergiéndose en la música, que comenzó era tan sexy, la hizo poner su mejor actuación no era buena bailando; pero lo aprendió de la mejor, cuando fue una adolescente; descarto el rumbo que iba a dar sus pensamientos y se concentró de nuevo.

Movió su cuerpo, suavemente dando giros a cada parte de su cuerpo, por momentos abría sus ojos cerciorándose, de que nadie se le acercará, solo miraba hacia las ventanas ocultas a su vista, buscando llegarle al pez gordo, pero no dejaba de moverse con estilo y sensualidad llamando al deseo de que pueden tocar su piel, pero dejando en claro siempre que ella lo permita. Por causa, de su juego de seducción termino el baile, llevando sus manos a sus pechos, que estaban sujetos desde adentro con un sostén especializado, para que nada le afectara.

Pudo terminar su baile caliente; pero al darse cuenta, estaba sola en la pista siendo rodeada por la gente del mismo club en círculos, mirando a detalle su persona, pero la cuestión mayor fue; que vio a tres hombres vestidos de negros con armas en sus costados, dentro del saco elegante en que estaban vestidos, todos de la misma forma. Se pusieron delante de ella, con dos pasos de distancia uno de ellos un hombre moreno con una marca en su mejilla izquierda, en forma de P le hablo en francés algo que ella pudo aprender; mientras estaba en su internado.


— Le patron demande votre présence, il viendra donc avec nous. ( El jefe requiere su presencia, así que vendrá con nosotros) — Hablo claro y tajante, donde ella elevo una ceja con altanería.


— Puis-je ¿savoir pourquoi je suis requis? ( Puedo ¿saber el porqué se me requiere? ) —


— Il a seulement dit qu'il avait besoin de ta compagnie et qu'il n'avait pas l'intention de la laisser partir. ( Solo dijo, que necesita su compañía y no piensa dejarla ir) — Le respondió, algo que la hizo sonreír dentro de ella misma, pero sin mostrarlo ante esos hombres.


— D'accord. (De acuerdo) — Cedió, dando por terminado la conversación.


Los hombres le dejaron el paso libre, pero uno de ellos la fue dirigiendo a un pasillo posterior que sólo era para uso del personal del lugar; conforme se alejaba pudo ver a su compañero estar complacido de lograr el paso mayor, llegaron a una tercera planta al subir por escaleras en espiral en todo momento, se mantuvo al margen y tranquila; pero siempre tratando de verse nerviosa a la vista de esos hombres y no levantar sospechas.

Para cuándo; llegó a la zona restringida de clientes; logro ver una puerta roja con mango en color blanco; allí el hombre moreno que le hablo a ella, introdujo una llave de color dorado, que no dejo de inspeccionar para tenerla después en sus manos, las puertas se abrieron y la dejaron pasar primero, ya estando adentro el lujo era mayor con piezas exquisitas en las paredes de pintores famosos de toda índole, a su derecha muebles de animal prim y en la parte central un escritorio de madera pulida en color negro cerca del ventanal que ella detallo durante su baile, vio un sillón grande donde estaba sentado un hombre que ella sabía era su objetivo y lo pudo corroborar, al ver su cicatriz en su cuello.


« Bingo, te tenemos cabron. » — pensó, mientras veía todo a su alrededor, buscando el momento exacto para atacar.


— Bienvenue dame en rouge. (Sea bienvenida dama de rojo) — hablo en francés, llevándose un puro a la boca, que estaba encendido.


   La puerta fue cerrada, viendo que los tres hombres, que la custodiaron dos se quedaron atrás y el moreno estaba parado detrás de ella, dispuesto a la espera de cualquier orden de su jefe, que el aludido se puso de pie y camino sin prisa, logrando estar a dos pasos de poder tocarla, solo recibió una sonrisa de ella, algo que el mismo se sintió complacido; pero lo que desconocía el hombre adinerado y corrupto era que su muerte pendía de un hilo.


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