Capítulo 23: Más allá

Al día siguiente decidí ir a dar un paseo con Pickles por el parque. Aunque me costara admitirlo, estaba en las nubes. Confesarle a Caleb lo que sentía me había quitado un peso de encima y el hecho de que fuera recíproco me produjo una alegría indescriptible.

Siempre tuve miedo de contarle porque pensaba que me rechazaría. Estaba convencida de que le atraía físicamente porque a él le gustan todas, pero no quería ser una más. Afortunadamente no será así...

Sin embargo, aún no estoy del todo satisfecha, puesto que no me ha contado su pasado. Es como si estuviera enamorada de un fantasma, de un espejismo. Hasta que no conociera en su totalidad a Caleb no estaría tranquila.

—Ya llegamos, señorita —me sacó de mi ensimismamiento Owen al llegar al parque.

—Gracias por traernos, Owen —emití, ligeramente distraída y luego bajé junto a Pickles.

Mientras caminaba observando la naturaleza del lugar me percaté de que en uno de los bancos estaba sentada una chica de cabello naranja: Phoebe. Al acercarme a ella para saludar, vi que estaba muy concentrada en una libreta que tenía entre manos.

—Hola, Pheebs —la interrumpí.

—Bel, hola —me devolvió el saludo.

—Lamento interrumpirte —emití.

—No, tranquila. No pasa nada. Siéntate —me pidió—. ¡Qué perro tan hermoso! —exclamó al ver a mi amigo cuadrúpedo—. Siempre quise tener uno.

—Su nombre es Pickles.

—Seguro Bel te lo dice todo el tiempo, pero eres muy hermoso, Pickles —dijo mientras lo acariciaba, provocando que este moviera su cola alegremente.

—Por cierto, ¿qué estabas haciendo? —indagué, depositando la mirada en su libreta.

—Un desastre. Intentaba escribir la letra de una canción, pero solo hago basura. No tengo talento para componer —explicó, decepcionada.

—No seas tan dura contigo misma —le pedí, colocando mi mano en su hombro.

—Es la verdad, Bel —replicó—. Llevo mucho tiempo intentando componer tan solo una canción y no lo consigo. Ninguna de las letras que logro me gustan. No me transmiten nada. Zack y Caleb ni siquiera se inmutan en intentarlo. A veces siento que soy la única que se esfuerza por la banda, pero a la vez siento que no tengo talento para esto, que soy solo una voz bonita y ya.

—No digas eso, Pheebs. Tienes mucha presencia escénica. Eres hermosa, tienes una gran voz, tocas perfectamente el bajo, eres una líder extraordinaria y te apasiona lo que haces —opiné—. Tal vez tu problema en la composición radica en que buscas hablar de un tema equivocado —aventuré.

—¿Qué quieres decir?

—No lo sé... Tal vez deberías ser más personal y buscar en tus vivencias, en tu tormento, en tus miedos... A veces el arte nace de los momentos más dolorosos.

—Hasta ahora solo he intentado componer sobre cosas positivas y bonitas, así que tal vez eso podría funcionar... —declaró—. Por cierto, no quiero ser entrometida, pero... en la subasta Caleb y tú... —cambió el tema, arqueando una ceja.

—Oh, nos viste —murmuré, ligeramente avergonzada.

—Creo que todos los vieron. Eran la pareja más bonita del lugar.

—Exageras. Solo bailábamos —le resté importancia.

—Conozco a Caleb. Sé que quería más que un baile... —dejó suspendida la frase.

—Bueno, yo... le confesé lo que siento y, justo como me dijiste, él me correspondió —le conté, retorciendo mis dedos con nerviosismo.

—Eso es maravilloso, Bel —comentó, dándome un fuerte abrazo—. Me alegro tanto por ustedes.

—Te agradezco por haberme dado ánimos, Pheebs.

—No hay nada que agradecer —emitió—. Ustedes lo merecen. Caleb merece esta oportunidad que la vida le está dando, que le estás dando...

—¡Phoebe! —escuché llamar a una niña que venía corriendo directamente hacia nosotras.

—¡Flori, tardaste! —exclamó Phoebe, poniéndose en pie para cargar a la pequeña de cabello dorado y ojos avellana, la cual aparentaba poco menos de 10 años, aunque estaba muy delgada.

—¿Quién es ella? —indagó cuando Phoebe la puso en el suelo.

—Hola —saludé, intentando sonar amistosa—. Soy Bélgica, pero todos me llaman Bel.

—Yo soy Floribeth, pero todos me dicen Flori. Soy la hermana pequeña de Phoebe —explicó con una sonrisa. Realmente era muy bonita y se parecía mucho a Pheebs.

—Encantada, Flori —dije.

—Me gusta mucho tu nombre. Cuando Phoebe me compre mi primera muñeca para mi cumpleaños le pondré igual que tú —me informó.

—Me sentiría honrada —reconocí.

—Aún falta un poco para tu cumpleaños, Flori —aclaró Pheebs.

—¿Entonces no me comprarás una muñeca? —se mostró triste la niña.

—Claro que lo haré. Te lo prometí, ¿o no? —le recordó su hermana mayor y la niña asintió, sonriente.

—¡Qué lindo! —exclamó al ver a Pickles.

—Su nombre es Pickles —le dije.

—¿Puedo jugar con él? —me preguntó.

—Eh... Claro —respondí.

—Cuídalo muy bien, Flori. No corras —le advirtió Phoebe.

—Vamos, Pickles —emitió la pequeña, tomando su correa.

—Es muy bonita. No sabía que tenías una hermana —comenté cuando Flori se alejó un poco.

—Pues sí.

—Son muy parecidas —señalé.

—Nos lo dicen a menudo —contestó, observando a su hermana a lo lejos.

—Es muy bonito que acompañes a tu hermanita a pasear. Mis hermanas mayores jamás hicieron eso por mí.

—Flori es lo más importante que tengo —confesó con cierto aire de melancolía.

—¿Y tus padres? —indagué—. Disculpa, no debí preguntar eso —dije rápidamente al darme cuenta de mi indiscreción.

—No te preocupes, Bel... Flori y yo somos hijas de la misma madre, pero de diferentes padres —explicó con naturalidad.

—Y tu madre actualmente está con el padre de Flori, ¿no?

—Sí.

—Disculpa si soy entrometida, pero, ¿ustedes no viven juntas? —proseguí con mi interrogatorio.

—No. Yo vivo con Zack hace varios meses.

—Oh... —musité. ¿Eso significaba que tenían algo?

—Pero solo somos amigos —aclaró como si hubiese escuchado la pregunta en mi cabeza—. Es por eso que de vez en cuando llevo de paseo a Flori.

—Entiendo... —murmuré.

—Casi no puedo verla, pero ella significa tanto para mí, Bel. Ojalá pudiera estar siempre con ella.

—Se nota que quieres mucho a tu hermana —opiné.

—Así es —dijo—. Cora, viniste... —agregó al ver llegar a una mujer de cabello castaño y ojos grises.

—Debía aprovechar mi día libre. Veo que estás muy bien, Phoebe. Esos chicos te han llevado por buen camino... —habló la desconocida, dándole un abrazo a Phoebe.

—Cumplieron su promesa —respondió Pheebs con una sonrisa.

—Hay personas que sí merecen las segundas oportunidades —emitió la mujer—. ¿Una nueva amiga? —añadió, depositando su mirada en mí.

—Oh, sí. Ella es Bel, es la novia de Caleb —me presentó Phoebe.

—¿Del coqueto de ojos tentadores? —repitió con una mezcla de incredulidad y diversión—. Wow, jamás pensé que alguien lo atraparía. Es un placer. Mi nombre es Cora —me ofreció su mano y la estreché—, soy... —miró a Phoebe, insegura de lo que debía decir—, una vieja amiga de Phoebe —completó finalmente.

—Cora... me ayudó en el momento más difícil de mi vida —comentó Pheebs.

Al parecer, Phoebe y la mujer tenían una relación estrecha y antigua, pero había algo raro. Era como si no quisieran que supiera el origen de su amistad.

—Simplemente supe ver lo valioso cuando todo parecía perdido —replicó con suavidad.

—¡Tía Cora! —exclamó Flori al llegar corriendo junto a Pickles.

—Flori, querida, ¿cómo has estado? —saludó, agachándose para quedar a la altura de la niña.

—Bien. Ya soy la primera de mi clase —informó con orgullo.

—Estaba segura de que tenías talento, pequeña. Veo que hiciste un amigo. ¿Qué te parece si vamos los tres a buscar un helado para ti? —le propuso, ofreciéndole su mano, la cual Flori aceptó.

—¿Puedo ir, Phoebe? —buscó la aprobación de su hermana.

—Claro, Cora cuidará de ti.

—Es muy agradable —comenté.

—Cora es lo máximo —dijo la chica de cabello naranja.

—Señorita, disculpa que la interrumpa. Su madre solicita su presencia en casa —escuché decir a Owen.

—¿Ahora? —protesté.

—Quiere que se pruebe unos vestidos para la cena de Acción de Gracias —explicó.

—¿En serio? —me quejé, ceñuda.

—Me dijo que la llamó a su celular, pero no respondió.

—Lo olvidé en casa —pensé en voz alta.

—¿Owen? —balbuceó Phoebe, asombrada.

—¿Pheebs? —emitió él con el mismo tono—. Dios, cuánto tiempo sin verte —añadió, abrazándola con fuerza para luego mirarla con nostalgia—. Has cambiado muchísimo... ¿Te teñiste el cabello?

—Sí, un cambio de look nunca viene mal —comentó ella, sonriente—. ¿Ahora trabajas para la familia de Bélgica?

—Sí, soy chofer y guardaespaldas.

—Luchar siempre se te dio bien —reconoció Phoebe.

—Pues sí, pero ahora lo uso para algo mejor... —dijo con un tono raro. ¿Acaso antes usaba sus habilidades de combate para dañar a la gente?

—Sería tonto preguntar si se conocen porque claramente se conocen —tercié, ceñuda.

—Bel, Owen y yo nos conocimos hace unos pocos años en... —comenzó a explicar Pheebs, pero de repente se quedó en blanco.

—Creo que deberíamos traer a Pickles —la interrumpió Owen, nervioso.

—Yo lo buscaré —anunció ella.

—¿Tú tampoco me dirás de dónde conoces a Phoebe? —lo cuestioné, cruzada de brazos. No entendía el misterio y los nervios por el origen de su relación. ¿De dónde se conocían?

—Con todo respeto, señorita; pero mi vida privada no es asunto suyo —refutó; cortés, pero incómodo por mi intromisión.

—¿Tuviste una relación con Phoebe? —pregunté directamente.

—¡Claro que no! —chilló—. Pheebs fue como una hermana pequeña para mí. Siempre la protegí.

—¿Entonces? —insistí.

—Ella es muy buena persona —fue lo que dijo.

—Lo sé —rebatí, insatisfecha con su respuesta.

—Y creo que es todo lo que necesita saber —replicó.

—Aquí está Pickles —emitió Phoebe.

—Supongo que ya debo irme. Luego nos vemos, Pheebs —me despedí, tomando la correa de Pickles.

—Hasta pronto, Bel. Me alegro de volver a verte, Owen —dijo, animada.

—Cuando me necesites, llámame —respondió él a modo de despedida, tomando el celular de ella para anotar su número.

—No te mentiré, estoy muy intrigada —confesé después de varios minutos de trayecto en el auto.

—Y así se quedará —replicó Owen con una sonrisa de suficiencia.

—¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? —comencé a lanzar interrogantes.

—Esas son preguntas a las que no recibirá respuesta. A veces es demasiado curiosa, señorita. Y eso puede llegar a resultar molesto para otras personas.

—Lo siento. No quería ser entrometida... —me disculpé, bajando la mirada—, es solo que... Phoebe y tú son de mundos tan diferentes. ¿Cómo fue que coincidieron?

—No siempre fui el chofer de una familia rica, señorita —aclaró—. Antes de trabajar para ustedes tuve una vida, una en la que estuve en un mundo en el que coincidí con Pheebs. Creo que ella tenía unos 15 años en esa época...

—¿Y cómo se conocieron? —insistí en saber.

—Eso no se lo responderé —emitió—. ¿A qué se dedica ahora?

—Es cantante —contesté—. Tiene una banda con Caleb y otro amigo de ellos.

—Vaya, el chico que le gusta es amigo de Pheebs. El mundo es realmente pequeño —comentó.

—Suelen tocar en un bar. Si quieres, puedo llevarte —le ofrecí.

—No se inmiscuirá en mis asuntos, señorita —zanjó, tajante—. Usted me agrada, pero no somos amigos. Hay una barrera social que nos separa.

—No digas eso, Owen. Tú me agradas mucho. Incluso pienso que serías el mejor novio para Austria y estoy más que dispuesta a ayudarlos —declaré con sinceridad.

—Agradezco su empeño, pero como ya le dije: hay una barrera que nos separa —prosiguió mientras lo escuchaba con atención—. De todas sus hermanas usted es la menos mimada, pero aun así debo aclararle algo. El mundo no es ese lugar color de rosa que sus padres les han hecho ver. No es un lugar en el que el mayor de sus problemas será que el maquillaje no le combine con el vestido. Hay personas que tienen problemas reales, personas que casi lo pierden todo enfrentándose a esos problemas. Phoebe y yo somos de esas personas. Usted no y no logrará serlo por mucho que lo intente, así que no debería tratar de mezclar su mundo con el nuestro.

Ante las crudas palabras de Owen simplemente me mantuve en silencio, reflexionando acerca de la cruel e injusta realidad que nos habían inculcado acerca de las clases sociales, la cual le impedía a personas como Owen y Austria ser felices.

—Eso no cambiará hasta que alguien intente cambiarlo... —murmuré, viendo el paisaje a través del cristal y con la firme idea de que yo no perpetuaría esa estúpida idea porque, independientemente de la posición económica, todos merecemos ser felices.

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Hola, hola :D
Cómo andan?
Qué les pareció el cap?
Los leo!
Hoy me quise centrar más en otros personajes, ya que todo en esta historia tiene una conexión :)
De dónde se conocerán Phoebe y Owen? Qué habrá sucedido entre ellos? Quién será Cora? Por qué Pheebs no vive con su hermana?
Son preguntas que se responderán más adelante :)
Caleb no es el único que guarda secretos :)
Espero que les haya gustado el cap.
Hasta el próximo.
Chaito :D
Dato random: La hermana de Phoebe originalmente se llamaría Zoey, pero finalmente se lo cambié por Flori porque pensé que sonaba más infantil.
IG: daia_marlin

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